YO SOY DANI...Mi Primo Desvirgado

Alex, mi primo me cuenta como fue la primera vez que chupó una polla y le follaron el culito, y lo más importante, quién fue...

YO SOY DANI...

Mi Primo Desvirgado

  • Aunque esté ciego como una bellota y con un colocón del quince super caliente y super cachondo, todo lo que te voy a contar Dani, es totalmente cierto aunque te parezca mentira o exagerado. Ya conoces de sobra a mi colega Moi, el dominicano que nos provee y nos suministra la droga con la cual cogemos estos colocones tan guapos.

  • ¡¡¡No jodas brother!!!... ¿No me digas que te lo hiciste con el negraco?... No te creo, ¿Si?... Jajaja

  • No te sorprendas tanto mamón, que no veas el puto negro, tiene una obsesión y un empecinamiento conmigo que te cagas colega. Ya me lo dijo el Remi, que se dió cuenta un día que fuimos a pillar costo a su casa, pero yo le quité importancia y pasé del tema, ya sabes que el Remi siempre va ciego de todo y ve fantasmas donde no los hay, y además se monta él solito una movidas que para que. ¿Pero sabes? Ya tenía yo la mosca detrás de la oreja y me dí cuenta de muchas cosas raras.

  • ¿A que te refieres con cosas raras? -

  • Pues, gestos que me hacía que no venian a cuento, como tocarme el culo de broma en plan colegueo cuando hacía un chiste, o pillarlo en más de una ocasión mirándome disimuladamente el paquete y desviar corriendo la mirada cuando yo me daba cuenta, o su desmesurada amabilidad hacía a mi que ya rozaba lo empalagoso, o la extraordinaria generocidad regalándome costo sin tener que pagarle. Siempre me regala más cantidad de todo y me cobra mucho menos, incluso había dias que no me cogía ni el dinero.

  • Yo si que me pegaba un atracón con el costo que le cuelga entre las piernas al cabronazo, menudo pollón se le marca al negro buenorro en los pantalones, tiene que tener lo más grande y lo más delicioso escondido en los calzoncillos... Pero eso si que lo puedes decir tú, ¿Verdad primito?... Jajaja. -

  • Pues la verdad es que no la tiene muy gorda, tú polla es más gorda que la de él con diferencia, lo que si, es más larga que la tuya y la mía. A lo que tú te refieres con lo de marcar paquete y que se le vea un bulto bastante considerable, se debe a los huevazos, esos si que los tiene el negraco enormes. Pero a mi lo que me gustó realmente fué su culazo, ¡Joder... Como tragaba ese boquetón!... ¡Uffff!... Ahora te conteré primo. -

  • Venga ya tío, que tengo todo el capullo encharcado solo de imaginarmelo. -

Nota del Autor: Moi es un negrazo de 28 años, de 1´77 de alto más o menos, con un cuerpazo super marcado y fibroso bien machacado en el gimnasio a base de bien. Tiene la cara muy morbosa, atractiva, con los labios regordetes y la boca grande. El pelo corto, negro y rizado, y un bigote con perilla muy fino que le hermosea el rostro. El culo lo tiene grande y respingón, siempre bien apretadito y muy marcado en el pantalón. Lo que llama más la atención, por lo menos a mi, es su grandísimo paquete, una masa desmesurada soldada a su entre pierna, que más de un chorro de lefa me ha sacado de la polla mientras fantaseaba haciendome un buen pajote, imaginando solito en mi cama como su rabo me follaba la boca y el culito.

Cuenta mi primo Alex

Como tú ya sabes, cuando llegas a casa del Moi el primero que te recibe y te abre la puerta es el Rafa, el niñato que tiene trabajando para él en la primera habitación que te encuentras junto a la entrada. Pasada la puerta que separa esa habitación del largo pasillo, te encuentras con el resto de dormitorios, el de la hermana, el suyo, un cuarto de baño, y otra puerta más que divide ese pasillo del salón. Te recuerdo esto, aúnque ya lo sepas, por que más adelante te contaré lo depravado y pervertido que es el negro. En el salón, donde normalmente siempre está él, hay un largo sofá cheslón donde solo se sientan sus coleguitas, sus amigos más allegados y de más confianza, y allí se atiborran y se hinchan de drogas y priva hasta las trancas.

Para no aburrirte con tantos detalles, ese día llegué a su casa a pillar costo como hago habitualmente y dió la casualidad que no había nadie con él, solo Rafa en la habitación de la entrada como siempre y su hermana que estaba en su dormitorío con un tío.  Cuando el niñato le dijo por WhatsApp que era yo y que había venido para pillar, automaticamente el Moi le escribió que me dejara entrar para adentro. Pasé la primera puerta y la del salón me la abrió el negro, ya que estaba cerrada con llave. Cuando entré vi el paraiso del drogata encima de la mesa grande del salón, por un lado bolsas y bolsas de extasis amontonadas en un lateral, una montaña de fardos de chocolate apilados unos encime del otro, una caja de cartón llena de coca con un peso al lado, la cual me dijo después que estaba pesando y metiéndolas por gramos en bolsitas. A voces le dijo al chaval que no le molestara más, que si alguién preguntaba por él que le dijera que no estaba, que tenía que seguir pesando y que cerrara con llave la puerta del pasillo.

  • Que pasa tío... Espera que cierre con llave esta puerta, que no veas la mercancía que tengo aquí colega. -

  • Ya lo veo colega, uffff, esto es el paraiso, jajaja. -

  • Tómate una cerveza o ponte un cubata, ahí tienes vasos y en la nevera hay hielo, que yo voy a seguir haciendo bolsitas... ¿Quieres un tirito tío? Que yo me voy a meter uno. -

  • Vale, me pongo un cubata y vengo. ¿Te pongo a ti uno? -

  • Si, guay brother, pero no me pongas hielo, y échale mitad de ron y mitad de coca cola, que esté bien cargadito. -

Noté enseguida que el negraco llevaba un colocón más que considerable encima, seguramente pesaba un gramo para embolsarlo y otro se lo metería él por la nariz, y no me extraña nada, por que el Moi en cuestión de drogas es bastante viciosillo. Percibí que en la casa hacía mucho calor, demasiado, después me dijo que el aire acondicionada se le había estropeado, y que vendrían a arreglarselo a la mañana siguiente. El tío estaba chorreando, se le veía las gotas de sudor rodeando su frente, mojando su pecho al descubierto y humedeciéndole todo el patalón corto de deporte que llevaba puesto.

El tirito por la nariz se convirtieron en muchos, muchos más, hasta el punto que a la media hora de estar allí ya tenía un ciego en lo alto super guapo. Bebimos no se cuantos cubatas, nos fumamos por lo menos seis porros, y como te he dicho de esnifar ya ni te cuento, es que ni me acuerdo colega. A esas alturas yo ya me había quedado también con el pantalón corto de deporte y sudaba igual o más que él. Y de buenas a primeras, en la plenitud del colocón va y me dice el colega.

  • ¿Quieres ver algo caliente de verdad? -

  • ¿El qué tío? -

Yo pensaba que me iba a poner una pelicula porno en la tele, o que me iba a enseñar alguna foto guarra, pero no, me coge el colega de la mano y me señala con la cabeza que lo siga, y con la otra mano se pone el dedo en la boca para indicarme que fuera en silencio. Salimos del salón y entramos en su habitación, que comunicaba pared con pared con la de la hermana. Ya dentro descolgó un cuadro, y detrás de éste, aparecieron dos boquetitos muy sutilmente hechos en el muro. El Moi miró primero por uno de ellos, y acto seguido me invitó a mirar por el otro. ¡Joder con las vistas! Se veía a la hermana del negro, que resulta que no era su hermana, sino su hermano transexual sin operar, o sea con polla, abierta de piernas tumbada en la cama, y un chaval de unos 17 ó 18 años clavándole el pollón por el culazo y follándoselo como un animal... Si Primo, la Carmen es un tío y te lo juro por mi madre que jamás me lo hubría imaginado, y creo que tú tampoco. Es más, la de veces que hemos hablado tú y yo en nuestras seciones de pajas de follárnosla por el coñito y partirle la boca a pollazos. Bueno, sigo contando.

Carmen gemía de gusto a cada envergada que le propinaba el niñato, mientras se escuchaba el chapoteo de su boquetón mojado de pre-cum haciendo ventosa con la polla del tío, y el crugir de la cama por el vaiven de sus movimientos. Después la hermanita decidió cambiar de postura, tumbó boca arriba al chaval en la cama agarrando bien el mastil con la mano, y se sento encima tragándose toda la tranca en un abrir y cerrar de ojos. Como estaban de cara a la pared por donde mirábamos, se veía perfectamente como el pollón del tío iba abriéndose camino por su ano y se perdía todo dentro por completo. Pasado un rato de estar viendo la escena, va y me dice el colega muy bajito para que solo lo escuchara yo.

  • Me encanta ver a mi hermana follando colega, la putita es única abriendo el ojete y tragando rabos... ¡Ufff, y que rabos!... Me pone la polla dura mirar a esos chulitos que van de machotes tirándose a un travelo con verga, aunque sea mi hermana, eso me da igual, lo que me importa es el calentón y el subidón que me pega, joder. -

Aunque el Moi era un pervertido y un depravado, hay que meter la conversación de él y la situación en la que estabamos en un contesto amplio de vicio, y creada en aquél momento. La priva que nos emborrachaba el cerebro, las drogas que habíamos tomado sin parar, el colocón lascivo que llevabamos en lo alto los dos, y la escena super porno en directo de la hermanita pollona. Pues ahora coge todo eso, juntalo bien y mexclalo, y te saldrá el cóctel perfecto, y sabrás de lo que te hablo primo.

  • (Susurrando) ¿Y el tío ese quién es Moi? -

  • Ese es el Momo, su nuevo novio. El chaval vive aquí al lado y viene bastate a pillar costo. A mi hermana le gustaba desde hacía tiempo, y hasta que no ha conseguido que se la folle no ha parada la mamona. Por cierto, no veas la polla que se gasta el colega, ¿Eh? No veas el trabuco que le cuelga al cabrón joder. -

Salimos de su dormitorío igual que entramos, sin hacer ruido y en silencio, pero con una dureza en la polla que lo flipas. De nuevo en el salón seguimos hablando de sexo y como no, drogándonos a saco. Me contó que se follaba a la hermana desde que era pequeña, cuando todavía era un tío, antes de que se hormonara y cambiara su fisico a mujer. Que desde que era muy pequeño ya se metía en su cama y le pajeaba la polla, y se la chupaba con sus pequeños labios inocentes, hasta sacarle una buena lechada, que el hermanito tragaba tan ricamente. Me explicó con todo lujo de detalles como le desvirgó el culito por primera vez, las diferentes posturas que le gustaba hacer y con cual le daba más placer cuando se corría. El negro seguía hablando sin parar, por supuesto yo sabía que el cabrón me contaba todo aquello para calentarme el cipote, y excitarme más de lo que ya estaba, y lo estaba consiguiendo el colega, por que entre lo que me contaba y como yo me lo imaginaba la polla me iba a explotar de un momento a otro.

  • ¿Te has follado alguna vez a otro tío Alex? -

  • ¿Yo? No, que va colega. -

  • ¿Ni nunca te ha hecho una mamada otro tío? ¿Algún coleguita tuyo? ¿Nunca os habeís hecho pajas viendo una peli porno? -

  • Bueno, alguna que otra paja si que nos hemos hecho, e incluso nos medimos las vergas haber quién la tine más grade cuando están empalmadas, pero chuparnos la polla unos a otros, jamás tío, jamás se me pasó por la cabeza y creo que a mis colegas tampoco, que yo sepa. -

  • Nunca se sabe lo que pasa por la cabeza de los tíos, y lo que desean, ni lo que pueden llegar a hacer. Si yo te contara chaval, lo que han hecho algunos niñatos, de esos que van de machos rompe coños, con novia o casados incluso, por llevarse droga como sea y no podían pagármela por que estaban sin blanca, te quedabas con la boca abierta brother. Los tíos somos un misterio, todos deseamos algo, y todos tenemos un precio... Hasta tú. -

Me quedé callado sin decir nada, mientras el Moi se levantaba del sofá con toda la polla empalmada marcada en el pantalón e iba hasta la mesa para coger una bolsita.

  • Mira chaval, prueba esta pastilla de extasis nueva que me han traido, es la hostia de buena colega y te da un subidón que te cagas... Pruébala, ya verás. -

Como ví que él se la tomó primero mientras me la daba, confié y no se la rechacé y me la tragué. A los cinco segundos aquella pastilla explotó en mis entrañas pegándome un subidón de lujuria, erotismo, y lascivia que no puedo describir. Me subió un calor desde los pies hasta la cabeza, recorriendo todo mi cuerpo, hinchando y endureciendo mi polla al límite de sus posibilidades. Estaba cerdaco a más no poder, me daba todo igual, quería un coño, un culo, una boca para mi polla, un boquete para metarla en caliente fuera de quién fuera, y quería placer, gozo, disfrutar, y vicio, mucho vicio.

  • ¿Cuál es tu precio Alex?... ¿Cuanto costo del que hay encima de esa mesa te tendría que dar para poder chuparte la polla?... ¿Dime?... ¿Cuanto? -

  • ¡Uffff!... No se tío, ¿Te lo puedo decir después? -

  • ¿Después?... ¿Después de que chaval? -

  • De que te arrodilles como un perrete, y empieces a chupárme la polla, negro mamón. -

Fuí a bajarme el pantalón para sacarme el rabo y él me paró en seco, apartando mis manos y posándolas en el sofá. Luego con las suyas, me abrió las piernas tirando hacía afuera de las rodillas para dejarme bien a la vista mi descomunal paquetón, y así recrearse mirando su premio al mismo tiempo que se le ponía toda la boca babosa por la excitación. Se colocó de rodillas entre mis piernas y hundió su cara haciendo presión en mi bragueta, y comenzó a oler todo mi paquete desde los huevos hasta el capullo pasando por el grueso tronco. Después de recrearse un buen rato absorviendo y aspirando el aroma que despedía mi pollón, se entretuvo lamiendo por encima la tela que aún lo escondía y hasta que no lo vió transparentarse através del pantalón corto, no paró el negro mamón.

El puto negro me tenía a mil por hora, no podía ni hablar del gustazo que sentía, solo podía gemir y relamerme los labios mientras me espatarraba más y más, todo lo que me era posible para facilitarle el trabajo y entregarle el regalazo que guardaba bajo el slip. No perdió ni un segundo más, y lo tomó sin pedir permiso, me liberó la polla de la prisión de tela y la volvió a apresar de nuevo, pero esta vez con su puta boca. Al principio empezó metiéndola y sacándola muy despacio, con tranquilidad, saboreándola por completo y poniendo más énfasis e intensidad en chupetear bien el capullo. Pero cuando vió que yo no ponía resistencia alguna y que me dejaba hacer, y además disfrutando como loco, se desmelonó el mamón y comenzó follarse la boca con mi pollón a lo bestia. Chupaba con maestría, con pericia, se notaba que le gustaba al negazo, agarrándola bien por la base con la mano se la clavaba hasta la garganta y después se la sacaba entera de la boca para lametearla de arriba abajo.

  • ¿Te gusta chaval?... ¿Te gusta como te la chupo? -

  • ¡Ooohhh!... Me encanta colega. -

  • ¡Joder niñato!... Que ganas que te tenía ... Tú no lo sabes bien. Quiero que me folles la boca y que me la abras en canal. Que me agarres fuerte de la cabeza y me violes el boquino mientras me la envergas hasta el fondo... Venga, dame fuerte chulito, y no te reprimas que estamos solos tú y yo, haber de que pasta estás hecho. -

Con una mano le agarré la cabeza y con la otra me sujeté la polla y empecé a darle golpes y porrazos con ella por toda la cara. Se le veía el placer y el vicio reflejado en su rostro, como gozaba, como disfrutaba el cabrón al estar sometido por mi pollón mientras recibía pollazos a diestro y siniestro.

  • ¿Así perro?... ¿Así te gusta, verdad?... Una buena polla pegándote por toda la cara... Claro que si, esto es lo que le gusta al negrito maricón. -

  • ¡Mmmm!... No lo sabes tú bien machote. -

Le hice abrir del todo la boca y se lo clavé hasta el fondo como un cruel salvaje. Metí, llené, arrasé y comencé a destrozarle el hocico a base de fuertes envergadas, ayudándome con mis vigorosas manos. Mi respiración era jadeante y super agitada viendo cómo mi rabo entraba a toda velocidad por esa boquita juguetona. El negro mamón, no solo sabía comerse bien una buena polla, sino que el tio absorbía con habilidad el pre-cum que se me escapaba por la rajita del capullo de puro gozo, y aspiraba enégicamente hacía su garganta tragona mexcládolo con su babosa saliva.

  • Levántate chaval y ponte de pie, que quiero mirarte bien. -

Me puse de pie con la polla a escasos milímetros de su cara, y él rápidamente me dió la vuelta subiéndome la pierna izquierda y apoyándola encima del posa brazos. El Moi se quedó de rodillas en el suelo, mirando con admiración mi culo prieto, ojeando fascinado el boquete de mi ano, al mismo tiempo que lo manoseaba muy delicadamente con sus dedos impregnados y empapados de su saliva.

  • Me encanta tú culo tío, es super morboso y me pone muy caliente, ufff, pero que muy caliente. Tan redondito, tan prieto y duro... ¡Mmmm! Y que sabrosón papito, esta vaina es rica y super apetecible. ¿Me dejas que te lo coma, brother? ¿Puedo lamértelo un poquito? -

No esperó ni a que le diera permiso, cuando ya tenía su cara enterrada entre mis glúteos y su lengua abriéndose paso a traición por mi estrecho y angosto agujero. El negro maricón lamía de vicio, que gusto y que delicia colega, nunca había sentido en mi vida un gustazo así, aúnque tampoco nunca me habían comido el culo hasta ese momento. Presionaba su lengua con violencia, con furia, con rabia, hasta tenerla completamente dentro y hacerme sentir un tremendo placer con cada lametazo, mientras accedía a lo más profundo de mi tunél anal. Cuanto más adentro sentía su lengua en mi ano, más apretaba mis nalgas y las iba cerrando alrededor de su cara para que no se escapara esa sinhueso de mi agujero. Después de comerme el culo todo lo que le dió la gana, se sentó espatarrado en un sillón frente al sofá y comenzo a magrearse la polla con la mano.

  • Ahora chaval, quiero que te toques la polla, quiero verte como te haces una paja muy despacio, muy suavemente, y que me vayas provocando poco a poco y me calientes más de lo que estoy. -

Hice lo que el Moi me pidió y comencé a pajearme la polla, agarrándome con una mano los huevazos y con la otra deslizándola por todo el tronco de arriba abajo muy suavemente. Mientras me la cascaba, él no apartaba la mirada de mi y se masajeaba el rabo también, muy despacio y con tranquilidad. Alargó una mano hacía la mesa, abrió uno de cajones y sacó un consolador grandísimo. Levantó las piernas apoyándolas en los reposa brazos por las corvas, dejando el boquete del culo al aire, después humedeció la punta del consolador metiéndoselo en la boca y acto seguido lo dirigió directamente hasta su recto. Se lo ensartó entero de una estocada apretando el esfinter, sin dejar de mirarme y de pajearse el pollón.

  • ¡Joder Moi! Que mierda más buena de pastilla, estoy flipando en colores... ¡Uffff!... Tengo ahora mismo un colocón, un subidón y una calentura encima que parece que me va a estallar la polla de la excitación. Estoy que me subo por las paredes colega, y tú escenita con la polla de plástico es tremenda e imponente y me está poniendo todo cerdo tío... ¡Jodeeerr! -

  • Yo si que tengo un colocón guapo colega, estoy todo perra, como una perra muy calentona y con ganas de pollón. ¿Te gusta verme el culazo así, todo taponado?... Ven chaval, ven aquí y arrodillate, que ahora te toca a ti chupar un poquito. -

Para decir la verdad y no mentirte primo, en ese momento no me importaba un carajo comérle la polla, es más, con el subidón que llevaba en lo alto me apetecía bastante, y sin pensarlo me arrodillé aceptando su invitación. El negro se cogía el pollón por la base del tronco con la mano, tensándolo hacía arriba para que yo viera toda su largura, su rigidez y dureza. Se lo agarré rodeando con la mano todo su tronco sintiendo su calor, palpando con mi mano el grosor y la dureza de aquél rabazo. Le di suavemente unos cuantos meneos que excitaron muchísimo al Moi, y acto seguido agaché mi cabeza hasta poner mis labios junto a su capullo. Nunca había tenido tan cerca la polla de un tío, y mucho menos pegada a la boca, pero me provocaba mucho el intenso olor que despedía, me estimulaba el vicioso que llevo dentro, y me encendía más y más por momentos.

Fue entonces primo, cuando mi voluntad no pudo resistir más a la invitación de saborear aquél pollón exquisito y delicioso, y decidí metérmelo en la boca y chupar. Mis labios fueron succionando, primero despacio, y después fuí acelerando de manera frenética, mientras le ayudaba a su ano con mi mano metiéndole más fuerte y más adentro el enorme consolador. El cabronazo abrió más sus piernas y alzó el culo para que pudiéra ver mejor como su ano atrapaba entero el dildo, y lo oprimía con intensidad para que no se le saliera para afuera. El rabo del negro se manejaba dentro de mi boquino como quería, como hecho a mi medida, parecía un topo tapándo agujeros meneando las caderas, me lo empotraba y me lo enfilaba de principio a fin con mucha habilidad sin que se saliera. Jadeaba de gozo, gritaba fuerte de placer, y se retorcía en el sillón con cada envergada que me daba haciendo que impactara sus huevazos contra mi barbilla.

Sin sacarme su polla de la boca y el consolador de su culazo, me llevó hasta el sofá grande donde él se tendió boca arriba y yo encima, del revés, como un perfecto 69. Ahora él podía mamarme la polla también, y así lo hizo el mamón, al mismo tiempo que me magreaba con sus manazas los cachetes del culo y me los separaba dejándome al descubierto el boquete del ano. Era tan fuerte y placentera la mamada del negrazo, que sentía que me iba a ir de un momento a otro, que me iba a correr sin poder contenerme ni remediarlo, y así se lo hice saber con mis jadeos, mis espasmos y mis convulciones de cuerpo... Y me vacié por completo llenándole la puta boca...

  • Toma maricón chupa pollas… ¡Ahhhhhhhhh!... Tragate la puta leche, mamón!… ¡Siiiiiiiiii!… Eres todo un cerdo, un vicioso de mierda, joder... ¡Oooohhhh!... Traga negro. Tragaaaaaa. -

De repente en medio del extasis, del subidón, del gustazo de la corrida, noté como una lengua lemía con frenesí y entusiasmo todo mi ano. Volví la cabeza hacía atrás y... ¡Joder Primo!.

Continuará....