Yo no soy gay, de ninguna manera (07)
No hay nada como una investigación minuciosa...
Yo no soy gay, de ninguna manera (07)
Por lindo culo 04
Es una suerte que yo no sea gay, porque así puedo investigar el mundo de estos curiosos seres, con la mayor objetividad científica.
Con esta consigna en mente me fui al club gay de mi barrio. Encontré allí la más estrafalaria colección de individuos, a muchos de los cuales había tenido ocasión de ver por los comercios del barrio.
En el equivalente a la mesa de entradas me atendió un individuo al cual expresé mi intención de hacerle varios reportajes a los miembros del club. El tipo me miró con expresión divertida. "¿Y por qué no empiezas conmigo?" me dijo afablemente. Y me guió hasta la dirección, que era una habitación desocupada. Cuando con un gesto galante me invitó a pasar, no pudo evitar el comentario "¡Qué lindo culo, amigo, lo felicito!" "Gracias" dije, sin poder evitar un contoneo involuntario.
"Bien, usted dirá " dijo, mientras al mismo tiempo desabrochaba su bragueta. Estos son los problemas que suelen presentar estos individuos, falta de control social. "Y bueno", pensé mientras admiraba el pedazo que el hombre había sacado por su bragueta. Era bastante largo y gordo. Pero eso era problema suyo, y mientras se acariciaba lo que me estaba mostrando, comencé mi reportaje.
"¿Cuándo comenzó usted con sus actividades gay?"
"Cuando me la dio por el culo mi primo de veintidós. Yo tenía catorce años" Su miembro había adquirido unas dimensiones envidiables, digo, si uno fuera gay.
"¿Fue una experiencia dolorosa?", pregunté mientras él se hacia una paja que me apuntaba, dejándome ver como aparecía y desaparecía el agujerito de su glande. "No, porque antes me habían culeado mis dos primitos, así que el culo estaba bastante acostumbrado."
Su mano le daba con ganas a la paja que estaba haciéndole a su impresionante vergazo. Las venas se le marcaban con fuerza, y el glande estaba tan colorado que parecía morado. Involuntariamente tragué saliva.
"¿Y después qué ocurrió?" pregunté sin poder apartar los ojos de su polla. "Después muy fueron cogiendo todos los muchachos del barrio." Su paja, poco a poco se fue acelerando, y yo me quedé boquiabierto al ver el entusiasmo de esa paja cada vez más frenética. El ojo del glande aparecía y desaparecía a un ritmo vertiginoso.
Yo traté de concentrarme para la siguiente pregunta, pero no me dio tiempo. Del ojo de ese tremendo nabo que me apuntaba, brotó un largo chorro se semen que me dio de lleno en el rostro. Con el segundo chorro mejoró su puntería y me lo embocó en la boca abierta. Para los chorros finales se levantó a fin de acercarse y seguir embocándomelos en la boca. Naturalmente me los trague todos, para no parecer descortés, y cuando me puso la polla en la boca descargó los chorritos finales, y luego, sujetándome la cabeza, me hizo pis dentro de la boca. "Curiosa costumbre" pensé mientras permitía que descargara su pis. Tragué todo, educadamente, y hasta me relamí, luego de preguntarle si me podía presentar a otro miembro del club. "Claro que sí, aquí miembros no le van a faltar". Y se fue a buscarme otro.
El siguiente era un muchacho simpático, que también entró con el miembro afuera. Se veía más pequeño que el del anterior. "Es que yo soy el iniciador". "¿El "iniciador"?" interrogué. Sí, siempre que hay que culearse a alguien me llaman a mí primero, así le voy abriendo el orto para los que vienen atrás. Permítame que le muestre" Y me pidió que bajara mis pantalones.
"Bueno, si voy a conocer los detalles de este mundo, deberé dejar que me informen bien", pensé, mientras el simpático muchacho me liberaba de mis slips.
"Con permiso" dijo el simpático joven mientras introducía un envaselinado dedo en mi ojete.
"¿No hará falta más?" pregunté un poco inseguro de la eficacia del dedo envaselinado.
Pero el muchacho sabía lo que hacía, pues su nabo se coló con facilidad por mi canal trasero. "A mi me llaman Uno" aclaró mientras le daba a los vaivenes dentro de mi ojetito. No pude evitar el reconocimiento de que me estaban cogiendo, con una pija chica, es cierto, pero los vaivenes iban y venían dentro de mi culito, con el entusiasmo y la simpatía de este joven culeador. Como los empeñones venían cada vez más vehementes, comencé a tener sensaciones dentro del culo, y cuando sentí las pulsaciones de la verguita de mi enculador echando su leche, se me desenfocó la visión y me corrí.
"Si, esta es una experiencia gay puedo soportarla en este aprendizaje" pensé. "¡Dos!" llamó el joven , sacando su polla de mi culo. Dos era otro de los muchachos, con un miembro un poco mayor en todos los sentidos. Tenía su sexo bien caliente, porque ya venía preparado para reemplazar a su compañero. Sentí claramente la diferencia de tamaño, pero el trabajo que me estuvo haciendo Uno, había agrandado un poco el camino. Así que no tuve dificultades para alojar esta nueva polla enhiesta. Para facilitarme las cosas me hicieron apoyar el pecho sobre el escritorio dejando mi culo expuesto "¡Lindo culo!" corroboró Dos, haciéndome sentir nuevamente halagado. Para luego sentir el halago más contundente del miembro de Dos, que ensanchando significativamente el agujero transitado por su compañero anterior, me hizo sentir su entusiasmo hasta el fondo. Sentí que Dos la tenía más gorda y se movía con vaivenes más largos y más profundos. Esta faz de la investigación me costó una nueva eyaculación con los ojos turbios. Dos siguió un ratito más, y luego se descargo en mi culo. "¡Tres!" llamó, y al instante su nabo fue reemplazado por otro considerablemente más gordo. Sentí que mi agujero lo estaba pasando realmente bien. Y cuando la polla de Tres comenzó a inyectarme su semen en las entrañas, volví a correrme, casi dulcemente.
Cuando le tocó el turno a Cuatro, al sentir la nueva enculada me invadió un sentimiento de respeto. ¡Este tipo sí que tenía flor de poronga! Le costó un poco entrármela, pero con buena voluntad todo se puede. Eso sí, la serruchada de Cuatro fue tan larga que cuando comenzaron a saltarle los chorros de semen, yo me corrí con los ojos vidriosos.
A partir de allí, perdí la cuenta, por mi culo expuesto siguieron pasando pollas progresivamente más grandes, gruesas y largas. Creo que la última pertenecía a Nueve, pero si hubo más no sé, porque perdí la conciencia.
Sentía el culo tremendamente abierto. Y algo dolorido. Por fortuna Catorce se apiadó de mis súplicas, y luego de hacerme prometer que volvería otro día para darle el gusto, me dejó con sólo mamársela, llenándome la boca con su semen.
Cuando salí del club gay, me sentía otro.
Una vez en casa me puse a pasar los apuntes que había tomado, aunque tuve que hacerlo de pié, ya que no podía sentarme.
Y bueno, avatares de la investigación científica
Escríbeme a lindoculo04@yahoo.com.ar