Yo 19, tu 41
Tras pasar la noche en un bar, terminamos follando en su casa.
Bueno, después de estar un tiempo sin escribir os traigo mi tercer relato, esta vez un poco diferente a los otros que he escrito. Espero que os guste.
Por aquel entonces yo tendría unos 19 años. Siempre he sido una chica normal, pero con mi labia tenia todo el sexo que quería.
Un día lo conocí en un bar. Recuerdo su edad por que era la misma que la de mi padre, 41. Un gran tatuaje asomaba por debajo de la manga de su camiseta. Estuvimos hablando un rato, me invito a unas copas y cada vez se iba acercando más a mí, colocando su brazo alrededor de mi cintura.
Puso su boca cerca de mi oreja y me dijo que se estaba cansado de esa charla inútil y que si nos íbamos a su casa.
Dude un poco, ya sabéis, todas esas cosas que nos dicen de no salir con desconocidos pero entonces empezó a besarme el cuello, su lengua acariciaba parte de mis hombros y mis orejas y yo estaba poniéndome muy caliente.
Me levante y me bebí lo que quedaba de mi copa de un trago, le agarre la mano y tire de él fuera del bar.
El bulto de su pantalón me dio a entender que estaba tan caliente como yo.
Íbamos parándonos en cada farola, agarrandole la camiseta y acercándolo a mi para besarle, con sus manos en mi culo y yo pasando las mías por su polla por encima del pantalón.
Por el rabillo del ojo pude ver un lugar oscuro donde podríamos jugar un poco antes de subir a su casa y lo arrastre hacia allí.
Me apoyo contra la pared y mientras continuábamos besándonos le abrí uno por uno los botones de sus vaqueros para poder meter la mano y empezar a pajearle.
Note sus manos frías subiendo por mi tripa para llegar a mi sujetador y notar como sus dedos jugaban metiéndose por dentro y acariciando mis pechos que a estas alturas estaban duros por lo excitada que estaba y por el frío de sus manos.
Lo aparte de un empujón y le dije que me follase ya.
Se abrocho el vaquero y me agarro del culo, llevándome casi corriendo al portal de su casa.
Abrió la puerta y entramos en su apartamento. Según cerró, salte sobre el agarrando su cintura con mis piernas, besándonos como unos desesperados me llevo así hasta su cama.
Me tumbo y de un solo movimiento me abrió la camisa, haciendo que algunos botones saltaran y me la fue quitando mientras me seguía besando y lamiéndome el cuello.
Seguimos desnudándonos el uno al otro hasta quedar los dos completamente desnudos encima de la cama. Sus labios bajaron de mi boca y mi cuello a mis tetas y mientras me lamia los pezones mientras con su mano derecha abría mis piernas y me acariciaba los muslos.
Siguió subiendo hasta llegar a mi vagina completamente mojada y empezó a jugar con sus dedos, abriendo mis labios y pasando el dedo desde mi clítoris a mi ano haciendo que mi espalda se arquease y mis caderas se moviesen como si tuvieran vida propia.
Se tumbo y me agarro de la cintura para colocarme sobre él dándole la espalda. Agarre su polla y la coloque en mi vagina, estaba tan mojada que entro sin esfuerzos hasta el fondo a la primera.
Así empezamos a movernos, haciendo que la habitación se llenase de nuestros gemidos. Sus manos me agarraban con fuerza y cada vez me la metía más y más fuerte.
Paro de repente y puso a cuatro patas, se coloco detrás de mi y siguió follandome, agarrandome el culo y pegándome cachetadas de vez en cuando, lo que hacia que me pusiese mas y mas cachonda. Note como me venia un orgasmo. Todo mi cuerpo se tenso y el al notarlo empezó a follarme mas rápido haciendo que me corriese un par de veces seguidas.
Me aviso de que el también iba a correrse y le dije que esperase. Le senté en el borde de la cama y me puse de rodillas frente a el para poder chupar su polla a la vez que mi mano le acariciaba los testículos. Note que iba a correrse y me separe mientras seguía pajeandole para que se corriese sobre mí.
Su semen acabo en mi cara, mis tetas y mi boca, que esperaba abierta para recibirlo y poder tragarlo.
Me levanto, me limpio y me besó. Me despedí y desde entonces no lo he vuelto a ver.