YO SOY DANI... Santi el Go-Go Morboso
Los besos de un hombre me saben mejor que nunca cuando tengo una buena verga a la que agarrarme, meterle un buen agarrón al paquete con una polla de dimensiones extraordinarias, de esas pollas que casi no te caben en la palma de la mano de lo grandes que son y te hacen sentir el delicioso calor que despiden. Os digo esto por que quiero hablaros de Santi y de como me pegué una fabulosa follada con él.
YO SOY DANI...
Santi el Go-Go Morboso
Los besos de un hombre me saben mejor que nunca cuando tengo una buena verga a la que agarrarme, meterle un buen agarrón al paquete con una polla de dimensiones extraordinarias, de esas pollas que casi no te caben en la palma de la mano de lo grandes que son y te hacen sentir el delicioso calor que despiden. Os digo esto por que quiero hablaros de Santi y de como me pegué una fabulosa follada con él.
Santi es un niñato de 19 años, y es el novio de mi amigo Jorge, bueno, más que novio yo diría que es su chulo, él que le saca cuartos y lo maneja a su antojo. Jorge es el dueño de un bar de ambiente que frecuento bastante, tiene 52 años pero el tío se conserva muy bien y la verdad es que tiene mucho morbo, vamos, que no me importaría tirármelo un día de estos cuando encarte. Volviendo a Santi, que aparte de que se lo folle y viva en su casa, también trabaja de go-go bailando y calentando al personal. Lo que Jorge no sabe, o lo sabe y se hace el tonto, es que además trabaja de chapero y se saca un buen dinero follándose a los tíos maduros que van al bar.
Cuando entré por la puerta del bar, lo ví sentado en la barra bebiéndose un cubata y hablando con un par de moscones que tenía alrededor, que seguramente lo que buscaban era comerle esa buena polla que tiene bajo la bragueta del vaquero y que se le marcaba bien abultada. La verdad es que el niñato tiene un porte de chulazo impresionante, con su pendiente en la oreja, esa camiseta de deporte de tirantes señalando sus pectorales, tan guapísimo y ese pelazo que te deja sin palabras. Las miradas se cruzan y la conexión entre los dos es instantánea. Tanto él como yo nos teníamos ganas desde hace tiempo, me dijo después, pero que antes no se atrevió a decirme nada de sexo por la amistad que yo tenía con Jorge, y temía que si yo lo rechazaba se lo iba a contar. Que ingenuo, si yo tenía más ganas que él de cogerlo y comerle la polla, el culo, la boca, el cuerpo... ¡Ufffff!... Enterooooo.
Me acerqué para pedir una copa y de paso saludarlo con un par de besos en la cara, aúnque me hubiéra gustado más darle solo uno en esa sabrosa boca,la verdad. Santi me indicó con unas palmaditas de mano que me sentara en el taburete de al lado, y después de saludarlo me percaté de que Jorge no estaba esa noche.
Que pasa tío... ¿Y Jorge, no está hoy? -
No Dani, ha ido a recoger a su hermana al aeropuerto que llega en una hora, y después se va a casa con ella para que se acomode y ponerse al día los dos. -
Entonces esta noche ya no viene, jejeje, con lo que habla la hermana y él seguro que le dan las tantas de la mañana... ¿Y tú ya has bailado? -
Si, acabo de terminar un pase, pero creo que ya no voy hacer nada más. Además, hay poca gente y no merece la pena tío... ¿No creés? -
Jajaja, tú sabrás tío... ¿Y que, te vas a quedar toda la noche aquí sentado en la barra? -
Bueno, eso depende. Si alguién me propone otro plan más divertido y placentero, alguna otra idea para pasar la noche, a lo mejor no tengo que estar aquí sentado... ¿No? -
¿Alguién como yo, dices? -
Por ejemplo. Jejeje... Claro que según lo que me propongas. -
Que cabrón eres Santi, eres muy, pero que muy malo. ¿Y que tenías pensado que te propusiera? -
Pues, primero podemos fumarnos unos porritos en el almacen acompañados de unos cubatas y después ya veremos, lo que vaya surgiendo Dani, dejate llevar y ya está. -
Era indudable que los dos queríamos lo mismo, follar, y ha decir verdad, tenía tantas ganas de tirármelo que me importaba una mierda mi amigo Jorge, después de todo el cabrón se tiraba al que le daba la gana y yo no iba ha ser menos. Le dijo a Miguel, el camarero de la barra, que ibamos al almacen a fumar, que se ocupara de todo y que no nos molestara, a no ser que viniéra Jorge. Evidentemente el camarero sabía perfectamente a lo que se refería el novio de su jefe y a lo que ibamos los dos allí dentro.
¿Este no se chivará y le dirá algo a Jorge, no? -
Que va tío. Además, por la cuenta que le trae no dirá nada, si no quiere quedarse sin las mamaditas que tanto le gusta, y le doy con esta boquita que tengo... Jajaja. -
Yo sabía que en el almacen Jorge tenía un colchón inchable, pegado a la pared del final donde tenía los licores, y que lo usaba para echarse un rato cuando estaba muy cansado. Lo había visto infinidad de veces allí dentro y me había sentado en él cuando nos metíamos a fumar tabaco o algún porro, ya que no se puede fumar en el bar, pero hasta esa noche nunca lo había utilizado para follar. Nos acoplamos en el colchón y Santi se preparó un porrito bien cargado. Mientras nos lo fumábamos me estuvo contando como tenía la polla Miguel el camarero, como le encantaba chuparle ese pollón enorme y como le gustaba follárselo después por el culo, mientras le gritaba como una maricona que se la metiéra más fuerte.
Pues si colega... Ahí donde lo ves, tan machote, tan chulito, y con esas pintas de macarrilla... No veas como disfruta el cabrón con una polla dentro del culo... Jajaja... Se derrite el maricón. -
Joder tío, pues a mi me encantaría meterle la mia por ese culazo que tiene... ¡Uffff, que bueno está el cabrón!... No veas el calentón que estoy cogiendo con solo imaginarmelo colega... Mira como estoy Santi, mirame como me has puesto la bragueta cabrón que está a punto de estallarme la cremallera de un momento a otro. -
A ti solo tío, mirame bien el paquete colega, y ya veras como tengo de gorda la polla, y encima babeando sin parar. -
Me acerqué a él y le pegué un tremendo morreo en la boca. Santi me sujetó fuertemente de la cabeza mientras nos comíamos el boquino, el niñato salivaba en abundancia llenándomela entera para que yo la degustara y me la tragara después. No perdí el tiempo y le metí un buen agarrón al paquete, y pude palpar un pollón gordo, robusto, y grandísimo de dimensiones extraordinarias. Casi no me cabía en la mano, no sabía ya ni por dónde agarrársela de lo grande que era, así que decidí meter la mano por los pantalones y sentir el calor de aquella polla. El cabrón tenía un pollón impresionante, de 25 centímetros, enorme, como a mi me gustan, y acompañado de unas buenos huevos de buen tamaño que pude sobar sobradamente.
- Espera que me la saque, y así podrás verla mucho mejor. -
Se bajó los vaqueros y aquella lanza salió disparada hacía arriba, toda tensa y dura y apuntando al techo. Nada más verla se me pusieron los ojos como platos de la impresión, "Como podía tener el cabronazo ese pollón tan monstruoso y a la vez tan delicioso" y de solo pensarlo, una ligera babilla resbaló sin impedimento por mi labio inferior. Se me hizo la boca agua.
¿Te gusta lo que ves? -
¡Ufffff!... Me encanta tío. -
¿Quieres comérmela mamón? -
Si, toda entera, y los huevos también colega. -
¿Y a que esperas? -
Una vez leí, que las pollas grandes y guapas hay que mirarlas bien antes de comérselas... Que hay pollones que son una obra de arte y el tuyo colega, lo es... ¡Joder que pollón! -
No le quitaba la vista de encima, miraba y escaneaba esa polla toda dura, potente, y apuntando hacía arriba larga y gigantesca, a escasos centímetros frente a mis ojos llenos de lujuria. Quería comérsela al instante, el deseo que invadía todo mi ser era incontenible, me desbordaba por completo, y enseguida me puse a la tarea comenzando a chupar aquel cipote mientras Santi jugueteaba y me pegaba unos buenos rabazos en la cara. La agarré por la base, apretando los labios de gusto y acerqué mi boca notando cómo el calorcito de aquél pollón descomunal, me iba calentando todo el puto paladar mientras resbalaba por mi interior.
Allí estaba yo, arrodillado en el suelo como una puta perra mamando, degustando su sabor, y chupando centímetro a centímetro aquella pedazo de polla. Santi gemía de placer mirándome la cara desde arriba, viendo la expresión tan guapa y sensual que yo ponía al comerle todo el rabazo. El colega cerraba los ojos de gusto notando mis labios recorrerle todo el tronco y haciéndole un cosquilleo que se la ponía cada vez más dura, escuchando los chupetones que le metía, el ruido de la succión de esta boquita visiosa ensalivándole el rabo, y preparándoselo para que después y a su debido tiempo, me lo metiéra por todo el ojete. "Eres el puto amo comiendo pollas", me decía el cabrón en medio del extasis. A mi me encanta chupar pollas como esa de grandes y ponerlas a punto de caramelo, cuidarlas con mucho mimo, cogerlas bien con la mano mientras la saboreo con la lengua y hago hueco dentro de mi boca tragona.
Ya estábamos los dos enviciados perdios, no hay nada como que a un tio se la chupes bien y volverle loco para que se desate. Santi me coge vigorosamente y me sube hacia arriba la cabeza para probar el saborcito de su propia polla en mi boca, y percibir el olor a macho que me ha dejado encima.
- Ahora me toca a mi... Te vas a enterar lo que es una buena mamada cabrón. -
El niñato me sentó en el borde del colchón con las piernas abiertas, y metió su cabeza entre ellas atrapándome todo el cipote con su boca. Empezó a chupármelo como un poseso, a lo bestia, pegándose un buen atracón de rabo hasta la campanilla, sacudiendo la cabeza y comprimiendo los mofletes hasta tenerlo todo dentro. Era una delicia verlo mitiéndose mi polla hasta el fondo, un gustazo notar cómo entra y sale de su boquita, y como lamía con la lengua mi capullo babeando de pre-cum. El cabronazo se arriesgaba un poco más e intentaba comerse mis cojones gordos, engullirlos por completo, y el mamón lo conseguía, no sin antes soltar una buena arcada y una laguimita por el esfuerzo. Se notaba que le encantaba comer pollas, pollas como la mia, grandes y gordas, y cuando te comes la polla de un tio intentando abarcarla hasta el fondo es que le tienes muchas ganas de ese tío, osea yo.
Ven Santi, súbete encima mia en plan 69, que quiero comerte ese culito tan rico que tienes cabrón. -
¿Te gusta, eh?... ¿Quieres follármelo a que si? -
¿Tú que crees cabrón?... ¡Ufffff!... Menudo culazo tienes colega, para meterte la polla por la mañana y sacártela por la noche, y follántelo sin parar. -
¡Mmmm!... Que cerdo me pones Dani. -
Cada vez que te veo bailar en lo alto de la tarima, contoneándo las caderas y provocando a los tíos, con ese pantaloncito corto tan pequeño que se te mete por la raja del ojete... ¡Ufffff, joder!... Más de una vez he tenido que taparme el paquete y disimular, por que se me pone la polla dura solo de imaginarme que te rompo a bocados la tela y te meto mi lengua hasta el fondo y te pego una follada alucinante en ese delicioso ano. -
Joder tío me encanta lo que me dices... ¿Sabes que cuando estás tú viendome de bailar lo hago a drede, y exagero los movimientos al máximo para calentarte y empalmarte esa polla que tienes?... Te mandaba señales, me insinuaba delante de ti, intentaba excitarte haber te atrevías de una puta vez a empotrarme en los servicios mismos, pero nada colega, he tenido que ser yo el que te lo propusiera esta noche y traerte al almacen. -
Santi no soy jilipollas, claro que me daba cuenta pero eres el novio de mi amigo, y ... -
¿Y que?... A la mierda Jorge. ¿O tú que crees que él no se folla a otros tíos? Pues claro colega, y Jorge sabe lo que yo hago, a los tíos que me tiro. Nosotros tenemos una relación super abierta, disfrutamos a tope del sexo y hacemos trios y orgías si encartan. Es más Dani, más de una vez hemos comentado entre nosotros llevarte a la cama y pegarnos una buena follada contigo, lo que pasa es que yo quería probarte primero solo y darme ese gustazo, y después de haber follado proponerte un trio con Jorge y conmigo... ¿Que me dices colega? -
Por mi estupendo, fenomenal colega. -
Pues ya está dicho todo. ¿Podemos continuar, que no veas como estoy? -
Me tendí boca arriba en el colchón y Santi se subió del revés encima, poniéndome su ojete en plena cara. Llegó el momento más ansiado y codiciado por mi, trabajarme el culito de aquel chulazo que me volvía loco. Le abrí los cachetes con los dedos destapando un sululento agujero, ¡Que vistas joder!, metí bien la lengua hasta el fondo soltando las redondas nalgas y dejando la boca, la nariz y casi toda la cara entre los cachetes de ese culazo increíble. Se lo chupé, se lo lamí, y se lo follé con la lengua hasta saciarme, hasta pecar de gula. Tengo que decir que el mamón no se estaba quieto, y a parte de seguir chupando mi pollón sin descanso, no paraba de mover las caderas empujando y embistiendo la raja del culo lo más fuerte posible contra mi cara. El muy cabrón me tenía a mil por hora, excitado y calentón a más no poder, y si no paraba de darme esa tremenda mamada no iba a poder impedir que mi pollón le inundara toda la puta boca de leche.
¡Como chupas cabrón!... ¡Que boca tienes colega!... Si no te paras no voy a poder aguantar más. -
¿Te gusta Dani? -
¿Qué si me gusta cabrón?... Me vuelves loco tío... ¡Ooohhh, Santi!... Para joder, paraaaaa... ¡Aaaahhhhh!...
La boca del niñato era una taladradora bestial follándome la polla a toda pastilla, ordeñándomela sin compasión y con voracidad. Tuve que soltar su ano para gritar de puro gusto, de puro placer, que bestia el hijo puta y como se tragaba toda la leche la maricona. Y le daba igual al colega, el mamón de Santi tragaba y engullía sin respirar, estaba disfrutando como un loco y yo no iba a ser el que lo detuviera, ni quería ni por un momento que dejara de chupar.
¡Mmmmm!... Estaba deliciosa. -
¡Joder cabrón como eres!... Eres una puta locura de tío. -
¿Quieres follarme el culo? -
Si colega, es lo más deseo en este momento. -
Santi se tumbó boca arriba y levantó las piernas lo mas alto que pudo, dejando al descubierto el rico boquete del ano. No tardé mucho en atender lo que su ansioso culo me pedía y me suplicaba tan ardiéntemente. Incliné mi cuerpo sobre el suyo y le regalé un morreo en la boca, mientras él agarraba y orientaba mi polla hacia su culo y se dejaba atravesar las entrañas a pelo. Centímetro a centímetro, muy lentamente, las paredes de su ojete fueron arrastrándose y acogiendo mi enorme polla que lo rellenaba como a un pavo en acción de gracias. Cuando sentí que estaba medio empalado, y vi desde arriba que solo faltaban unos centímetros, se la metí de un buen empujón clavándosela entera. Gritó, bramó, y chilló como un poseso, retorciéndose de gusto sobre el colchón mientras aumentaba la velocidad de las embestidas y multiplicaba las envergadas por mil. "Como le gustaba al cabrón". Me había adueñado de su ano, ¿O él de mi polla?, la cuestión es que me lo estaba follando sin compasión como un puto salvaje, y a un ritmo bárbaro y descontrolado. El niñato, tenía el ano super estrecho y cerrado, hasta me dolía la polla un poco cada vez que le penetraba el boquete, pero me daba igual que sufriera el cabrón, ¿No quería mi polla?, pues aqui la tenía y que aguantara un poco, que el placer era más grande que el dolor.
¡Ahhhh, cabrón!... No veas que polla tienes. -
Te gusta putita... Te gusta como te follo el culito... ¡Mmmm! -
Me encanta cabrón, sigue Dani, dame más fuerte... Asiiii... Siiii... Ohhhhh. -
¿Quieres follarme tú a mi cabrón?... ¡Uffff!... Y meterme todo ese monstruo dentro del culo... ¿Eh? -
Si tío, quiero reventarte ese culazo que tienes y que me pone tan caliente cuando lo miro... Mírame la polla como me babea de solo pensarlo... Ven, dame tú culito Dani. -
Me cogió del brazo y me colocó a cuatro patas encima del colchón, con el ojete bien abierto. Me puso las manos sobre el culo y empezó a acariciarlo, a explorármelo, y a abrírmelo mientras iba bajando con su boca hasta el boquete del ano. Separó mis cachetes con las manos dejando el sabroso agujero frente a sus ojos, el niñato alargó su lengua y me la introdujo, iniciando un pequeño masaje a base de lamidas que me excitaba cada vez más. El mamón sabía lo que hacía, se adivinaba enseguida que no era el primer culo que se comía, la maestría, la habilidad y destreza con la lengua hacía que me derritiera de gusto, y que jadeara de placer, y el cabrón al escucharme metía el lenguetazo cada vez mas fuerte, y cada vez más rápido en un mete y saca.
- Ahora verás putita, te vas a enterar como se las gasta mi polla. Te voy a dejar el culo como una plaza de toros cabrón... Te va a encantar colega. -
Terminando de decir esto Santi, me sujetó las caderas con las manos y puso su inmenso pollón en mi culito, y me la clavó hasta el fondo de un solo golpetazo.
Ayyyyyyyy, cabrón... Me cago en la puta joder. -
Calla cabronazo, y traga, así, sigue tragando, que se que te gusta maricón del culo... ¡Ohhhhh! -
Empezó a follarme el ojete sin parar, con vigor, con energía, con rapidez, y al mismo tiempo con malicia y con saña. El cabrón pervertido que había dentro del puto Santi salió a la luz, y de que manera madre mia. Mi polla danzaba sin control, de lado a lado, y al son de cada embestida que me daba en el ano. Me tenía a mil por hora, borracho de lujuria, sediento de placer, chillando de dolor y gozo al mismo tiempo, y jadeando como un puto perro del gustazo que me daba con su pollón. El puto niñato, el go-go de mierda seguía a lo suyo sin descanso, jodiéndome más y más fuerte, a un ritmo frenético, clavándola hasta el fondo de mi recto, y sintiéndo sus huevos golpeando los mios.
Ahhhhh... Que follada cabrón, no tienes compasión conmigo hijo de puta... Oooohhhh... Como sigas dándome así me vas a sacar el capullo por la boca tío. -
Tú traga y calla mamón, que te voy a regar el culito dentro de poco ... Ahhhh... Siiiiii... -
Así estuvo el sádico varios minutos reventándome el ojete, destrozándome a pollazos sin piedad ni delicadeza, dándose placer en el pollón, y utilizándome como su putita para calmarle el vicio que tenía encima. Sin darme cuenta me estaba corriendo como un cerdo, era tan inmenso el placer que me hacía sentir el cabrón que mi polla era una fuente a pleno rendimiento, soltando chorros de leche que disparaba por la raja del capullo a borbotones y que iban a parar sobre el colchón. Lo siguiente que sentí fue una gran estocada fuerte y violenta dentro del culo, una pausa jadeante, y acto seguido su leche caliente quemándome las paredes del ano.
- Me corroooo, cabrón... Siiii... Tragaaaaa putaaaa... Trágate mi leche por ese culazo maricón, como a ti te gusta... ¡Ahhhh!... -
Cuando terminamos de follar, estuvimos hablando para ver que día quedábamos con Jorge para montarnos un trio y follárnos su culo, que según Santi, eso era lo que más le gustaba a su novio. Una polla joven envergándole el ojete, y si eran dos juntas, mejor que mejor.
Al salir del almacen pasé por la barra y disimuladamente le pasé a Miguel el camarero un papelito con mi número de teléfono, y una frase escrita que ponía, "Llámame cuando tú quieras", por si caía otra follada... Nunca se sabe colegas.
Hasta otra....