Yo no soy gay (19: Cuando me fuí a hacer la ruta)

Tenía que ver si eran ciertas las afirmaciones de Ernesto sobre las dificultades de su trabajo como puta rutera. Pero no tuve esas dificultades, sino otras...

Yo no soy gay 19, Cuando me fui a "hacer la ruta". 2

Por Lindo Culo 04.

Ernesto es una paciente travesti, de un metro ochenta y cinco, hermosísima, con unas tetas esplendorosas, y una bruta tranca, pobrecita.

Como su terapeuta quise interiorizarme de su trabajo como puta en la ruta. Y, con su ayuda, me disfrace de travesti, peluca rubia y tacos aguja incluidos.

Nuestros clientes son todos putos que vienen a chuparnos la pija. ¿Sino para qué necesitan un travesti?

Me pareció que tenía razón en lo que decía. Así que me preparé a recibir unas cuantas mamadas. El problema con las mamadas es que tenés que acabar a cada rato, y a mi no me da el pito para tanto. Pero no tuve ese problema, a pesar de las palabras de Ernesto.

Porque el primer cliente que me vino quiso hacerme el culo. Yo le pedí cien pesos, para desalentarlo, y en cambio cincuenta por la mamada.

Pero le tuve que dar el culo. Me juró que no tenía SIDA, y ahí mismo me la enterró, sin usar forro. Enseguida empezó a pulsar su polla dentro de mi culo, y me lo llenó de leche.

Pero no me la sacó - ¡Qué hermoso culo que tenés! – dijo, con su nabo todavía duro y parado, - ¡Quiero echarte otro polvo, preciosa! – y me dio otros cien pesos.

Esta vez tardó más, tanto que hizo que me corriera. Eso no me convenía, pero no pude evitarlo.

Cuando salí de su coche tenía el culo bastante abierto y chorreando semen.

Al siguiente traté de mamarle la pija, pero había estado observando lo que pasó con el anterior, y mi faldita roja, tan apretada y cortita, terminó de convencerlo. Así que también me hizo el orto. Pero pude convencerlo para que se pusiera un forro. Y después le entregué el culo con mi mejor voluntad. Otros dos polvos, se ve que mi culo los había inspirado.

Cuando salí de su coche estaba un poco tambaleante y al palo, porque afortunadamente no había llegado a correrme nuevamente, aunque por muy poco.

Y ya me estaba esperando otro, que también había visto todo. Traté de mamarle la polla, pero le interesaba otra cosa. Entonces traté de que me la mamara él a mi. Ya que la tenía todavía gorda y pringosa, por mi propia acabada, y pensé que el olor lo podría. Pero le interesaba otra cosa. Así que me resigné, le puse un forro con la boca, levanté mi faldita roja y le presenté mi hermoso culo, poniéndome en cuatro patas para que pudiera encularme bien. ¡Qué poronga, madre mía!

Apenas empezó a encularme, no pude evitar correrme. Pero él todavía seguía sin acabar, así que siguió y siguió. Y cuando su pija comenzó a pulsar y pulsar dentro de mi culo, supe que estaba acabando. Pero no me la sacó. Para hacértela corta, trescientos pesos más. Este trabajo me estaba rindiendo más que mi función de terapeuta. Por suerte, yo no soy gay, y pude mantener la ecuanimidad, mientras mis clientes me transitaban repetidamente el orto.

Y la cosa siguió así. Nadie quiso que se la mamara, ni tampoco mamármela a mí.

La faldita apretada había sido un éxito. Y cuando volví al consultorio, había juntado mil novecientos pesos.

Ernesto volvió conmigo y me pidió que no fuera más a su zona, porque le había sacado demasiados clientes.

Además, casi no había podido mamar pollas. Y tampoco le habían hecho el culo. Así que estaba un poco envidioso. Debe ser por eso que me enculó en el consultorio, cuatro veces, porque se había quedado un poco caliente, además de haber ganado menos plata.

El culo me escocía un poco, me había echado cinco polvos, y al irme a dormir tuve que tranquilizarme un poco, y hacerme tres pajas, para asimilar mis experiencias del día.

Me pregunté si no sería bueno que continuara mi investigación en algún otro lugar de la ruta. Pero, desafortunadamente yo no soy gay y no correspondería que cambiara de trabajo.

Así que me hice otra paja y me dormí.

Espero que hayas comprendido mis dificultades para hacer el trabajo de Ernesto, al menos con la suficiente frecuencia como para continuar con mi investigación en forma no esporádica. Aunque sí, de vez en cuando. Escríbeme a lindoculo04@yahoo.com.ar para contarme tus impresiones. Besos.