Yo ejecutiva, el un viejo, casi un pordiosero
Una joven ejecutiva, se ve arrastrada a una aventura con un anciano en una destartalada vivienda
Ya el tema me estaba cansando, todos los días era lo mismo. Yo subía al ómnibus, me sentaba y a las pocas cuadras subía ese viejo inmundo que no sacaba los ojos de mi escote. Para peor mi uniforme de trabajo tenia una camisa blanca muy ajustada, como yo tengo pechos de tamaño respetable era imposible abrocharla mas allá de donde yo acostumbraba. Claro que para el viejo eso era un espectáculo, imagino yo de maravilla, mis pechos muy blancos asomando por entre mi cabello renegrido. Unas calles mas adelante yo bajaba, el viejo también y hasta que yo entraba a la oficina el estaba caminando tras de mi. Podía sentir sus ojos clavados en mi ajustadísimo pantalón de oficina que tampoco disimulaba mi poderoso trasero.
- Otra vez te siguió tu enamorado – se burló una compañera de trabajo
- Ese viejo de mierda me tiene podrida, no se para que me mira tanto si seguro ni se le para. Debe tener mas de 60 años, encima siempre todo desarreglado, más rechazo me produce.
- Yo tuve un problema similar con unos chicos, un día los enfrente y les dije: “ ¿Qué, quieren cojerme? Espero que tengan una buena pija porque yo no me conformo con poco” Parece que todavía los veo riendo nerviosamente y corriendo lejos de mi . Nunca mas me molestaron. Tendrías que hacer lo mismo. Además si es un viejo, más miedo va a tener.
- Tenés razón eso tendría que hacer yo.
Al otro día salí decidida a terminar con mi problema.
Todo pasó como todos los días, yo subí al ómnibus, subió el viejo, baje y también el bajó. Entonces tomé coraje y busqué un lugar medio escondido, tampoco quería que alguien me escuche ofreciéndome a un tipo en la calle. Igual como era muy temprano mucha gente no andaba. Cuando pasé frente a una casa abandonada, entré en una especie de recibidor o zaguán que tienen las casas antiguas y esperé que pase el viejo, cuando pasó lo llamé enérgica:
- Se puede saber por que mierda me seguís todos los días, me querés coger ¿ si a vos ni se te debe parar. Además yo no me conformo con poco, necesito una buena pija.
Entonces todo empezó a salir a mal, o al menos no como yo lo había planeado. El viejo miró hacia los lados como cerciorándose que no venía nadie, entró al zaguán y me dijo:
- Con esto te alcanza ?
Y bajándose un poco los pantalones saco una terrible verga, todavía no estaba del todo erecta, pero tendría mas de 20 cm.
- Tenés razón no la tengo parada, pero si me ayudas seguro que podemos ponerla tiesa.
y tomándome firmemente una mano me obligó a ponerla sobre su verga y masturbarlo un poco. Al principio me resistí, pero luego empecé a pajearlo sin que me obligara, pero reaccioné y le dije:
- Por favor, no me hagas nada dejame ir
entonces se levantó los pantalones y me dijo:
- Bueno, pero vos te lo perdés. Está bien, me voy. Si vos querés seguime. No vivo lejos de acá. Te prometo darte una buena dosis de verga. Con tus tetas, tu culo y mi pija podemos pasar una mañana entretenida
El tipo se fue tranquilamente y yo quede totalmente turbada en el zaguán. Ni soñando lo iba a seguir. Esperé tranquilizarme y seguí mi camino pensando
- Todo salió mal. Ahora la cosa esta peor que antes
pero no dejaba de pensar en la verga que me había mostrado el viejo. Nunca había visto algo igual: como seria totalmente parada?? y sobre todo como se sentiría ese trozo de carne dentro de mi ??
En todo el día no pude sacarme al tipo y su pija de mi cabeza. Cuando llegué a casa por la noche, me masturbe violentamente pensando en aquel viejo, era increíble que una mujer como yo, una profesional con buena posición social, este caliente con una miseria humana como esa. Pero era real, estaba caliente y casi dispuesta a no quedarme con las ganas.
Al otro día cuando el hombre subió al colectivo, me busco rápidamente con su mirada, yo le hice un gesto para que se siente a mi lado y le susurre sin mirarlo mientras le pasaba un papel y un lápiz:
- Anotame tu dirección, no quiero que nos vean juntos, pero esperame que en un rato estoy por tu casa.
El tipo disimuladamente garabateo en el papel y me lo devolvió.
- A las 7:00 –me dijo secamente
Yo mire el reloj eran pasadas las 6:30.
Unas calles más adelante el tipo bajó.
Yo bajé en el lugar de costumbre. Miré la dirección. La verdad no sabía donde era. Pero estaba decidida. Estaba ansiosa por desnudarme delante del viejo, quería cojer, pero más que nada quería mostrarme desnuda. A la vez tenia un resto de conciencia y sentía temor por ir a un sitio desconocido, con alguien desconocido y ofreciéndome como una puta cualquiera.
Pero cuando estaba en la duda veo venir un taxi y me decidí.
Subí, le di la direccion al chofer
- Estás segura que querés ir por acá tan temprano?. Mirá que es un vecindario medio pesado
- Si, me están esperando.
En realidad el lugar no era muy lejos, pero ya se alejaba de la zona transitada. El pavimento de la calle se terminaba y entramos en unas callecitas de tierra con casas humildes. El taxi se detuvo y mostrándome una casucha destartalada, medio madera y medio latas viejas, me señaló:
- Ahí es.
Le pague y con mucho temor baje del taxi. Como era invierno todavía estaba algo oscuro. Me acerque a la casita, estaba temblando, me detuve delante de la puerta y casi sin pensarlo golpee suavemente, casi como para que nadie me oyera, esperé un momentito y cuando ya estaba por irme, más por miedo que por impaciencia, de adentro escucho
- Pasá, pasá la puerta no se cierra.
Empuje la puerta de madera que se abrió con dificultad y la cerré detrás de mí: ya no había oportunidad de arrepentirme, mi suerte se había echado.
No podía ver bien adentro, cuando mis ojos se acostumbraron a la penumbra pude ver una lucecita muy tenue en una pieza contigua.
- Pasá que te estaba esperando-
Entonces lo vi: el viejo estaba tirado en una especie de cama, llena de cobijas viejas, desnudo y pajeándose.
- Mirá lo que tengo para vos - y entonces pude ver lo que yo hasta ese momento fantaseaba: su verga totalmente parada, medida sin dudas mas de 20 cmy muy gruesa.
Yo quede como paralizada, entonces el vino hacia mi y me dio un beso en la boca mientras me manoseaba las tetas por encima de la ropa. Yo conteste metiéndole la lengua en la boca y agarrándole la pija.
- Pero pará un poco – le dije- que antes quiero que me veas desnuda, después si podrás hacerme lo que te guste
El viejo obediente, se volvió a la cama y sentado en el borde, con la pija en la mano me vio desnudarme.
Me desabroche la camisa, la deje colgada en una silla destartalada que estaba a mi lado, luego el corpiño hasta dejar mis pechos libres. Estaban muy duros, con los pezones enrojecidos por la excitación.
- Vení que te los quiero tocar
- Después, después – le conteste mientras me seguí desnudando
Me bajé el pantalón y quedé solo con la tanga blanca. Es increíble, me había puesto por primera vez aquella tanga para estrenarla con este viejo. Me acerqué a mi “amante” y le dije:
- Seguro que nunca viste una concha depilada, mirala – y me saque la tanga
El viejo miraba azorado. Nunca habrá imaginado tener en su casucha una mujer como yo totalmente desnuda. Yo misma estaba asombrada de lo que estaba haciendo, fugazmente pensé en mis compañeras de oficina, que pensarían si supiera lo que estaba haciendo ??
- Caminá un poco que quiero verte así, desnuda
Yo me solté el pelo que tenia atado en una cola y comencé lentamente a caminar alrededor de la cama. Me empecé a tranquilizar, me gustaba ver como mis tetas se movían cada vez que daba un paso.
- Vení acercate –dijo el viejo sin moverse de donde estaba-
Yo obedecí, como si de una orden se tratar. Volví a sentir algo de miedo. Me paré delante de él, el tipo abrió un poco las piernas para atraerme más hacia el. Me tomó de la cintura con suavidad y con una mano me comenzó a acariciar la entrepierna, yo empecé a humedecerme, con la otra mano me manoseaba las tetas. Nunca me habían manoseado así. Por todo mi cuerpo sentía las manos, cerré los ojos y lo dejé hacer. Estuvimos así un largo rato hasta que yo no pude soportar mas y tomando la iniciativa, le tome la pija con una mano y lentamente comencé a sentarme sobre ella penetrándomela en la concha, a la vez que con mis piernas envolvía su demacrado cuerpo. No me importó que no tuviera un condón, solo quería ser penetrada. Podía sentir como aquel trozo de carne entraba en mi cuerpo, cada milímetro aumentaba el dolor y el placer, me parecía que no iba a entrar completa, me detuve, pero entonces mi desconocido amigo, tomándome firmemente de los hombros, me empujó hacia abajo obligándome a comerme con la concha todo su miembro. Pegué un grito entre de dolor y gozo al sentir sus huevos chocar con mis nalgas. Quedé un rato como en éxtasis, aferrado a mi ocasional amante, hasta que lentamente comencé a cabalgarlo, de ratos me detenía momento que el aprovechaba para darme besos de lengua que yo correspondía, no porque me gustase besar a aquel despojo de persona, sino porque me excitaba todo lo prohibido que ello encerraba. Lo seguía cabalgando, el lamía mis tetas, de ratos la tomaba con ambas manos y volvía a meter su lengua en mi boca. Yo en ocasiones me paraba hasta que toda su verga salía de mi, para volver a caer sobre ella. En la habitación solo se escuchaba el ruido de mis nalgas chocando contra sus huevos y mis gemidos, tenía un orgasmo tras otro. De repente el tipo se paró, me alzó y dándose vuelta me puso acostada de espaldas a la cama, me tomó de la cintura, todo sin desenvergarme y empezó una furiosa cojida, yo sentía que toda la habitación daba vueltas, la cama y toda la casucha crujía ante aquella tormenta de sexo. En un momento el viejo, paso sus manos a mis tetas y senti que sus empellones eran cada vez más pausados y más profundos, hasta que sentí un torrente caliente dentro de mi concha y el viejo se acostó sobre mi dando unos golpes mas de verga
- Ahí tenés la primera ración de leche, hoy te voy a llenar por todos los huecos
- Si, necesito que me cojas toda la mañana, quiero llenarme de tu leche.
El tipo saco su verga de mi concha, la acabada había sido mortal, porque todavía le chorreaba semen.
- Ponete en “perrito”, te voy a pegar una chupada como seguro nunca te la han hecho. Me imaginé bien como eran las nenas ricas como vos: muy putas, pero mal cojidas.
- Hace lo quieras – solo respondí
Cuando me di vuelta en la cama, sentí que por mi pierna chorreaba esperma que salía de mi concha. El viejo realmente se había portado.
- Pero mire nada más, la nena delicada que se molestaba porque le miraba las tetas en el colectivo, ahora desnuda en mi cama, en cuatro patas esperando que le chupe el culo – decia orgulloso el viejo mientras se limpiaba con la mano las ultimas gotas de esperma y me las desparramaba por las tetas que colgaban de mi cuerpo
Yo solo sonreí
- A ver puta levanta el culo
Yo busqué unos trapos para ponerme a modo de almohada debajo de mí y respingué el culo. El viejo hundió su cara entre mis nalgas y empezó a lambetearme todo el surco, desde la concha hasta el culo, después solo la concha, chupó como si la vida le fuera en eso, yo sentía que iba a acabar de un modo bestial, sentía que algo crecía dentro de mi y de pronto explotó, tuve una especie de convulsión, pegué un grito, fue la mejor acabada de mi vida, el viejo tragaba todo lo que salía de mi, flujos, humedades, orín y seguramente su propio esperma. Creo que me desvanecí, porque cuando volví en mi, el viejo me estaba nuevamente bombeando la concha y yo no sabia cuando me había vuelto a penetrar.
- La señorita coqueta acaba como una yegua. Así no acaba una nena delicada – se reía orgulloso de su trabajo mi “amigo”
Yo solo contesté tirando un poco mas el culo hacia atrás para que la penetración sea mas profunda.
- Levantate un poco, quiero ver como se mueven tus tetas cuando te cojo
Yo acate obediente y me puse nuevamente en perrito. Mis tetas cimbraban con cada empellón. Por momentos la verga salía de mi concha y puerteaba mi culo.
- No por favor - le rogué- por el culo no
- No se preocupe niña, esta vez lo voy a puertear nada mas. Esta muy apretadito y eso merece una atención especial.
Y volvía a meterme con fuerza la pija en mi concha, y mes tetas volvían a moverse al ritmo de sus empellones y yo nuevamente acababa. Estuvimos en eso unos 20 minutos, hasta que me la sacó y corrió presuroso al otro lado de la cama:
- Abrí la boca, abrí la boca – me dijo, a la vez que se pajeaba su brillante trozo-
Yo abrí mi boca esperando sus jugos, que no tardaron en llegar, el primer chorro fue directo a mi boca llenándola por completo y chorreando por mi barbilla, tragué lo que tenia en mi boca y volví a abrirla para atrapar otro poco, luego me metió directamente la verga.
- Chupa puta, chupa, dejame seca la verga
Yo, sin sacarme la verga de la boca, me senté en el borde de la cama y le limpié la verga a aquel viejo que ni el nombre le sabia, me la pasé un poco por la cara y las tetas.
El tomó mi cabello a modo de trapo de limpieza
- No mi pelito, no que se va a ensuciar – le dije haciéndome la nena
El viejo se rió y paso mi amado cabello negro por toda su pija, dejándole colgajos de semen.
Después se tiró en la cama.
- No doy mas, me hiciste mierda pendeja.
Yo empecé a buscar mis ropas para vestirme.
- Limpiate un poco, tenés leche por todos lados – se rió el viejo a la vez que tomo un paño blanco que tenia al lado y lo empezó a pasar por mis nalgas.
- Pero esa es mi tanga ¡!!
- Si, esta se queda acá, si la querés, vas a tener que venir a buscarla otro día
- Que malo que sos y mira como me dejaste el pelo – volví a hacer tono de nena y empecé a vestirme