Yo- 4 (Esta si es la parte 4)
Esclava humillada y cedida para ser compartida por el Padre de mi Amo
YO -
4 (esta es la cuarta parte, en la tres tuve un error y la titule como 4)
Mi Amo resultó ser hijo de una familia poderosa y tradicional de Corea del Sur.
Su vida transcurre entre Seúl y Londres, por los negocios que atiende. Sus padres viven en Seúl y Min Ho tiene allí un apartamento, según me explicó. Lo que no me dijo es que se encuentra en el ático de un moderno edificio con una maravillosas vistas.
Por mi parte, mi familiar más cercano es mi madre a quien adoro. Vive cerca de Londres y nos vemos seguido.
Ya tengo lista mi casa propia, así que cuando Min Ho se vaya a Seúl, dejaré el hotel.
Ya les conté sin muchos detalles, a mamá y a mis amigas mi encuentro y relación con Min.
Quedaron encantadas porque sus consejos funcionaron. Ni se imaginan cuánto. Cuando Min se vaya las veré a las tres. Las extraño, aunque no mucho por razones obvias.
Mis días transcurrieron ocupados entre el spa, correr un rato , algunas compras y cumplir los requerimientos de mi Amo. Aún me cuesta habituarme al hecho de tener un Amo y toco mi precioso collar con aro que Min me puso y cerró con seriedad cuando acepté ser su sumisa. Lo de esclava vino después y trajo aparejado como símbolo de propiedad una hermosa tobillera que también Min cerró. Estas joyas son discretas, lindas y las llevo siempre. Aunque quiera no me los puedo quitar, excepto que los haga cortar.
Cuando me vea mamá, se va a dar cuenta enseguida, así que le voy a contar en líneas generales. Ella está en pareja con su tercer hombre, y también tiene una relación de sumisión. Me lo tuvo que confesar una vez que vi marcas de esposas en sus muñecas y la presioné. Hablamos bastante como madre e hija adulta. A partir de ese día, leí sobre sumisión y me excitó la posibilidad de probar.
Los dominantes deben de tener alguna especie de radar que les permite reconocer de inmediato a una mujer sumisa.
Mi primer hombre fue mi ex, quien resultó un dominante y me entrenó en este mundo. Fuí esposa y sumisa feliz durante dos años, hasta que traspasó un límite totalmente inadmisible creo que para cualquier mujer.
Me separé y luego me divorcié en medio de un dolor del alma, difícil de olvidar y sobrellevar. A la única persona que le conté lo que ocurrió fue a mi madre,quien me apoyó en lo posible.
En esa desgracia estaba, cuando Min me habló en la terraza del hotel. Me sentía tan miserablemente tratada, que cuando me propuso ir a su cama, le dije que si, a pesar de los peligros que pudiera correr. No me importaban, porque no me importaba yo.
Relato esto para que puedan comprender cómo acepté tan rápido entrar en una relación que podría ser eventualmente compleja y hasta peligrosa. No obstante sabía que era sólo sexo. El sexo me gusta, ser follada y usada todos los días me da fuerzas y energía para afrontar el día y, al final de cuentas, la vida. Y tengo un lado masoquista, el dolor y la humillación me excitan sexualmente. Bajo una apariencia inocente, soy un volcán si mi pareja me sabe proporcionar los placeres adecuados.
Y más, si quien me va a follar y a someter tiene la apariencia de un dios griego, sólo que en versión asiática. Y qué versión!! Así que aquí voy, dispuesta a casi todo.
Seúl.
Hoy fuimos a cenar a casa de los padres de Min.
Me presentó como su concubina. Fueron amables aunque distantes conmigo. Fue un encuentro familiar muy formal.
Cuando regresamos al apartamento, mi Amo me dió un obsequio. Un par de zapatos de esclava, yo diría de tortura.
Me dijo - estos son tus zapatos de puta y te los pondrás cuando yo te lo diga-
-Más te vale aprender a dar algunos pasos con ellos, esclava. Te van a levantar ese culo caliente y tus piernas se verán más largas-
De solo verlos me asustaron, dado que tienen un tacón imposible de alto y sólo puedo apoyar la punta de mis dedos.
También sentí un calorcito recorriendo mis entrañas, imaginándome sufriendo en ellos.
Una tarde estaba en el apartamento y Min me llamó.
Recibí una orden
- Esclava, espérame con los zapatos de puta y desnuda-
Cuando llegó, me encontró como lo ordenó, sentada, porque casi no puedo sostenerme parada en esos zapatos.
Me hizo caminar ( como pude, nada sexy, más bien por caer) y ubicarme en un rincón del comedor. Apretó un botón en la pared y comenzó a bajar una gruesa cadena. Me ató las manos hacia atrás, y tomando mi pelo, formó con sus manos una coleta alta y floja, alrededor de la cual pasó algo. Y de pronto,siento que mi pelo es sostenido a la cadena con firmeza. Vuelve a apretar el botón y la cadena sube lentamente, tirando y tirando mi pelo, hasta que el cuero cabelludo comienza a dolerme y me voy estirando toda, apoyada en los zapatos o sea en mis dedos de los pies. Quedo en una posición muy incómoda. Si me caigo de los zapatos porque mis pies no resisten más, el dolor será en la cabeza, por el tirón en mi pelo. Si estoy apoyada en los pies, me duelen.
Min pega su cuerpo vestido al mío desnudo y me come la boca en un largo beso mientras una mano acaricia mis tetas y la otra juega con mi clitoris. Estoy a punto de correrme
-prohibido correrte, puta!apenas te toco y ya estás pronta-
-Amo, lo que pasa que contigo siempre quiero darte más-
Me pinza los pezones, estira, traba la cadena que une las pinza tirante en mi collar y se retira.
- Hermosa Violeta, mi esclava- adoro verte caliente y sufriendo para mi- me dice y dejo de sentir las molestias de la posición.
Aparece una de sus empleadas domésticas anunciando que el Sr ya llegó.
Sale rápido y para mi sorpresa regresa con su padre! que viene acompañado de una joven asiática. Veo que trae puesto un collar de esclava!
Nadie habla. Mi Amo retira el abrigo de la joven esclava y queda desnuda.
La acerca a mi. Ella trae los ojos bajos. La besa largamente en la boca y después lame y chupa sus pezones, y le pone pinzas como las mías. Siento celos.
La hace parar frente a mi, casi pegada, le ata las manos y las engancha a la misma cadena en la que estoy yo.
Nos coloca a ambas un abridor de boca y pega nuestros cuerpos con algunas vueltas de cuerda.
Quedamos juntas, y yo en un movimiento de equilibrio permanente, de forma que rozo fuerte mis tetas contra las suyas. Los pezones se nos endurecen a las dos. Me estoy mojando y quiero ser usada como sea.
El Amo y su padre nos miran tranquilos y se disponen a cenar mientras conversan animadamente.
La saliva escurre de nuestras bocas y nos mojamos las tetas y el vientre, mientras continuamos frotándonos, yo contra ella para aliviar el dolor de mi posición.
Tengo vergüenza de estar así ante su padre.
Cuando los Srs terminan su cena, se ubican en unos sillones y hacen su entrada casi triunfal las masajistas!
La mía me mira con una media sonrisa y sin dudarlo se acerca a mi Amo, se arrodilla frente a él, le abre sensualmente el pantalón y saca su verga y sus testículos, comenzando una buena lamida y mamada. Min se estira y lo goza hasta que se entierra en su boca y eyacula en medio de gemidos de placer. Siento que la odio. Veo cómo lo limpia con su lengua.
Del padre se encarga la otra masajista y hace el mismo trabajo que su compañera.
Las luces se han atenuado y un foco nos ilumina a nosotras, las esclavas atadas juntas.
La masajista odiosa viene hacia mi y me quita la mordaza, diciéndome al oído- te gustó como lo hice gozar? - Ahora te toca a ti , Sra - y me empujó haciendo que cayera de mis zapatos.
Se me aflojaron los pies y el dolor en la cabeza me arrancó un grito que la hizo sonreír. Me tiró de las pinzas de los pezones. También retiró la mordaza a la otra esclava.
Situada detrás de mí, me abrió las nalgas y comenzó a lamer mi culo y de vez en cuando introducía su lengua. Me tenía a punto de correrme. Me di cuenta que había recibido órdenes de mi Amo.
Oigo voz diciendo:
- esclavas, quiero que se coman la boca y laman los pezones. Los orgasmos están prohibidos-
La asiática y yo nos besamos con ganas, entrelazando nuestras lenguas y cuando mi compañera me lame un pezón, con la otra follándome el culo con la lengua, no puedo más y siento los espasmos de un orgasmo en todo el cuerpo. Se me aflojan los pies y quedo nuevamente colgada del pelo y me prendo con la boca, desesperada, de uno de sus pezones, también pinzados. Gimo y lloro del dolor en mi cabeza y por el orgasmo prohibido que estoy experimentando. La odiosa masajista me folla el culo con sus dedos y el placer recorre mi cuerpo y me lanzo sobre la boca de mi compañera de ataduras. Me entrego al placer con estas dos mujeres, sin importarme la prohibición de mi Amo. Olvido todo.
Mi Amo se acerca, nos quita las pinzas a ambas, besa profundamente a la esclava de su padre y a mi me suelta el pelo masajeando mi cabeza.
-hermosa Violeta, mala perra- desobediente, sabes que me debes un castigo, te corriste sin mi permiso- mientras me besa con dureza.
- ahora perra, te vas con mi padre, y te ocuparás de darle placer como una buena puta- es tu deber dejar en alto mi honor como Amo. Entendido Violeta? susurra en mi oído.
Y mirando a la chica asiática le dice - tú me darás placer a mi-
Como esclava, bajo los ojos y comienzo a caminar detrás del Sr.Padre de mi Amo. No quiero ir!
Alguien engancha una cadena en mi aro del collar y el Sr. padre me dice:
- las perras putas como tu, deben caminar en 4 siguiendo a su Amo. Y así salgo del salón, totalmente humillada y expuesta. Alguien inserta en mi culo un plug con cola y me coloca una vincha en la cabeza con orejas de perra.
- no quiero palabras, sólo ladridos, uno para decir sí y dos para decir no, Entendido perra?
Para mayor humillación, contesto con un ladrido.
- Buena perra, nos vamos-
Entramos a la parte trasera de su auto. Veo que el chauffeur me mira por el retrovisor mientras el Sr. me ordena sentarme a horcajadas en sus piernas, de modo que mis tetas quedan frente a su cara. Durante todo el trayecto juega con mis pezones y mete sus dedos en mi empapada vagina manteniéndome caliente y humillada ante el otro hombre, porque no puedo evitar los gemidos de placer que me salen.
En determinado momento, habla con el conductor. Este asiente y detiene el auto. El Sr. me ordena pasar hacia el asiento de adelante y hacerle una mamada al hombre que tiene la verga dura bajo los pantalones.
-Primero, ocúpate de sus huevos, después lo mamas- Obedecí y casi me atraganto con todo el semen que expulsó. - mamas bien, puta.
Ahora vamos para casa. Tendrás una larga noche dando placer.