Yo soy el consuelo de mi padre, por fin
Sara intenta por todos los medios que su padre sea el primero en poseerla y así perder su virginidad, ella está segura que al final será capaz de conseguirlo.
Para quien no haya leído la primera parte, este relato narra la relación de un padre que no puede tener sexo con su esposa y de cómo su hija, intentando conseguir que encuentre una pareja exclusivamente para mantener relaciones sexuales, acaba ofreciéndose a él y provocándole de todas las formas posibles para ser ella esa pareja y así perder su virginidad.
.... Sara fue corriendo a su habitación, quería prepararse para cuando subiera su padre después, pensó en como esperarle, desnuda, con ropa provocativa, en pijama, no lo tenía claro pero no importaba, lo que deseaba es que subiera rápido para estar otra vez con él, ahora ya los dos habían demostrado lo que querían y estaba ansiosa por volver a ofrecerle su cuerpo.
Pasado un rato oyó como su padre subía, estaba impaciente y necesitaba que él la tocase -Aun no me ha besado, estoy deseando que lo haga, después haré todo lo que me pida, lo que sea.- pensaba esto cuando vio como su padre pasaba de largo y se iba a su habitación, esperó un rato pero él no volvió, -¿Se habrá enfadado? ¿Quizás he hecho algo mal?- Empezó a preocuparse por si ya no iba a querer nada con ella, así que se levantó y fue a la habitación.
Jorge estaba muy preocupado por lo que había ocurrido con Sara, había permitido que su hija le hiciera una mamada y eso estaba mal. Subió a su habitación y decidió no pasar a dar las buenas noches a Sara, sentía mucha vergüenza y no se atrevía a mirarle a la cara.
Poco después, cuando estaba en la cama, vio como se abría la puerta y aparecía ella, al verla con su melena suelta, sus pechos redondos y erguidos en los que destacaban las dos pequeñas areolas marrones coronadas por unos grandes pezones erectos, y su sexo tapado exclusivamente por un diminuto tanga negro, todo lo que pensaba pasó a un segundo plano, no podía apartar la vista de ese cuerpo perfecto mientras ella avanzaba hasta sentarse junto a él en el borde de la cama.
Sara se sentó y pudo ver como su padre se tapaba con la sábana intentando disimular su erección, sin esperar un segundo metió la mano bajo la sabana y la puso sobre la rodilla de éste.
JORGE.- Lo siento mucho Sara, perdóname por lo de antes, no debería haber pasado nunca, está mal lo que hemos hecho.
SARA.- No papá, no tengo nada que perdonarte, nunca he disfrutado tanto como lo he hecho hoy contigo.
JORGE.- Pero está mal cariño, esto está mal, tenemos que parar ya.
Mientras hablaban ella acariciaba la pierna de su padre y subía en dirección a su sexo, enseguida notó como sus dedos acariciaban los testículos de su padre, éste intentaba moverse para evitarlo pero era imposible, los dedos de Sara ya rodeaban el miembro de Jorge y lo acariciaban con suavidad, éste era incapaz de reaccionar y vio como su hija retiraba la sabana mostrando su polla erecta a la que ya había empezado a pajear, la mano subía y bajaba a lo largo del tronco y el prepucio se deslizaba dejando a la vista el glande rojo e hinchado, Jorge no podía dejar de mirar, estaba como hipnotizado viendo la maestría con la que Sara le masturbaba, estaba claro que en eso tenía mucha experiencia, era una de las cosas que ella le había contado en alguna de sus conversaciones padre-hija, nunca había tenido sexo con sus novios pero si les había relajado masturbándoles.
Sara miraba a su padre y veía como éste cerraba los ojos y se abandonaba eliminando la tensión que había demostrado al principio, ahora lo tenía donde ella quería, iba a calentarle todo lo posible hasta conseguir que se la follase, deseaba tener esa polla dentro de su sexo más que ninguna otra cosa en el mundo, recordaba cuando la noche anterior había tenido ese glande dentro y se arrepentía de no habérselo clavado hasta el fondo de sus entrañas, pero ya no importaba, ahora iba a conseguirlo y además de la forma que deseaba, ofreciendo su virginidad a su padre para que éste voluntariamente la tomase.
Jorge intentó retirar la mano de su hija.
JORGE.- No sigas cariño, esto no está bien.
SARA.- Shhhhh. Calla Papi, déjame hacer a mí.
Ella no hizo caso y continuó pajeándole, esta vez cogió los testículos con una mano y comenzó a acariciarlos al tiempo que inclinaba la cabeza y metía el glande entre sus labios mientras seguía masturbándole sin parar.
Jorge cogió con suavidad la cabeza de su hija con ambas manos acompasando los movimientos de ésta en sus continuas subidas y bajadas al tragarse su miembro. En ese instante vio como Sara se levantaba y se ponía a horcajadas sobre él, retiraba el tanga con una mano y con la otra orientaba la polla a la entrada de su vagina. –No puede ser, pensó. Tengo que pararlo- Pero ella ya estaba descendiendo y los labios vaginales se abrían cediendo a la presión que el glande ejercía sobre ellos, notó como penetraba en el sexo húmedo de Sara y como éste se cerraba envolviéndolo y produciéndole una descarga de placer, sentía el calor y la estrechez del sexo de su hija y ésta era una sensación que no recordaba haber sentido antes, ni siquiera con su esposa.
SARA.- Así papi, despacito, quiero que seas tú el primero.
Sara subía y bajaba despacio intentando conseguir que esa polla penetrase poco a poco dentro de su sexo, pero quería que fuese su padre quien tomase la iniciativa y la penetrase por completo.
SARA.- Empuja tu por favor, métemela entera.
Jorge empujó con sus caderas y vio como su miembro avanzaba clavándose un poco más adentro, ahora la mitad de su polla estaba alojada en la vagina de su hija. Ésta se encogió un poco pero inmediatamente comenzó a mover circularmente sus caderas lubricando el miembro que estaba ensartándola, sentía dolor pero no importaba, estaba consiguiendo lo que tanto deseaba.
SARA.- Ummm. Así Papi, un poco más, métemela entera, quiero sentirla bien adentro.
Al oír esto Jorge tuvo un momento de lucidez y apartó a su hija de encima.
JORGE.- ¡No puede ser! No podemos hacer esto.
SARA.- ¿Por qué? Esto es lo que deseamos los dos, yo quiero que seas tú el primero en tenerme, y mamá ya no puede darte sexo, así que yo lo haré por ella.
JORGE.- No cariño, está mal y tenemos que dejarlo aquí.
Jorge pidió a su hija que saliera de la habitación, ella se levantó llorando y se fue rápidamente.
Los días siguientes fueron un infierno para ambos, Jorge intentaba pasar todo el tiempo posible en el trabajo o en el hospital con su esposa, no quería enfrentarse a su hija. Ésta le esperaba todos los días ansiosa, pero él siempre pasaba frente a la puerta de su habitación sin entrar. Sara finalmente tomo la decisión de hablar con su padre, una noche le esperó en el salón y cuando entró le pidió que se sentara junto a ella.
SARA.- Papa, no quiero que nos evitemos ni que perdamos la relación que hemos tenido hasta ahora, si tu no quieres tener sexo conmigo lo entiendo, pero me gustaría que siguieses siendo mi amigo y confidente como lo has sido siempre.
Jorge la abrazó y la dijo que se alegraba de que lo entendiera, y que por supuesto seguirían teniendo la misma relación que habían tenido antes.
Pasados unos días y cuando ya todo volvía a la rutina, Sara aprovechó que su padre llegaba siempre muy tarde para llevar a su novio Luis a casa, se tomaron unas copas y pusieron una película porno, al ver una escena en que una chica hacia una mamada a su pareja, Sara miró a Luis y le preguntó si quería que se la chupara, éste sorprendido respondió inmediatamente que si, se lo había pedido en reiteradas ocasiones y la respuesta siempre había sido la misma, que ella no hacia eso.
Sara sacó la verga del pantalón de su novio, se inclinó y comenzó a chupársela al igual que hacía la protagonista, en una de las ocasiones que levantó la vista para ver la cara de su novio, Sara pudo observar que la puerta del recibidor estaba entreabierta y su padre estaba mirándoles oculto tras ella, inmediatamente volvió a su cabeza todo lo sucedido con él y como había disfrutado cada vez que la tocaba, en ese momento sintió una gran excitación y notó como su sexo se humedecía de forma repentina. –Voy a mostrarle lo que se pierde.- Pensó.- Y comenzó a chupar la polla de Luis poniendo todo su esmero en ello, su lengua subía por el tronco hasta el capullo y luego bajaba hasta los huevos, después recorría el camino inverso y se metía lo polla de golpe en la boca chupándola una y otra vez y tragando ese grueso tronco todo lo que su garganta permitía.
SARA.- ¿Te gusta cómo lo hago?
LUIS.- ¡Dios! Me encanta, parece mentira que no lo hayas hecho nunca, seguro que has visto muchas películas porno, sigue chupándola no pares por favor.
Sara, que tan solo llevaba una camiseta hasta la cintura y unas braguitas blancas, cambio de posición para que su padre pudiera tener una mejor visión desde la puerta, se puso en cuclillas, separó las piernas y retiró la braguita con la mano, ahora podía tocarse al tiempo que seguía chupando la verga de Luis.
SARA.- Dime que te gusta como lo hago.
LUIS.- Mucho, me encanta como me la chupas.
Sara seguía tragándose la polla una y otra vez y de cuando en cuando paraba para mirar la cara de su novio y de reojo comprobar que su padre seguía observando desde la puerta.
LUIS.- Ummm. Sigue, lo haces de maravilla.
SARA.- Siii, dímelo, me encanta que me lo digas.
LUIS.- Siiii, pero no pares, sigue chupándola, me gusta ver cómo te la tragas.
Sara continuaba pajeándose sin dejar por ello de tragarse la polla de su novio, solo con pensar que su padre estaba viéndola, su sexo se empapaba y soltaba flujos sin parar. Miró de nuevo a la puerta y su mirada se cruzó con la de su padre, éste había sacado su verga y estaba haciéndose una paja viéndola a ella en acción, Sara separó más las piernas y ahora Jorge, con la puerta prácticamente abierta, contemplaba como su hija se masturbaba sin disimulo ofreciéndole un primer plano de los dedos penetrando su coño una y otra vez.
SARA.- Ufff, estoy muy caliente, necesito correrme ya. ¿Cómo me gustaría tener tu polla dentro?
Lo que acababa de decir iba dirigido a su padre, pero Luis lo tomó como una invitación y decidió aprovechar la situación, cogió a Sara la puso de rodillas frente al sofá y se colocó detrás, con un movimiento rápido apartó la braga y llevó la verga a la entrada del coño. Casi sin capacidad de reacción, Sara notó como el glande se apretaba contra sus labios separándolos y adentrándose en su sexo poco a poco.
SARA.- ¡No por favor! Para, soy virgen, no lo hagas, así no.
Luis se quedó parado sin saber cómo reaccionar.
LUIS.- ¿Pero no acabas de decirme que quieres que te folle? ¡¡No hay quien te entienda!!
Sara miró a la puerta pero su padre la había cerrado de nuevo y ya no estaba allí.
SARA.- Lo siento, ha sido un calentón, pero aun no quiero hacerlo, perdóname.
LUIS.- ¡Joder! Al final me has dejado a medias.
SARA.- No es cierto, aun no hemos acabado, ahora vas a tener tu premio.
Sara se inclinó, cogió la polla de Luis y se la metió en la boca, sus labios se cerraron sobre el glande y comenzó a chuparla de nuevo tragándosela una y otra vez.
LUIS.- Si, esto está bien, sigue así, chúpamela.
La lengua de Sara se movía con rapidez y la polla penetraba su boca de una forma cada vez más profunda.
LUIS.- Trágatela entera ¡Venga! Estoy a punto de correrme.
Sara miraba a la puerta esperando ver a Jorge, pero él ya no estaba allí, a pesar de todo, la imagen de su padre pajeándose viendo como ella le hacia una mamada a su novio la excitaba y le hacía pensar que aún podría conseguir que él la desvirgase. Quizás todo no estaba perdido. Cerró los ojos y pensó que la polla que estaba chupando ahora era la de su padre, esto hizo que su boca y su lengua actuaran con mayor rapidez.
Luis vio que estaba a punto de correrse y sujetó la cabeza de su novia con fuerza, no había podio follársela pero ahora iba a tener que tragarse su corrida, inmediatamente soltó toda la leche inundando la boca de Sara sin que ella pudiera evitarlo.
LUIS.- ¡Dios! Ha sido estupendo, no puedo creer que sea tu primera mamada.
Sara miraba a la puerta decepcionada al ver que Jorge no estaba allí, deseaba que él hubiese visto como se la chupaba a Luís y como éste se corría en su boca, sentía que no lo hubiera visto pero por otro lado estaba satisfecha por las palabras de su novio.
SARA.- ¿De verdad te ha gustado como te la he chupado?
LUIS.- Ufff, ha sido estupendo, espero que a partir de ahora lo hagas más a menudo.
SARA.- Si, no te preocupes, pero ahora tienes que irte no sea que venga mi padre.
Cuando Luis se fue, Sara subió deprisa al piso superior, vio que la puerta del dormitorio de su padre estaba cerrada y se fue a su habitación, se tumbó en la cama y pensó en todo lo que había ocurrido, no podía quitarse de la cabeza la imagen de su padre mirando lo que hacían su novio y ella, sin poder remediarlo cerró los ojos metió la mano bajo el tanga y comenzó a acariciarse el clítoris. – ¡Mi padre se excita viéndome! Me encanta.- No paraba de pensar como había visto a su padre sacudiéndose una y otra vez la verga frente a ella, esto hacia que su dedo se moviera circularmente sobre su clítoris cada vez con más rapidez, sus caderas subían y bajaban sin parar y notó como iba a correrse de inmediato, apretó con fuerza las piernas dejando los dedos en el interior de su coño y comenzó a gemir de forma descontrolada.
SARA.- Ummmm ¡¡Dios!! Ha sido estupendo.
Mientras estaba tumbada en la cama recuperándose no paraba de pensar en que su padre se había excitado viéndola, así que tenía que volver a repetirlo, quería provocarle otra vez y no tardaría mucho en hacerlo.
Durante el resto de la semana cenaron y vieron la televisión juntos todas las noches pero ninguno habló de lo que había sucedido, Jorge prefería creer que su hija no le había visto masturbándose y ella no quería avergonzarle, solo deseaba que volviera a mirarla la próxima vez que fuera con su novio.
El viernes siguiente dijo a su padre que iban a venir a casa su novio y una pareja de amigos, Jorge respondió que no había problema, que él se encerraría en su habitación antes de que llegaran y no les molestaría.
Por la noche llegó Sara con Luis y sus amigos Fran y Diana, cenaron unas pizzas y decidieron jugar a las cartas, después de unas partidas y con alguna copa de más, Luís propuso jugar al póker pero con la condición de que el que perdiese la partida pagase una prenda, Diana dudó un momento pero al final aceptó jugar siempre que la prenda no fuera excesiva.
Comenzaron las prendas haciendo preguntas personales, normalmente de tipo íntimo y bastante indiscretas, pero a medida que avanzaba la noche y especialmente el nivel de alcohol, las prendas fueron desviándose hacia pruebas sexuales, lo que molestó a Diana que decidió dejar de jugar.
FRAN.- Vamos Diana, no sea tonta.
DIANA.- Lo siento pero yo a esto no juego.
FRAN.- Venga, mira como Sara no se echa atrás, sigue jugando tú también.
DIANA.- Ya he dicho que no, y si seguís jugando yo me voy.
LUIS. -¡Que ñoña! Pues ya puedes marcharte.
Al oír esto Diana se levantó y se dirigió hacia la puerta, Sara la siguió pidiendo que no se fuera.
SARA.- No te vayas por favor, tampoco pasa nada por jugar un poco.
Diana se marchó sin contestar y cerró la puerta de la casa dando un portazo. Sara vio entonces como la puerta de su padre se habría ligeramente para ver qué ocurría, se acercó a verle y le dijo que estuviese tranquilo, que su amiga se había rajado y la había dejado sola con Luis y Fran. Sonriendo le guiñó un ojo diciendo.
SARA.- Pero yo puedo con los dos, no hay problema.
A continuación regresó al salón comprobando que la puerta del recibidor quedaba entreabierta, estaba dispuesta a seguir jugando con los chicos y quería que su padre lo viera.
SARA.- ¿Qué os parece si ponemos música y bajamos un poco la luz?
Sin esperar respuesta apagó una de las luces dejando el salón casi en penumbra, después se acercó al equipo de música y puso una canción lenta, a continuación se acercó a los chicos bailando de forma sensual, cogió de la mano a Luis y se apretó fuerte contra él moviendo sus caderas y metiendo una pierna entre las de él, esto hizo que su pene creciera de inmediato.
SARA.- Ummm. ¡Que rápido ha crecido tu amiguito!
LUIS.- Jajaja, como para no hacerlo, esto se pone bien.
Luis cogió a Sara por las caderas y comenzó a bailar besándola en el cuello, ella de reojo miró hacia la puerta y vio en la penumbra como su padre estaba observando lo que pasaba en el salón. Sin perder el tiempo cogió las manos de su novio y las bajó a su culo, ahora Luis estaba sobando a conciencia su trasero mientras la besaba. Al ver lo que ocurría Fran, se levantó con intención de irse.
SARA.- ¿Dónde vas?
FRAN.- Es que me parece que yo sobró aquí.
SARA.- ¿Sobrar? ¡Que va! ¿No quieres unirte a la fiesta?
FRAN.- Pero yo…
SARA.- Ven baila conmigo.
Se separó de Luis y cogió con fuerza a Fran apretando su cuerpo contra el de él para que notara bien sus tetas, después guió sus manos como había hecho con las de Luis apoyándolas en su culo, Fran miró a Luís como pidiendo autorización pero éste no respondió, poco a poco tomó confianza y no dudó en acariciar sin disimulo el culo de Sara sin que ella pusiera objeción, ésta miró a su novio y vio su semblante enfadado, por lo que le dijo.
SARA.- ¿Qué haces ahí parado? Únete a nosotros.
Luis no lo dudo un segundo y se pegó a Sara por detrás presionando su paquete contra el culo de su novia. Ahora Sara estaba en medio de los dos y movía sus caderas y su pelvis restregándose contra los paquetes de ambos, al hacerlo notaba como las pollas duras de los dos chicos se frotaban contra ella sin disimulo. Volvió a mirar a la puerta y comprobó que su padre seguía allí escondido, esto la excitó terriblemente y decidió calentarle aún más, se separó un poco de Fran y bajó una mano hasta acariciar su polla por encima del pantalón.
SARA.- Uffff, veo que tienes un problema bajo el pantalón.
Se pegó de nuevo a él y metió una pierna entre las del chico de forma que ahora, con cada movimiento de cadera, se frotaba con fuerza contra la polla cada vez más enhiesta. Mientras, Luís no había perdido tiempo y había metido las manos bajo la camiseta de Sara liberando sus hermosas tetas que ahora apretaba con fuerza.
SARA.- Ummm, sigue cariño, tócamelas así, me gusta.
Luis tiró de la camiseta hacia arriba sacándola por completo y dejando a la vista de Fran los redondos y turgentes pechos coronados por dos pequeños pezones erectos. Éste no puedo evitarlo y acercó su boca metiendo uno de los rosados pezones entre sus labios succionándolo con fuerza.
SARA.- Siiii. ¡¡¡Como me gusta!!!
Sin disimulo miró a la puerta y vio que su padre la había abierto un poco más para poder observar la escena con más claridad, al cruzar sus miradas dijo.
SARA.- ¿Te gusta? No sabes como desearía ser tuya.
Luís, creyendo que se dirigía a él, la cogió de la mano y tiró de ella hacia el sofá.
LUIS.- Vamos, ya era hora, no sabes las ganas que tengo de follarte.
SARA.- Nooo, no tengas prisa, hay tiempo para todo.
Se soltó de la mano de su novio y volvió a bailar con Fran, éste se encogió de hombros mirando a Luis y se pegó a ella posando las manos en sus glúteos y deslizándolas hasta meterlas bajo la falda, con cada movimiento de cadera de ella aprovechaba para subir la falda un poco más, hábilmente había conseguido subirla hasta tenerla ya enrollada en la cadera, con lo que tenía pleno acceso a los glúteos redondos y duros de Sara. Luís, al verlo, no quiso quedarse fuera de juego y se acercó de nuevo por detrás cogiendo las tiras del tanga de su novia y arrastrándolas hacia abajo hasta bajarlas a los tobillos.
SARA.- ¡Vaya pillín!
Sara levantó primero un pie y luego el otro para que su novio pudiera sacar el tanga por completo. Casi sin darle tiempo la mano de Fran estaba explorando su sexo, al notar los dedos acariciando su vulva pensó que quizás aquello había ido demasiado lejos e hizo un intento de cerrar las piernas e impedir que siguiera, pero el simple roce de los dedos en su clítoris produjo en ella el efecto contrario obligándola a bajar la guardia abriendo las piernas y permitiendo a Fran pleno acceso a su sexo ya húmedo.
Fran, con facilidad, separó los pliegues de la vulva y comenzó a introducir los dedos en la estrecha vagina, los flujos que Sara soltaba sin parar le ayudaban a penetrar cada vez más profundamente la rosada y virgen cueva de la novia de su amigo. Luís, entretanto, no paraba de acariciar sus hermosas tetas apretándolas cada vez con más fuerza incentivado por los gemidos de ella.
SARA.- Ummmm, siiii, me encanta, sigue por favor.
Jorge, desde la puerta, veía asombrado como su hija estaba parada en medio del salón con los ojos cerrados y las piernas separadas, mientras Fran por delante follaba con los dedos su coño con total libertad y Luís desde atrás acariciaba sus tetas retorciendo con fuerza sus pezones.
LUIS.- ¿Te gusta así?
SARA.- Siiii ¡Me encanta!
LUIS.- ¿Te gusta estar con los dos?
SARA.- Siiii. Mucho ¡No paréis por favor!
LUIS.- Joder, menos mal que siempre has ido de modosita.
FRAN.- Ya verás, hoy por fin te follas a esta Zorra, o mejor dicho, nos la follamos los dos. Jajaja.
LUIS.- Bueno, me la follaré yo, pero a ti te hará algo que sabe hacer muy bien.
Sara permanecía ajena a los comentarios, el placer que estaba sintiendo al ser penetrada por los dedos de su amigo la tenía descontrolada, cada vez que notaba que los dedos entraban en su vagina bajaba las caderas intentando que la penetración fuera más profunda. Casi como en un sueño miró hacia la rendija de la puerta del recibidor y vio a su padre observándola. Si, allí estaba él -¡Como me gustaría que fuera la polla de mi padre la que estuviera penetrándome! -pensaba sin parar- De repente notó que iba a correrse y se agarró con fuerza a Fran.
SARA.- ¡Dios! Me corro, me corro. Siiiiiii.
LUIS.- Ahora tendrás que devolverle el favor a Fran. ¿No?
SARA.- Si, si.
Poniendo la mano sobre su cabeza, Luis la empujó hacia abajo para que se pusiera de rodillas.
LUIS.- Pues chúpale la polla como me lo hiciste a mí el otro día.
Sara obediente cogió la polla de Fran y comenzó a pasarla por sus labios, su lengua jugaba con el prepucio y después lo metía en su boca, lo chupaba un par de veces y después lo sacaba para recorrer el tronco con su lengua para a continuación volver a meterlo en la boca y tragarse una buena parte de la polla. De vez en cuando miraba hacia arriba para ver la cara de Fran.
SARA.- ¿Te gusta así?
FRAN.- ¡Joder! Lo haces muy bien, pero no pares por favor, sigue chupándola.
Mientras Sara seguía mamándosela a su amigo, Luis se había colocado detrás de ella y metía la mano entre sus piernas intentando acariciar su sexo. Sara, al notarlo, las separó facilitándole el acceso, Luis entonces empezó a acariciar el clítoris de ésta con sus dedos.
SARA.- Ufff, vas a hacerme daño, lo tengo un poco irritado.
LUIS.- Tú sigue chupando y déjame a mí.
Con suavidad siguió acariciándolo, pero Sara insistió.
SARA.- Es que me molesta ahora.
LUIS.- Joder, no puedo follarte, no puedo tocarte. ¡Vaya mierda!
FRAN.- Joder Luís, entre los dos me vais a cortar el rollo. ¡Fóllatela por detrás!
LUIS.- ¿Me dejas?
Sara miró hacia la puerta y vio a su padre escondido, a pesar de la oscuridad creyó verle acariciándose la polla, estaba claro que verla con su novio y su amigo le había puesto cachondo y eso era lo que ella pretendía, ahora iba a darle otro espectáculo para calentarle más, sin dudarlo un segundo tomó la decisión.
SARA.- ¡Fóllame el culo! Pero no me hagas daño por favor.
LUIS.- Siiiii, no te preocupes tendré cuidado. Fran, túmbate en el suelo para que Sara pueda ponerse en cuatro.
Fran se tumbó y Sara se puso al lado, cogió de nuevo la polla y se la introdujo en la boca, quería demostrarle a él y a su padre que era la mejor haciendo mamadas, sus labios succionaban el glande y después se tragaba la polla una y otra vez, su cabeza subía y bajaba a buen ritmo y su boca admitía dentro cada vez una porción mayor de ese falo que a ella le encantaba chupar. Mientras lo hacía, Luis se había colocado detrás de ella e intentaba, sin conseguirlo, penetrarla por detrás, había puesto el glande a la entrada de su ano pero cada vez que empujaba le hacía daño y ella se quejaba, por lo que era imposible culminar la penetración.
SARA.- Joder, me haces mucho daño.
LUIS.- Así es imposible, déjame que te folle por delante.
SARA.- No, ya sabes que soy virgen y aun no quiero hacerlo.
FRAN.- Joder, deja de hablar y termina de chupármela ¡Coño!
Volvió a girarse y siguió devorando la polla de Fran, éste permanecía con los ojos cerrados y sus manos no paraban de acariciar sus tetas, la encantaba verle así, le tenía en sus manos, veía como disfrutaba con su mamada y eso hacía que se sintiese orgullosa, además, su padre estaba viéndolo todo y eso aumentaba su placer. De repente sintió como Fran apretaba con fuerza su pezón con una mano y con la otra la cogía del pelo y empujaba hacia abajo su cabeza, estaba claro que estaba a punto de correrse. No sabía si a Luis iba a gustarle o no, pero estaba dispuesta a tragarse todo el semen de Fran, deseaba saborear en su boca el líquido espeso y tibio que su amigo iba a soltar de un momento a otro y además quería que su padre lo viera. Instantes después sintió como inundaba su boca la primera ráfaga de leche, casi sin poder tragarla recibió la siguiente descarga. – Siii, ¡Que rica! - Era como lo esperaba, caliente y densa, notaba como una parte de la leche penetraba en su garganta y otra se quedaba en su lengua y labios, pasó la lengua por estos y la recogió toda, no quería perder ni una gota. Fran mientras seguía tirando de su pelo y retorciendo su pezón con fuerza, pero no la causaba dolor, al contrario, ver como lo hacía le producía más placer.
FRAN.- ¡Vamos trágatelo todo! ¡Zorra!
Al oir estas palabras miró a la puerta y vio como su padre se estaba masturbando, era imposible que sus amigos no le hubieran visto, se había descuidado y había abierto la puerta demasiado. En ese instante sintió como su sexo destilaba con más fuerza, era imposible estar más excitada y más empapada, la forma en que la trataba Fran y comprobar que su padre lo veía la encantaba, ahora era ella quien quería que se la follasen, necesitaba tener una polla dentro ya.
SARA.- Vamos Luis, follame ya por Dios, necesito que me la metas enseguida.
LUIS.- Joder, pero no puedo, no ves que no entra.
FRAN.- ¿Me dejas a mi que te la prepare? Se ve que tu no tienes experiencia.
Fran se había incorporado y estaba expectante esperando la respuesta. Sara no dio tiempo a que su novio respondiera.
SARA.- Vamos, haz lo que sea pero necesito una polla dentro ya.
FRAN.- Ponte de rodillas con la cabeza apoyada en el sofá.
Sara se colocó de inmediato y al instante notó como Fran separaba sus glúteos con las manos y pasaba la lengua por su ano, esto la causó una sensación que no podía describir, la encantaba notar como la lengua rozaba su esfínter y después intentaba penetrar en su diminuto agujero. Sin quererlo, su sexo había comenzado nuevamente a segregar flujo y se deslizaba por el interior de sus piernas. – Dios, como me gusta. Pensó - Se giró un momento y vio la cara de Fran metida entre sus glúteos, notaba como su lengua se deslizaba por su ano sin parar y eso la ponía a cien.
Fran llevó la mano entre las piernas de Sara e introdujo dos dedos en su coño empapado, los metía y sacaba a modo de penetración y rozaba su clítoris de vez en cuando.
En ese instante ella pensó – Uffff ¡Que placer! – Sin darle tiempo sintió como él llevaba los dedos a su ano y los pasaba por su anillo marrón lubricándolo. Sin poder controlarlo notó como su esfínter se abría y cerraba sin parar fruto de la excitación, entonces Fran llevó uno de los dedos al diminuto agujerito y presionó con fuerza.
Sara comprobó como el esfínter cedía y el dedo penetraba en su interior, de forma refleja apretó sus glúteos para evitar que entrase, pero Fran la dio un fuerte azotazo en la nalga, lo que la puso más caliente si eso era posible.
FRAN.- Joder, no aprietes.
SARA.- Lo siento, ha sido si querer.
Fran volvió a meter los dedos entre las piernas de ella para recoger el flujo que no paraba de salir de su sexo y lubricarlos, a continuación los llevó nuevamente a su ano.
Sara notó de nuevo como primero los pasaba alrededor de su ano lubricándolo para después sentir como uno de ellos presionaba su agujerito y poco a poco conseguía abrirlo penetrándolo con suavidad.
SARA.- Ummmmm, siiii.
Fran la dio un fuerte azotazo en la nalga dejando su culo enrojecido y Sara sintió como un escalofrío de placer recorrió todo su cuerpo.
FRAN.- Ves como te gusta Zorra, así es como tienes que portarte. ¿Entendido?
SARA.- Siii, como tu quieras, pero sigue por favor.
Fran seguía penetrando el culo de Sara con delicadeza, su dedo se movía circularmente dilatando el estrecho orificio y esto producía en ella un enorme placer. Como ya había hecho anteriormente, Fran sacó el dedo y llevó la mano a la vulva para lubricar los dedos de nuevo, después volvió a ponerlos en el ano y los pasó por el circulo rugoso lubricándolo, introdujo un dedo con facilidad y después presionó con firmeza hasta que rompió la resistencia del esfínter consiguiendo que éste se abriese permitiendo que entrase el segundo.
Sara notó como su esfínter cedía y se abría para permitir que penetrasen los dedos y casi estuvo a punto de apretar los glúteos, pero recordó lo ocurrido anteriormente y se contuvo.
FRAN.- ¡Así me gusta! Estás sacando la Zorra que llevas dentro.
Y golpeo con fuerza la nalga de Sara con una mano al tiempo que introducía los dedos más profundamente en su ano.
SARA.- Ummmm. Siiii, me gusta.
Al oírla, Fran comenzó a penetrar el culo de Sara con sus dedos, los metía hasta que no podía más y los retiraba sin llegar a sacarlos del todo.
FRAN.- ¿Te gusta que te follen el culo?
SARA.- Siiii, me encanta, sigue.
FRAN.- ¿Quieres que te metan una polla dentro?
Sara, con la cabeza apoyada en el sofá, miró a la puerta una vez más y vio allí a su padre, estaba quieto y no paraba de mirarla, le hizo un gesto con la cabeza y respondió.
SARA.- Siiiii, por favor, métemela ya, quiero tener tu polla dentro.
Jorge no daba crédito a lo que oía y veía, su hija estaba tirada en el sofá y aquellos dos niñatos se la iban a follar delante de él sin que pudiera hacer nada para evitarlo, no paraba de pensar que si se la hubiese follado él cuando se lo pidió ahora no estaría allí sufriendo este castigo.
Luis, mientras, no daba crédito a lo que oía, su novia le había pedido a su amigo que se la follase él, no podía ser, llevaba tanto tiempo esperando y ahora la muy zorra se lo pedía a su amigo, le dio un golpe en el hombro a Fran y le dijo que se apartase, éste no quería renunciar a su presa y decidió ponerla a prueba.
FRAN.- ¿Quién quieres te folle?
Sara, tirada sobre el sofá y con los dedos de Fran follando aún su culo, respondió rápidamente.
SARA.- Me da igual pero metédmela ya. ¡Necesito que me folleis ya!
LUIS.- A ti ya te la ha chupado, ahora me toca a mí.
Fran se apartó a regañadientes y Luís se colocó detrás de ella cogiendo su polla y apuntándola al pequeño círculo marrón que ya estaba ligeramente húmedo y abierto.
LUIS.- Ahora te la voy a meter hasta adentro, por Zorra.
Al decir esto empujó con sus caderas y vio como su glande presionaba el pequeño esfínter consiguiendo que cediera, volvió a empujar con fuerza y el estrecho anillo se fue abriendo permitiendo que poco a poco su polla entrase en ese orificio que tanto deseaba. Miró hacia abajo y vio a su novia con la cara apoyada contra el sofá y los glúteos abiertos con su polla incrustada entre ellos, se acordó de las palabras de Sara minutos antes y se sintió despechado por haber pedido a su amigo que se la follase en lugar de él, así que de forma inconsciente y con rabia la cogió por las caderas y se echó hacia adelante dejando caer su peso sobre ella y clavándole la polla hasta adentro con un golpe de cadera.
SARA.- Agggg. Más despacio por favor, me duele.
Jorge sintió una punzada de dolor al ver como se quejaba su hija, por un momento estuvo a punto de irrumpir en el salón y parar aquella locura, pero se contuvo al ver como su hija comenzaba a gemir.
SARA.- Asiii, sigue así, me encanta.
Luís se había dado cuenta que la estaba haciendo daño y había rectificado iniciando un movimiento más ligero, ahora lo hacía de forma cadenciosa y suave pero incrustando su miembro hasta adentro en cada penetración.
Fran se acercó y la dio una fuerte nalgada dejando sus dedos marcados en los glúteos.
SARA.- Ummmm. Siiii.
FRAN.- ¿Has visto? Le va la marcha. ¡Que suerte has tenido con esta Zorra!
Sara giró la cabeza y miró a Fran -¡Como la ponía ese cabrón!-
Luis continuó follando el culo de su novia hasta que vio que estaba a punto de correrse, entonces se detuvo apretándose contra ella.
LUIS.- Joder, voy a correrme.
Sara empezó a mover su culo adelante y atrás al notar que su novio paraba.
SARA.- Sigue, sigue, no pares.
LUIS.- No puedo, ya me he corrido. ¡Dios que gusto!
SARA.- Pero yo no, sigue un poco más por favor, no pares.
LUIS.- Lo siento, ya no puedo más.
Diciendo esto se tiró en el sofá agotado.
SARA.- Joder, me has dejado a medias.
FRAN.- No te preocupes, yo te acabo.
Sin que Luis tuviera tiempo de evitarlo, Fran se situó detrás de Sara, colocó la punta de la polla en el ano de ésta y empujó sin encontrar resistencia.
Sara miró a su novio de reojo pero éste no dijo nada, así que acomodó su cabeza de nuevo en el sofá y se preparó para recibir las embestidas de Fran.
SARA.- ¡Vamos, fóllame con ganas!
Fran se inclinó hacia adelante, pasó una mano entre las piernas de ella y comenzó a acariciarla el clítoris al tiempo que empezaba a mover sus caderas penetrando el culo una y otra vez.
SARA.- Ummm. ¡Como me gusta! Sigue así, me encanta.
Fran se incorporó un poco y golpeó con fuerza las nalgas de Sara que ya estaban totalmente enrojecidas, ella giró su cara mirándole y mordiendo sus labios.
FRAN.- Te gusta ¿Verdad?
SARA.- No sabes como me pones ¡Cabrón!
Fran repitió la nalgada ante la presencia de Luis que no sabía cómo actuar, su amigo estaba follándose a su novia y ésta disfrutaba como no lo había hecho con él.
SARA.- Ummmm. Siiii, así me gusta.
Fran sonriendo aceleró los golpes de cadera y se la folló con más energía espoleado al ver que ella no paraba de gemir.
SARA.- Ummm, siiiii. ¡Como me gusta! Sigue follándome cabrón.
Fran estaba a punto de correrse, así que la cogió por las caderas y comenzó a golpear reiteradamente el trasero de ella con su pelvis de forma que su miembro penetraba violentamente el ano abierto de Sara.
SARA.- ¡Dios! Voy a correrme, sigue, no pares, no pares. ¡¡¡Fóllame con ganas!!! ¡¡Dame fuerte!!
Fran la dio una nalgada y empujó sus caderas de forma salvaje enterrando su miembro en el culo de Sara al tiempo que se corría en su interior.
SARA.- ¡Dios! Ha sido buenísimo, la noto tan adentro.
Ambos se dejaron caer en el sofá ante la mirada incrédula de Luis que no podía creer lo que había ocurrido.
FRAN.- Uffffff. Eres una autentica Zorra, estás hecha para follar, cuando quieras que te desvirguen cuenta conmigo, estaré encantado de hacerlo.
SARA.- No tardaré mucho, puedes estar seguro.
Sara miró hacia la puerta y allí seguía su padre, no se había perdido ni un detalle de lo que había sucedido en el salón, había sido un espectador de lujo viendo como se follaban el culo virgen de su hija.
Poco después Luis y Fran se marcharon y Sara se dirigió a su habitación no sin antes comprobar si su padre tenía la luz de la suya encendida, se acercó a la puerta pero estaba cerrada y la luz apagada, así que fue a su habitación, se desnudó y se tumbó en la cama. No paraba de pensar en lo que había ocurrido y había dos cosas que la excitaban, la forma en que la había tratado Fran y ver a su padre mirando como se la follaban, ya no podía esperar, quería perder su virginidad y deseaba que fuese con su padre, pero si no era posible tenía claro que sería con Fran.
Cuando se levantó al día siguiente su padre no estaba en casa, no fue a comer ni a cenar. Sara pensó que era momento de darle un empujoncito y decidió esperarle en el salón, se había vestido con un pequeño camisoncito sin sujetador debajo y con una diminuta braguita blanca. Finalmente volvió por la noche cuando ella estaba tumbada en el sofá viendo la televisión.
SARA.- ¿Dónde has estado Papi?
JORGE.- He pasado el día en el hospital con tu madre.
SARA.- ¿Quieres que te prepare algo de cenar?
JORGE.- No cariño, no tengo hambre.
SARA.- Entonces siéntate conmigo a ver la tele, hace mucho que no vemos una peli juntos.
Jorge se sentó en el sofá junto a su hija y ésta se tumbó apoyando la cabeza en sus piernas, entonces Jorge comenzó a pasar la mano por el pelo de Sara, quería acariciarla como cuando era pequeña.
Pasado un momento Sara se giró y le miró a los ojos.
SARA.- Ayer vi como mirabas mientras estaba con Luis y Fran.
Al decir esto Sara cogió la mano de su padre y la puso sobre su pecho por encima del camisón.
Jorge se puso nervioso y no supo cómo reaccionar, la noche anterior había visto que ella miraba hacia la puerta en varias ocasiones pero creía que no le había visto, ahora estaba totalmente avergonzado y no sabía cómo disculparse.
JORGE.- Lo siento hija yo…
SARA.- No Papi, no tienes por qué disculparte, a mi no me importa que mires. ¿Te gustó verme follar con mis dos amigos?
Ante esta pregunta Jorge no pudo evitar que su pene reaccionara y tuvo una erección que Sara notó de inmediato.
SARA.- A mi si me gustó que mirases.
De forma instintiva Jorge empezó a acariciar el pecho de Sara por encima del camisón, sus dedos se deslizaban por el contorno de su pecho y subían hasta el pezón acariciándolo suavemente.
SARA.- Te masturbaste al ver como Fran me follaba ¿Verdad?
Jorge era incapaz de articular palabra, no sabía que responder a esa pregunta tan directa, entonces oyó como su hija gemía levemente y se dio cuenta que sus dedos, sin ser consciente de ello, estaban pellizcaban los pezones de Sara.
SARA.- Ummm, me gusta como me tocas.
Sara cogió la mano de su padre y, abriendo ligeramente el camisón, la metió debajo colocándola sobre sus tetas.
SARA.- Sigue acariciándome por favor.
Jorge obediente comenzó a acariciar las tetas de su hija, su mano pasaba de una a otra amasándolas y apretándolas entre sus dedos, su vista no podía dejar de mirar los pezones erguidos que apuntaban hacia el techo mientras él los pellizcaba.
SARA.- Me encanta que me las acaricies, no dejes de hacerlo por favor. Ayer cuando Fran me follaba y pellizcaba mis pezones imaginaba que eras tú quien lo hacía y no sabes lo caliente que me ponía.
Al decir esto tiró del camisón hasta subirlo a la cintura dejando a la vista las pequeñas braguitas blancas.
SARA.- Ves, solo con que me toques me pongo a cien, mira como se ha mojado mi braguita.
Con su mano separó ligeramente la braga mostrando la mancha que sus flujos habían dejado en la telilla que cubría su sexo. Entonces movió su cabeza acomodándola entre las piernas de su padre rozando de forma abierta la polla que se marcaba bajo el pantalón. Jorge al sentirlo apretó con fuerza los pezones logrando un gemido de placer de su hija.
SARA.- Ummmm, siiiii, repítelo por favor Papi.
Jorge volvió a retorcer los pezones de Sara con sus dedos.
SARA.- Siii. Me gusta como lo haces.
Entonces le miró a los ojos diciendo.
SARA.- Sabes, ayer hice todo por ti.
JORGE.- ¿Por mi?
SARA.- Siiii, cuando le hice la mamada a Fran pensaba que era a ti a quien se la chupaba, y cuando me follaban el culo me imaginaba que eras tú quien lo hacía, ya te dije que es contigo con quien quiero hacerlo, pero como tú no quieres tendré que hacerlo con otros, estoy pensando que el próximo sábado pediré a Fran que venga, ya va siendo hora de que pierda la virginidad, soy la única de mis amigas que aún no se ha estrenado.
JORGE.- No es necesario que lo hagas, debes esperar a encontrar al hombre que realmente quieres.
SARA.- Pero ya lo tengo, eres tú, quiero que seas tú quien me tome por primera vez, pero como no es posible, tendrá que ser con Fran.
JORGE.- No lo hagas, ese crío no se merece ese premio.
SARA.- Ya, pero no quiero esperar más.
Jorge sintió rabia y celos, no podía permitir que ese niñato se llevase lo mejor de su hija, pero tampoco podía hacer nada para evitarlo, si ella lo quería era libre de hacerlo, enfadado consigo mismo se levantó y se fue a su habitación.
JORGE.- Lo siento cariño, es mejor que lo dejemos así.
SARA.- No por favor Papá, no te vayas.
Pero él ya había salido del salón.
Sara estaba satisfecha con lo que había ocurrido, había detectado los celos en su padre al hablarle de Fran y ahora se sentía capaz de manejarle, para ello debía seguir con su plan el resto de la semana.
El lunes cuando iba a clase se encontró con Fran, al verle se acordó de todo lo que había ocurrido el viernes e intentó evitarle cruzando de acera. - ¿Qué pensará de mi después de todo lo que ocurrió? Seguro que cree que soy una golfa y lo hago con cualquiera – Solo con pensarlo noto como sus mejillas enrojecían por la vergüenza. Entonces vio como Fran iba a su encuentro. – No por Dios, que no me hable, no sé qué decirle. – Pensaba en ello cuando Fran se puso delante y la detuvo.
FRAN.- No te escapes Sara, solo quiero hablar un segundo contigo, Luis me ha dicho que no vuelva a acercarme a ti y no quiero que nos vea juntos.
SARA.- Mira Fran, no sé cómo pasó lo del viernes, sería por el alcohol o yo que sé, pero te ruego que lo olvides y no se lo digas a nadie, tiene que quedar entre Luís, tú y yo, si esto se sabe la gente de clase puede hacerme mucho daño.
FRAN.- No te preocupes, por mi parte no lo sabrá nadie, pero también tendrás que pedírselo a Luis y a tu padre.
Al oír esto Sara sintió como sus piernas temblaban.
FRAN.- Estoy seguro que tú ya lo sabes, pero tu padre disfruto mucho viendo como te follábamos los dos, no había más que ver cómo se pajeaba mirando.
SARA.- No te entiendo. ¿A qué te refieres?
FRAN.- Disimulas muy mal. ¿Crees que no vi como mirabas hacia la puerta cuando te estaba follando? No apartabas la vista de tu padre cada vez que te daba una nalgada o te la clavaba en el culo.
SARA.- Joder Fran, es que……
FRAN.- No, no, si a mí me da igual, si quieres que vaya otra vez y te folle delante de él no tengo problema, pero me da la impresión de que tú lo que quieres es que sea él quien te la clave.
SARA.- Joder Fran, no digas burradas, no es lo que tú piensas, es que, no sé cómo explicártelo.
Entonces Sara comenzó a contarle el problema de su madre y como ella, alentada por Luis, había intentado excitar a su padre para que buscase sexo con alguna fulana, lo que no le contó fue su deseo de ser ella quien ocupase ese lugar y su ansiedad por follarse a su padre.
FRAN.- ¡Joder! Esto es la bomba, una chica que se folla dos tíos delante de su padre para que él se busque una puta. Cuenta conmigo para calentarle cuando quieras, si quieres voy todos los días a follarte ese culito tan estrechito que tienes.
SARA.- No tiene gracia Fran.
FRAN.- Te lo digo en serio, si necesitas que te ayude a ponerle a cien, solo tienes que pedirlo.
Sara pensó en lo que decía su amigo y creyó que no era una mala idea, al fin y al cabo su padre se había puesto celoso por Fran y, además, ella se ponía como una moto solo con verle, al recordar cómo golpeaba su culo y como la trataba mientras se la follaba, notó como su sexo se humedecía empapando su tanga.
SARA.- Vale, pero con dos condiciones, Luis no debe saberlo y tú solo harás lo que yo te pida, solo lo que te pida, no intentes nada más o no volveré a hablarte nunca.
FRAN.- Joder, lo que tú digas. ¿Cuándo voy?
SARA.- Yo te avisaré, pero seguramente mañana.
Cada uno se fue por un lado y Sara llegó a clase, en la puerta estaba Luis esperándola, nada más empezar a hablar todo fueron quejas y protestas por lo del viernes.
LUIS. -No entiendo cómo pudiste dejar que Fran hiciese eso contigo. ¿Te parece normal?
SARA.- Te recuerdo que fuiste tú quien me pidió que se la chupara.
LUIS.- Joder si, pero no que te lo follaras.
SARA.- Vaya, puedes pedirme que se la chupe a quien tú quieras pero yo no puedo decidir quién tiene que metérmela. ¡Joder Luis!
LUIS.- No es lo mismo.
SARA.- ¿Cómo que no es lo mismo? O sea, que tu novia puede chupar pollas de otros pero no follar con ellos.
Ante las palabras de su novia Luis no podía aportar razones, no sabía que decir.
SARA.- ¿A ti te gustó? ¿Lo pasaste bien?
LUIS.- Si, claro, muy bien.
SARA.- Pues entonces cállate o no se volverá a repetir.
Luis prefirió no seguir con la conversación, de hacerlo tenía mucho que perder y nada que ganar.
Al acabar la clase Sara le pidió que fuera esa noche a su casa, ella ya había ideado el plan para conseguir a su padre y esa misma tarde lo pondría en práctica.
Cuando llegó su novio a casa Sara estaba vestida con un pantalón corto y una camisetita de tirantes, le invitó a pasar al salón y se sentaron a ver la tele, poco después llegó su padre, les saludó y dijo que se iba a su habitación para no molestarles. Sara se levantó dio dos besos a su padre y dejó la puerta del salón sin cerrar del todo, después se sentó junto a Luís y comenzó a besarle.
LUIS.- Nos va a ver tu padre.
SARA.- No te preocupes, él ya no sale de su habitación.
Sara cogió la mano de su novio y la puso sobre una de sus tetas, éste comenzó a acariciarla por encima de la camiseta.
SARA.- ¿Te gustan mis tetas?
LUIS.- Ya sabes que si, me encantan.
SARA.- Pues sácalas y tócamelas bien.
Luis tiró de la camiseta hacía arriba liberando los dos hermosos senos de su novia, los pezones ya estaban erguidos y él no podía evitar retorcerlos entre sus dedos. Sara mientras, acariciaba el pene de él por encima del pantalón al tiempo que miraba hacia la puerta para comprobar si su padre estaba viéndoles. Pasado un rato, Luis intentó quitar el pantalón de su novia, pero esta dijo que no.
LUIS.- Joder Sara. ¿No me vas a dejar que te toque?
Sara seguía mirando a la puerta pero su padre no aparecía en ella.
SARA.- No, hoy no me apetece.
LUIS.- ¿Y cuándo vas a dejar que te folle el culo como el viernes?
SARA.- Ufff, no se, eso no se puede hacer todos los días.
LUIS.- Joder Sara. ¿Y entonces que hacemos? Chúpamela al menos.
No ver a su padre le había hecho perder el interés, ahora ya no había morbo en lo que hacía.
SARA.- No, hoy te hago una paja.
LUIS.- ¡¡Joder!!
SARA.- ¿Quieres una paja o nada?
LUIS.- Venga.
Sara sacó el miembro de su novio y, rodeándolo con sus dedos, comenzó a sacudirlo arriba y abajo muy despacio, él se reclinó en el sofá y se dejó hacer mientras masajeaba las tetas de su novia.
Jorge no paraba de pensar en lo que podía estar ocurriendo en el salón, por un lado sabía que estaba mal pensar en ello pero por otro deseaba verlo, quería ir a la puerta y mirar por la rendija qué es lo que hacían su hija y el novio. Notaba como su pene crecía dentro del pantalón y tenía un deseo irrefrenable de ir, pero no quería que ella le viese otra vez como había ocurrido el viernes, se tiró en la cama y procuró pensar en otras cosas sin conseguirlo.
Mientras, en el salón Sara seguía pajeando a su novio, éste estaba a punto de correrse y apretaba sus tetas con fuerza, casi haciéndole daño.
SARA.- ¿Te gusta?
LUIS.- Siiiii, sigue, sigue, ya estoy a punto.
Sara aceleró el movimiento de su mano sacudiendo la polla con más energía, de repente Luis se corrió y una ráfaga de leche cayó sobre la mano de ella.
SARA.- Ahora es mejor que te vayas, mañana nos vemos en clase.
Cuando se fue su novio, Sara cogió el semen que aún tenía en su mano y se manchó con él la mejilla y los labios, después fue a la habitación de su padre, llamó a la puerta y éste abrió.
SARA.- Papi me voy a la cama.
JORGE.- Que descanses hija.
Jorge vio las gotas blanquecinas en su rostro, dio media vuelta y se metió en la habitación dolido con su hija. -¿Por qué tiene sexo con ellos? Antes no lo hacía. Joder, es mi niña. – Rabioso por saber lo que había hecho con su novio le dieron ganas de entrar en la habitación de Sara y acabar lo que había dejado a medias la otra noche. -¡Deseaba tanto volver a tenerla! - pero sabía que estaba mal y no podía ceder a ese impulso.
El martes Sara llamo a Fran para decirle que fuera a su casa por la noche, pero debía llegar más tarde que su padre, así que ella le avisaría cuando debía ir.
Por la tarde fue preparando el terreno, dejó en la mesita del salón algo de picar y una botella de vino, después se duchó y se puso un vestidito corto blanco con un gran escote que a duras penas ocultaba sus redondos pechos, debajo del vestido sólo llevaba una pequeña braguita blanca de encaje. Se ató el pelo en una coleta y se miró en el espejo. – Si hoy no cae será el hombre más tonto de la tierra -. A continuación fue al salón a esperar la llegada de su padre.
Cuando Jorge entró en casa y vio a su hija no pudo resistirse a mirar sus hermosas tetas, su considerable tamaño unido al enorme escote del vestido hacían que casi se saliesen de éste, los bordes de las areolas podían verse con claridad y con poco que se moviese, los pezones saltarían quedando a la vista.
Sara se acercó le abrazo con fuerza y le dio dos besos. Jorge notó la presión de las tetas de su hija contra su pecho y no pudo evitar resoplar al tiempo que su pene crecía bajo el pantalón.
JORGE.- ¡Que guapa te has puesto hoy! ¿Vas a alguna fiesta?
SARA.- No Papi, van a venir a buscarme, pero antes de nada mira lo que te he preparado.
Jorge miró la mesa y vio todo lo que su hija había organizado.
JORGE.- Vaya, parece que la fiesta va a ser en casa.
SARA.- No tanto, vamos a cenar algo y después nos iremos al cine, si quieres puedes venirte tu también.
JORGE.- No, yo os molestaría, mejor te vas sola con Luis, el lo preferirá.
SARA.- No, no voy con Luis, es Fran quién me lleva al cine.
JORGE.- ¿Fran? ¿El niñato que vi o el otro día?
Sara vio como a su padre se le cambiaba la cara y apretaba con fuerza las mandíbulas, su disgusto era evidente.
SARA.- Si, el viernes lo pasé muy bien con él y quiero conocerle mejor, es mi candidato número uno para ofrecerle mi virginidad.
JORGE.- Joder Sara, te dije que no tengas prisa, ese chico no es el más indicado.
El no se daba cuenta pero su hija estaba percibiendo sus celos y eso la llenaba de orgullo y le hacía ver qué iba por el camino adecuado. En ese momento sonó el timbre de la puerta y Sara se levantó para abrirla, al hacerlo, su padre pudo observar sus bellas piernas y su redondo culo apenas tapado por el cortísimo vestido.
SARA.- Mira Papi. ¿Te acuerdas de Fran? Es un amigo de clase.
A regañadientes Jorge se levantó y alargó la mano para saludarle.
FRAN.- Encantado, Sara me ha hablado mucho de usted, se ve que le quiere mucho.
JORGE.- Si, a mi también me ha hablado de ti.
Sara hizo que Fran se sentase en el sofá junto a su padre, después se giró hacia la mesa para coger las copas de vino y al hacerlo su vestido se subió dejando a la vista de ambos su braguita blanca. Jorge se removió inquieto en el sofá al ver como Fran miraba con toda tranquilidad el culo de su hija. Éste sonrió al notarlo y a punto estuvo de dar un azote al trasero que se le ofrecía en primer plano, las braguitas se habían metido entre los cachetes del culo dejando una panorámica excepcional de los glúteos redonditos y duros.
JORGE.- Siéntate cariño, ya me encargo yo de servir.
Al girarse, Sara vio como Fran sonreía y movía la cabeza en señal de aprobación.
SARA.- No te preocupes Papi, a mí no me cuesta nada.
Al decir esto se sentó en un sillón frente a ellos y les pidió que brindaran.
SARA.- Por los dos hombres que más felicidad me dan, bueno, cada uno a su estilo, jajajaja.
FRAN.- Que así sea, ya sabes que yo estoy para servirte, jajaja.
Jorge volvió a apretar la mandíbula irritado por las palabras de su hija, le hubiese gustado levantarse del sofá y marcharse, pero no quería molestar a su niña, la sola presencia de ese niñato a su lado le indignaba y generaba en él unos celos que era incapaz de controlar, más aún cuando vio como ella separaba las piernas distraídamente dejando a la vista el triangulito de la braga que tapaba su sexo.
Por un lado deseaba avisarla para que cerrase las piernas, pero por otro pensó que el chico ya había visto y tocado lo que tapaban esas braguitas, además, le excitaba enormemente contemplar las piernas de su hija abiertas ante él ofreciéndole una perfecta visión de su braguita blanca.
Sin quererlo, su mente se fue a la primera noche en que entró en su habitación y la encontró tumbada en la cama, recordó con precisión como pasó la mano por encima de la braguita acariciando la vulva de su hija, como la tocó y notó la humedad de su sexo. – Uffff, no puede ser, aquello no estuvo bien y no debo pensar en ello.- intentaba por todos los medios evitar recordar aquel momento, pero la visión de la braguita bajo el vestido era demasiado para él. - ¡Como le gustaría poder acariciarla de nuevo- En ese instante Sara se acercó a la mesa para coger la copa de vino y al hacerlo separó aún más las piernas, la braguita se metió entre los pliegues de su vulva dejando los labios hinchados y húmedos a la vista y Jorge vio como su pene saltaba como un resorte sin poder contenerse.
Pasados unos minutos y cuando habían acabado de tomarse los vinos, Sara dijo que era hora de ir al cine.
SARA.- ¿Nos acompañas Papi?
Jorge no quería dejar sola a su hija con aquel chico, pensaba que a la menor oportunidad ese golfo intentaría follársela y eso le desquiciaba, la virginidad de su hija era algo importante y debía perderla con alguien a quien de verdad quisiera, tenía que ser un momento especial para ella que pudiese recordar con cariño y no como un mero trámite, pero tampoco quería incordiar y que ella se sintiera a disgusto.
JORGE.- No quiero molestaros
SARA.- No nos molestas. ¿Verdad Fran?
FRAN.- No, vengase con nosotros.
Finalmente Jorge decidió acompañarles, su única intención era evitar por todos los medios que su hija hiciese nada con ese chico.
Llegaron al cine y Sara sentó entre los dos, como era martes la sala estaba prácticamente vacía, solo algunas parejas al fondo y unos cuantos hombres solos repartidos por toda la sala.
Cuando se apagaron las luces, Fran pasó el brazo por encima de los hombros de Sara dejando caer la mano sobre su pecho, Jorge lo vio y se movió inquieto en su asiento, no podía dejar de mirar esa mano porque se temía lo que venía a continuación, poco después se confirmaron sus sospechas y Fran aprovechó un movimiento de Sara para meter la mano por el escote y rodear con sus dedos el contorno del pecho de ésta, Sara, en lugar de apartarlo, se aproximó a Fran un poco más permitiendo que él pudiera acariciarla con facilidad, su mano se movía bajo el vestido masajeando la teta y pellizcando el pezón sin que ella pusiera ninguna objeción, al contrario, animada al ver como su padre se giraba para verles, apoyo la cabeza en el hombro de Fran girándose ligeramente y dándole acceso completo al escote, ahora él movía su mano con toda libertad hasta el punto de que una de las tetas estaba prácticamente fuera del vestido a la vista de todo el mundo.
Jorge puso la mano sobre el reposabrazos y tocó con el dedo la pierna de su hija, su intención era decirle que tenía un pecho fuera, pero ella lo interpretó de otro modo y acercó la pierna pegándola a la de su padre, cogió la mano de éste y la puso sobre su muslo.
Jorge se quedó parado, tenía la mano encima de la pierna de su hija y no sabía qué hacer, entonces comenzó a acariciarla llevándola hacia la rodilla. Si tenía alguna duda sobre lo que su hija pretendía, ésta se resolvió cuando Sara volvió a tomar su mano y la deslizó por la cara interna de su pierna hasta meterla bajo su falda tapándola con una cazadora.
SARA.- Acaríciame papi, porfa.
Jorge obediente comenzó a acariciar la pierna de su niña, deslizó la mano por el interior de la falda ascendiendo hasta rozar con su braguita, entonces notó el calor de su sexo e hizo intención de separar la mano, pero Sara, al sentir el contacto de la mano de su padre con su vulva, sujetó su mano para que no la quitara, se deslizó hacia abajo en el asiento y apartó la braguita poniendo su sexo en contacto con los dedos de su padre, éste notó la humedad de los labios vaginales y pasó los dedos por ellos.
Sara inmediatamente soltó un gemido de placer y se reclinó en el asiento dejándose hacer, estaba experimentando una sensación incapaz de describir, mientras Fran jugaba con su pezones su padre deslizaba los dedos a lo largo de sus labios vaginales pasando de acariciar el clítoris a presionar sobre su esfínter anal, esto la volvía loca y era incapaz de controlar sus gemidos.
SARA.- Ummmm, siiii, tocadme por favor, ummmm, me encanta.
Jorge tenía alguna dificultad para acariciarla porque la braguita se ajustaba mucho a su sexo, así que ella le paró un instante.
SARA.- Espera un segundo.
Levantó las caderas del asiento y arrastró las braguitas por sus piernas hasta sacárselas.
SARA.- Ahora, sigue por favor.
Volvió a sentarse y al hacerlo observó que un hombre, que antes estaba sentado al fondo, ahora se había puesto justo tras ellos y no dejaba de mirarles. Por un momento estuvo a punto de avisar a Fran y a su padre, pero al notar el dedo de éste nuevamente en contacto con su clítoris cerró los ojos y se reclinó en el asiento abandonándose al placer.
SARA.- Ummmm, me gusta, me encanta que me toquéis.
Jorge estaba descontrolado y no era consciente de lo que hacía, estaba masturbando a su hija delante de Fran sin pensar en los problemas que eso podría ocasionarles, sus dedos exploraban una y otra vez el coño de ella y ésta movía sus caderas buscándolos sin parar.
Sara abrió un instante los ojos y miró hacia atrás, al hacerlo pudo ver como el hombre tenía la mano metida en la bragueta y estaba tocándose viendo la escena, esto, en lugar de reprimir sus actos, la excitó de una forma que nunca hubiese pensado, hasta hacia unos días era una niña recatada y poco activa en el sexo, y ahora estaba desatada y se sentía una verdadera guarra, y lo curioso es que la encantaba esa sensación. Mirando lo que hacia el hombre llevó su mano a la bragueta de Fran y empezó a acariciar su miembro por encima del pantalón, éste al notarlo desabrochó la cremallera y sacó su verga para que ella pudiese tocársela sin dificultad.
SARA.- Siiiii. Me encanta tu polla.
Jorge oyó lo que decía su hija y pudo ver como pajeaba al chaval, pero no le importó, ahora solo podía pensar en acariciar su sexo, sus dedos recorrían los pliegues de la vagina y paraban en el clítoris para masturbarla, después los bajaba de nuevo entre los labios empapados hasta llegar al ano y acariciarlo con suaves cirulos, recordaba como Fran y Luis habían penetrado ese orificio y tenía la necesidad de hacer lo mismo, sentía un deseo irrefrenable de follar ese culo, sin pensarlo presionó con el dedo el esfínter y éste se abrió permitiendo que la yema del dedo horadase ese pequeño y rugoso circulo y entrase en su interior sin dificultad. Sara la notarlo dio un respingo y elevó sus caderas ofreciendo su culo al dedo invasor.
SARA.- Siiiii. ¡Clávalo más adentro!
Movió sus caderas rápidamente y el dedo penetró en toda su profundidad.
SARA.- Ummmm. ¡Dios! Que bueno.
Ahora era ella quien se movía con el dedo incrustado en el culo, su padre se limitaba únicamente a empujar con fuerza como si fuera su polla la que estaba dentro mientras con la otra mano acariciaba el clítoris de su niña.
El hombre que estaba detrás se aproximó un poco más para ver lo que hacían y ella pudo comprobar que tenia la verga fuera, por un momento pensó en alargar la mano y tocársela, pero sintió vergüenza y contuvo sus deseos, sin dejar de mirarle siguió moviendo su culo penetrado por el dedo de su padre al tiempo que pajeaba a Fran sin parar. Instantes después Fran se corrió llenando su mano de leche y poco después fue ella quien notó como se aproximaba el orgasmo y cerró los ojos abandonándose al placer que le estaban dando los dos hombres que más deseaba en ese momento.
SARA.- Dios, ya, ya, me corro, me corrooo.
Una vez que había terminado, y al ver que parte de la gente del cine había escuchado las últimas palabras de Sara y estaban mirándoles, Jorge dijo que tenían que salir de allí rápidamente aprovechando la oscuridad.
Ya en la calle se despidieron y Sara y Jorge regresaron a casa. Al entrar por la puerta ésta cogió con fuerza a su padre y le besó en los labios, la primera reacción de su padre fue cerrarlos, pero ante la insistencia de ella los abrió permitiendo que su lengua invadiese su boca al tiempo que sus manos descendieron por las caderas de su hija metiéndose bajo la falda, sus dedos rodeaban los glúteos apretándolos con fuerza y ella se apretaba contra él clavándole las tetas en su pecho.
SARA.- ¿Vas a follarme ahora Papi? No sabes cuánto te deseo.
JORGE.- No deberíamos hacerlo mi niña, está mal, pero no hay nada que desee mas en este momento.
SARA.- Vámonos.
Sara cogió a su padre de la mano y le arrastró hasta la habitación sentándole en el borde de la cama, soltó los tirantes de su vestido y lo dejó caer al suelo. Ahora Jorge no podía negarse, tenía ante él el cuerpo maravilloso de su hija, sus pechos redondos y turgentes con sus pequeñas areolas marrones en las que se distinguían los pezones puntiagudos y erectos, su vientre plano y unas caderas redondeadas en las que comenzaban unas piernas estilizadas entre las que, al no llevar braguitas, destacaba un pubis depilado bajo el cual nacían los pliegues de la vulva.
Jorge no podía apartar la vista de ese impresionante cuerpo y Sara tomó su cabeza con las manos y la elevó para mirarle directamente a los ojos.
SARA.- Ahora no digas nada y vamos a hacer lo que los dos anhelamos, estoy deseando que me folles.
JORGE.- Si mi niña, yo también.
Jorge cogió su mano e hizo que se tumbase en la cama junto a él, después acarició sus pechos, bajó la mano por la cadera y la metió entre sus piernas, Sara las separó y Jorge metió los dedos entre los pliegues de su sexo, al hacerlo notó como ella estaba totalmente empapada, por su vulva manaban sus flujos y eso le permitía acariciar con facilidad cada punto de su vagina, al tocar el clítoris su niña gimió con fuerza y abrió aún más las piernas.
SARA.- ¡¡¡Me encanta Papi!!! Sigue por favor.
JORGE.- Tócate tu, yo ahora vuelvo.
SARA.- No te vayas porfa.
JORGE.- Sigue tocándote tú.
Sara se entristeció pensando que una vez más su padre iba a negarse a desvirgarla, pero estaba tan caliente que obedeció. Se reclinó en la cama, cerró los ojos y abrió por completo las piernas llevando la mano a su sexo y comenzando a masturbarse pensando en todo lo que había ocurrido en el cine, el hombre de atrás pajeándose, su padre follándola el culo con el dedo, Fran pellizcándola los pezones ante la mirada de su padre. – Ummmm, que excitada estaba.- Había sido la experiencia más alocada y provocadora de su vida.
Mientras se tocaba notaba como sus flujos inundaban su sexo y resbalaban entre sus piernas, cuando iba a lubricar sus dedos para penetrar su coño con ellos notó como otra mano la estaba acariciando, abrió ligeramente los ojos y vio que era su padre, estaba de rodillas junto a la cama y su mano se deslizaba por el perineo recogiendo sus flujos en dirección a su sexo, cerró los ojos de nuevo, separó más las piernas y siguió acariciándose mientras notaba como los dedos de su padre pasaban suavemente por encima de sus labios vaginales y los separaban, instintivamente giró las caderas para ofrecer su sexo abierto a su padre.
Jorge miraba hipnotizado como se masturbaba su hija, sin pensarlo un momento llevó sus dedos a la entrada de la vagina de Sara y los introdujo poco a poco, primero un dedo, después, y al ver que estaba completamente lubricada, la penetró con dos dedos, mientras, ella seguía acariciándose el clítoris y moviendo las caderas arriba y abajo, ahora, al sentir los dedos en su interior, sus movimientos cambiaron y comenzó a empujarlas hacia delante, daba pequeños impulsos intentando que los dedos la penetrasen más a fondo.
SARA.- ¡Mételos más adentro por favor! Follame con tus dedos.
Jorge acababa de ver como su hija le hacia una paja a un amigo en el cine y después se dejaba follar el culo por su dedo, y esto había producido en él una excitación y un deseo que era incapaz de controlar. Al tener el sexo expuesto de Sara a menos de una cuarta, percibió el fuerte olor de sus flujos y sintió la necesidad de probarlos, así que acercó su boca y comenzó a besarlos, Sara al notarlo se estremeció por la excitación y soltó una descarga que fue directamente a la boca de su padre, éste comenzó a mover su lengua a lo largo de los labios recorriéndolos desde el perineo hasta le clítoris, Sara dejó de acariciarse y cogió la cabeza de su padre con ambas manos apretándola contra su sexo.
SARA.- ¡Cómelo por favor!
Jorge siguió chupando el coño de su hija, su lengua subía, bajaba y jugueteaba con el clítoris para después penetrar entre los labios vaginales impregnándose en sus flujos.
JORGE.- ¿Te gusta que te lo coma?
SARA.- Siii, me encanta, voy a correrme.
Jorge lubricó un dedo en los flujos de Sara y lo llevó a su esfínter, ésta levantó las caderas y su padre presionó abriendo el pequeño anillo y clavando el dedo en el interior de su ano. Sara dio un pequeño respingo pero se acomodó y dejó que el dedo penetrase hasta el fondo mientras su padre no dejaba de chupar su clítoris, estaba completamente excitada, sus caderas se movían descontroladas y apretaba la cabeza de su padre con fuerza al notar que estaba a punto de correrse.
SARA.- ¡Me encanta! Fóllame, por favor, fóllame.
Intentó tirar de su padre para que éste subiera encima y la penetrara, pero él se negó y continuó mamando ese coño virgen que tanto le gustaba.
JORGE.- Córrete venga, córrete en mi boca.
Sara, incapaz de controlarse, estalló en un tremendo orgasmo llenado de flujos la boca de su padre, su esfínter se contraía abriéndose y cerrándose con fuerza y apretando el dedo que tenía en su ano produciendo en ella una sensación de placer como nunca antes había sentido.
SARA.- ¡Dios! Ha sido estupendo.
Su padre la miraba sin saber cómo reaccionar, Sara entonces le abrazó apretándole contra su pecho desnudo.
SARA.- ¿Vas a follarme ahora Papi? Si no lo haces tú lo hará Fran.
JORGE.- Si mi niña, si tu lo deseas seré yo tu primer hombre, pero tiene que ser de una forma especial, mañana lo haremos.
El día siguiente se hizo eterno tanto para Sara como para Jorge, los dos esperaban con impaciencia que llegase la hora de cumplir ese deseo que ambos tenían.
La noche siguiente Sara le esperó a la vuelta del trabajo, preparó una cena especial, una buena botella de vino y se puso un vestido provocativo y elegante, era negro, mini, con cuello drapeado que dejaba a la vista casi la totalidad de sus tetas, espalda abierta y abertura lateral desde las caderas, por lo que dejaba a la vista sus esbeltas piernas, debajo solo un diminuto tanga también de color negro.
Cuando llegó su padre vio que éste también iba elegantemente vestido, un traje azul marino de rayas y una camisa blanca. Se acercó a él y le beso en los labios, entonces notó como su padre sujetaba su cuerpo con fuerza y acariciaba su trasero pasando las manos por éste y metiendo el dedo índice entre sus glúteos hasta situarlo en su ano. Al notar el dedo en su esfínter sintió como una descarga recorría su cuerpo e instintivamente empujó sus caderas hacia adelante pegándose a su padre y echando el culo hacia atrás separando sus glúteos. Jorge aprovechó el regalo de su hija y recorrió con su dedo el canalillo del culo de ésta regresando de nuevo al punto inicial y presionando con su dedo el esfínter.
SARA.- Ummm, veo que vienes con ganas.
JORGE.- No lo sabes tú bien, llevo todo el día esperando este momento.
Sara empujó a su padre hasta el sofá y se sentó frente a él, abrió la botella y sirvió dos copas, al brindar separó bien las piernas para ofrecer una buena panorámica a su padre, éste no perdió detalle y fijó su vista en ellas, observando que el tanga apenas tapaban los labios vaginales. Sara comenzó a comer y beber abriendo deliberadamente las piernas y mostrando el tanga que ya era incapaz de tapar su sexo, con sus movimientos se había metido en la hendidura de su vagina dejando sus labios totalmente expuestos. De forma picara miró el pantalón de su padre y vio que su miembro estaba erecto y se marcaba en el pantalón del traje.
SARA.- Creo que estarías mejor sin pantalón.
JORGE.- Y yo creo que tu estarías mejor sin tanga.
Sara se levantó de inmediato, cogió el tanga por las tiras y lo deslizó por sus piernas, levantó primero una y luego otra y lo sacó arrojándolo después a su padre.
SARA.- Tócalo y mira como me tienes.
Jorge lo cogió y vio que estaba totalmente empapado por los flujos de su hija, lo olió y lo dejó sobre la mesa, a continuación cogió la copa de vino y brindó con ella.
JORGE.- Este tanga tendrás que guardarlo toda la vida, porque es el que llevabas el día que te desvirgaron.
Sara brindó y separó un poco las piernas mostrando su sexo ya libre bajo el vestido, Jorge lo miraba y casi podía percibir las gotas de humedad que resbalaban por él, sin duda su hija estaba preparada para el gran día.
JORGE.- Mete la mano bajo el vestido y tócate.
Sara le miró de forma picara y obedeció de inmediato, llevó dos dedos a la boca humedeciéndolos con su lengua y después separó más las piernas y los metió en su coño húmedo, quería dar un buen espectáculo a su padre y para ello se echó hacia atrás en el sillón y comenzó a masturbarse con lentitud, sus dedos recorrían su vulva de arriba a abajo y en ocasiones metía el dedo medio en su vagina, lo que producía en ella un enorme escalofrío, especialmente al pensar que dentro de unos instantes el lugar de ese dedo iba a ocuparlo la polla de su padre.
Jorge miraba atento como su niña se pajeaba para él, veía como se tocaba y metía el dedo en su vagina introduciéndolo casi en su totalidad.
JORGE.- Saca el culo hacia afuera, quiero verlo mejor.
Sara levantó las caderas y las llevó hacia adelante en el sillón, prácticamente estaba con la espalda en el asiento y las caderas colgando por delante.
SARA.- ¿Así te gusta Papi?
Jorge asintió con la cabeza, veía como Sara poyaba la espalda en el sillón y con los pies casi de puntillas mantenía sus caderas en el aire ofreciéndole su sexo totalmente abierto.
JORGE.- Si cariño, ahora sigue tocándote.
A pesar de lo incomodo de la postura ella siguió masturbándose para él.
JORGE.- Ahora pon el brazo por debajo de la pierna y fóllate el culo con el dedo.
Obedientemente humedeció el dedo con sus flujos y lo llevó a su ano, presionó el esfínter y rápidamente penetró en su interior, estaba tan excita y lubricada que pudo meterlo entero sin ninguna dificultad.
Mientras, Jorge se había quitado la ropa y se había puesto de rodillas frente a ella.
JORGE.- Así mi amor, mételo bien adentro. ¿Te gusta?
SARA.- Ummm, si Papi, me encanta.
Jorge se aproximó, se situó entre las piernas de ella y cogiendo la verga colocó la punta en contacto con su vulva deslizándola por los labios de arriba abajo.
JORGE.- ¿Te gusta?
SARA.- Ummmm, si Papi, me vas a volver loca, me encanta.
Jorge siguió deslizando la polla por el sexo húmedo, la frotó suavemente con el clítoris y después la bajó por la hendidura de la vagina hasta llegar al perineo, ahí chocó con la mano de su hija y entonces volvió a subirla hasta el clítoris. Sara no paraba de gemir y mover sus caderas, estaba fuera de si.
SARA.- ¡Fóllame por Dios! ¡Fóllame! No puedo más.
Jorge hizo caso omiso y volvió a repetir el mismo recorrido, al deslizar su miembro hacia el perineo notó como ella bajaba las caderas buscando la punta de la verga con su coño. - Ya está a punto. Pensó- Entonces volvió a subir la verga, la puso a la entrada de la vagina y empujó despacio hacia delante abriendo los pliegues del sexo empapado de su hija y logrando que el glande penetrase en el interior. – Ummm, que bien se siente, es estrecho y húmedo y se ajusta perfectamente a mi pene. – Mientras pensaba esto veía como el coño de Sara se abría y la verga se adentraba aun más en su interior.
Sara, que notaba el contacto de la polla en su vagina, estaba desesperada por tenerla entera dentro y movía sus caderas de forma alocada adelante y atrás y arriba y abajo intentado que su padre se la metiera más adentro.
SARA.- ¡¡No me castigues por favor!! ¡¡¡Métemela entera por lo que mas quieras!!!
JORGE.- ¿Estás segura? ¿Quieres que te folle?
SARA.- Siiiii, la quiero entera dentro. ¡¡¡Métemela ya!!!
Jorge se dejó caer hacia adelante y vio como su polla entraba en el interior del sexo de su hija clavándose hasta lo más profundo.
SARA.- Ummmmm, Siiiiiiiii. ¡Por fin!
JORGE.- ¿Te ha dolido mi niña?
SARA.- No Papi, pero por favor muévete ya.
Jorge sonriendo la sujetó por las caderas y comenzó a follar el coño de su hija como ella le había pedido.
S. Ummm. Siii, me encanta.
Sara, se movía acompasándose a los envites de su padre.
SARA.- ¡¡¡Fóllame con ganas!!! ¡¡Dame fuerte!!
Al escuchar esto Jorge recordó haber oído las mismas palabras cuando Fran estaba follándola el culo, en ese instante sintió celos y rabia porque ella había permitido que ellos estrenasen su estrecho orificio, también recordó como ella se excitaba cuando Fran azotaba sus nalgas o la llamaba Zorra. De forma impulsiva golpeó con fuerza el trasero de su hija, al darse cuenta de lo que había hecho se quedó parado pensando que podía haberla molestado. La reacción de ella fue inmediata.
SARA.- Ummmm. Siiiiii, así me gusta, dame otra vez, pero no te pares, clávamela bien adentro.
Jorge volvió a moverse follando el coño con fuerza.
SARA.- Siiiii. Asi me gusta Papi. ¡¡¡Fóllame fuerte!!!
Las palabras de Sara hicieron que su padre se excitase más de lo que ya estaba, así que de nuevo golpeó con fuerza su trasero con la palma de la mano.
SARA.- Me encaaaanta, dame más. ¡¡Clávamela con fuerza!!
Jorge volvió a azotar el culo de su hija una y otra vez, nunca hubiese pensado cuanto le excitaba hacerlo.
JORGE.- Joder, eres tan Zorra como decía tu amigo.
SARA.- Ummmm, Siiiii. Por lo visto soy muy Zorra. ¡¡Fóllate a tu Zorra!!
Jorge se excitaba cada vez más y esto hacia que penetrase con fuerza a su hija, ya estaba taladrando literalmente su coño.
SARA.- Siiiiii, me encanta, voy a correrme, voy a correrme ya.
Sara no pudo más y en el instante que se corrió se dejó caer en el suelo, ya no era capaz de mantener la incómoda postura ni un segundo.
SARA.- Joder Papi, esto es mejor de lo que pensaba. ¿Tú te has corrido?
JORGE.- No cariño, pero no importa.
SARA.- Siiiii, pero ahora vas a metérmela por el otro lado, quiero que hoy me tengas entera para ti.
Inmediatamente se incorporó y se puso de rodillas apoyando su pecho y cara sobre el sillón y ofreciéndole su culo enrojecido.
SARA.- Vamos, quiero que folles mi culo, es el único orificio que te falta por follar.
Jorge vio a su hija de rodillas, abriendo sus nalgas con las manos y ofreciéndole su culo y no pudo resistirse, se colocó detrás y acarició su trasero con suavidad.
JORGE.- Creo que me he pasado, está mi mano marcada y lo tienes rojo como un tomate.
SARA.- A mi me ha encantado, es tuyo, así que puedes darle cuanto quieras.
Jorge lubricó el esfínter con los flujos del sexo de su hija y apoyó el glande contra el ano.
JORGE.- ¿No te haré daño?
SARA.- ¿Daño? ¿No viste como me follaron los dos el otro día? Métemela ya, estoy deseándolo.
Jorge presionó sobre el esfínter y vio como éste cedía abriéndose y dando paso a su glande que se enterraba poco a poco en su interior.
SARA.- Siii, así Papi, me encanta. ¿Te gusta a ti?
JORGE.- Si cariño.
Sara empujó con fuerza el culo hacia atrás y la polla de Jorge entró más de la mitad.
SARA.- Vamos, métela entera.
Jorge siguió empujando hasta tenerla entera dentro.
JORGE.- Ummm. Tu culo es muy estrecho y se ajusta a mi pene, me encanta.
SARA.- Siiii, a mi también, la noto entera dentro y me gusta, ahora fóllame porfa.
Jorge comenzó a follar el culo de Sara, lo hacía con suavidad porque no quería hacerle daño.
SARA.- ¡¡¡Dame fuerte Papi!!! ¡¡Fóllame con ganas!!
Ante sus palabras Jorge se animó, la cogió por las caderas y comenzó a follarla con fuerza, como ella pedía, su polla casi salía y después penetraba nuevamente con violencia.
SARA.- Siii, así me gusta. ¿No quieres pegar a tu Zorra? Dame Papi.
Jorge dio una fuerte nalgada a su hija y acto seguido clavó su polla hasta el fondo en su culo.
SARA.- Ummmm, así me gusta, me encanta que me folles así.
JORGE.- ¿Te gusta que te peguen? Zorra.
SARA.- Siiii, ya lo sabes. ¡Dame más papi!
Jorge volvió a azotar su culo y siguió follándola hasta que ya no pudo más.
JORGE.- Voy a correrme mi niña.
SARA.- Siiii, córrete en mi culo, quiero sentir tu leche dentro.
Jorge acabó en el interior de su hija y se dejó caer en el sofá, ella se puso de rodillas junto a él y le miró sonriendo.
SARA.- Por fin he perdido mi virginidad y ha sido con el hombre a quien más quiero, creo que es el día mas feliz de mi vida. Ves como no era tan malo.
Jorge no respondió, era feliz por lo que había ocurrido pero sabía que estaba mal y no debería haberlo hecho.
SARA.- ¿Sabes? Antes veía el sexo como algo malo y de lo que tenía que cuidarme, ahora veo que me encanta y disfruto como nunca había pensado, me gustaría seguir disfrutando como lo he hecho estos días, pero quiero hacerlo con más gente, y sobre todo quiero que tú estés conmigo cuando lo haga.
JORGE.- Pero eso no es posible, la gente sabe que soy tu padre, y tú tienes a Luis que es tu novio.
SARA.- Mi relación con Luis me aburre y sé que no es lo que deseo. Pero podemos hacerlo en otros sitios, donde la gente no nos conozca, el otro día en el cine me excitó muchísimo que el hombre que estaba detrás nos mirase y quiero repetirlo, quiero tener experiencias distintas con gente diferente, si no lo hago contigo lo haré con Fran, él seguro que está dispuesto.
Jorge no sabía que contestar, no deseaba eso para su hija, pero le molestaba mucho que pudiese hacerlo con Fran.
SARA.- Bueno, tú piénsalo. Podría hacerlo contigo, con Fran o quizás con los dos, total, él ya sabe lo que hay entre tú y yo.