Yo y mi hermana (1: El comienzo)

Dos Hermanos durmiendo juntos en la misma habitaciòn, comienzan a descubrir al sexo opuesto.

Nuestra relación como hermanos siempre fue excelente. Desde chicos, vivimos en un barrio donde no había muchachos de nuestra edad, por lo que esa situación, nos obligo a ser más que hermanos, amigos, nos llevábamos solo por un año de diferencia, siendo yo el mayor.

No era raro que mi hermana jugara conmigo a la pelota o a los autitos, y yo a la casita etc. Además como siempre pasábamos solos, ya que nuestra madre también trabajaba y no teníamos nana, pasábamos todo el tiempo junto, incluso dormíamos en la misma pieza.

Pasó el tiempo, yo ya tenía 14 años y ella estaba pronto a cumplir los 13. Una tarde en que nos encontrábamos solos, como siempre, estábamos recostados en la cama de mi mamá viendo televisión, cunado nos pusimos a forcejear por el control remoto. Entre el juego y el forcejeo, mi hermana lo tomo, y lo metió en su vientre, colocándose boca abajo para que yo no se lo quitara. Yo en el juego me subí completamente sobre ella y metía mis manos por su vientre tratando de arrebatárselo. Ya en ese tiempo, aun sin conocer lo que era la masturbación, mi pene se ponía duro por cualquier cosa, y al estar así, forcejeando con mi hermana, con este frotándose contra su culo, no fue la excepción para que este se colocara duro.

Yo tenía la fuerza y la habilidad para habérselo quitado inmediatamente, pero me gusto sentir como mi pene duro, se rozaba contra su culo y mientras ella más trataba de que no se lo quietara, mas placer me producía, a si que solo hacía como si quería quitárselo, pero disfrutaba la presión de nuestros cuerpos.

Aun teniendo mucha confianza con mi hermana, no me hubiese gustado que me viera con mi pene parado, así que cuando se lo quite, inmediatamente me coloque de lado dándole la espalda a ella, para ocultar el bulto que se había provocado en mi traje de baño. Pero ella, al poco rato, pasando sobre mi, nuevamente me lo quito y cambió el canal.

Esta vez no alcanzó a darse vuelta y solo lo coloco detrás de su espalda. Nuevamente comenzamos a forcejear y mi pene, que nunca se había bajado, esta vez chocaba directamente contra su sexo y sus piernas. Ella no se daba cuenta, pensaba que solo era un juego y que yo no era capaz de quitárselo, pero mi intensión no era quitárselo, si no que frotarme contra su cuerpo. Incluso le tomaba sus manos, con el control entre ella y ella las llevaba hasta su culo, por detrás de su espalda y ahí es donde mas fuerza hacíamos y nuestros sexos se juntaban aun mas, dejándome incluso rozar parte de sus nalgas que quedaban expuestas por la subida de su pantalón corto.

Nuevamente se lo arrebate, y mientras ambos reíamos, yo sentía una sensación muy rara. Una especie de cosquilleo en mi pene, que continuaba durísimo. Me moría de ganas que ella nuevamente me lo arrebatara y poder seguir rozándome contra ella…. Y así fue, nuevamente me lo quito y se coloco boca abajo colocando el control en su vientre. Esta vez me subí descaradamente, completamente sobre ella y con mucha fuerza comencé a frotar mi pene contra su culo, mientras el hacía cosquillas. Ella era muy cosquillosa y se movía mas fuerte aun tratando de salir de abajo mió. Pero esos movimientos no hacían más que excitarme aun más, hasta el punto que sin darme cuenta ese cosquilleo aumento tanto que termine por sentir una sensación exquisita, nunca antes sentida, llegando a tener a mi primera eyaculación.

Aun después de haber acabado, seguí haciéndole cosquillas y disfrutando como mi pene se restregaba contra ella. Sabía muy bien que me había pasado, era mi paso de joven a hombre y se sentía sensacional.

Pero en uno de los movimientos me di cuenta que mi semen había traspasado mi pantalón y mi hermana tenía una gran mancha húmeda en su culo. Me levante y me fui al baño. Ahí por primera vez mi como era el semen.

Al volver mi hermana me dijo que la había mojado y no se me ocurrió otra cosa, mas que decirle que de tanto reírme se me habían arrancado unas gotitas de orina.

El ame dijo que era cochino, pero de ahí nada mas.

Esa misma tarde me encerré en el baño y tuve mi primera masturbación, luego otra y otra hasta hacerme un profesional. Pero de todas formas al darme placer yo solo, no era lo mismo que hacerlo con mi hermana, a si que esos juegos se repitieron con mucha frecuencia, claro que tenía cuidado de ponerme calzoncillos bajo mi traje de baño y una vez que acababa, me iba directamente al baño a limpiarme.

Una tarde, me encontraba en mi pieza, haciendo mis tareas, cunado ingresa mi hermana y comienza a molestarme. Me quito el lápiz y cunado se lo pedí lo oculto en su espalda. No le di importancia, y tome otro, el que también me quito. Me di cuenta que lo hacia para que yo se lo quitara. Me pareció raro, ya que no estábamos bromeando como las otras veces y decidí seguirle el juego. Primero de pie trate de quitárselo y ella se lo colocaba en la espalda a la altura de su culo. Comenzamos el forcejeo y sentí como ella apegaba más su cuerpo al mió y sin motivo se tiro a mi cama. Yo me abalance sobre ella y seguimos forcejeando. Ella en el forcejeo, paso una de sus piernas entre las mías y sentí como también se restregaba contra mi. A esa altura mi pene estaba completamente duro, para variar. El contacto era pleno, nuestros sexos se juntaban y frotaban fuertemente. Sentí como ella me abrazó fuertemente y se apretaba aun más a mí, haciéndome una presión increíble en mi pene. Hasta que no pude mas y termine por acabar con tanto roce. Ella al parecer sintió lo que yo hacía y apretándome mucho más aun, se movió muy rápido y lanzo un pequeño, pero largo gemido.

Justo en se momento, suena el teléfono y ella sacando su pierna de entre la mía, se levanta y sale a contestar.

No conversamos nada mas del tema, hasta que después llegaron nuestros padres.

Esa misma noche, yo me encontraba durmiendo, cunado siento que alguien me mueve. En la oscuridad pude ver que era mi hermana. Me dice si se puede acostar conmigo, que había tenido una pesadilla y que tenía miedo.

Le hice un espacio en mi cama y se metió. Yo aun con sueño, no le dí mucha importancia y me disponía a seguir durmiendo cuando ella me habla.

¿Te puedo decir algo?

Dime

Es que … hoy en la tarde, cuando estábamos jugando acá .. sentí una cosa muy rara

Que cosa

Tu sabes … lo mismo que tu

No se de que hablas

Si sabes… ¿o crees que no me doy cuenta como se te pone dura y me aprestas con ella?

Ya duérmete que es tarde…. O te vas a tu cama

Ella se quedo en silencio y yo también. Pero con vergüenza por que mi hermana se había dado cuneta de lo que yo hacia .. Pero sentía curiosidad de que había sentido ella

oye

que

y que sentiste

ya te dije ,, algo raro , que no me había pasado antes

algo bueno o malo

no se … yo creo que bueno

por que

por que me gusto lo que sentí

te gustó?

Si… ¿y a ti que te pasa?

Nada

No seas mentiroso…. ¿también te gusta?

Digamos que si … se siente rico

Si, se siente rico

Pero no le vayas a decir a nadie

No … como se te ocurre

Oye… ¿a si que te gusto?

Si

¿Mucho o poco?

Mucho

A mi también me gusta mucho hacerlo

Nos quedamos un rato callados, y mi pene ya estaba durísimo otra vez y me moría de ganas por hacerlo ahora con el consentimiento de ella.

Oye

Que

De verdad te gusto

Si

Y te gustaría hacerlo ahora

Mmmm .. ¿y a ti?

A mi si

A mi también

¿Lo hacemos?

Ya

Nos colocamos de frente y entrelazamos nuestras piernas. Mi pene quedó a la altura de su sexo. Nos abrazamos y comenzamos a movernos lentamente, haciendo el máximo de contacto.

La sensación era exquisita y al estar mi hermana también frotándose contra mí, el contacto era mucho mejor y no tenía que disimular. Al poco rato no aguanté mas y termine, pero detonas formas seguía disfrutando mientras ella me apretaba aun mas fuerte y se movía con mayor rapidez hasta que gimiendo en silencio en mi oreja me apretó muy fuerte y alcanzó lo que con el tiempo supimos que era un orgasmo.

Ese juego se repitió casi todas las noches, claro que era yo el que me pasaba a su cama, apenas sentíamos que nuestros padres apagaban el televisor, para dormir.

Cada vez era mas largo y me fui aventurando hasta tomarla ya descaradamente de nalgas por debajo de sus short para dormir. Claro que yo siempre terminaba acabando y ella no.

Una noche, en que me acosté con ella, me preguntó si me lo podía tocar. Yo le dije que si. Ambos acostados de espaldas, me baje mi pijama hasta las rodilla ella un poco de lado, llevó mi mano a mi verga.

Se siente rara

Mmmm

Te gusta que te la toque

Si ..se siente muy rico …. Áseme asi …( y le mostré con mi mano)

¿Asi te gusta?

Si .. mucho ….

¿Mas que cunado nos rozamos?

No .. pero es distinto

Pero no vayas a botar tu leche , que vas a manchar mi cama

No te preocupes , yo te digo cunado

Me gusta tocarla … esta dura y calientita

Sigue

¿Desde cunado te salieron pelos acá?

Hace como un año .. ya ti ya te salieron

Me están saliendo

¿Te puedo tocar yo?

Me da vergüenza

¿Y como yo te dejo?

Bueno

Bájate el pijama

No ahí no mas

Ya po .. bájatelos

Ya te dije que no … si no .. no te dejo

Bueno ya …. Es verdad te están saliendo pelitos….

Si te dije que si

Oye … ¿te gusta que te toque?

No mucho .. me siento incomoda… prefiero mas el roce

Oye … ¿me dejas verla?

Estas loco

Ya po .. nunca he visto una .. y yo te muestro el mió

No .. además puede entrar mi papa al ver la luz prendida

Te la veo con mi linterna, bajo las sabana

No … no quiero

¡Ya po … y yo te muestro la mía!

Mmmm bueno … pero yo primero

¡Ya!

Me levante y saque mi linterna del cajón, para meterme en la cama de mi hermana. La pedí y se la pase. Me baje mi pijama nuevamente hasta las rodillas. Ella se arrodilla y me corre la sabana y apunta a mi pene.

Que es raro … no pensé que fuera así

¿Y como pensaste que era?

No se .. pero distinto …. Es feo

A si son todos … ya ahora me toca a mi

No se

Ya no seas así .. yo te deje ver la mía …. Ahora te toca a ti

Ya .. pero solo una mirada

Bueno

Siento como ella se baja su pijama también hasta las rodillas y me meto bajo la sabana con la linterna. Solo vi como por sobre su vagina comenzaban a asomar unos suaves vellos, pero no pude ver como era su vagina, ya que tenía las piernas cerradas.

Abre las piernas para verla

No, a si no mas

No veo nada

Ya te mostré

Ya po ábrelas

Ya te dije que

En eso sentimos que se abre la puerta de la pieza de mis papas y rápidamente apague la linterna y de un salto me metí en mi cama.

Mi papá entro a la pieza y sin prender la luz nos dice que nos quedemos dormidos, que mañana era un día de colegió y que no era hora para estar conversando.

Al poco rato me quise cambiar de cama y mi hermana no me dejo entrar en su cama, diciendo que nos podían pillar. Por mas que insistí no me dejo.

Desde esa noche no me dejó más que me metiera en su cama y ya no jugábamos a tocarnos, por más que yo le insistí. Luego de dos meses nos cambiamos de casa, con cuartos separados.