Yo no soy... era... así. (2)

Toni se quedó sentada en su cama, mirando la pared. Sabía cómo era tener una fantasía, pero aquello, uff, algo estaba mal con su cabeza, o su cuerpo, ¡quién sabe!

Rebeca continuó pasando lista, sin perder de vista a Toni, mirándola de vez en vez de reojo. Toni, por su parte, durante ese momento y el resto de la clase solo veía a su pupitre. ¿Qué era aquella sensación? ¿Por qué se sentía tan nerviosa? ¡Ah sí! Pateó a su maestra la noche anterior. Toni se daba cuenta de que trataba de convencerse a sí misma de esa idea.

La clase terminó anunciada por la campana. Inmediatamente Toni tomó su morral y se dirigió a la salida.

-Señorita Arvizu, ¿podemos hablar un momento?- Decía Rebeca acomodándose sus lentes.

-Ammm... Tengo clase maestra y...

-Estoy segura que la mayoría de sus profesores le dan tolerancia de 10 minutos, seré rápida

-Mire, si es por lo de anoche, lo siento. Sí, iba algo mal, pero usted me tiró su café encima, me insultó y luego, luego me... -La imagen de la cara de Rebeca, su respiración, su aroma, sus ojos clavados en los de Toni volvieron a su mente. Toni se quedó en trance

-¿Y luego?-Dijo Rebeca, con una expresión como sí hubiera leído la mente de Toni, hasta que ésta reaccionó

-Nada, lo siento, ya le dije, perdón.

-Mira Antonieta, ni a ti ni a mi nos conviene mencionar lo de anoche. Quien pierde más eres tú, me agrediste en la calle y en qué estado, yo sólo, pues, te tiré un café encima, accidentalmente, claro.

-¡Usted me acosó!- Soltó Toni.

Rebeca la miró extrañada, y rió bajamente.

-No Antonieta, si yo te hubiera acosado- Mientras la miraba de arriba a abajo- Hubiera terminado en otra cosa.-

Toni se ruborizó.

-¿Ya puedo irme?- Replicó Toni

-Por supuesto señorita Arvizu, no olvide hacer su tarea- se despidió Rebeca con una sonrisa

Toni salió confundida, molesta, tenía mil sentimientos en sí. Se dirigió a su siguiente clase.

Llegó la hora de irse a casa. No hubo día en el que Toni deseara irse a su casa como ese. Sus padres no iban a estar hasta tarde en casa y eso le daba oportunidad de dormir el día entero sin interrupciones. Estaba exhausta, confundida. Se recostó en su cama, miró al techo, cerró sus ojos unos momentos. Recordó su momento con Rebeca, su cara, sus facciones, respirando el aire una de la otra, empezó a sentir calor, bastante calor. La respiración de Toni se hacía entrecortada, comenzó a tocarse los senos suavemente, acariciaba su abdomen, cuando bajaba lentamente a su entrepierna escuchó un ruido. Abrieron la puerta. Era Fredo.

-¿Me extrañaste?

-¡Me asustaste! Dios Fredo, además ¿cómo entraste? - decía Toni con un tono nervioso tapándose con una cobija

-Soy bueno con las ventanas, ¿qué hacías?- Mientras se sentaba en la cama con Toni

-¡Nada! Sólo quería dormir un rato, estoy muy cansada

-¿Estás preocupada? ¿Qué te dijo esa maestra?

-¿Cómo sabes eso?

-Ya ves, tengo ojos que cuidan a mi novia. También me dijeron que esa maestra no está nada mal, ¿es cierto?

-¡¿Y cómo voy a saber eso?! ¡Lo dices como sí yo me figara en esas cosas Fredo!

-Tranquila amor, perdón, era un chiste, mejor ven -  Fredo comenzó a besar a Toni.

  • Y cuéntame, ¿cómo es?- Toni lo alejó de su cara y le lanzó una mirada de desaprobación

  • ¿Qué? Descríbemela, a ver si es cierto lo que dicen- continuó besando a Toni.

-Es alta

  • Ajá- Toni siguió y cerró los ojos.

-Ojos oscuros, podría decirse negros, profundos

-Sí.- Mientras el tono de aquellos besos subía

  • Cabello castaño claro. Labios gruesos-

Otra vez comenzó a pensar en Rebeca. Abrió los ojos y ahí estaba ella, besándola, ¿qué? Toni no podía hacer nada, estaba embobada. Tomó la cabeza de Rebeca y la pegó aún más con la suya, mordió sus labios, la besó desesperadamente, con deseo. Toni sabía que estaba mal, su mente luchaba contra todo aquello, pero su cuerpo, su cuerpo mandaba en aquel momento. Se pegó al cuerpo de Rebeca. Rebeca, por su parte, bajó sus manos y las metió en la blusa de Toni, tomó los pechos de Toni, con el índice y el pulgar tomaba el pezón y lo apretaba, pellizcaba, la respiración de Toni cada vez era más rápida. Rebeca se liberó de la boca de Toni y bajó a sus senos, tomó uno con la boca, lo lamía, lo succionaba, daba ligeros mordiscos, mientras el otro seguía siendo estimulado con la mano izquierda. Toni gemía despacio. La mano libre de Rebeca fue bajando más hasta llegar a su entrepierna; cruzó sus pantimedias y coloco su mano ahí, en el sexo de Toni. Toni estaba mojada. Los dedos de Rebeca se situaron en el clítoris de Toni y comenzaron a hacer movimientos de arriba a abajo, mientras su boca dejaba el seno de Toni y regresaba a su boca, ahora movimientos circulares, lentos, Toni no podía con eso, sus caderas comenzaron a moverse, y su boca se concentraba en la boca de rebeca, la besaba como si no hubiera mañana. Toni estaba en éxtasis, ya no podía más, y gimió bastante alto, había tenido un orgasmo, y qué orgasmo. Toni puso su mano en el sexo de Rebeca, también quería ser partícipe de aquel espectáculo, bajó su mano y tocó... ¿un bulto? Separó rápidamente su cuerpo del de Rebeca, y despertó de su trance. Aquella persona no era Rebeca, era Fredo.

-Cuidado amor, ¿qué pasó? Íbamos muy bien, ¿te lastimé?

-¿Fredo?- Decía Toni perpleja, aquello había sido una fantasía.

-¿Sí?

-Perdón, es que ya es tarde, mis papás llegaran en cualquier momento, y si te ven aquí, ya sabes- Decía Toni nerviosa y confundida

-Qué problema que tus propios suegros no te quieran ¿eh?

-Ya sé amor, ¿entonces te veo mañana en la escuela?

-Y dale con eso

-Ya perdiste un año, no querrás perder otro

-Ahí estaré amor, que conste que sólo lo hago por ti

-Sí Fredo- Se besaron en los  labios y Fredo se dirigía a la puerta

-Toni, ¿puedo preguntarte algo?

-¿Qué pasó?

-¿Hice algo diferente hoy?

-¿Cómo?

-Nunca te habías puesto… así. Con tantas ganas de, ya sabes. Mira cómo me dejaste- decía Fredo mientras se señalaba los pantalones

Toni no supo qué decir, sólo lo veía, hizo una señal de ‘no sé’.

-Sea lo que sea, se tiene que repetir amor, y ni modo, a consolarme yo solito jajajaja, adiós amor- Dijo Fredo.

Toni se quedó sentada en su cama, mirando la pared. Sabía cómo era tener una fantasía, pero aquello, uff, algo estaba mal con su cabeza, o su cuerpo, ¡quién sabe! ¡Qué sensación! Fredo por sí sólo no había logrado algo así. De pronto Toni sintió culpa. ¿Cómo podía hacerle algo así a su novio, al que amaba? ¡Cuántas cosas tenía en mente! ¡Y todo por Rebeca!

-Sí, ella es la culpable, sí nunca hubiera aparecido…

-¿Toni? ¿Estás con alguien?

-¡No mamá! Estoy sola, ¿cuándo llegaron? No los oí entrar.

-Ahora resulta que hablas sola. Acabamos de llegar, baja para que nos ayudes a meter el mandado

-Voy ma…- Toni no estaba presentable, olía a sexo, y su ropa interior no estaba bien. –Ma, no me siento bien, me siento muy mareada, creo que tengo… ¡fiebre! ¡Me meteré a bañar!

-¡Ay Antonieta! Siempre que te pido ayuda sale algún pretexto

Toni hizo una tos algo fingida

– Por fa mami, cof cof

-Ya métete a bañar pues.

Toni terminó de bañarse, se cambió y se metió en las cobijas. Se quedó dormida.

Como si tuviera voz de profeta, Toni al siguiente día amaneció con un resfriado terrible. Fiebre y escalofríos. Cómo eso no era un impedimento, según las palabras de su madre, Toni se dirigió a la escuela.

-¿Pero qué te pasó amiga?- Decía Ximena

-Sniff, gripe, sniff, creo.

-¿Segura que no fue algo que comiste?- Decía divertido Pete

-Muy gracioso Pete

-¡AMOR! – Se ecuchaba a lo lejos. Era Fredo. Llegó, abrazó a Toni, la levantó y la besó.

-Fredo, estoy muy enferma, podría contagiarte- Decía Toni incómoda, alejándolo de sí.

-Hola Xime, ¿qué hay pete?- Decía mientras saludaba.

-Tenías razón Pete, esa nueva maestra, uff. Bastante bien, jajajajaja. Tal como la describiste amor.

Toni se puso roja, agachó la cabeza. Fredo nuevamente la abrazó y la besó.

-Buenos días jóvenes, lamento interrumpir, pero ya es hora de clase. - Decía Rebeca situándose a lado de la pareja.

-Ja, lo siento profesora ¡bye amor! Mi maestro ya debió haber entrado. Con permiso.

Rebeca quedó viendo un momento a Toni, luego entró al salón. Toni entró al final y se situó en su lugar, en las filas de atrás. Se sentía realmente enferma, y terminó quedándose dormida.

-¿Tiene tiempo para estar con su novio y no para mi clase señorita Arvizu?- Decía Rebeca al lado de Toni. Toni abrió los ojos lentamente.

-Perdón maestra, sniff, me siento mal y el med…-

-No le pedí excusas señorita Arvizu, si se sentía tan mal no debió a  ver venido. Ahora, si no va a poner atención, le voy suplicar que salga de mi salón.

Toni no toleró aquello. Tomó su morral, y salió echa furia.

-¿Esa perra qué se cree? ¿Qué no me vio? Estoy enferma y me echa de la clase como sí…

-¡Hola amor!

-Ay Fredo, ¿qué no estabas en clase?

-No me dejó entrar el maestro, ¿y tú?

-Me sacó esa perra de Díaz, me quedé dormida, ¡pero fue por mis medicamentos! Traté de explicarle y aún así.

-Más tiempo para nosotros amor

-No fredo, mira, me siento muy mal, mejor ya me voy a mi casa. Nos vemos.

-Adi… - Fredo no terminó de despedirse cuando Toni ya había dado media vuelta y se dirigía a su casa.

-¿Hoy saliste temprano?

-No mamá, me siento muy mal, y así no funciono en la escuela.

-Ay hija, que delicada me saliste, pero ya que, ya estás aquí, anda, ve a dormir.

-Sí ma

Toni seguía molesta, con ella misma, con la escuela, con Fredo, con Rebeca. Rebeca. Qué hermosos ojos tiene, ¿serán negros? Tan profundos. Y qué olor, ojalá se hubiera quedado un ratito más a su lado para poder oler su fragancia, olía a cítricos ni tan dulces ni tan fuertes. NO. Rebeca no. La sacó de la clase y de qué manera. Perra.

-Toni, Toni, Tooooni

-¿Qué pasó mamá?

-Mira, tu papá no ha llegado del trabajo y necesito que me acompañes por tu hermanito y al mercado

-Pero mamaaaaá…

-Nada, ya te ves mucho mejor que hace unas horas, ándale

Efectivamente Toni se veía mucho mejor que hacía rato, además no podía llevarle la contraria a su mamá, nunca le ganaría. Se levantó, se puso un pans y una sudadera, se levantó y subió al carro con su mamá.

-Toni, bájate y busca a tu hermano, voy a ver dónde estacionarme, este lugar está hecho un caos

Toni asintió, bajó del carro y se dirigió a la escuela de su hermano, ya en la entrada pidió que lo vocearan, cuando de pronto sintió una presencia pesada detrás de ella, un olor. Las piernas de Toni empezaron a temblar, una cara se iba aproximando a la suya desde atrás, ubicando los labios cerca de su oído.

-Señorita Arvizu, si seguimos teniendo este tipo de encuentros, voy a empezar a creer que me está siguiendo.

Continuará.