Yo, ¿travesti también?
Una aventunra en la que, para mi sorpresa, termino vestido de mujer.
Esta historia es real, tan real que todavía me duele la cola. Hace un par de minutos que me pasó. Me gustó tanto cuando conté mi primera vez con una tv que decidí de inmediato contar esta.
Hace muy poco tiempo que descubrí un nuevo mundo, tapado a mis ojos hasta ahora. Parece como en las películas, que muchas personas tienen las cosas en frete a ellos y nunca realmente le prestaron atención hasta que un día todo está realmente claro. Yo empecé a prestarle atención y comencé a interesarme en muchas cosas nuevas.
Después de animarme a tener relaciones con una chica transexual, sentí casi necesario conocer los lugares y la forma de diversión de toda esa subcultura. Me di cuenta que no estaban tan lejos como yo lo creí casi toda mi vida.
Haciendo muy pocas preguntas me enteré de un pub donde iba gente con otro estilo de vida, entiéndase gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Para mi sorpresa, descubrí que la mayoría es gente amable y sobre todo muy divertida, sin tantos prejuicios.
Me encontraba en la puerta del pub y sentía como mi vida estaba dando una vuelta en U. Apenas entré me di cuenta como algunas miradas se clavaban en mí, creo que me reconocían como alguien extraño o ajeno, que no pertenecía a ese lugar. Levantando la frente me senté en la barra y pedí al barman una cerveza. Mientras tomaba del vaso, analizaba el lugar, la gente parecía estar divirtiéndose, varios bailaban y otros reían sentados tomando algo.
Mientras yo seguía con mi inspección del lugar, una chica se acercó a la barra y pidió unos tragos al barman. Mientras el muchacho los preparaba ella se movía al ritmo de la música. Cada tanto cruzábamos miradas hasta que se me acercó un poco, me preguntó mi nombre y si estaba sólo, a lo que le respondí que sí. Me miró detenidamente de arriba abajo, como buscando algo, sonrió y me invitó a sentarme en la mesa con ella y unos amigos. Acepté casi de inmediato, no quería pasar el resto de la noche tomando cerveza sólo en la barra.
Al llegar a la mesa, Sabrina, la chica de la barra, me presentó a cada uno, entre los que se encontraban Laura, Marcela, Enzo y Mariano. Sabrina me invitó a sentarme a su lado y junto a Marcela, una chica muy linda, ojos verdes, morocha de pelo lacio, una naricita respingona que le daba un toque sexy y una boca muy carnosa, no debe haber tenido más de 23 años. No tardé mucho tiempo en darme cuenta que era un grupo de parejas, donde Enzo estaba con Mariano y Sabrina con Laura. Eran muy simpáticos todos y entre chistes y risas me hicieron saber que me habían invitado a la mesa por que le llamaba mucho la atención a Marcela. Ella también me gustaba mucho, y más me gustaba cuando empecé a suponer que era una tv. No se bien lo que me llevó a pensar eso, realmente se veía muy sexy y hermosa, pero cada vez se me hacía más evidente que lo era. Realmente no lo podía creer, hacía muy poco que había tenido mi primer experiencia y sólo a 2 semanas ya me encontraba en un bar alternativo y conociendo una chica transexual liadísima, realmente algo inesperado.
Yo estaba hablando con Marcela cuando Mariano y Enzo se levantaron, nos saludaron y se fueron, minutos después Sabrina me guiñó un ojo, me sonrió e inventó una excusa para llevarse a Laura y dejarme sólo con Marcela. Me quedé un rato charlando con ella y realmente me impresionó lo inteligente, divertida y extrovertida que era. Me dijo que tenía ganas de bailar, así que no pude hacer menos que sacarla a la pista de baile. Cuando se levantó casi me da un infarto, vestía una blusa semitransparente y se veía que no tenía grandes pechos, más bien chicos, tenía un jean que destacaba una cola muy respingona, chiquita y unas piernas larguísimas. Realmente es el tipo de chica que le saca el aliento a uno. Puedo asegurarles que viéndola moverse en la pista cualquiera se hubiera enamorado enseguida de ella. Yo realmente no soy un sexsimbol ni nada que se le parezca, muy pocas veces he tenido la oportunidad de estar con una chica hermosísima y realmente no soy muy bueno en esas situaciones, se me nubla la mente podría decir. Lo único que pude hacer era seguirle el paso en la pista de baile y ver como se movía a mí alrededor. No se si siempre es así de fácil o estaba teniendo una de esas noches que sólo pasan raramente en la vida, pero ella me invitó a ir a su casa a tomar algo, ya que no quería estar más en el pub por que acababa de llegar su ex. Yo a estas alturas era su títere, me tenía completamente embobado.
Al llegar a su casa, entramos me invitó a sentarme en el sillón mientras ella iba a buscar unas cervezas. Estaba muy nervioso sentado en el sillón jugando con el control remoto haciendo que veía tele mientras seguíamos una interesante charla. Al entrar nuevamente en la sala con una cerveza en cada mano, se quedó unos segundos quieta, sonriéndome mientras yo seguía hablando como un tarado. Se sentó en el sillón y continuamos charlando hasta que ella me besó. Se que ya se habrán dado cuenta que en esta noche no ha sido una de mis mejores actuaciones y que ella llevó todo el tiempo las riendas, cosa que en otro momento me hubiera incomodado. Fue un beso apasionado, empezaron las caricias y nos estábamos poniendo muy calientes. Ella me fue sacando la ropa, lamiéndome el cuello, chupando y mordiendo mis pezones y sólo me quede con el jean. Cuando yo le intenté sacar la blusa, ella se paró, me dijo esperame y se fue de nuevo. Estuvo un buen rato en su cuarto, y se escuchaba mucho ruido de cajones, puertas, etc. Al volver tenía puesto un conjunto color blanco de medias, portaligas, una tanga colaless y un corpiño que le acentuaban una figura muy femenina. Le dije lo hermoso que era ese conjuntito y lo bien que le quedaban. Me volvió a sonreir y me llamó con un dedo y entramos en la habitación.
Nos tiramos en la cama besándonos, tocándonos, ella me desprendió el jean y con su mano comenzó a jugar con mi pene. Me sacó los pantalones, los boxers y empezó a chupármela como nunca me lo habían hecho. Estaba en el limbo, era una experta, pasaba su lengua por todas partes, chupaba mi glande, mis huevos, ella parecía estar disfrutándolo mucho. Ella se fue acomodando para terminar formando un 69, yo corrí su tanguita y empecé a imitarla en lo que hacía. Estuvimos un largo rato así hasta que me pidió que se la metiera. Le saqué el corpiño y la tanga, dejándola sólo con las medias, la acomodé en la punta de la cama boca arriba y yo parado comencé a tocar su ano con mi glande. Me costó mucho trabajo dilatarle el ano, estaba muy cerradita. Empecé en el juego del mete y saca mientras ella se masturbaba frenéticamente. Sentía como si fuera a partirla al medio y ella gemía muy excitada. Unos minutos más tarde ella acabó llenando sus tetas de leche, una imagen que me hizo correrme a los pocos segundos.
Tirados en la cama seguíamos riéndonos, nos había puesto de muy buen humor tan buen sexo. Yo no podía parar de tocarle la cola y las medias, se sentían muy suaves. Marcela se las quitó y me dijo que me las probara, que quería ver como me quedaban. No me hice rogar mucho y me las puse. Realmente son afortunadas las mujeres de poder tener ese tipo de ropa. A ella le resultaba simpática toda esta situación, y me siguió pasando el resto del conjuto para que me lo fuera poniendo. Se acercó a su guardaropa y me siguió pasando ropa, una minifalda y una blusa. Al terminar de vestirme ella me miró y en sus ojos se veía una gran satisfacción, como si hubiera hecho un gran descubrimiento. Cuando me dijo que estaba muy linda muy lindA, me puse como loco. Me acerque a ella tratando de hacer un paso sexy, seguramente me salió bastante torpe mientras ella me miraba dando vueltas a mi alrededor y diciendo que había descubierto una linda putita. Me tocaba la cola y el pene al pasar, situación que verdaderamente la puso muy caliente. Me amenazaba, me decía que no podía ser tan putita y que dijera algo por que si no me iba a romper la cola. Yo no podía decir nada, no se si por que no me adaptaba a la situación de que una chica hermosa me dijera eso o por ganas a que me rompiera la cola. Siguió manoseándome la cola por debajo de la minifalda hasta meterme un dedo. Me dijo que me pusiera como perrita en la cama a lo que obedecí de inmediato, me bajo la minifalda y la tanga y comenzó a chaparme y morderme la cola. Penetrarme no costó mucho ya que no tenía un pene muy grande. Se notaba muy excitada y me bombeada con mucha fuerza, y a los pocos minutos pude sentir como su leche caliente invadía mi ano y se escurría hacia afuera. Se salió, me chupó el pene de nuevo hasta que acabé en su boca.
Mañana en la noche quedamos en juntarnos de nuevo, me dijo que me iba a sacar a pasear como la putita de Jessica que había encontrado en mí y que íbamos a ir a levantar algunos tipos en algún bar. Realmente no me gustan los hombres, pero parece ser una situación muy excitante y loca y estoy desesperado por pasar otra noche con Marcela, que haría cualquier cosa, incluso lo que me pidió. fabricio_206_206@yahoo.com.ar