Yo te enseñaré (2)

Una joven es iniciada sexualmente para someterse al hombre.

Capítulo III

M: Ven aquí, pequeña... (le dijo a Sol tendiéndole una mano que ella tomó).... ven a la fuente de los aromas (dijo llevándola e introduciéndola en la pequeña piscina e introduciéndola bajo la cascada que surtía de agua la misma)... deja que la lluvia riegue tu hermoso cuerpo y el mío y nos limpie del sudor que nuestro gozo ha provocado...

Y mientras el agua caía sobre el cuerpo desnudo de Sol... sus pezones volvieron a reaccionar. Sol miraba cómo el agua también resbalaba por el fornido cuerpo de su Maestro... y veía cómo sus ojos verdes se introducían en lo más profundo de su cuerpo mirándola con deseo. Sol comenzaba a intuir porqué el buen amar en manos de una mujer, podía ser el poder que dominara a un hombre, pero todavía no sabía cómo utilizarlo.

Sol también se fijó en que, el órgano de su Maestro, que tras regar su boca con su elixir había bajado su turgencia, volvía de nuevo a resurgir, al contacto con el agua tibia y aromática de la fuente, y deseó volver a tocar aquella polla dura que tanto placer le había provocado a ella con sólo chuparla... y recordar esos momentos la hizo volver a sentir su coño hinchado....

El Maestro también noto los ojos de deseo con que Sol miraba su miembro...y se arrimó a ella... Con su mano izquierda rodeó la nuca de Sol obligándola a inclinar un poco la cabeza hacia atrás... Con su mano derecha cerró sus ojos y bajó con sus dedos a la comisura de sus labios acariciándolos. Introdujo su dedo corazón dentro de la boca de su alumna, hasta tocar con él su lengua y comenzó a juguetear con ella para volver a tocar sus labios con los dedos...

M: ¿Recuerdas cuando chupabas mi polla? ¿pues quiero que chupes igual mis dedos...Quiero ver cómo tu lengua lame mis dedos... vamos pequeña... sé que te gusta y lo haces muy bien...

El Maestro sacó sus dedos de la boca de Sol y acercando su lengua comenzó a lamer los labios de su alumna... mordisqueándolos suavemente... introduciendo su lengua hasta encontrar la lengua de ella... y bajando su mano derecha comenzó a acariciar esas tetas turgentes e infantiles todavía que su alumna le ofrecía con su espalda arqueada hacia atrás, pellizcando suavemente sus pezones....

Sol parecía excitarse muchísimo al contacto de sus pezones, y comenzaba a jadear de nuevo... El Maestro, al que todavía excitaba más todavía oírla jadear, mordía cada vez con más fuerza esos pezones duros... los retorcía entre sus dientes y estiraba tímidamente de ellos... pero Sol cada vez jadeaba más...

S: Ohhhh Maestro... me gustaría ser carne en vuestro plato... comed de mis pechos hasta saciaros... Dios!!!... la rajita de mi sexo vuelve a hincharse....mmmmm... (decía Sol mientras comenzaba a apretar sus muslos)...

Y el Maestro mordía cada vez con más fuerza los pechos de su alumna... abarcaba con su mano todo un seno, lo apretaba e intentaba introducírselo entero dentro de su boca en un ansia infinita por devorar los pechos de esa niña que le estaba volviendo loco, mordiendo una y otra vez sus pezones cada vez con más fuerza mientras Sol daba ligeros grititos entre el dolor y el placer.

M: Es el momento de que un hombre tome posesión de tu sexo, de tu coñito infantil. Túmbate....

Y tumbándose a su lado, el Maestro comenzó a besar tiernamente a su alumna... Besaba sus ojos... sus mejillas, la comisura de sus labios acariciándolos con su lengua, lamiendo su cuello y besándolo hasta sus senos, tiernamente... besando y lamiendo recorrió con su boca su vientre, rodeando y profundizando con su lengua en el ombligo de la niña-mujer, hasta llegar a su pubis, escaso de vello por su juventud en el que dejó enredar sus dedos abriendo camino a sus labios y a su lengua, mordisqueando la tierna carne que recubre la pelvis al borde mismo del clítoris...

Sol suspiraba, jadeaba y respiraba entrecortadamente... su vientre daba ligeros temblores, y cuando el Maestro pasó su dedo índice rodeando muy lentamente el clítoris de la mujer, para bajar sinuosamente siguiendo la abertura de su sexo hasta el mismo ano...acariciando superficialmente toda la zona, el Maestro pudo observar hasta qué punto ese simple contacto primerizo de sus dedos en el coño de su alumna provocaba en ella tal secreción de su elixir que comprendió que aquella niña estaba lista para ser penetrada, aunque ella todavía no supiera que un hombre podía hacer muchísimas cosas con su órgano del placer.

S: Ohhh... Maestro...No sé qué me está haciendo... no sé qué es lo que yo tengo entre las piernas que en sus expertas manos me obnubila la razón... Señor... haga conmigo lo que quiera... sólo deseo que no me haga daño...

M: El que te haga daño o no, depende de ti.... No opongas resistencia nunca a lo que tu hombre te quiera hacer y él procurará no hacerte daño... Sólo has de dejarte... Siente esto que te hago ahora (mientras rodeaba con la yema de su dedo corazón el clítoris de la muchacha), estoy acariciando el botón de tu chochito...¿te gusta?

S: Ohhh síiii.... me gusta mucho…. Ohhhh... Maestro.... siento que me falta algo...siento que mi coñito quiere más... Señor... yo quiero ser buena alumna...

M: Ssshhhhhhh Calla!!! (dijo el Maestro dando un golpecito con la palma de su mano sobre el chochito de su alumna, mientras tapaba su boca con el dedo índice de su mano izquierda haciéndola callar)... Deja que sea tu coño quien me hable...

Y continuó acariciándolo... aprovechando el jugo que salía del interior de su alumna para lubricar toda la zona....

El Maestro cambió de postura, y sin dejar de acariciar el clítoris de su pequeña alumna, abrió más sus piernas y se arrodilló entre ellas dejando a su vista, bien abierto el coño de Sol que parecía querer decirle... estoy preparada Maestro...

Entonces, él acercó su cara al sexo de la niña, exhalando su aliento caliente sobre él, provocando un ligero escalofrío en la chica, y a continuación sacó su lengua con la que comenzó a rodear el botón de su alumna... despacito... arrimando sus labios también... y chupando y succionando su clítoris, lo que provocó que Sol, ante el repentino y explosivo brote de placer... cerrara instintivamente las piernas...

El Maestro notó entonces que la niña estaba a punto de llegar al climax, su primer orgasmo, y volvió a abrir las piernas de su alumna y con más entrega que nunca siguió devorando el clítoris de Sol, mientras acariciaba su vulva sin penetrar en ella, chupando los labios que vigilan la entrada de su vagina... mordisqueándolos... lamiendo con toda la extensión de su lengua todo ese coñito, que sin querer reconocerlo le estaba volviendo loco, mientras succionaba el jugo que brotaba de la mujer....

S: Ohhhhh... Maestrooooo.... Dios mío…. Ohhhh… qué placer... (decía Sol mientras su cuerpo experimentaba los primeros espasmos y contracciones propias de un orgasmo cómo sólo un experto sabe conseguir tras hacerlo desear con todas las ganas)... Ohhhhhhhhh....aaaaaahhhhhh....Señor... eres mi dueño...déjame morir de placer entre tus manos. Y tras los últimos espasmos de su primer orgasmo... Sol... se quedó tendida... con los ojos cerrados... desmadejada de placer, con sus piernas abiertas de par en par mientras su Maestro se retiraba, acariciando la cara interna de sus muslos lentamente hasta sus rodillas mientras se incorporaba... mirándola... temblando...

En ese momento el Maestro se sintió vencedor...era así como le gustaba ver a una mujer, porque ahora, Sol, ya era una mujer... El la había hecho mujer sólo con sus manos y su boca... y así... abierta ante él.. era como le gustaba tenerla... a sus pies... a su disposición... entregada y satisfecha...pero...

¿Estaría dispuesta a seguir?. Tenía muchas pruebas que superar.. Porque ahí no terminaban los Ritos de las Delicias... Acababan de empezar.

(Continuará...)

Capítulo IV

El Maestro se levantó...se dirigió a la piscina y dejó que el agua clara de la cascada resbalara por su cuerpo, preparándose para volver a demostrar a esa muchacha que embriagaba sus sentidos, que él era el Maestro... era él el que pondría a prueba a la mujer, era él el que habría de conseguir doblegar sus deseos a los suyos, y como se sentía dominado por su belleza, la mezcla de pasión y machismo provocaban en él unos deseos inmensos de poner al límite a esa muchacha a la que comenzaba a amar...

No podía ser... él era un Maestro del Rito de las Delicias... no podía sentir eso por una alumna... Se resistía... y eso convertía su pasión en ira... debía controlarse, pero a la vez, debía intentar hacer un buen trabajo convirtiendo a esa muchacha en la puta-experta-y salvaje que todo hombre quiere tener en su cama... y él... lo conseguiría... para él o para cualquier otro hombre... pero conseguiría hacer de Sol... la mejor amante del País de las Delicias.

Sol, relajada y satisfecha, había quedado tendida plácidamente sobre aquél mullido suelo de terciopelo rojo, tumbada sobre su costado daba la espalda a su Maestro que miraba el perfil de su contorno, tierno y ondulado.. su cabeza sobre el terciopelo regando el rojo de la superficie con su larga melena rubia..., el perfil de su espalda se hacía más estrecho en la cintura para volver a subir como una montaña rusa al ensancharse sus caderas..., sus glúteos... que parecían absorber toda la luz de la estancia desprendiendo un brillo que llamaba poderosamente la atención del Maestro..., y esos muslos... esas largas piernas, una flexionada sobre la otra....que terminaban en unos pequeños y bellos pies de pequeños dedos... Pero... la luz de la habitación parecía centrarse únicamente en aquellos glúteos, tersos y prominentes, de una suavísima y cálida piel... El Maestro no podía dejar de mirar... Ohhhhhh.... esa mujer.... allí tendida...

Tomó una de las aceiteras conteniendo distintos aceites aromáticos que estaban dispuestas sobre alacenas en torno a la piscina... y una botella de Licor de Síes... y se acercó a la muchacha.

Arrodillado a su lado, comenzó a acariciar el cabello de la joven mujer, su nuca, su sien... haciendo girar su cabeza, comenzó a besar sus labios, entreabiertos, que se dejaban seducir por los labios y la lengua de su Maestro sin oponer resistencia mientras ella permanecía con los ojos cerrados... El Maestro tomó el pareo que desechó al principio, y con él cubrió los ojos de la muchacha rodeando su cabeza y atándolo en un ligero pero seguro nudo en su nuca. Sol, parecía sumida en un plácido y lánguido sueño que permitían a su Maestro manejar su esbelto y frágil cuerpo como si de una cálida marioneta se tratara...

Metió sus dedos índice y corazón entre los labios entreabiertos de la muchacha, encontrando su cálida y húmeda lengua dormida. Tomó con su mano izquierda la botella de Licor de Síes, y comenzó a dejar gotear el líquido entre sus labios... poco a poco... la juguetona y golosa lengua de su alumna comenzó a despertar al dulce sabor, moviéndose ansiosa en busca de más gotas que cayeran sobre ella.... La sed comenzaba a despejarla y ansiosa abría su boca buscando a ojos cerrados el licor que calmara su sed.

El Maestro sabía que en la próxima enseñanza que pretendía impartir a su alumna, el Licor de Síes le sería de ayuda...

Tras saciar la sed de su alumna, acarició el contorno de sus caderas y con una ligera presión volteó con ellas el cuerpo de la mujer hasta dejarlo boca abajo. Separó sus brazos de su cuerpo, tomó la aceitera y volcándola dejó que de ella surgiera un finísimo chorro que derramó lentamente por sus hombros, por su espalda.. por sus glúteos y sus muslos....

Un aroma dulce a jazmines brotaba al contacto del aceite con la piel caliente y sudada de la joven, que excitaba los sentidos de su Maestro....

M: Déjate hacer pequeña...Ahora recorreré todo tu cuerpo y mis dedos se harán los dueños de cada centímetro de tu piel (decía, mientras comenzaba a acariciar con sus dos manos, y a extender el aceite de jazmines por el cuello de la joven, por sus hombros, deslizándose suavemente a lo largo de sus brazos, por la cara interna de los mismos para volver a sus hombros y deslizar desde ahí sus manos por su espalda, marcando su columna vertebral suavemente con sus dedos y extendiendo sus manos por sus riñones transmitiendo el calor de sus palmas al valle que su espalda formaba con la subida de sus glúteos... Acariciaba de forma simultánea los costados y las caderas de la mujer, que comenzaba a respirar hondamente.)

Ahora, el Maestro, se situó a horcajadas, de rodillas semisentado sobre los muslos de la joven... y comenzó a acariciar el culo de la joven, con sus manos bien abiertas, intentando abarcar aquella carne fresca y tersa, intacta hasta ese momento, y dejaba que sus dedos gordos se deslizaran entre los muslos de la chica acariciando su cara interna... Notaba el calor que manaba de ese hueco existente entre los muslos y el final de su culo... esos labios que protegían su botón del placer y la entrada de esa vagina donde estaba deseando entrar, y seguía deslizando sus hábiles manos entre el brillo y la suavidad de los aceites.

Deslizando sus manos de nuevo hacia arriba, se perdió en caricias en ese culo turgente y comenzó a besarlo... notando el dulce sabor del ungüento que hacían deslizarse sus manos y sus labios sabrosamente... Ese cuerpo.... Dios... no quería pensar....

Introdujo sus manos a ambos lados bajo la cintura de Sol, entre ella y el mullido suelo, y acarició su vientre, masajeándolo con sus manos, mientras besaba su espalda y paseaba su lengua por su cuello, por el lóbulo de su oreja, notaba como ella se estremecía y su piel se erizaba. Esa postura hacía que su miembro entrara en contacto directo con el culo de la niña... Ese roce... y el abrazo que desde atrás envolvía la cintura de Sol y le obligaba a sentir su vientre en sus palmas de las manos, estaba provocando en él la excitación que él trataba de controlar... pero no podía evitarlo.... Deslizó una de sus manos hacia arriba hacia su cuello y con la otra tiró del vientre de la mujer obligándola a incorporarse algo bruscamente, enardecido por la rabia de su propia excitación.

Así... ambos de rodillas, El maestro tenía a Sol delante de él, pegada a su cuerpo....rodeándole con sus brazos presionaba el vientre de la chica atrayéndolo contra sí, de forma que Sol fue consciente por primera vez de sentir sobre su cuerpo el miembro duro y erecto de su Maestro... y tembló...

S: Ohhh... Señor.... no os veo… me habéis vendado los ojos... decídme qué he de hacer... Sólo os siento, siento vuestra polla dura tras de mí... y no sé qué he de hacer... Está tan caliente.... No sé qué me habéis hecho, pero mi rajita vuelve a estar hinchada y caliente también... y creo que vuelve a querer que bebáis de ella como antes....

M: Calla!!! O tendré que vendarte también la boca.... (la ignorancia de la muchacha le irritaba, más por la propia excitación que Sol provocaba en él...ese deseo que se veía incapaz de controlar, viendo como ella ni siquiera imaginaba los sentimientos que su alumna provocaba en él).

Y volvió a apretar el vientre de la niña contra su propio pubis... mientras con la otra mano subía por su estómago, acariciándolo, sentía las costillas de la niña hasta llegar a su pecho... pequeño pero turgente, y lo rozó con sus dedos... y... Dios... ese pezón volvía a levantarse bajo su mano... lo dejó deslizarse duro y caliente entre sus dedos y los apretó y los frotó con el pezón de su alumna entre ellos, y al final tomó cada una de sus tetas con sus manos y comenzó a acariciarlas apasionadamente, retorciendo sus pezones...

Sol volvía a jadear fuertemente...

S: Ohh.. Maestro... mi cuerpo es mantequilla en vuestras manos... mi coño se está derritiendo... mi vientre tiembla...

El Maestro cada vez más enojado, por no poder controlar su propia excitación... apretaba más y más los pechos de la niña, y bajando su mano de nuevo hacia su pubis, acarició suavemente el poco vello que nacía en él, y deslizó su dedo índice buscando el clítoris de la joven... y allí estaba... rígido ... deseando ser manipulado... húmedo y ardiente...entre esos labios jugosos... y siguió con su dedo el camino de su vulva y ... encontró lo que buscaba y se perdió... en el agujero de su vagina... su dedo comenzó a moverse despacio... en círculos mientras con el resto de su mano apretaba los labios que abrazaban ese clítoris que tan obedientemente reaccionaba a sus caricias...

Sol dio un gemido... un pequeño grito... y se retiró bruscamente separándose de él....

S: Señor!!! Ohh.... (dijo entre asustada y sorprendida)... ¿Qué vais a hacerme ahí...?

M: Que te calles!!!! (le dijo el Maestro poniendo una mano en su boca, y atrayendo de nuevo a la chica agarrándola fuertemente de su vulva contra él...)

Tan fuerte y sorpresivamente la atrajo contra sí... que su polla, hasta ahorra erguida entre sus glúteos, se deslizo entre sus muslos sintiendo el calor ardiente y la humedad del sexo de la muchacha.... que dio otro respingo poniéndose rígida...., lo que excitó sobremanera a su Maestro que tuvo que hacer un real esfuerzo por no introducir su tiesa verga en ese mismo momento en el coño de la joven... a la que cada vez más, estaba deseando penetrar....

De repente, el Maestro separó a la joven de su cuerpo... se levantó... tras ella... la rodeó situándose ante ella, que seguía con los ojos vendados, y respirando hondamente en un largo suspiro... trató de retomar el control. Intentaba dejar claro quién dominaba a quién, y tenía que conseguirlo, porque Sol, aunque sin pretenderlo, estaba provocando en su Maestro unos sentimientos que conseguían que se dejara llevar por sus instintos sin razonar que él era el Maestro, y ella la alumna....

Ahora la tenía arrodillada frente a él... con su linda cara a la altura de su pubis... ciega... y esos labios jugosos y temblorosos... y ...quiso tomar su boca... metió sus dedos en ella buscando su lengua. Ella abrió sus labios dejando que los dedos de su Maestro urgaran y jugaran con su lengua, con sus labios... . Esos juegos hacían que Sol aumentara su salivación, señal de que le gustaba... El Maestro la tomó entonces de sus hombros y la hizo ponerse en pie... y frente a ella, siguió jugando con sus dedos en su boca, mientras la llevaba al sofá sin respaldo que había junto a la piscina.... allí la hizo sentarse, mientras seguía con sus dedos en su boca comenzó a acariciar sus tetas... su vientre... Abrió ligeramente sus piernas, y vió su vulva brillante, henchida... virgen...

Volvió sus ojos a los labios de la muchacha que parecían tener hambre... y mientras que seguía introduciendo los dedos de su mano izquiera en la boca de la niña, con su mano derecha comenzó a manipular su vulva, mientras mordisqueaba sus pezones....

Sol se recostó un poco hacia atrás apoyándose en sus manos, y flaqueándole los músculos se apoyó en sus codos... el placer que su Maestro le hacía sentir en ese momento, hacía nula la voluntad de su cuerpo de mantenerse rígida.... Sentía su boca llena de unos dedos juguetones que se introducían casi hasta su garganta provocándole cosquillas en el paladar y su saliva hacía sus labios chorrearan..., mientras su Maestro, al mismo tiempo, chupaba frenéticamente sus erguidas tetas, las mordía y las retorcía por los pezones como si quisiera arrancárselas de un tierno pero salvaje mordisco... y sus dedos jugueteaban en su coño, en su rajita.... haciendo tililar su clítoris... deslizándose entre sus labios... y ... de nuevo.... se introdujeron en su vagina....

Esta vez no se asustó... ni se retiró... sus piernas se dejaron llevar y se separaron aún más mostrando a su Maestro que estaba dispuesta... ofreciéndole su cueva de las Delicias....

El Maestro sintió que ahora ella le pertenecía... y comenzó a mover sus dedos índice y corazón dentro de la vagina de la muchacha... despacio... pero profundamente.... moviéndolos circularmente... entrando y saliendo... y viendo como la joven comenzaba a convulsionar ligeramente, supo que faltaba poco para su segundo orgasmo... y se centró en follar con sus dedos a su alumna hasta conseguirlo....

Se arrodilló entre sus piernas... las separó bien dejando a la vista el agujero abierto de su vagina, deseoso, hambriento... que pedía ser alimentado por su Maestro... e introdujo de nuevo sus dos dedos profundamente en su chocho... una y otra vez, cada vez más profundamente... girando su mano y acariciando con su dedo pulgar ahora su botón del placer, ahora el contorno de su ano... una y otra vez... pero ese coñito que a él le volvía loco cada vez se abría más... y metió tres dedos... y empujaba con ellos fuertemente en el interior de la joven... una y otra vez... el coño de la niña chorreaba de placer... y sus jadeos se convertían en pequeños gritos...

S: Ohhhh... Señor.... llega hasta mis entrañas.... entra hasta el fondo de mi ser... Señor.... voy a desmayarme... Diosssss.... me muero..... me muero....

Y su cuerpo temblaba y convulsionaba, sus dedos agarraban y retorcían el terciopelo rojo sobre el que se recostaba...

S: Diosss.... quiero ser atravesada por la mano de este hombre.... Ohhh Maestro.... no pares.... me muero....aaahhhhhhhhhh

Y el Maestro notó un río de cálido flujo que manaba, en cada contracción de su vientre y sus caderas, del coño de su alumna....... hasta que sus temblores fueron cesando lentamente, y ella comenzó a juntar sus muslos... intentando retener por más tiempo la mano de su Maestro dentro de su coño.... suspirando... se incorporó y con sus dos manos sujetó la de su Mestro y la apretó atrapándola entre sus piernas...durante unos minutos, mientras el Maestro seguía, ya suavemente, acariciándolo... Sol había alcanzado el clímax nuevamente en sus manos.

(Continuará....)