Yo no soy gay, de ninguna manera (05)

Al entrar el sauna estaba tibio. Con sólo otra persona, pero que yo no conocía. Ya que de haberla conocido no la hubiera olvidado. Así que entablamos conversación, y una cosa fué trayendo la otra, y conocí un nuevo amigo gay...

Yo no soy gay, de ninguna manera (05)

Por lindo culo 04

lindoculo04@yahoo.com.ar

¡Que curioso es el ser humano! La primer cosa que vi. de Norberto, no fue su cara. Y sin embargo me simpatizó inmediatamente.

Y eso que en el baño finlandés nunca nos habíamos visto. Es indudable que yo lo hubiera recordado, de ser así. Soy muy buen fisonomista y lo hubiera recordado. No obstante se me estaba haciendo agua la boca, señal de que el hombre era gay. Era la forma en que funcionaba mi sistema de detección. La otra fue que me dijo: "¿no tenés ganitas de hacerme una mamada?" Esos dos síntomas juntos son infalibles, el hombre era gay. Estábamos solos y él estaba parado sobre el primer escalón, de ahí la primera visión que tuve de él. Que fue la única, al menos en principio. Porque el hombre giró su cuerpo para dejar su polla a la altura de mi boca. Hay que reconocerle habilidad en eso.

Los gays son muy pesados, y cuando se les mete algo entre ceja y ceja, es inútil discutirles. Así que, resignadamente, abrí la boca para recibir su grueso choto. No era muy largo, pero en cuanto a grosor no dejaba nada que desear. Es una manera de decir. No es que yo fuera a desear una polla gay. Lo mío era más bien resignación. Así que, resignadamente, dejé que con movimientos cortitos me cogiera la boca. Naturalmente mi lengua tuvo que tomar contacto con su gordo glande. Afortunadamente no tenía buen sabor, aunque el olor era un poco mareante. El hombre me tomó con su mano derecha la cabeza, y acelerando sus movimientos, descargó unos chorritos en el interior de mi boca. "Bueno, ya terminó", me dije mientras recibía los chorritos. Todo había durado menos de cinco minutos. Y yo, vaya uno a saber por qué, había quedado un poco decepcionado. Aunque me llamó la atención que, aún luego de los rápidos chorritos con que me obsequió su polla, su tiesura se mantenía tal cual. "Misterios del mundo gay", pensé, acostándome sobre el primer escalón de madera. Y me relajé, dando por terminado el asunto.

Pero me equivocaba. Algo en mi aspecto debía haberlo motivado.

Fue muy inesperado para mí, pero cuando echo su cuerpo sobre el mío, comprendí enseguida que su polla venía a continuación. Y no me equivocaba. Si alguna duda tenía sobre la habilidad del hombre, la facilidad con que encontró el agujero de mi culo me demostró que él sabía muy bien lo que estaba haciendo.

Por suerte, aún sin ser yo gay, había tenido alguna experiencia con esta gente, de modo que el ensartamiento que hizo de mi culo no fue molesto, ya que anteriormente había tenido que aceptar ese tipo de asalto trasero. Y ya sabía, también ahora, que no tenía caso oponer resistencia alguna frente a la tenacidad con que esa gorda polla se abrió camino entre mis nalgas.

Así que me dejé ir al compás de los vaivenes con que la polla del hombre agasajaba mi culo.

Involuntariamente empecé a gemir y jadear. Lo que pasa es que el baile que me estaba dando es polla con todo su entusiasmo, era mucho para mí. Así que me corrí panza arriba, mientras el hombre continuaba dándose un festín con mi agujerito. Yo podía sentir la abundancia de su peluda mata de pendejos rebotando una y otra vez en mi ano. Así que aún después de correrme, seguí jadeando y gimiendo, verdaderamente emocionado por la pasión con que mi reciente amigo abrazaba mi cuerpo. Así que con una resignación próxima a la gloria sentí con mi culo el gran festín que estaba recibiendo.

Bueno, que el hombre no tenía ningún apuro, y siguió hurgueteando mi agujerito, hasta que me hizo correr de vuelta. Y recién después darme sus chorritos con poderosos empellones entusiastas.

Cuando terminó, el sauna todavía no había alcanzado un calor incómodo. Norberto me dejó desparramado y me dio un beso de lengua muy tierno. "Vuelvo el jueves, precioso". Y salió del sauna. En la puerta se encontró con otro socio que recién entraba y señalándole el agujerito de mi cola, le dijo "te lo dejé bien preparado, bien abiertito," Y se fue.

Dificultosamente giré la cabeza para ver al recién llegado, y un sentimiento parecido al pánico me invadió. El recién llegado también era gay.

Me di cuenta cuando me empaló, por la sensación de estárseme haciendo agua la boca.

Pero ya sabía como son los gays, así que con toda la paciencia, me rendí.

Escríbeme a lindoculo04@yahoo.com.ar . Y mantiene la fé en nuestra cruzada: si queremos ayudar a los gays y lograr su recuperación, debemos conocerlos a fondo.