Yo, la Pompeu (1)

Aventuras de Xavi, estudiante en una Universidad de Barcelona.

Episodio I - Recompensa

Aquella calurosa mañana de finales de junio, Xavi se despertó nervioso. Ese día saldrían las notas de selectividad y sabría si finalmente iba a poder estudiar ADE en la Pompeu, la Universidad de sus sueños.

- No lo puedo creer! he entrado en la Pompeu, mamá!

Gritó irrumpiendo en la cocina, donde su madre preparaba el desayuno. Después de haberse esforzado tanto durante el Bachillerato y en la Selectividad, una nueva y emocionante etapa iba a comenzar en su vida, pero no era aún consciente de todo lo que le esperaba. De momento, se disponía a disfrutar de unos días en Viena sin sus amigos, pues éstos no quisieron acompañarle a una ciudad cuyo principal atractivo eran museos, palacios y Sissi emperatriz. A Xavi no le importaba, pues era un chico bastante independiente y al volver vería a su colla de nuevo.

El albergue juvenil estaba a pocos metros de Westbahnhof , la estación central. Tras hacer el check-in y dejar sus cosas en la habitación de literas que le habían asignado, bajó a la sala común para organizar todo lo que haría ese día y aprovechar mejor el tiempo en la ciudad. Al sentarse, vio como en el sillón al lado un chico de aproximadamente su misma edad ojeaba un par de revistas, entre ellas Têtu , publicación gay francesa. Le llamó la atención su tez blanca, ojos verdosos y cabello rubio con pequeños rizos. De vez en cuando apartaba la mirada del mapa de Viena para echar un vistazo al apuesto joven. De repente, la seguridad de estar solo en un país extranjero y lejos de Barcelona, le dieron la fuerza suficiente para entrarle a un tío, algo que no había echo jamás.

- Salut , me puedes dejar esa revista (refiriéndose a Têtu )? -dijo Xavi en un correcto francés, que aprendió desde pequeño en el Lycée .

-Sí, claro. Ya la he visto, tiene artículos buenos y algunas fotos son muy interesantes...  -dijo el francés sonriendo.

-Me llamo Xavi, he llegado esta mañana, ¿tú también viajas solo? -Preguntó el catalán, intentando seguir la conversación.

-Je m'apelle Étienne, enchanté . Estoy de viaje con tres amigas. Ellas se acaban de ir a hacer un tour en bicicleta por el Ring e ir de compras, pero yo he preferido quedarme. Aprovecho para descansar un poco de ellas, a veces estar rodeado de chicas todo el tiempo cansa, no crees? -lanzó el francés con segundas.

-Jaja, tienes razón. Estoy solo así que puedo aprovechar el tiempo como quiera. Tengo muchas ganas de ver la ciudad. ¿Me recomiendas algún sitio en especial?

-Todo! Viena es preciosa, te encantará. Los palacios, nadar en el Danubio y, sobretodo, el Prater , el parque de atracciones. Es muy divertido y desde la noria hay unas vistas fantásticas de la ciudad.

-Sí, me han enseñado fotos y la noria es famosa. Pero yo solo en un parque de atracciones... estaría bien pero a esos sitios es mejor ir con gente.

-Bueno, si quieres podemos ir juntos... -propuso Étienne.

-Ah pues sí, gracias! -Aceptó rápidamente Xavi sonriendo. Estaba contento y ligeramente excitado; notaba su corazón latía de forma cada vez más acelerada e incluso temblaba un poco a medida que la conversación con Étienne fluía.

-De acuerdo, pues voy a dejar las revistas y vuelvo a bajar. Esperame aquí.

Xavi estaba sorprendido consigo mismo. No tenía pensado ni siquiera ir al parque de atracciones. Étienne le parecía un chico guapísimo y su acento parisino, tan elegante y musical, le encantaba. No sabía muy bien lo que estaba haciendo. Nunca había estado con un chico y de hecho aún no se aceptaba como gay, pero no le importaba. Tras haber sido admitido en la Pompeu estaba decidido a dejar atrás muchas cosas, a dar un cambio en su vida. Además, en Viena no lo conocía nadie y podría dejarse llevar con total naturalidad, algo que no había hecho antes.

A medida que los dos chicos charlaban y se divertían en algunas de las atracciones, iba cayendo la tarde sobre Viena.

  • Ven, subamos a la noria ahora, el sol se pondrá pronto y tendremos unas vistas preciosas, ya lo verás. -Dijo Étienne.

Xavi sonrió y se apresuró detrás de Étienne para hacer la fila. Una vez arriba, efectivamente Viena estaba a sus pies. El sol se ocultaba en el horizonte bajo un manto de tonos anaranjados.

-Se ve toda la ciudad! es precioso, Étienne! muchas gracias por acompañarme! -Dijo Xavi, que no podía ocultar lo a gusto que sentía en ese momento.

-Tú sí que eres precioso, mon beau . -Intervino Étienne mirando a Xavi a los ojos y acercándose lentamente para besarlo.

Sus labios se unieron en un cálido y tierno beso, cada vez más acelerado. Sus lenguas parecían fusionarse y bailar en sus bocas. Xavi acariciaba suavemente los rizos rubios de Étienne a medida que éste intentaba introducir su mano por debajo de la camiseta azul oscuro del joven catalán.

-Volvamos al albergue, mis amigas aún no habrán vuelto -Dijo Étienne, guiñando el ojo a Xavi, que sólo sonreía. Le gusta que Étienne llevara la iniciativa, y sin duda deseaba que eso no acabara ahí.

Al llegar a la habitación de Étienne, no había nadie. Cerraron la puerta y siguieron besándose cada vez con más ímpetu. Debían darse prisa, pues no estarían solos mucho tiempo. Rápidamente se despojaron de sus camisetas y Xavi palpaba con fuerza el torso y la espalda de Étienne, notando sus musculos y la fuerza de su cuerpo. El joven catalán dirigó su lengua hacia las tetillas de Étienne para lamerlas con ansia, lo que aumentó la excitación de éste. Xavi, que llevaba mucho tiempo conteniendo sus hormonas adolescentes, era un volcán a punto de entrar en erupción. Mientras se deleitaba con los pezones del francés, con una mano le acariciaba y apretaba el paquete notando como en él había una potente polla pidiendo que la liberaran. Le bajó con fuerza los tejanos y el slip blanco, dejando que el miembro de Étienne se mostrara en todo su esplendor. Parecía que tenía vida propia, estaba ardiendo y chorreaba líquido preseminal. Una deliciosa polla de unos 18 centimetros, su primera polla. Le parecía estar viviendo un sueño, tenía a un adonis francés para él solo y se sentía en el paraíso.

Como un animal hambriento, se lanzo a lamerle los huevos. Tras unos breves lengüetazos, se los introdujo en la boca jugando suavemente con ellos sin que los pelos rubios fueran ninguna molestia. Étienne estaba en la gloria, pero estaba esperando lo mejor.

  • O uvre la bouche , j'ai très envie . Dijo Étienne cogiendo el control de su polla y entregándosela a un Xavi obediente, que rápidamente se la engulló. Empezó a saborear con gusto el abundante preseminal que emanaba. Le encantaba ese sabor, no paraba de lamer el frenillo y el glande del miembro de Étienne combinando ese maravilloso liquido con su saliva.

- Oh oui, tu le fais très bien ... gemía el francés, a medida que lo deleitaban con una deliciosa mamada. Intuyó que Xavi no tenía experiencia, pero no le importaba. Para ser novato no la chupaba nada mal. Su excitación aumentaba por momentos y tras dejarse hacer al principio, decidió tomar las riendas de la situación. El tierno y amable francés se transformó en un activazo desbocado disfuesto a follarse bien esa boquita virgen. -Tu vas aimer, no pares, le dijo a Xavi cogiéndolo por la nuca y empujándole toda la polla en la boca. Las embestidas eran cada vez más potentes. Xavi apenas podía tragarla toda y respirar al mismo tiempo, pero seguía mamando sin descanso y se aferraba con sus manos a los suaves gluteos de Étienne. El joven francés continuaba en el séptimo cielo, bramando de placer follándole la boca a Xavi cada vez con más caña en busca del tan ansiado orgasmo. Quería que recibiera algo que le encantaría, y que sin duda sus futuros amantes apreciarían de él. Sin previo aviso derramó toda su leche caliente en boca de Xavi, que se vió desbordado y la tragó toda con gusto.

Tras unos segundos, levanto la mirada hacia Étienne, aún sudoroso y con la respiración acelerada, quien le guiñó el ojo y le sonrió en señal de aprobación y complicidad.

-Mis amigas deben estar a punto de llegar, será mejor que te vayas. -Dijo Étienne.

-Xavi se alzó y se visitó rápido. Mientras lo hacía, pensaba que en lo que acababa de pasar. Él no se había corrido, pero le daba igual. Era su primera mamada y estaba encantado, satisfecho y más seguro de sí mismo.

-Te veré luego o mañana? -Pregunto Xavi.

-Quizás, pero no creo que podamos estar a solas... mis amigas, ya sabes.

Xavi se fue a su habitación y se hizo la mejor paja de su vida. Acababa de descubrir nuevas sensaciones y eso era sólo el principio.