Yo amo a Lucia
Una de las pocas historias que cuento hacerca de la relacion de mi novia y su madre, aunque para que negarlo, las dos estan bien buenas.
Hadas del deseo
La siguiente historia, es como cualquier otra, una relación entre una novia mía y su madre. Mi nombre es José y lo que les voy a contar es algo que mi novia Lucia me contó cuando ella vivía en una pequeña ciudad en México.
Lucia era la mas pequeña de tres hijas de un matrimonio corriente de la colonia Juárez , ella tenia para ese entonces 17 años y aunque no era muy popular en su calle, si era de muy buen ver. Querido lector, imagínese a esta mujercita de pecho prominente aunque no muy grande, de caderas anchas y cinturita de avispa, de cabello rizado hasta el hombro, de labios carnosos, ojos picaros de un color café oscuro y con un sentido de la moda muy atrevido. Cabe decir que para ese entonces, yo vivía junto a su casa y la conocía de la escuela.
A pesar de su forma de vestir, no le conocí ningún novio y ni siquiera un pretendiente, algo raro pero a lo que no le di importancia. Bueno, ahora me toca describir a la segunda protagonista de mi historia. Doña Amanda, la mama de mi amiga, era lo que podríamos llamar una musa del olimpo; tiene un buen cuerpo que llama mas la atención que el de su hija, unos pechos bien formados y una cintura de avispa que hacia resaltar sus caderas y aquel culo delicioso que mostraba con toda inhibición al que la estuviera observando, sin duda una diosa entre las diosas, y para no alargarme, era casi igual a lucia. De sus otras hermanas, podría decirse que Lucia era la única que nació bonita, puesto que sus hermanas no eran de gran belleza y son gordas, sin embargo son mas descaradas que la mama, pero no les contare de ellas.
Ahora si, el relato empieza el día de las madres en la escuela. Algunas mamas y sus hijo iban a hacer un espectáculo para las demás madres y entre ellas estaban Lucia y su mama. Doña Amanda quedo de acuerdo con su hija y otras mamas para escenificar una obra de teatro de la cual ya no me acuerdo su nombre, el caso es que Lucia y doña Amanda le harían de hadas, y que hadas. Llevaban unos trajes de licra bastante ajustados y que dejaban ver las hermosas figuras de la señora y su hija y me di cuenta de que algunas mujeres se molestaron por el atuendo ya que sus hijos les empezaron a silbar. Pero para no hacer largo esto.
Después del festival, Lucia y su mama llegaron a su casa y cada una se fue a su habitación. Como no había nadie, Doña Amanda salió totalmente desnuda de su cuarto, con los senos rebotando de arriba abajo y con la vagina totalmente afeitada, una vista muy apetecible verdad; al oír los gritos de su mama, Lucia salió de su cuarto y se sorprendió al ver a su mama totalmente encuerada.
-mama, ¿qué haces?- pregunto aun sorprendida Lucia.
-Nada hija, es que me sentí abochornada solo eso- contesto la señora mientras bailaba una de esas canciones de moda
-mama, vístete por favor, que tal si alguien viene- le ordeno Lucia al ver como su mama se dirigía a la ventana.
Doña Amanda se quedo quieta un instante, y empezó a mirar a su hija de arriba abajo, vio que su hija se había puesto una minifalda tableada y un TOP negro que hacia resaltar su piel bronceada y sus senos redondos.
-Sabes hija- dijo doña Amanda- desde que te vi en el festival vestida con el traje de ada, pude notar que tienes unos lindos senos y un culito precioso, muy redondito.
-¿Qué estas diciendo?, mama me estas asustando- respondió Lucia un tanto alterada
-Vamos hija- dijo la doña- no me vas a negar que tienes un cuerpo hermoso.
Y entonces doña Amanda se acerco a su hija y le levanto la falda, dejando al descubierto unas bragas blancas y con olor a perfume
-Mira nada mas lo que tienes aquí- dijo la señora mientras Lucia intentaba apartarla de ella.
Lucia no dijo nada mas y dándole la espalda a su mama empezó la retirada a su cuarto cuando de pronto, doña Amanda, volvió a meter las manos por debajo de la falda de su hija y le bajo las bragas de un tirón haciéndola caer de rodillas sobre la suave alfombra de la sala.
-Que buen culo tienes hija- dijo Amanda y tu vagina se ve muy hermosa aun con todos esos pelos que tienes- dijo mientras con un dedo surcaba el contorno del ano de su hija.
-¿Qué demonios haces?- dijo Lucia, para después sentir como la lengua húmeda de su madre acariciaba sus labios vaginales y ya con esto, quedarse callada todo aquel momento.
La escena era por demás excitante, doña Amanda lamiendo el tesoro sagrado de su hija mientras Lucia lanzaba gritos de excitación y se apretaba los labios debido al disfrute que sentía. Entonces, cuando Amanda le dio un beso al clítoris oculto de Lucia, esta se corrió sobre la cara de su madre y perdió sus fuerzas. Doña Amanda se levanto y se fue a su cuarto por un momento, mientras Lucia se preguntaba el porque de la actitud de su madre, pero cuando quiso levantarse, se dio cuenta de que su madre estaba frente a ella y sostenía un vibrador bastante grande. Ya no se oyó nada mas, Amanda tomo a su hija y la desnudo completamente, y empezó a pasarle el consolador por sus senos, por su boca, por su vagina, luego la volvió a arrodillar y fue cuando Lucia se dio cuenta de las intenciones de su madre, pero fue demasiado tarde, Amanda le fue introduciendo poco a poco el vibrador en el ano a Lucia, mete y saca, así estuvo un buen tiempo hasta que el silencio que había en ese momento fue cortado por un grito de placer de Lucia. Después de sacarle el vibrador, Amanda lo enjuago con los jugos vaginales de Lucia y lo empezó a lamer, para luego introducirlo en su afeitado conejo; claro que no se quedo nada mas metiendose el vibrador, con una de sus manos empezó a acariciar la vagina de su hija para luego acercarse con el vibrador puesto y manosear los hermosos pechos de su hija, hasta que sin decir nada la beso tiernamente en la boca y luego lanzo un grito de placer. Había llegado al orgasmo.
Queridos lectores y lectoras, debido a mi relato zoofilico, les hago constar que soy hombre hecho y derecho, y cualquier duda y sugerencia, serán recibidos en mi correo:
GRACIAS.