Yo, Vannessa - Colegio, inocencia y pubertad I

Primer relato sobre mis días de colegiala en los que poco a poco descubrí los fetiches y deseos que compañeros, profesores, amigos e incluso familiares sentían por mi. No todos son explícitos, aunque si eróticos, pues fueron situaciones reales que relato tal como las recuerdo. Espero les agrade.

(...) subi la pequeña escalera con temor, (tengo miedo a las alturas), y escale los cinco peldaños como si fuesen el Everest, mi profesor conocia mi miedo a la perfeccion, asi que me habia enviado a mi a buscar las cosas del estante para ridiculizarme, divirtiendose al verme sufrir y de esa forma hacerme pagar por los seis meses que paso dando clase sin que yo lo escuchara.

O eso pense.

Me afiance con todas mis fuerzas de la escalera con una mano y estire la otra para tomar lo que me habia pedido. -¿El naranja...?- pregunte intentando que no notara el miedo en mi voz.

-Si, el naranja, el de Baldor, Algebra 2 y 3, Khan Academy y el DVD- me respondio, aparentemente despreocupado.

Mis dedos rozaban el estante, estupidamente habia colocado la escalera demasiado lejos, de modo que tenia que estirarme mucho para alcanzarlo. Entonces senti como la escalera se tambaleo y solte un pequeño grito cuando esta se fue de frente.

Por suerte, mi profesor se habia levantado de su silla a tiempo y habia llegado a tomarme de los tobillos ya poner un pie en la escalera, evitando mi caida.

-¡Uff!, casi no llego a rescatarte Vanne- me dijo en tono burlon; yo no conteste nada, quedandome congelada y asida firmemente a la escalera con los ojos cerrados por el miedo.

-Bueno hija no te enojes, sabes que estoy mal de la rodilla, si no habria subido yo, ademas tu eres joven y agil, tienes catorce, yo ya tengo cincuenta y cinco. Anda, yo te sostengo mientras buscas las cosas- me dijo.

Me apoye en el cuarto escalon y empece a buscar una a una las cosas que me pidio y, si bien, mi miedo a las alturas se habia reducido, ahora lo reemplazaba una incomodidad y nerviosismo muy intensos, producto de tener a mi profesor de 55 años, soltero de toda la vida, aburrido, a solas conmigo en su casa y detras de mi, sosteniendome la escalera. Tener falda tampoco me ayudaba mucho, pues tenia que inclinarme para tomar ciertas cosas, de modo que con una mano me sostenia la falda contra las piernas y con la otra tomaba lo que el profesor me pedia y se lo pasaba. Eso hasta llegar al DVD, que estaba en la cima del estante.

-Vas a tener que subir al ultimo peldaño Vanne- me dijo- no te preocupes, yo te sostengo la escalera. Y si te caes te atrapo- siguio en un tono que me parecio extrañamente morboso.

Mi miedo era total, de pie en el ultimo peldaño no podia cubrirme la falda, pero mi mayor temor era que no tenia lugar del que sostenerme, dependiendo tan solo de que mi profesor no soltara la escalera en ningun momento.

Subi lentamente el ultimo peldaño, primero un pie, estirando mi falda al hacerlo y mostrando parte de mi muslo que, si bien, tenia unas medias largas que lo cubrian arriba de la rodilla, pude notar como mi profesor me miraba disimuladamente, invadiendome una verguenza terrible, pues en ese entonces yo era muy pudorosa. Luego subi el otro pie con tal miedo, que ya no me importaba lo que mi profesor pudiera ver de mi.

En la cima, tuve que estirarme aun para alcanzarlo, poniendome de puntillas y tomando el DVD con ambas manos, mientras escuchaba a mi profesor suspirar debajo, atento a ver bajo mi falda sin ningun disimulo.

-¿Ya lo tienes Vanne?, tranquila, tomate tu tiempo, yo no te veo, baja, ven, yo te sostengo, despacio, despacio, no tengas miedo, yo te agarro si te caes, ven...-me repetia con un tono morboso y agitado.

Baje lentamente con el voluminoso DVD apretado contra mi pecho con ambas manos, estirar mi muslo, apoyar el pie, un peldaño, estirar mi muslo, apoyar el pie, otro peldaño, al bajar al tercer peldaño senti como el rostro de mi profesor se metia bajo mi falda y como este aspiraba con fuerza mi aroma, mientras sumergia su nariz entre mis nalgas, empujando mi ropa interior en medio de ellas, invadiendo mi entrepierna con su aliento.

-¡Eh!- solte un pequeñisimo grito ahogado e instintivamente me puse de puntillas -¡profesor!

-Ay mi vida, lo siento, lo siento mucho- contesto de inmediado- como tenia la cara mirando al suelo no me di cuenta de que ya bajabas, disculpame mi niña- me dijo en un tono totalmente falso y actuado.

-Si, no pasa nada- le conteste incredula y avergonzada, pues claramente habia sentido su nariz hundiendose en mi trasero.

De todas formas segui bajando lentamente y le entregue el DVD.

-Bien, -me dijo- te perdiste seis meses de clases Vannessa, son las 12:00 horas y tengo solo hasta las 14:00 horas para ayudarte porque tengo que ir al banco, no vas a aprender todo lo que imparti en una sola tarde, pero te voy a ayudar a estudiar los temas que tratare en el examen, ¿te parece?- me dijo en tono serio, quiza intentando dejar atras el morboso incidente.

-Si profesor, gracias- conteste mirando al suelo, con las mejillas aun enrojecidas por la verguenza.

-Bueno, vamos a ver los libros.

Y asi nos dirigimos a su escritorio, sentandonos uno frente a otro, el me explicaba y yo intentaba responder, pero mi cabeza no entendia nada de lo que me decia. Poco a poco mi profesor se iba desesperando, pues tenia que comprimir 6 meses de clases en 2 horas, meneando la cabeza, rascandose la barbilla y, en definitiva, hartandose de tener que ayudarme en algo que no le correspondia hacerlo.

-A ver, mira hija, vamos a tranquilizarnos porque ya estamos muy nerviosos- me dijo, levantandose y colocandose detras de mi.

Entonces se recargo sobre la silla y comenzo a explicarme los temas que veiamos. De vez en cuando notaba como aspiraba el olor de mi cabello, y como a ratos se apoyaba sobre mi espalda y mis hombros, intentando ver bajo mi blusa, lo cierto es que solo lograba ponerme mas nerviosa. Con el pasar del tiempo, se sento junto a mi y juntos comenzamos a leer y releer lo que se me hacia mas dificil. Poco a poco termino acercandose mas y mas a mi, quedando hombro con hombro al mostrarme cosas en el libro, juntando su pierna a la mia y, sin darme cuenta, termino abrazandome con su brazo izquierdo mientras me explicaba los problemas a resolver.

-¿Entendiste- me pregunto en cierto momento, mirandome fijamente al rostro.

Yo mire a los ojos con miedo y nerviosismo, notaba en el una desesperacion extraña, "tension sexual" lo llamaria ahora, aunque en ese entonces no conocia el termino. -No mucho- le conteste, mordiendome los labios y mirando al suelo.

El suspiro y meneo la cabeza -Ahhhhhh... bueno, no pasa nada Vanne, no pasa nada- me dijo mientras, con su mano izquierda, golpeaba suavemente mi muslo derecho en varias ocasiones.

Me senti incomoda, pero no dije ni hice nada.

"Tic-Tic, Tic-Tic, Tic-Tic"

-¡Las dos!, Vanne, me tengo que ir ¡ya!- se levanto, aproyandose en mi muslo y apretandolo mientras lo hacia- mira, ¿te parece si te dejo viendo el DVD y cuando vuelva lo repasamos?, ¿o te tienes que ir ya?- me pregunto agitado.

-Lo espero profe- le conteste algo incomoda por como habia apretado mi muslo. Lo cierto era que nadie me esperaba en casa, no tengo padre y mi madre trabajaba de policia 48x48 horas, de modo que durante dos dias no la veria.

-Bien, no tardo mas de una hora- me dijo y, tomando sus cosas, partio.

Yo puse el DVD y a los diez minutos me aburri, (odio los numeros), entonces comence a recorrer su casa, "quiza tenga el examen en algun lugar", pense. Busque por todos lados, dejando las cosas como las encontraba, pero nada, revise toda la planta baja, cocina, comedor, sala y nada, luego subi a la planta alta, dormitorio uno, vacio, cuarto de lectura, nada, entre a su habitacion, habia de todo, viejas revistas y libros, peliculas, documentales, libros de superacion personal, "Como ser mas atractivo", "Como enamorar a una mujer", "El kamasutra ilustrado", pero nada del examen.

Revise su computadora, sin contraseña, mas que obvio tratandose de un soltero. Cientos de archivos de la escuela, fotografias de viajes, pero nada del examen, aunque si una coleccion de pornografia bastante grande que no revise ni por curiosidad.

Entonces escuche un motor e inmediatamente despues a la puerta abriendose. A toda prisa apague la computadora, coloque lo que habia tomado en su lugar, cerre la puerta, acomode la alfombra, baje a toda velocidad las escaleras y...

...tropece, como una idiota, tropece bajando las escaleras y torciendome el tobillo.

-¡Vannessa!- grito mientras arrojaba su portafolio al suelo y corria hacia mi- ¿que paso?

-Me cai de las escaleras, ay, me duele el pie- le conteste.

-Ven, vamos a la sala.

Puso sus manos bajo mis axilas, rozando mis pechos levemente al hacerlo, y me ayudo a levantarme y a andar hacia la sala.

Ya en el sofa, y sin perder tiempo, me tomo la pierna y me quito el zapato. -¿Te duele aqui?- pregunto mientras tomaba mi pie entre sus manos.

-Eh, no, alli no, mas arriba, el tobillo- le conteste bastante nerviosa.

Entonces comenzo a subir sus manos hacia mi talon, luego a mi tobillo, despues a mi pierna, luego a mi rodilla y entonces lo detuve colocando mi mano sobre la suya. Nos miramos fijamente, el con ojos ansiosos y exitados, yo con miedo y nerviosismo.

-Necesito sacarte la media para ver si no te rompiste algo Vanne- me dijo mientras tragaba saliva, temeroso de lo que podia pasar despues.

Yo simplemente retire mi mano de sobre la suya, de modo que el siguio subiendo lentamente. Paso mi rodilla, llego a mi muslo y entonces su mano desaparecio bajo mi falda. A mitad de mi muslo se encontro con el principio de mi media, siguio un poco mas arriba, como si no lo hubiera notado y extendio su ardiente mano por todo mi carne. Yo senti como un calor muy fuerte me invadia el vientre y se extendia a mi entrepierna, como se me erizaba la piel y un escalofrio me recorria la espalda, pero tambien una fuerte opresion en el pecho, un enorme nudo en la garganta y dificultad para respirar, era la primera vez que sentia aquella sensacion, exitacion, calor, miedo.

Entonces mi profesor volvio a bajar su mano, metio sus dedos bajo mi calceta y comenzo a quitarla muy lentamente. Mi blanca piel comenzo a dejarse ver mientras retiraba la calceta, que resbalaba sobre mi pierna suavemente, para luego salir dando un pequeño tiron que dejo expuesto mi pie y mis dedos.

Mi profesor miro la calceta en su mano, su frente sudaba copiosamente y no dejaba de verla, luego miro mi pie desnudo, parecia estar a punto de volverse loco, se relamio los labios.

-Tengo... voy a...- intento levantarse, seguramente para dirigirse al baño y oler mi media, pero era tarde, pude notar como su miembro habia comenzado a erectarse bajo sus pantalones, de modo que asi como se levanto volvio a sentarse.

-Eh, bue... Vanne.

-¿Que pasa profe?- le conteste bastante nerviosa, pues tenia miedo de lo que pudiera pasar.

-Eh, te voy a... te voy a dar un masaje y me dices donde te duele- me respondio sumamente nervioso.

Yo asenti sin decir nada, mientras el acariaba la planta de mi pie, dando masaje a mi tobillo y mi talon.

-Voy a poner la pelicula otra vez, ¿en donde te quedaste?- me dijo, mientras continuaba masajeandome.

Tomo el control remoto y continuamos viendo el DVD donde lo habia dejado, cada cierto tiempo comprobaba que no lo viera y entonces tomaba mi media y la aspiraba con desesperacion, cerrando los ojos y temblando cada que lo hacia. El tiempo pasaba y poco a poco senti como su mano subia discretamente hasta mi pantorrilla, luego a mi rodilla y de alli a mi muslo, pasando de acariciarme suavemente a mantener su mano sobre mi piel, apretandola, mientras que, de vez en cuando, se acariciaba la entrepierna con mi pie.

-Profe- le pregunte de repente.

-¿Si...?-respondio preocupado.

-Le, le suda la mano- le conteste.

-¡Ah!, si, perdona, no me di cuenta- y retirandola de mi muslo, la limpio sobre su camisa y se disponia a meterla bajo mi falda otra vez.

-...ademas, solo me dolia el tobillo, y ya lo siento mejor- le conteste, esperando que con eso dejara de manosearme.

-Eh Vanne- me dijo mientras mantenia su mano en el aire, con la frente brillando por el sudor y el rostro totalmente crispado.

-¿Que?- le conteste intentando sonar seria.

-¿Que hacias bajando las escaleras?- me pregunto sin miramientos.

Me quede helada, no tenia respuesta para eso, simplemente no tenia nada que decir, tan solo conteste con un. -Eh...

-Ademas, me fui durante casi una hora y solo viste diez o quince minutos del video, ¿que estabas haciendo?- me pregunto con un tono agresivo y molesto.

No pude contestar nada, nos miramos fijamente durante cinco segundos y, al ver que no daba respuesta y que el tenia las de ganar, volvio a meter su mano bajo mi falda y comenzo a acariciarme, ya sin ningun tipo de remilgo o consideracion. Apretujando mi muslo y toda mi pierna de arriba a abajo.

Me sentia asqueada, su forzuda y aspera mano sobre mi suave y joven piel se sentia aspera y caliente, ademas, podia sentir como poco a poco volvia a transpirar sobre mi mientras me tocaba de una forma sucia y desesperada. Entonces, casi sin darme cuenta, senti como alzaba mi pierna, tomaba mi con una mano y, acercandolo a su rostro, comenzaba a olerlo, hundiendo su nariz entre mis dedos. Me senti totalmente avergonzada y temerosa e intente concentrarme en el DVD, pero entonces senti su lengua viscosa recorriendo mi planta de abajo hacia arriba y entonces reaccione.

-Profe, no me gusta lo que me hace- le dije de frente, sentandome bien y alejandome de el.

Mi profesor me miro con severidad y preocupacion al mismo tiempo. Lo penso durante un momento y me dijo:

-Mira Vannessita, te voy a ser franco, vas a reprobar mi materia si o si, tienes 8 puntos de 55, tu libreta es un calco de la libreta de Estefany y de todos modos esta incompleta, no entregaste ningun trabajo y no participaste en clase ni una vez, ademas, por lo que veo no vas a pasar el examen, NO LO VAS A PASAR- me recalco.

Nos quedamos en silencio durante un minuto que parecio eterno, entonces le dije.

-¿Y que quiere que haga?, no soy una puta o zorra, es mas, soy virgen y no pienso acostarme con usted ni tener relaciones, por ningun lado, ni siquiera chuparle nada, no soy de esas chicas.

La expresion de su rostro cambio y una sonrisa se marco en sus labios.

-No hija, claro que no- me dijo con un extraño tono reconfortante- pero si me puedes ayudar de otra forma y ganamos los dos.

-¿Como?- le pregunte temerosa, esperando que no quisiera engañarme y cogerme de todos modos.

-Mira hija, (odiaba que me llamara hija, me recordaba que no tenia padre y los pocos sentimientos paternales que tenia en mi mente se pervertian al escuchar que mi profesor me llamara hija mientras planeaba satisfacerse conmigo), yo soy un ferviente adorador de los aromas y sabores femeninos, me vuelven loco los olores de su cuerpo, su cabello, su cuello, sus prendas y sus pies, sobre todo cuando son mujeres tan perfectas como tu. De piel tan blanca y pies tan rosados, me vuelven loco.

-¿Entonces?

-Entonces quiero que hagamos un trato, yo te paso las respuestas del examen si me das tu ropa interior usada.

Me quede en silencio un momento y lo mire detenidamente, esperando ver en su rostro algun tipo de mueca sarcastica, pues me parecia una tonteria o una perversion absurda que alguien pudiera encontrar exitante oler ropa interior usada o sucia. (tiempo despues supe que mis primos, tios e incluso algunos amigos de la escuela lo hacian tambien, aunque para ese entonces era desconocido para mi).

-¿Es en serio?

-Es en serio hija

-¿Solo eso?

-¡Y bueno!, mas no quieres hacer, ¿o si?

-No, no, digo que esta bien, pero no se si tengo mucha ropa para darle.

-No mi amor, yo te compro la ropa, tu la usas durante el tiempo que yo te diga, una clase, unas horas, un dia, yo que se, luego me la das o vienes a mi casa y yo te la quito y me la quedo. ¿Te parece?

Apenas si lo pense, pero sonaba bastante sencillo, asi que respondi:

-Bueno, si, creo que esta bien, si eso es todo.

-Es un trato entonces ¿no?, mira que nada de echarse para atras, es entre tu y yo, porque los dos salimos ganando si lo mantenemos y perdiendo si lo rompemos, ¿ok?.

-Si, si, es un trato profe.

Entonces estrecho su grande y forzuda mano con mi mano pequeña y fragil, apretandola y meneandola de arriba a abajo.

-Bueno, ¿podemos empezar hoy?, obvio que tu ropa de hoy te la pago yo.

-Eh, no se, me da verguenza, no es muy linda que digamos y la use todo el dia- le conteste ruborizada.

-Mi amor, ¡eso es precisamente lo que quiero!, que huela a ti, a tu transpiracion.

Me mordi los labios y dije, -Bueno, voy al baño y se la traigo.

-No hija, yo te la quito, en eso quedamos.

Me levante resignada. El profesor se arrodillo frente a mi y me miro a los ojos, metio sus manos bajo mi falda, se tomo de mis piernas y comenzo a subir lentamente, acariciando mis muslos y recargando su rostro en mi vientre. Cuando sus manos llegaron a mis nalgas el las metio bajo mi ropa interior y las apreto, entonces lo detuve inmediatamente dando un paso atras.

-Espere, espere, espere...

-¿Que paso mi amor?- me respondio preocupado.

-No se, me siento rara, perdon, perdon...

-No hija, no pasa nada, mira, si quieres, por esta ocasion quitatela tu, pero poco a poco te tienes que acostumbrar porque el trato es que aveces te la voy a quitar yo.

-Si, si, ya se, pero ahora me siento rara, la siguiente me la quita usted, se lo prometo- le conteste no muy convencida.

Tome mis bragas y, estirandolas, las deslice hacia bajo sobre mis muslos, el profesor estaba extasiado, apenas las saque comenzo a olerlas con desesperacion, enfocandose en el puente, es decir, la parte donde descansaba mi perineo y en la que, por lo tanto, se concentraba mi transpiracion.

-Mmmhhhhhhfffff...- aspiraba- ahhhhh... Vannessa, no puedes oler tan rico- gemia, mientras el bulto en sus pantalones comenzaba a crecer tanto que parecia querer escaparse de ellos- tu olor es exquisito mi niña, tan calido, tan dulce.

Sali de su casa a las 1730 horas, sin medias, calcetas ni corpiño, basicamente anduve hasta mi casa tan solo con mis zapatos, mi falda y mi blusa escolar, con miedo a que alguien notara mi desnudez. Estaba nerviosa, temerosa y confundida, por un lado me sentia totalmente extraña y hasta sucia ante lo que habia aceptado hacer, ¿habia hecho bien o mal?, ¿lo haria de nuevo o romperia el trato?.

Lo cierto era que ningun hombre me habia tocado nunca antes, mi profesor era la primera persona que lo hacia, eso no significaba que aquel momento fuera especial o que por eso fuese a guardar recuerdos agradables sobre este dia. Todo lo contrario, me senti mal durante el resto de la semana al pensar en ello, me senti culpable por no haberme esforzado en la escuela y tener que llegar a esto para aprobar el grado, peor aun, sentia miedo porque mi profesor intentara llegar mas alla en algun momento.

Tampoco niego que, en cierto punto, senti exitacion cuando el profesor me toco, me acaricio o me olfateo. Acepto totalmente que, si bien, en un principio me parecio perversa e intimidante la forma en que me trato, tambien me senti extrañamente exitada e intrigada al saber que algo tan ridiculamente simple como mi olor corporal podia parecerle tan agradable a un hombre, al grado de hervirle la sangre y desesperarlo, poniendolo a mis pies, literalmente.

Poco a poco, con el pasar de los dias, las semanas y los meses, fui perdiendo el miedo y la verguenza. Puedo decir que ese dia fue el comienzo de mi travesia y despertar sexual, el cual me ha permitido tener una mente liberal y una forma de ver el sexo, el erotismo y la sensualidad de una forma mas abierta, entendiendo que el impulso sexual es, quiza, el mas fuerte y dominante que puede tener el ser humano, siendo para la mujer, ademas, un arma muy util de la que servirse.

Fue la primera vez que mi profesor de algebra me tocaba y pedia mi ropa interior, pero no fue la ultima, tampoco fue el unico, quiza, si les interesa, les cuente mas respecto a esta parte de mi vida en una siguiente entrega, besos.