Yo no soy gay, de ninguna manera (03)

(con fotos) Mi amigo de la playa me invitó a su casa. Dado que ambos somos héteros, me aconsejó que me cuidara de los gays. "Un culo tan lindo como el tuyo, con un pitín tan diminuto pueden tentar a más de uno a querer cojerte". Y me explicó detalladamente y con ejemplos, las cosas que me podía hacer un gay abusador. Quedamos en que otro día me seguiría explicando las demás cosas que necesitaba saber. Cuando me fuí me escocía un poco el culo, pero estaba muy satisfecho con las enseñanzas que me dió. Es una suerte contar con amigos así...

Yo no soy gay, de ninguna manera (03)

Por lindo culo 04

lindoculo04@yahoo.com.ar

Hice un amigo encantador, en la playa. Como en mi caso, tampoco es gay. El tema salió espontáneamente entre nosotros. Ya que es un tema que está en el aire. Pero charlamos muy animadamente. A él le llamó la atención la pequeñez de mi pollita, pero me sentí muy halagado cuando insistió en que yo tenía un culo muy lindo. "Dan ganas de comértelo", explicó. "y debes tener mucho cuidado porque algunos varones te follarían con ganas, si les dejaras." Yo me ruboricé, porque en cierto modo me sentí algo turbado. Pero dado que ninguno de los dos era gay, acepté la invitación a su casa, sin prevenciones.

Me hizo pasar directamente al dormitorio, ya que ahí tenía el aparato de TV. Me llamó la atención la cantidad de películas que tenía "Explosión anal", "Tragando leche", "Mamada entre amigos", "Culo fácil", "Porongas violadoras", e infinidad de títulos más. "Es que soy muy aficionado al cine", explicó, mientras de sacaba los pantalones. "Vení, ponete cómodo, sacate los zapatos así no manchás la cama. El dormitorio está calefaccionado, así que no vamos a pasar frío." Era una suerte, porque en Mar del Plata, al anochecer refresca mucho.

La cama era fácil para caminar, por que era de colchón duro. Así que me acomodé fácilmente en tres pequeños trancos.

"De veras" dijo en tono admirativo "¡que hermoso culo el tuyo!"

"Gracias" dije con modestia y algo de coquetería, mientras me sentaba a su lado con las piernas cruzadas.

"Espera un momento" me pidió, "¿no me dejarías admirarte ese hermoso culo un poco más, antes de ponernos a ver una película?" No podía decirle que no, al fin de cuentas era su invitado. Y su tono gentil terminó de convencerme.

"¿Así está bien?" dije con mi mejor voluntad.

Incluso me bajé un poco el elástico, para premiar su amabilidad con una mejor vista de mi posterior. "¡Fantástico, nunca había visto un culo tan redondo y pleno!" Viniendo de otro hétero sexual como yo, el comentario reafirmaba nuestra confianza.

"No te muevas" me pidió con dulzura, "quedate un poquito más así", suplicó.

Atrás mío hubo un movimiento en la cama, y sentí los labios de mi amigo acariciando la piel de mi culo. Tuve un estremecimiento, especialmente cuando sentí su lengua recorriendo mis nalgas.

Pero cuando la sentí hundirse en agujerito, agradecí al cielo la fortuna de haber encontrado a otro individuo hétero como yo.

Debo confesar que tuve cierta erección inesperada. Pero de cualquier modo mi amigo no la debe haber notado. Nunca nadie nota mis erecciones. Pero a mi no me molesta.

Y cuando mi amigo hétero hundió sus dedos en mi agujerito, y empezó a moverlos, creí tocar el cielo.

"Es muy importante que alguien tan varonil como vos pueda experimentar estas sensaciones que normalmente están reservadas para los gays"

"Es… muy… cier… to" concordé, agradecido.

"Y ahora viene lo mejor", anticipó mi amigo. Me pregunté qué sería, ya que hasta aquí la cosa venía muy buena.

Pero mi amigo estaba decidido a hacerme conocer la sensación con todos sus pormenores. Y bien que me la hizo sentir.

Claro que tanto entrarme y salirme, el pobre pagó su precio, y me hizo una descarga larga y repetida que duró más de un minuto, en el cual sentí como se le hinchaba la polla a cada nueva descarga.

Me gustó, la verdad es que me gustó. Me dio una idea bastante aproximada de que siente la gente gay. Claro que no es lo mismo porque ninguno de los dos lo era.

Cuando terminamos, se sentó sobre mi pecho y me pidió que le limpiara la polla con la boca. Es le menos que podía hacer después del trabajo que se había tomado conmigo.

Luego se tendió a mi lado y encendió la video, "Esta te va a gustar", afirmó. Se llama "Dos senegaleses y un blanquito". La próxima vez voy a traer un amigo senegalés, para ilustrarte.

Cuando me despidió desde la puerta, me sentí agradecido con el Señor por brindarme tan grata experiencia, para alguien que es tan ajeno al mundo gay. Es la suerte de encontrar los amigos apropiados.

Espero que comprendas que no debes despreciar a los gays, no es su culpa tener ese tipo de inclinaciones. Aunque últimamente estuve pensando en ver como rehabilitar a alguno de esos viciosos recalcitrantes. Conozco uno que vive cerca de casa y que siempre me dice algo al pasar. Me parece que voy a trabar amistad para ver qué puedo hacer con él por su problema.

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