Yo no soy gay (25: mi vida con mi novia)
Los recuerdos que tengo de Susy, tan suave y femenina, frente a mi recia virilidad, fueron la clave de esa maravillosa pareja héterosexual...
Yo no soy gay 25, mi vida con mi novia.
Lindo Culo 04
Algunos de mis pacientes y muchos de mis lectores quieren saber sobre mi vida sexual, como terapeuta hétero. Como corresponde a mi situación, no acostumbro a contar sobre mis actividades al respecto. Pero, como en este foro oculto mi identidad, puedo contarles algunas cosas. Claro que en previsión de cualquier error fortuito, prefiero hablar sobre a mi novia anterior en vez de que de la actual.
Bueno, la llamaremos Susy. No creo que le moleste si la describimos a mis lectores. Aquí vamos.
A diferencia de mi actual pareja, Susy tiene pechos no demasiado grandes, pero su culo oh, ese culo
Su estilo es delicado y sexy, que fue lo que me enamoró de ella. Viste en forma bastante señorial, con su lindo trajecito sastre. Sus besos muy dulces y sensuales, y la ternura de su mirada me resultaban embriagantes. Y el modo en que me ponía su culo en la cara hacía que me empinara a lo loco y ella se entusiasmaba con mis lamidas y se corría moviendo con delicadeza su tremendo culo sobre mi rostro. Como abría sus nalgas para que mi boca llegara hasta su tierno orificio, le ensalivaba el orto llegándole muy profundo dentro de su ojete, hasta que volvía a correrse.
Luego ella me devolvía el favor, y hundiendo su carita entre mis hermosos glúteos, me los separaba con sus manos, hasta que su lengüita me ensalivaba el ojete dejándomelo abierto por el deseo. Mientras tanto iba pajeando mi pene totalmente al palo. Creo que, además, lo hacía para distraerme, porque al terminar con la chupada de culo ya tenía su consolador de aspecto muy realista, listo para abrirme el orto. Y entonces, con el consolador bien instalado y sujeto a su cintura y caderas, comenzaba poro a poco a romperme el culo. El consolador era muy gordo y su textura tenía la suavidad de un verdadero falo, inclusive la piel de su prepucio se corría como en uno de verdad. Maravillas de la tecnología, la cuestión es que lo sentía como una poronga de verdad. Así que cuando me iba alisando los pliegues a medida que me abría el ojete hasta el fondo, le entregaba mi culo completamente arrobado. Y entonces Susy empezaba a darle al mete-seca con toda su pasión, y durante ese rato dejaba de pajearme con la mano para que no me viniera demasiado rápido. Yo gemía descontroladamente, a medida que las caricias anales de su falo me iban poniendo en órbita. Y recién cuando lograba que me corriera irremisiblemente, comenzaba a manosearme la pija para que no se me bajara y, sin sacarme su delicioso consolador, volvía a garcharme otra vez, hasta que volvía a correrme con sus tocamientos manuales y garchada implacable.
Después me daba a mamar el consolador, ya calentito, entrándomelo hasta el fondo de la garganta, y ella me movía la cabeza con pericia.
Todos los psicólogos sabemos que la mujer tiene envidia de la polla masculina. Pero Susy me hacía sentir su pollota como si fuera propia. Y luego que se la mamaba, volvía a enterrármela en el orto hasta dejarme totalmente despatarrado luego de tres o cuatro polvos más. Así estuvimos durante más de dos años repitiendo nuestra rutina todas las veces.
Fue una maravillosa relación heterosexual hasta que me dejó, por una mujer ya que creo que Susy tenía alguna inclinación homosexual y, aunque me dejó un gran vacío, comprendí que prefería una mujer antes que un hombre con tanta virilidad como yo.
Su actual novia no tiene un culo como el mío, pero con el de Susy seguramente alcanzará para ambas.
Por suerte tengo a mis pacientes, que me llenan la vida muy seguido
Escríbeme a lindoculo04@yahoo.com.ar y dame tus impresiones sobre mi vida como terapeuta heterosexual. Besos.