Yo soy una chica decente (02), muy decente...

Mi novio Sebastián me acompañó hasta la puerta de la casa de Dulce, mi modista. Quería entrar, pero se lo impedí, por aquella ley que dice que el novio no puede ver a la novia vestida de tal, antes del casamiento. Y como ahora Dulce me tenía que hacer la primera prueba del vestido, ya no le permití a mi novio entrar.

Yo soy una chica decente (02), muy decente. Bueno, bastante decente.

Por bajosinstintos4

Mi novio Sebastián me acompañó hasta la puerta de la casa de Dulce, mi modista. Quería entrar, pero se lo impedí, por aquella ley que dice que el novio no puede ver a la novia vestida de tal, antes del casamiento. Y como ahora Dulce me tenía que hacer la primera prueba del vestido, ya no le permití a mi novio entrar.

Así que lo despedí, y entré solita.

Dulce, erguida en toda su estatura me recibió con un beso de su sensual trompa en media boca, caliente y húmedo. Y otra vez me envolvió con su perfume. Pero ya estábamos en confianza. Así que cuando me bajó la cabeza hasta la altura de su pubis no me extrañé. Aunque cuando, levantando su falda, me cubrió la cabeza dejándome frente a frente con su olorosa intimidad, su actitud me resultó sobrecogedora.

Respirá, corazón, respirátelo todo. Oleme bien.-

Así que me abracé a su enorme culazo y enterré mi rostro en su peluda intimidad, que ya empezaba a emitir sus jugos… Dulce no llevaba bragas. Pero yo no lamí nada, porque ella no me lo había ordenado. Y me quedé oliendo y oliendo su sabroso sexo. El mío propio estaba burbujeando. De mi conchita salían punzadas de deseo como nunca me había producido mi novio. Después de unos minutos sentí las manos de Dulce en mi nuca. Me extrañó, porque yo estaba aferrada con ambos brazos y toda la fuerza a su culo, y no hacía falta que me empujara más la cara. Pero enseguida entendí, Dulce comenzó a frotarse la conchaza con mi rostro, como si se estuviera haciendo una paja. Avanzó y abrió completamente su pelvis para restregarme su peluda concha por toda la cara. Y podía escuchar sus jadeos calientes. ¡Se estaba echando un polvo con mi cara! Y sintiendo las pulsiones de su concha, me corrí irremisiblemente. Ella siguió un rato más y finalmente con un grito de pasión, tuvo su orgasmo en mi rostro. Duró más de un minuto, orgasmando. Luego me soltó la nuca y yo me derrumbé hacia el suelo.

Se quedo un rato disfrutando de mi derrumbe y después me ayudó a llegar hasta el estudio.

Ahora vamos a hacerte la primera prueba del vestido – y me desnudó para que pudiera ponérmelo. Faltaba sólo ajustármelo un poco y luego, claro, agregarle todos los chiches. Así que el aspecto comercial y técnico de mi visita, por el momento había terminado. Y nos sentamos en el estudio con Dulce, aunque ella, a decir verdad, no fue exactamente sentarse lo que hizo.

Prolijamente se sacó las tetas afuera de la ropa y con el culo en pompa, comenzó a tocarse la raya y abrir su concha, para engolosinar mis ojos.

Hace tres días que no tenía sexo, amorosa, y para una putona como yo eso es demasiado. Quiero que me huelas la concha y el culo, y que cuando no puedas contenerte más, me hagas los honores.- Y mientras veía su hermoso orto y las enormes tetas con sus grandes pezones, supe que aunque estoy enamorada de mi novio, esta mujer no me iba a molestar hacerle algunos "favorcitos" a mi modista.

Vení, bomboncito, quiero que me chupes las tetas, y la boca y el orto y me comas la conchita.

Bueno – dije – pero después quiero que me sientes el culo en la cara.- Y me quedé asombrada por lo que había dicho, pero era un pedido que me salió del corazón.

¡Totalmente, cielito! ¡Y me voy a hacer una paja anal con tu carita! Especialmente pensando en lo muy enamorada que estás de tu novio.

La próxima te contaré lo que sentí bajo el soberbio culazo de Dulce. A mi novio no le estoy contando nada de todo esto, porque podría interpretarlo mal. Escríbeme a bajosinstintos4@yahoo.com.ar .