Yo y Scherezade (1)

Van Heidenberg es un físico que trabaja en el CERN, pero sufre un accidente que le hará vivir una aventura insospechada. Mientras escribe sus memorias, su amante quiere disfrutar de su semen.

Yo y Scherezade I : Accidente en el LHC

Me acababa de despertar, hacia un caluroso día de verano. Las temperaturas eran agobiantes allí por la media tarde, afortunadamente la mañana aún era fresca. A mi lado yacía ella. EL ser más hermoso en todos los aspectos que he podido conocer. Hasta no hace mucho mis preocupaciones estaban en otro tema. Pero ahora en un entorno tan hostil como aquel ahora ella mi prioridad absoluta. Mi vida. Pero por desgracia estaba superado y poco estaba en mi mano salvo tratar de luchar por sobrevivir y protegerla a ella en todo lo que pudiese. Me acerque y su cabeza y note su respiración. Hasta ese detalle tan nimio era una bendición para mí. Quise deleitarme con el dulce tacto de su piel pero pensé en lo hermosa que estaba allí dormida. No quise alterar esa bella escena. Cuando tienes un ser al que amas tanto descubres que lo más hermoso y valioso de este mundo es otra persona. Y a ella no la cambiaría ni por todo el oro y las joyas del mundo. Porque en realidad ella era la mejor de las joyas.

Hoy tenía muchas cosas que hacer. Lo había postergado por demasiado tiempo y era ya el momento de empezar. Así que fui a mi pequeño estudio particular y cogí la pluma y varias hojas de papel artesanal. Es hora de escribir todo lo que sé.

Bueno he sido algo maleducado y es de caballeros primero presentarse. Mi nombre es Van Heidelberg. Mi edad es 30 años. Bueno, ahora que lo pienso debería pensar si realmente esa es mi edad, pero ahora el concepto tiempo se ha vuelto confuso. Diré que 30 años es lo que creo haber vivido. Nací en un pueblo de Holanda. Mis padres eran un matrimonio de científicos. Ella química, el biólogo. Así que de casta le viene al galgo pero yo aposté por estudiar algo neutral para no provocar susceptibilidades en mis padres pero que a la vez me apasionaba desde pequeño. Ya mi madre me regalo un pequeño laboratorio de juguete cuando pequeño. Tener este tipo de padres y su continua atención a mi educación hizo que progresará a una velocidad vertiginosa. El ser supuestamente superdotado me hizo entrar en una espiral de estudios que dio lugar a que me hiciera doctor en física a la temprana edad de 17 años. Un record mundial. No tardaría en ser reconocido en todo el mundo como una eminencia en mi campo y los meritos me llegaron de forma acelerada. A los 25 años me convertí en el director de uno de los proyectos científicos más ambiciosos de todos los tiempos. Evidentemente mi vida solo se reducía a la física y especialmente a la de partículas. Había tenido alguna relación esporádica con mujeres pero estas no ocupaban mucho tiempo dentro de mis prioridades. Aún así mi madre insistió mucho en que no descuidase las relaciones sociales. Pero allí donde trabajaba era el sueño de mi carrera. Pero por desgracia a veces los sueños se truncan. Y gran parte de los esfuerzos dedicados no dieron fruto. Pero lo que cambiaría mi vida hasta límites inimaginables se produjo aquel día.

Yo estaba hecho una furia. Acababa de recibir un email donde se me anunciaba que el experimento de Henin había sido aprobado y se iba a ejecutar esa misma tarde. Me dirigí y la sala de juntas donde estamos citados la cúpula general del Consejo general de la Organización Europea para la investigación nuclear, antiguamente conocido como CERN. Estábamos citados yo como jefe ejecutivo del gran colisionador de hadrones, varios colaboradores míos y Tim Berners. Por otra parte estaban representados los mandamases de la Unión europea para la ciencia que ponían la pasta y por el otro lado estaba Henin y su equipo. La reunión iba a ser tensa y así lo fue. Aquella mañana en Ginebra, Suiza, era placida pero la tarde se iba a convertir en un infierno.

Yo estaba intentando paralizar aquella locura desde hacía meses, pero mis palabras al final fueron desoídas. En esa reunión era mi último intento de frenar aquello. Una vez sentados Henin se puso junto a la pantalla del proyector y tomo la palabra mientras una presentación se exponía la hipótesis de su teoría.

  • Excelentísimos secretarios de ciencia de la Unión, directores ejecutivos del CERN buenos días. Muchas gracias por estar aquí y dar la aprobación. Me permito recordaros lo que vamos a realizar. El objetivo del experimento fijado a las 17 horas es la posible verificación de la teoría del multiverso. Según mi hipótesis presentada en la revista SCIENCE con fecha de Abril del año pasado se podría construir un experimento para probar la existencia de un número indeterminado de universos encapsulados en un número aún no determinado de dimensiones espaciales. Eso sería concordante ya que según lo estimado hay una enorme cantidad de energía oscura y materia oscura en nuestras observaciones astrofísicas. EL objetivo es la colisión de dos muones de masa 253 Tera electrón Voltios a 0,9999 veces la velocidad de la luz. El impacto debería provocar una densidad tal de materia que se espera un colapso en la estructura espacio temporal de forma que podría observarse la formación de varias dimensiones espaciales adicionales.
  • Estimados miembros del comité – estaba ya harto e interrumpí –. Como jefe operativo tengo que seguir oponiéndome a este ensayo. ¿Han oído bien? 253TeV. Pero si las especificaciones del LHC están pensadas para un máximo de 14 TeV. Esta es la fórmula para un desastre.
  • ¡Van Heidelberg! Estaba explicando mi experimento ¿Podrías hacer el favor de callar? Señores opino que no hay ningún problema y que el dispositivo aguantará perfectamente.
  • Pero por el amor de Dios, Henin. ¿Has hecho bien los cálculos? Aún enfriando a temperaturas casi de 0 grados Kelvin precisaríamos de un acelador de una circunferencia de casi 1.000 kilómetros. Es una locura.
  • ¿Pero tú te escuchas? 1.000 kilómetros. Señores secretarios, si hacemos caso a Van eso implicaría volver a hacer otro acelador con un coste de casi Billones, con b, de euros. Ya hemos gastado 1.700 millones en el LHC y el bosón de Higgs sigue sin aparecer. La opinión pública se nos echa encima para que expliquemos porque estamos haciendo tanto gasto en experimentos fallidos. Debemos rentabilizar la inversión con nuevos experimentos.

Los secretarios asintieron. Henin había ganado ese asalto. El fracaso del experimento principal fue una gran decepción. Stephen Hawking gano su apuesta de 100 Dolares. Mi compañero Matías, matemático, se decidió a intervenir.

  • He realizado los cálculos pertinentes y haciendo uso de los tensores de Einstein teniendo en cuenta la densidad de masa esperada se producirá una curvatura del espacio tiempo con una singularidad. La relación de masa y distancias de diez elevado a la menos 20 metros es mayor que el radio de Schwarzchild. Eso implica un horizonte de sucesos.
  • Estoy harto de oír gilipolleces.- protesto Henin- . Yo también he hecho los cálculos y el tiempo de vida esperado es de 0,53 picosegundos.
  • Señores – dijo el secretario de ciencia de Austria- pueden decirnos de que hablan.
  • El tontolaba este – dijo despectivamente Henin- esta afirmando que se va a producir un agujero negro.

Las caras de los secretarios se pusieron momentáneamente blancas

  • Señores secretarios no hay nada de lo que preocuparse, en caso de producirse dicho evento no podrá ser estable. No hay suficiente energía de forma que la acción gravitatoria sea algo a tener en cuenta. El microagujero se desintegrará por qué será de antimateria que se unirá a la materia circundante dando lugar a radiación gamma pura. Además estamos hablando de gravedad cuántica. No ha pasado del rango de hipótesis de trabajo.
  • ¿Y si se produce un stranglet dando lugar materia hipermasiva? ¿O si se produce una transición a vacio cuántico? ¿O si se da lugar a un monopolo magnético que disgregue los quarks de un protón y la hemos liado?– intervine
  • Eso no está probado. Debemos seguir con el experimento. Aquí estamos para hacer ciencia no para contar cuentos de terror a niños.
  • Pero si tú precisamente propones que nos saltemos todos los protocolos de seguridad especificados. Los experimentos con gaseosa. Y toda tu teoría carece de ninguna base experimental y además dudo mucho que sea falsable. Eso no es ciencia ¡Joder!
  • Tu lo que eres es un fanático del modelo estándar.
  • Señores, cálmense. Hemos tomado la decisión y el experimento se llevará adelante a la hora especificada.- dijo el presidente
  • Señor presidente. Entonces tengo que entregar mi dimisión. No puedo gestionar el LHC cuando se ignora mis recomendaciones de forma tan peligrosa.
  • Su dimisión será aceptada pero a las 0 horas de mañana. Se da por terminada la reunión.

Al final todos se fueron y a Henin se le apreciaba una sonrisa de victoria. Iba a llevar adelante su estupidez que iba a provocar un vuelco terrible en mi vida. Al salir de la sala Martín vino a consolarme.

  • Vaya marrón que te vas a tragar. Tú último día de trabajo será ver como ese imbécil se carga toda la instalación.
  • No me lo recuerdes Martín. Pero yo no pienso tragar con el mochuelo. Si pasa algo el muerto no lo pienso llevar yo.

Llego las cinco de la tarde y estábamos Henin y su equipo y yo como director en funciones. Henin iba a dirigir el LHC como si fuese suyo y daba órdenes a diestro y siniestro a los operadores. Jackson activo la palanca de accionamiento y los muones salieron al circuito principal siendo acelerados por los imanes superconductores enfriados por Helio líquido. A los segundos se activaron las alarmas de sobrecarga y Henin ordeno desactivarlas. Mientras observaba en las pantallas las lecturas que proporcionaba el ATLAS y el CMS.

Pero a los dos minutos se desato los infiernos. Un operador grito de forma desesperada

  • ¡Se ha producido una fuga en el sector 59B!. La temperatura se está expandiendo a nivel exponencial. ¡Hay que hacer algo! EL sistema anti incendios no responde. Habrá que hacerlo manual.
  • Te lo dije Henin. Te voy a partir la cara.- le amenacé
  • Heidelberg deja eso para más adelante corramos que tenemos que activar los mecanismos de refrigeración de emergencia.

Hicimos uso de los coches eléctricos para recorrer a toda prisa los pasillos del acelerador hasta alcanzar la sección afectada. Henin observo el impresionante fuego que se estaba formando en uno de los cilindros. Me acerque a la palanca para activar el sistema antiincendios y el agua empezó a caer en chorros. Pero entonces ocurrió aquello.

De pronto notamos que nuestro andar parecía más lento y nuestra voz se hacía muy grave. Parecía que estuviéramos a cámara lenta. Pero a eso se le acompaño que nuestra visión del túnel se modifico, parecía haberse acortado y que todo empezase a retorcerse en una espiral. Era la dilatación del tiempo y la contracción del espacio. Tanto yo como Henin nos percatamos. La cara de terror de Henin era significativa. Estábamos en aprietos. Pero era demasiado tarde. Se estaba formando un agujero negro y no era microscópico ya que estábamos siendo absorbidos por él. Creíamos que íbamos a morir. Nuestra visión se modifico y todo se convirtió en un espectro de todos los colores. Perdí el conocimiento. Allí debió ser nuestro fín, pero nadie había experimentado con una deformación del espacio y el tiempo y el resultado fue totalmente inesperado y vivido en carne propia.

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Ella se acercaba grácilmente hacia mí. Su cuerpo lleno de maravillosas curvas, su largo pelo negro y sus aún más oscuros ojos. Sus preciosos pechos. Venia vestida con su elegante vestimenta típica árabe. Pero como estábamos en casa se permitía vestirse de forma mucho más sexy. Mostrando mucho de su cuerpo. Ella conocía ya mis gustos y que no la quería ver tan tapada en nuestra intimidad. Ella también disfrutaba al ver mi cara de deseo al observarla con tanta libertad su cuerpo. Esa forma tan danzarina de mover las caderas al aproximarse a mí. Esa piel tostada que me volvía loco y esa belleza oriental. El brillo de sus ojos delataba que yo también le gustaba. Supuse que era por motivos diferentes pero no era del todo así. Ella decía que me admiraba y que me apreciaba con toda su alma. Pero también ella era la mejor persona que conocí pero apenas me hacía caso cuando le decía lo maravillosa que era."Exageras, Van. No te merezco". Y yo siempre le decía cuanto equivocado estaba que era yo el que no merecía de su compañía. Y se lo tomaba a burla.

  • ¿Qué estas escribiendo? – me preguntó
  • Nada importante. Recordando un poco lo vivido. Una especie de Biografía.
  • ¡Uhmm! Pero eso no lo entiendo.
  • ¡Ah no! Es inglés, es la lingua franca del lugar de donde vengo.
  • ¿Lingua Franca?
  • Bueno en realidad mi lengua materna es holandés. Pero usamos ingles para comunicarnos en nuestras conversaciones internacionales.
  • Que complicado. Aquí usamos un solo idioma.
  • Cierto
  • ¿Y qué estás contando?
  • Como llegue aquí
  • Y escribes sobre mí.
  • Ahora mismo no. Pero de ti escribiré mucho. Eres lo más maravilloso que me ha pasado en la vida. ¿No te importa, verdad?
  • ¡Qué va! Es un honor. Pero si escribes en ingles ¿A quién se lo escribes? ¿No pensaras marcharte de mí?
  • Antes muerto que me separen de ti. Es una historia muy larga y compleja. La idea es si esto le llega por algún casual a alguien de mi lugar pueda aprender ciertas cosas de las que vivido.
  • ¿Sabes una cosa que me apetece?
  • No sé dime.

Entonces ella se agacho y se metió debajo del escritorio. Levanto mi Bisht dejando a su alcance mis genitales. Dirigió su lengua a mi glande relajado. Se hinco entre mis piernas. Ella empezó a usar su típica técnica de inicio. Con una mano me masajeaba dulcemente los testículos y con la otra masturbaba la base de la verga. Mientras su boca daba atenciones al glande comiéndoselo con intensidad. No podía verla así que dije:

  • Cariño sal un momento de ahí. Me gusta verte mientras lo haces.
  • Si buena idea. A mí también me gusta verte mientras gozas.

Me levante de la silla y ella salió de debajo de la mesa.

  • Venga vamos a la cama allí podrás hacerlo más fácilmente.
  • No me hace falta. Quédate aquí quietecito. Apóyate en la pared para que estés más cómodo.

Ella se arrodillo frente a mí y continúo su trabajo oral. Ahora se apoyo sus manos en mis piernas e intento metérsela profundamente. Ya sabía mis gustos y lo que me excitaba ver haciendo eso. Para indicárselo mi cuerpo reaccionó soltando unos buenos jadeos. Nos mirábamos el uno al otro. Se notaba que lo hacía con pasión, que le encantaba hacerme eso. Evidentemente se lo sacaba para tomar aire y así atender mi frenillo, mi glande. Una buena combinación de excitación física y morbo.

Con el tiempo había perfeccionado su conocimiento en la felación. Conocía a la perfección la necesidad de variar los ritmos. A veces suave, a veces rapidísimo. Y cuando estaba haciéndolo intenso sabia frenar a tiempo para frenar mi eyaculación. Cuanto más durase más fuerte me correería. Era una delicia sentir como su lengua daba deliciosos círculos en mi pene mientras sus labios intentaban apretarme firmemente. Se la saco y con su lengua empezó a recorrer sabiamente mi tallo hasta descender a mis huevos. Allí se los metió y le dio una buena sesión con la lengua. Ahora vuelta arriba y a metérsela de nuevo. Mi excitación ya estaba muy alta y mis gemidos eran claros. Ella parecía disfrutar notando con el placer que me estaba provocando. Pero yo no podía mucho más y deseaba urgentemente correrme. Así que empezaba a mover mis caderas como si la penetrase por la boca. Se la saco un momento.

  • Que gorda la tienes, fíjate lo marcada que tienes las venas y muy calentita.
  • Si muy bien pero sigue. Sigue mamando.
  • Como quieras mi cielo.

Otra vez a dentro. Para asegurarme que no la sacaría le cogí la cabeza y volví a penetrarla. Poco a poco hacia más presión. Cada vez más adentro, aún más. Ella le encantaba que le hiciera eso, que la utilizase. Ahora sumisamente se dejo follar pero seguía apretando como debe ser con sus labios y su lengua no tenia descanso. Mi presión llego hasta que note como sus labios alcanzaban la base de mi pene. Una leve arcada provoco que ella inundara mi polla de su saliva. Inclino su cabezo de forma que mi polla pudiese entrar hasta el fondo y no chocase con la garganta. Allí la dejaba unos segundos para luego sacarla y dejarla respirar. Mi orgasmo estaba al llegar. Ella lo sabía, lo note en su mirada. Había deseo de recibir mi leche. La sensación culmen de que ya la excitación es incontenible y hay que dar paso a la explosión.

  • ¡Scherezade me vengo! ¡Toma mi leche!

La locura del clímax hizo acto de presencia. Empecé a follarla de forma salvaje su boca hasta que los chorros hicieron acto de presencia. Estos a veces caían en su lengua y a veces en la garganta. Según el momento del disparo y la profundidad en la que la estuviera penetrando. Mientras mi cuerpo estaba temblando y yo gritaba de gusto. Trate de no cerrar los ojos. Ver cómo me mira mientras eyaculo es una maravilla. Según sus propias palabras sentir mis corridas, la de la persona que ama según ella, es lo más hermoso del mundo. Y eso me lo dice con palabras y con sus ojos. Se la ve enamorada cada vez que dejo mi leche en su garganta. Mi leche sale disparada por los tubos inguinales a toda presión hasta eso es fantástico. Y encima esa maravillosa mamada me la estaba haciendo una de las mujeres más bellas que he conocido. Todo el cumulo de sensaciones me hacían sentir como si todos los átomos de mi cuerpo vibrasen. Todo mi sistema nervioso estaba pasándolo de aupa. La solté. Ella tomo una fuerte inspiración con la nariz. Se la había metido hasta dentro durante toda mi corrida.

Mi eyaculación termino al disparar mi quinto chorro. Pero ella seguía mamando. Scherezade ya había aprendido que la polla está muy sensible después de correrse y aún se puede dar mucho placer mamando con suavidad. Ahora su lengua me daba suave toques y su lengua apretaba dulcemente mientras subía y bajaba. Yo gemía con esas caricias adicionales. Al poco ella paro y note deglutir mi corrida. Se la había tragado entera. Le di la mano y le ayude a levantarse. Nos dimos un beso apasionado. Estaba exhausto y me tuve que sentar en la silla. Ella vino hacia mí y me abrazo con fuerza.

  • Cariño, cada vez me la mamas mejor.
  • Eso está claro. Solo hay que verte.
  • ¿Te he dicho cuanto te quiero?
  • Si muchas
  • Pues no es suficiente. Te amo con locura. Eres mi vida. Mi corazón es tuyo.
  • Van. Yo soy tu esclava. No lo olvides.
  • Chorradas, Scherezade. En realidad soy yo el que te pertenece.

Continuara