Yo no soy gay (22: Aprendiendo acrobacia)

Mi segunda lección de acrobacia fué aún más interesante que la primera. Además sentí que el profesor me expresó su afecto. ¡Y vaya si lo sentí?

Yo no soy gay 22, El deporte 2.

Lindo Culo 04.

Mis compañeros me habían dicho que tuviera cuidado con el profesor de acrobacia, "porque es bufa". "Bufa" es el nombre que se les da a aquellos hombres que se cogen a otros hombres. Es una práctica gay, pero como yo no soy gay, no me hice problema. Los muchachos casi no podían creer que el profesor no me hubiera dado por el culo, ya que lo tengo muy bonito. Pero tener un lindo culo no quiere decir que uno sea gay. Ese es un error que cometen muchos.

Pero es algo a lo que estoy acostumbrado. Desde niño mis compañeros no perdían ocasión de tocarme el culo. Y algunos hasta me lo acariciaban, y otras cosas, ya sabes como son los niños

Así que, como comprenderás, fui a mi clase de acrobacia sin temor alguno.

El profe me recibió muy contento por mi interés en seguir aprendiendo. Incluso me dio un lindo beso, pero creo que no calculó bien y me lo dio en plena boca. Bueno, son errores que cualquiera comete. Pero me acompañó al centro del salón de gimnasia, con su brazo en mi hombro. Bueno, no exactamente en mi hombro, porque su mano se fue deslizando hasta mi cintura. Me fue señalando los distintos aparatos del gimnasio, explicándome la función de cada uno. Me resultó muy interesante, tanto que no advertí que su mano había llegado hasta mi culo. "Tenés un culo hermoso", me comentó con afecto. "Gracias" le dije, y eso se ve que le dio confianza porque sin interrumpir la explicación que me estaba dando, comenzó a acariciarme el culo lentamente. Para no desairarlo, moví un poco el culo, como acompañando su tierna caricia, tan simpática. Así que pronto, la mano del profe, estaba apretándome los glúteos, con muchas ganas. Para eso metió su caliente mano bajo el short en forma decidida y convincente.

Para cuando terminó su explicación se calló, y yo me quedé quieto, sintiendo la situación. Recibir tanto afecto de mi profesor me sorprendió muy gratamente.

Aunque no fue la primera vez. También el profesor de Literatura me había mostrado mucho afecto. Y el de Matemática, que me invitaba a su casa para ayudarme con la materia, tres o cuatro veces por semana. Y el de Historia, que se quedaba después de hora dándome su afecto, con todas sus ganas. Y el de Geografía. Y el de Física, y bueno no me acuerdo de todos, pero casi todos. Los profesores se contaban los unos a los otros las dificultades que yo tenía con sus materias y el modo en que ellos me ayudaban y nunca me dejaron sin ayuda.

Bueno, la cuestión es que el profe de acrobacia no había sido la excepción. Evidentemente, a él también le había caído muy bien.

"Ven", me dijo, sin dejar de tocarme el culo, "En la salita de masajes vamos a estar más cómodos". Él conocía el lugar mejor que yo, así que sabía lo que decía.

La salita tenía una gran camilla, acolchada, y un banquito, también acolchado.

Apenas entramos y cerrando la puerta con llave, el profesor me bajó el pantaloncito y el slip, dejando mi lindísimo culo al aire. "Lo dicho", confirmó el profe, "¡qué lindo, lindo culo que tenés!" Y fue tan expresivo que me sentí muy halagado, a pesar da las muchas veces que me lo habían dicho.

¿Y esto qué tiene que ver con la acrobacia? – pregunté, porque la cosa me intrigaba. Especialmente porque el profe también se había sacado sus prendas inferiores, y lucía una tremenda erección que me apuntaba. – Ahora te explico, ¡pero te haa empinado!- Era cierto, por alguna razón que ahora se me escapa, mi pene estaba con su máxima erección, bastante respetable, es cierto, pero casi insignificante frente a lo que portaba el profesor.

  • Te explico, pero entretanto tendrás que lamerme la tranca – dijo, bajando mi cabeza con una mano cariñosa, hasta su hinchada polla. Yo entendí enseguida lo que debía hacer, al fin de cuentas ya era mi segunda clase. Así que abrí bien grande la boca, para que apreciara mi obediencia.

El arte de la acrobacia, requiere de una disposición alerta – comenzó su explicación. - ¿Eres gay? – preguntó. Hice un gesto negativo con la cabeza, sin dejar de mamar, claro, pero creo que me entendió.

Ah, muy bien, porque detesto a los gays. A mi me gusta garcharme a los hombres exclusivamente. Bueno, como te decía, el practicante de acrobacia tiene que tener los músculos laxos, cada vez que no sean requeridos.- Ahora, que me has ensalivado bien la polla, ya puedes darte vuelta con el culo hacia mi lado.- Le obedecí, incluso su indicación de que arqueara la cintura para que el culo me quedara más en pompa. Me alegró que no le gustaran los gays, sino los machos bien machos, como yo. Cuando su polla rozó el interior de mis glúteos, me recordó: - Todo lo que no vas a usar debe estar relajado. ¿Piensas usar el culo, acaso?- Tenía razón, así que relajé también mi esfínter anal. Inmediatamente, el profe avanzó su tranca rumbo a mi ojetito. Cuando comenzó a hundirme su tremendo glande, volvió a decir: -¡Abrí bien el ojete, pelotudo! – Como su voz sonaba un poco enojada, le hice caso, y sentí como su gran polla entraba con más facilidad abriendo mi canalito, estirando sus paredes hasta dejarlas bien lisitas. Bien, así podría escuchar la continuación de su explicación, con toda mi atención. Pero se ve que estaba pensándolo, porque permaneció en silencio. Así que no tuve más remedio que sentir como transitaba mi culo abierto. La musculatura de ese nabo era impresionante- - ¡Qué calentito tenés el ortito!" comentó entusiasmado. Pero el entusiasmo duró poco. O al menos eso pensé cuando sentí su bravo garrote pulsando en mi ojete, y llenándome las entrañas con su semen. En realidad, son suposiciones mías, basadas en experiencias anteriores, de mi vida como heterosexual. Pero debía ser semen, pienso, ¿qué otra cosa podría ser? Había sido todo muy breve, pero el profe me la dejó adentro. Y después de algunos momentos en que me comentó que le gustaba ver mi precioso culo trincado por su polla, esta comenzó a endurecerse nuevamente. Para mi alivio, eso me confirmó que, dado que a él no le gustan los gays, sino que le gustaba garcharse a los heterosexuales como yo, el profe respetaba mi sexualidad.

De modo que, mientras volvía a transitar mi ojete abierto, pude meditar sobre los beneficios de la acrobacia, y lo que podría obtener de ella para luego poder ser un buen jugador de fútbol. La verdad es que yo no distinguía muy bien la relación entre esas dos disciplinas, pero el profesor era él. Y, además, los enterrones que me estaba dando distrajeron mi atención completamente. Su polla iba y venía, casi diría que con furia. Entraba hasta el fondo para después salir, casi completamente, y luego volver a entrar, con un ritmo acojonante.

Así que, en medio de su follada, la sensación en mi culo se extendió a todo mi cuerpo y me corrí en forma imprevista y muy intensa. Qué papelón.

Pero, al fin de cuentas, el profe también acabó corriéndose dentro de mi orto, abrazando mi hermoso culo, mientras me daba una serie de intensos y secos empujoncitos, que me hicieron distinguir nítidamente su virilidad turgente. Y también las pulsaciones que sus chorros producían en mi ojete mientras volvían a inundar mis entrañas.

Luego permaneció en el interior de mi ano por unos momentos, y comenzó a mearmelo por dentro. Comprendí que era una costumbre suya, y mientras sentía su meada caliente en el interior de mi orto, por alguna misteriosa razón, mi polla estalló.

Evidentemente el trabajo que el profesor me estaba haciendo, mostraba sus buenos resultados. Nunca hubiera supuesto que el entrenamiento en acrobacia fuera tan agradable.

Gracias por las fotos que me enviaron, y los comentarios. Recuerden que también pueden escribirme a indoculo04@yahoo.com.ar . Besos, o mejor un viril apretón de manos.