Yiranta y..... ¡¡¡sorpresaaa...!!!

Relato 12 del Libro 2 (Las Andanzas de una Mujer Casada)

1ra.Parte

Habíamos venido desde San Luis, en la pick-up nueva de Jorge, una Volwagen Amarok doble cabina, que en verdad parece un camión por fuera, pero por dentro tiene todo el confort al que cualquier usuario puede aspirar.- Llegados el jueves por la tarde a Buenos Aires, pernoctamos en mi departamento de Caballito, mi "bulín", reducto de antigüas y nuevas aventuras (como el "cuartito azul" al que se le canta en un tango, que a la sazón, esta bastante cercano), que fue refugio de mi etapa estudiantil antes (cuando todavía lo alquilaba a sus anteriores propietarios, a quienes después se los compré), de mis "escapadas" juveniles después y de algunos de mis "deslices" extramatrimoniales actuales y en donde, esta vez, tuvimos con Jorge (mi pareja), una romántica y amorosa noche de sexo.-

Desnudos sobre la misma cama, donde mi Padrino alguna vez, me iniciara en el sexo anal, tuve con mi "marido" esta vez, una sesión igual, la que a su vez, me resultó tanto, si no mas gratificante que aquella que aún hoy recuerdo.-

Pasado el mediodía del viernes, después de almorzar en casa, de higienizarnos y vestirnos conforme a la velada a la que estabámos invitados a la noche, nos fuimos rumbo a Plaza Italia, a la Sociedad Rural, donde Jorge, participaría de una Reunión de la Comisión Directiva que integraba; él en Buenos Aires, si bien se maneja con bastante soltura y acierto, entre el tránsito urbano y sus calles, suele "dibujar" unos "mapas increíbles", para dirigirse de un lugar a otro; así fue que esta vez, tomó por Acoyte hacia el norte, luego por J.B.Justo al este, cruzó Santa Fé para doblar por Cerviño y luego por F.J.S. de Oro, llegó a la esquina de Juncal.- Como yo tenía intenciones de comprar un obsequio para mi "nuera", decidí no participar en la Reunión (como simple espectadora y oyente) y dedicarme a buscar el mejor regalo posible para una niña a la que adoraba, porque en verdad, había ella logrado que mi hijo "rumbeara" su camino, procurándose por sí, el mejor porvenir posible, sin necesidad de la ayuda materna (o sea, sin mi ayuda).-

Fue así que Jorge, estacionó sobre F.J.S.de Oro, llegando a la calle Juncal; él iba a esa reunión de la Comisión en la Rural y yo en un taxi pensaba dirigirme a la casa de mi hijo; era el cumpleaños de Susy, su pareja y esa noche cenaríamos en familia en algún restaurante de Buenos Aires.-

El plan era también conocer a los padres de ella, quienes según nos decían, estaban ansiosos por tener algún contacto con nosotros, por eso estaría presente también Samuel, el padre de Martín (Martín es mi hijo), a pesar que estábamos separados y Martín no lo quería mucho, pero..., todo sea por contentar a sus futuros y "probables" suegros..., porque con Martín, nunca se sabe como terminan sus noviazgos.-

Jorge también estaba invitado, máxime que para Martín, era él su "verdadero padre" (postizo) porque fue con quien compartió los momentos mas importantes de su niñez y de su adolescencia; (talvés por eso y no por tener mis genes, me salió tan turro con las minas mi hijo); pero bué', les contaba que me dejó en esa esquina, no sin antes, dentro de la camioneta, darme un beso muy fogoso en los labios, para después besarme entre los senos que asomaban desde el enterito que lucía ese día.-

Yo estaba vestida con un enterito de cuerpo completo, de corderoy color beige, muy ceñido a mi cuerpo, tanto, que incluso hasta se calzaba inconvenientemente en mi traste, marcando mis formas exageradamente, por delante tenía un cierre a cremalleras que desde el cuello, llegaba hasta la confluencia de mis piernas con mis ingles y que yo exprofeso mantenía bajado hasta un poquito mas allá de mi cintura, dejando entrever el ombligo, calzaba botas de gamuza color habano un poco mas subido de tono que mi vestido y completaba el atuendo con un sombrero texano de ala corta al tono con las botas y un tapado liviano marrón también de gamuza, que llevaba en el brazo..., antes de continuar su marcha hasta la puerta de acceso a las cocheras de la Rural, Jorge se apeó, me abrió la puerta y al bajar yo del vehículo, volvió a besarme con apasionamiento, tras lo cual se alejo unos centimetros de mi y me observó admirando mi estampa y bromista como es, me dijo: "Te dejo sola, por ahí tenés suerte y te haces unos mangos con algún chabón que quiera levantarte"; y tenía razón, me observé en el reflejo de una vidriera del lugar y en verdad daba como una de las chicas que suelen caminar por la zona, buscando clientes; me alarmé porque se me cruzó por la mente que si mis probables futuros consuegros, eran de esos matrimonios remilgosos, seguramente no se iban a llevar una buena impresión de mí, pero ya estaba jugada..., no podía volverme atrás, lo único que podía hacer para disimular mi desfachatado atuendo era cubrirme con el tapado que llevaba colgado de mi brazo y mientras lo estaba desplegando para ponérmelo sobre los hombros (ya Jorge se había ido), escucho una bocina de un automóvil que despacito, despacito, pasaba casi rozándome, ya que yo me había acercado al cordón de la vereda, a esperar un taxi..., desde dentro del vehículo (un Mercedes Benz de ultima generación), dos ojos de hombre ansioso me miraban espectantes, como esperando una señal que le autorizara el abordaje..., me sonreí, cuando el coche ya me había rebazado y el hombre sin dejar de mirarme, aceleró y dobló por la esquina con intenciones ciertas de dar la vuelta a la manzana para retornar hacia mí, en una próxima pasada por delante.-

Mientras lo esperaba, porque estaba dispuesta a gastarle alguna broma, dejé pasar varios taxis libres, siendo que algunos de sus conductores, hacían oir sus bocinas cuando se acercaban a mi..., cuando me percaté que el Mercedes Benz, doblaba raudamente por la esquina anterior a la que yo estaba, me quité el tapado de los hombros, me puse de espaldas hacia la calle, separé un poco las piernas sobre las que estaba parada para que se definiera mas visiblemente el calce ajustado de mi enterito, cuya costura trasera coincidía con la raya de mi traste, introduciéndose bastante profundamente en ella y cuando volví a escuchar el bocinazo, giré mi cabeza mirando al conductor y me sonreí..., éste en lugar de detenerse, imprimió velocidad a su vehículo y giró con la intención cierta de dar otra vuelta a la manzana...; cuando volvió a asomar por la esquina de Cerviño, dió paso a un Fiat Duna y luego avanzó detrás de él..., el chofer del Fiat Duna, cuando llegaba a la esquina donde yo estaba, me vió y se acercó al cordón de la vereda, llamando mi atención con un estridente bocinazo..., al llegar donde yo estaba, abre la puerta delantera del lado derecho y me invita a subir..., yo lo miro, le sonrío, lo saludo con una inclinación de cabeza y me apresto a subir al vehículo..., a todo esto, el Mercedes estaba detenido atrás del Fiat y su conductor al ver mis movimientos, desesperadamente, con su bocina y haciendo señas con su mano llamándome, pretende que aborde su vehículo al que ya le había abierto la puerta delantera derecha en un vano y frustrado intento por ser el elegido por mí; yo lo miro, le hago un mohín, frunciendo mi nariz y me sonrío mientras subía sin pacatería alguna, al modesto Fiat Duna que me esperaba..., una vez dentro del vehículo, saludo a su conductor con un beso en la mejilla y cuando luego de cerrar la puerta, nos disponíamos a partir, alguien se acerca corriendo al coche y desde la ventanilla del conductor jadeando me dice:

"Esperá no te vayas, venite conmigo...", para luego dirigiéndose a mi acompañante, preguntarle: "¿Cuanto te pidió?";

"Quinientos", medio dubitativamente, le responde éste, con lo que volviéndome a mirar a mi me dice:

"Te doy el doble..., mas si querés..., pero venite conmigo".-

Le contesto: "Hoy no, ya estoy con él, mañana si querés puede ser..."; el hombre me insiste:

"Por favor..., te doy dos mil..."; y yo le contesto:

"Ya te dije que mañana, chau", tras lo cual mi acompañante arrancó raudamente y nos alejamos, mientras veíamos al vejete del Mercedes, quedarse mirándonos partir, desolado en medio de la calle.-

Unos metros mas allá, el chofer y yo estallamos en risas, mientras me dice: "Sos terrible Ana..., el viejo se la creyó que estabas 'yirando'..., pobre, seguro que mañana vuelve".-

El chofer del Duna, no era otro que Ernesto, el amigo íntimo de mi hijo, con quien alguna vez tuve fantasías concretadas y al que le dije: " ¿Así que 500.-?, bueno, dale, andá poniéndote..."-(Juro sobre los Santos Evangelios,que fue un encuentro absolutamente casual para nada programado y totalmente inesperado)

EL: "Si me aceptás un cheque sin fondos..., concretamos ya..."

YO: "Y bué', que se le va'cer..., todo sea por mantener vigente el mas viejo de los oficios del mundo..., dámelo".- Le dije mientras extendía la palma de mi mano, como esperando el deposito de su cheque.-

EL: "Después en casa, y no 500, de 2000 te lo hago, como te ofreció el viejo, para que no pierdas plata...., total no lo vas a poder cobrar...-"

Y hacia el lugar de antigüas aventuras, continuamos viaje...-

Cuando bajó por el puente de la Avenida J.B.Justo, tras trasponer Loyola, giró a la derecha y se internó por la rampa de acceso de "Solos", el hotel alojamiento que en esa esquina se ubica.-

Después que estacionó en la cochera de la habitación que nos asignaron, gentilmente me cedió el paso mientras ascendíamos los tres o cuatro escalones que desde la cochera privada, conducen hacia la puerta de la habitación y como yo presumí que lo hizo para observarme el traste mientras subía los escalones, exprofeso, meneé el culo con exageración escalón tras escalón, mientras ascendía..., entonces siento que su mano se deposita en mis nalgas y su dedo medio rozar mi "canaleta", por sobre la ropa que lo cubría..., esa caricia, me predispuso a mas..., una vez dentro, mintras él cerraba la puerta con llave, yo dejaba mis pertenencias sobre una mesita ratona adosada a la pared lateral, próxima a la puerta de entrada..., Ernesto se me acerca desde atrás y mientras me besa el cuello, su mano vuelve a recorrer mi traste acariciándomelo y diciéndome: "Que lindo culo tenés, me excita ver como se te marca debajo de esta ropa..."; volví a sentir su dedo medio acariciando mi canaleta y para dejarlo hacer me apoyé de frente sobre la pared delante de la que estaba parada, con lo que mi cola vestida, quedó mejor y mas ofrecida a esa mano que la acariciaba.-

Pocos segundos después le pido: "Desnudame..., me vas a hacer mojar y no quiero que se me manche la ropa..., esta noche nos reunimos y no voy a tener tiempo de volver a casa a cambiarme..."; entonces Ernesto, desde atrás, mientras yo termino de descorrer el cierre hacia abajo, abre un poco mas la parte superior de mi enterito y con sus manos acaricia mis senos; luego de "amasijarlos" un poco, toma el enterito de corderoy desde mis hombros, y retirándolo de mi cuerpo, lo desliza hacia abajo, dejando mi torax desnudo y continua bajándolo, hasta donde se lo permiten las botas que yo calzaba..., con mi cuerpo desnudo y mi ropa arrollada en mis piernas, vuelvo a sentir las manos de Ernesto, recorrer mi traste y mi espalda... y mientras que una de sus manos se apodera de mis senos y la otra de mi traste, su boca, vuelve a besar mi cuello y yo me deshago en un suspiro..., ladeo mi cabeza para permitirle besar mi cuello con mas comodidad y con mi cuerpo apoyado de frente contra la pared, al sentir que la yema de su dedo medio se llega en su recorrido por mi "canaleta" hasta mi sexo y roza mi clítoris..., con mis uñas araño la pared... y exclamando mi placer..., acabo.-

Tras ese primer apasionamiento, para demostrarle mi "agradecimiento", con una de mis manos, busco su pene y cuando lo encuentro por sobre las ropas que él aún vestía, lo aprieto con fuerza mientras le pido: "Dámelo..."; entonces Ernesto, se retira de mi, libra su vientre dejando caer sus pantalones a sus pies y guiando su pene con una de sus manos, busca mi sexo y presionándolo con su pija desde abajo, me penetra, con lo que me hace lanzar una exclamación de placer tras la cual, vuelvo a arañar la pared sobre la que continuaba apoyada...; Ernesto, tomándome por las caderas, me retira de la pared y me obliga a apoyarme con mis manos sobre el borde de la mesa ratona que tenía entre mi cuerpo y la pared donde me apoyaba... y una vez así colocada, arqueado mi cuerpo sostenido sobre mis piernas y mis manos,tomadas éstas del borde de la mesita, me penetra mas y mejor, tras lo cual comienza a menearse entrando y sacando su pene de mi sexo, secundándolo yo a poco, rotando mis caderas en un pequeño circulo que me hacía sentir mas y mejor, al pene que me había penetrado..., así volví a acabar y enseguida, sentí a Ernesto eyacular dentro de mi concha mientras exclamaba su placer con un fuerte "AAAaaahhhh...!!!".-

Me desprendí de él y volteándome de frente, le tome la cara entre mis manos y lo besé con apasionamiento en los labios..., Ernesto rodea mi cintura con sus brazos y me aprieta contra su cuerpo, haciendome sentir en el vientre, el calor que emanaba aún de su sexo y la humedad de su glande mojado por su esperma... y mientras yo, arrobada por el momento vivido lo seguía besando, él toma una de mis piernas desde el muslo, la alza, quita de ella como puede mi bota y la pernera del enterito y sosteniendo mi pierna alzada con su mano, hace que apoye sobre mi pie en la mesita y con un leve movimiento de cintura, vuelve a perforarme el sexo con su pene, obligándome a lanzar una exclamación de placer y de sorpresa, tras la cual me predispuse a gozar neuvamente de su magnífico miembro por demás exaltado y duro.-

Y así, después de unos minutos de intenso placer, volvimos ambos a entregarnos los zumos que anunciaban el nuevo arribo al climax deseado y tan bien buscado.-

Una vez desprendidos uno del otro, tras quitarme yo misma de la pierna que aún la calzaba, la bota y la pernera de mi enterito, lo tomo de la mano y lo llevo hasta la cama, sobre la cual me deposito de espaldas y guiándolo para que se coloque arriba mio entre mis piernas le pìdo: "Seguí cojiéndome...".-

Entonces Ernesto, vuelve a penetrarme y al sentir su pene entrando en mi sexo, arqueo mi cuerpo hacia arriba y exclamando mi placer, lo siento llegarse muy profundo dentro de mi sexo...; mientras él me bombea..., yo acompaño sus movimientos exclamando un "Ayy..." tras cada introducción, palabra que fui pronunciando mas rapidamente, cuanto mas rápidos eran los movimientos de entra y sale de Ernesto... y así me llevó al tercer orgasmo, al que arribé, cusndo sentí que de su pija emanaban los líquidos que me anunciaban su inminente derrame, al que al sentirlo, acompañé con una mas fuerte exclamación, mientras que mis uñas se clavaban en la espalda de mi hombre, dejándole mi marca.-

Tras un rato de descanso en el que permanecimos uno al lado del otro besándonos y acariciándonos, yo de espaldas y él semi incorporado sobre mí, me pide: "Dame la cola..., nunca me la ofreciste y hoy me calentó verla tan linda...-"

YO: "No, me vas a lastimar, tu pija es grande para mi agujerito tan chiquito.-"

EL: "Por favor Ana..., la deseo..., te prometo que si te hago daño no insito...dámela y guiame vos..., pero dejame hacértela..., quiero tenerte así.-"

YO: "Bueno..., pero si no podés no insistas, no quiero que me hagas sufrir..., solo quiero gozarte.- Fijate si hay algo que nos ayude en la mesita de luz o en el botiquín del baño.-"

Entonces Ernesto buscó en la mesita y al no encontrar mas que profilácticos, fue al baño, trayendo al retornar un pote de vaselina y una amplia sonrisa en su rostro.-

Al verlo venir, giré sobre mi cuerpo y boca abajo, mientras me abría los cachetes del traste le pedí: "Poneme un poco.-"

Caundo Ernesto cumplia el mandado, le indiqué: "Poneme adentro también... asi se me hace mas facil soportarla" y Ernesto obedeció untándome bien el esfinter con la vaselina y casi haciéndome acabar de nuevo, mientras sentía su dedo recorrer el interior de mi ano.-

Después que por las suyas, se untara el pene con el ungüento, yo alcé mis caderas levantando un poco mi vientre del plano de cama y mientras separaba mis piernas lo llamé: "Vení...,, ponémelo".-

Ernesto vino sobre mí, sosteniendo su cuerpo sobre sus brazos, yo le tomé el pene y lo apoyé sobre las puertas de mi ano y mientras separo los cachetes de mi traste con mis manos, le dije: "Empujá un poquito"; Ernesto presionó y yo al sentír su pene horadar las puertas de mi ano, mordí la almohada sobre la que reposaba mi cabeza y me dispuse a soportar la introducción de su grueso pene..., cuando siento al glande traspasarme y alojarse en mi recto, con mis manos extendidas hacia atrás, contengo los movimientos de avance del cuerpo de Ernesto, obligándolo a permanecer quieto, con la cabeza de su pija ya alojada en mi culo..., "son unos pocos instantes...",le dije; mientras, notaba la ansiedad de Ernesto, manifestándose en el latir de su pene dentro mío..., sigo conteniéndolo, hasta que mi esfinter se acostumbra a sentirse perforado..., entonces si, lo suelto y le pido: "Bombeame..., despacito..., bombeame".-

Ernesto, obediente, lo hace..., yo lo sentía ir y venir recorriendo mi esfinter..., primero lo sufría..., pero después empecé a gozarlo... entonces, cuando comencé a gozarlo, sentí que la gruesa pija de Ernesto presionaba todo el contorno circular de mi esfinter..., y al aumentar mi apasionamiento por el momento que vivía, comencé a menear mi traste dibujando circulos, que enardecieron a mi amante y lo instaron a menearse cada vez con mas urgencia dentro de mi ano.- Cuando ya su ritmo era casi infernal, mientras yo lo soportaba mordiendo la almohada, lo secundaba moviendo mis caderas en circulos, lo que hacía a Ernesto, exclamar su goce..., tras lo cual se derramó con tanta potencia y abundancia, que al sentir su semen invandiendo mis entrañas, me arrastra al mejor de mis orgasmos de esa tarde...; permanecimos acostados, yo sobre la cama y él sobre mi cuerpo, con su sexo aún penetrado en mí..., al rato, Ernesto intenta volver a empezar..., yo iba a secundarlo, pero al voltar mi cabeza hacia un lado, veo que el reloj de la habitación ya marcaba las cinco de la tarde, por eso le digo: "No Ernesto, es tarde, tenemos que irnos...-"

EL: "Por favor, Ana...- Una vez mas...-"

YO: "Bueno..., pero dejame ponerme de costado.-"

Una vez que volteé mi cuerpo sobre mi lado izquierdo, con Ernesto acompañando mis movimientos, encojo mis piernas contra mi pecho y le pido: "Bajate un poco y cruzate sobre la cama..., así me la ponés mas adentro.-"

Ernesto me obedece y cuando logra la posición sugerida, luego de penetrarme con todo lo que tiene, exclama: "Ayyy..., ¡por Dios!, ¡que locuraaa...!.-"

YO: "¡Mi amor!..., y no sabés yo, como lo siento...-" Y no le mentía, su pija era como un palo duro y grueso, que derechito, me colmaba todo el esfinter y comprimía el aro de mi ano.-

Otra vez YO: "Dejala quieta, que ahora te la trabajo yo...": y comencé a oprimirle y a soltarle el pene con los músculos de mi ano y de mi esfinter..., yo gozaba por sentirme integramente penetrada, pero Ernesto deliraba: "Ay Ana..., jamás creí que podía gozar así..., ¡me estás matando!..., me haces acabar... ¡aayyy...!.-"

Al escucharlo, me esmeré poniendo mas empeño y pasión en mi tarea, hasta que empecé a sentir que de su pija brotaban sus líquidos preseminales, entonces le pedí: "Ahora si..., ahora bombeame..., bombeame fuerte..., llename de leche...-" Y Ernesto comenzó a bombearme con urgencia, lo mas profundo que podía introducirse dentro mío, con su vientre golpeando contra mis nalgas...-

¡Siii...!, ¡así...!, ¡así mi amor...!, ¡así...!, aaahhh..., ¡cuanto placer...!, ¡cuanta lecheee...!, ¡bombeaaaa...!, ¡mas fuerte, mi vida...!, ¡mas fuerteee...!, ¡con mas ganas...!, eso...,eso..., eso..., ¡AAAAHHHHyyyy...!, le gritaba mientras, acabando en el mas intenso de los orgasmos, sentía los estertores de su pija derramando en mi ano, todo el semen contenido en sus testículos.-

Quedamos ambos desfallecidos sobre el lecho..., al reponernos, ya el reloj marcaba las 6 de la tarde..., nos duchamos y nos vestimos con urgencia, a las 10 de la noche, nos reuníamos para el festejo y yo aún, no había comprado el regalo de Susy.-

Mas que volando, recorrimos el trayecto entre el hotel y la casa de mi hijo..., una o dos cuadras antes de llegar, yo me bajé del coche y llegué hasta ella a pie, mientras Ernesto recorrió el trayecto circundando la manzana; al llegar a la puerta del edificio, llamé con el timbre y mientras esperaba en la puerta que bajaran a abrirme, llegó Ernesto, por lo que volviendo a llamar, avisé de su arribo, para que no se molestaran en bajar.-

Subiendo por el ascensor, mientras llegábamos al piso, Ernesto me abraza y me besa apasionadamente en los labios, mientras que con su mano acariciaba mi cola diciéndome: "Gracias, mi amor..., sos lo mas lindo que me pasó en la vida...-"

A lo que le respondo: "No te enamores, mi vida..., porque somos uno para el otro, nada mas que sexo...-"

Ya en el departamento, le pido a Susy que me acompañe hasta el Shopping del Alto Palermo, que esta cerca de su casa, combinando previamente con Martín, el lugar y la hora del encuentro en el restaurante...-

Una vez allí, ella eligió su regalo y yo compré un chal al tono con mi vestimenta, para desplegarlo desde mis brazos, a mis espaldas, cubriéndome el traste, para dismular lo ajustado que el atuendo me calzaba en la cola.-

Cuando llegamos al restaurante; era Cabaña Las Lilas de Puerto Madero; Ernesto al vernos ingresar, se nos adelanta y nos dice: "¡¡¡Les tngo una sorpresa...!!".- Y acercándonos a la mesa que ya estaba ocupada por los demás comensales, le extiende un paquete con un envoltorio muy primoroso a Susy deseándole "Feliz Cumpleaños", y tomándome del brazo, me presenta a la madre de Susy, a la hermana y al padre...; Yo a la hora de las presentaciones, estaba como petrificada porque...; ¿me van a creer si les digo que el padre de Susy, era el vejete que me ofreció los 2.000 pesos...?.-

2da.Parte

En verdad, fue una verdadera sorpresa para mi, encontrame con don Horacio (el padre de Susy, que me había ofrecido dinero para que tuviera sexo con él), no obstante, ambos al cruzar nuestros saludos, no demostramos a los demás que aunque muy circunstancialmente, nos "conocíamos"...- Mas allá de eso, los padres de Susy, eran dos personas muy afables y de buen diálogo, por lo que se podía mantener con ellos, charlas muy cordiales.-

Fue así que la velada, transcurrió muy amenamente, durante la cual, cada uno de nosotros, fue dándose a conocer al otro..., así nos enteramos que don Horacio, era un ingeniero civil dedicado, que en sus 60 años de vida y sus 35 de profesión, había amasado una buena fortuna con sus obras de construcción y que su esposa, algunos años mas joven que él, era una persona muy dinámica y por demás simpática, siendo que además era portadora de una belleza exótica que atraía a los hombres..., eso se hizo evidente para mí, cuando percibí que Jorge, se dirigía a ella con embelesamiento, incentivado por la cordialidad con que Estela (ese era su nombre), respondía y festejaba las chanzas o los halagos de él..., mientras tanto, a don Horacio, lo observé de rato en rato, como escrudiñándome, seguramente intrigado o confuso, por el papel que había representado esa misma tarde en la calle cuando me asedió.-

Por momentos, la situación era para mí, sino dificil, al menos molesta, porque presumía que el hombre estaría elucubrando una y mil teorías, la mayoría de ellas, sino todas, equivocadas.-

Cuando don Horacio supo que yo era abogada, encontró una puerta por donde podía filtrarse hacia mí, para disipar sus incógnitas y hacia ese objetivo direccionó sus esfuerzos, formulándome de rato en rato, alguna que otra consulta, respecto a cuestiones legales de su empresa, las que al yo evacuarlas, talvés él fingiendo, demostraba admiración por mis respuestas profesionales.-

Incluso, en un momento, llegó a ofrecerme contratarme como su asesora letrada..., por supuesto que no acepté bajo la excusa de mis ocupaciones ganaderas, tras lo cual, la conversación general, viró hacia ese rubro.-

Para hacerla corta, les diré que esa noche, don Horacio y su esposa, con el regocijo de Jorge, terminaron ofreciendo asociarse con nosotros, por lo que, en un aparte de la reunión general, entre los cuatro concertamos la forma de dicha asociación.-

Desde hacia ya muchos años, yo tenía proyectado construir en La Escondida (el campito famoso), un "apart-hotel campestre" o un "tiempo compartido rural".- El proyecto consistía en construir unas 20 ó 30 cabañas, vendíendo períodos quincenales de ocupación, a los futuros inversores; al construir el camino de acceso asfaltado (que nos costó unos cuantos dólares), quedaba incentivado, el potencial turístico que dicha estancia tenía, dado el pintoresquismo del paisaje y la peculiaridad de su caída de agua en tres niveles, que resultaba ser una atracción natural singular, por ser una cascada poco repetida en casi todo el mundo, la que a su vez, alimentaba con sus aguas, un lago natural de una media hectárea de superficie, con un lecho pedregoso de serranía, el que se podía usar como balneario o sembrar con peces codiciados por los aficionados a la pesca deportiva; siendo que a la vez, los futuros inversores o compradores, tendrían también participación en los beneficios de las explotaciones agropecuarias, que la superficie llana de la estancia permitía realizar, con lo que los inversorees podían obtener una renta anual a determinar, según los resultados económicos de dichos emprendimientos, que eventualmente podía no ser de mucha renta, pero que al menos podía asegurar una reducción importante en los gastos consorciales.- Luego, se podían comercializar 25 cuota- partes quincenales, por cada cabaña, lo que aseguraba una masa crítica de 500 ó 750 inversores asociados; con una cuota-parte valuada en u$s 20.000.- con derechos de usufructo a perpetuidad, estábamos hablando de un ingreso por ventas de u$s 10.000.000.- a u$s 15.000.000.-, siendo que además, la Empresa sería la gerenciadora perpetua del emprendimiento, por ser la propietaria de las tierras dedicadas a éste.-

El proyecto, entusiamó sobremanera a Don Horacio y a Estela, ya que él, mediante su Empresa, podría ser el constructor de las cabañas y de las obras de urbanización complementarias, con lo que su aporte de capital, se vería sobrevaluado, respecto a la inversión monetria neta, toda vez que su presupuesto final, contemplaría las regalías de la constructora.-

Don Horacio, estimó que con el capital que disponía, podría construir unas 50 cabañas, si lograba una licencia de "construcción en seco", de una Empresa Americana, cuyas negociaciones tenía en trámite; siendo esto así, se podrían comecializar 1.250 cuota-partes, lo que representaba a la venta, un ingreso de u$s 25.000.000.-, realizables con u$s 300.000.- que debía y podía invertir en el proyecto.-

Excelente negocio para todos, para nosotros porque, sin perder la tutoría de la propiedad, cedíamos parte de nuestra sociedad, (apenas el 1/100), valuada en esas fechas en u$s 30.000.000.-, con la expectativa de reembolsar a 5 años u$s 25.000.000.- (era un 83,3 % de incremento), con lo que a valores constantes, aumentábamos la valuación de la Empresa a u$s 55.000.000.-; para nuestros nuevos socios, porque su inversión (y su cuota-parte societaria) se revaluaría a u$s 550.000.- y para los clientes compradores, porque sus u$s 20.000.- iniciales, invertidos en 5 años (u$s4.000.-/año), les permitiría acceder a un lugar de vacaciones propio y además recibir una renta eventual de la explotación ganadera y porcina que desarrollaríamos, con vistas esta última a atender al mercado chino, ávido consumidor de la carne porcina; ya que según mis estimaciones, a China, caracterizada por tener explotaciones agropecuarias minifundistas, le llevaría unos 20 años como mínimo, reconvertir sus minifundios, en unidades productivas de escala mediana y al menos otros 10 años, sustituir con producción propia, sus necesidades de alimentos cárneos, en tanto que nosotros, volcados a la producción intensiva de carne de cerdo y eventualmente carne vacuna, podíamos ser principales proveedores de esos insumos, dedicando 50 hectáreas a la cría de vacunos y 90 a la cría de porcinos, en las cuales podíamos obtener al completarse en proyecto, siguiendo el Proyecto INTA-Pergamino (Porcinos- Cría Intensiva a Campo), del M.V. Pedro GOENAGA- y el Informe "Porcinos mas Pesados" también del INTA-Pergamino, ambos Rev. 2006; podíamos inferir que a la finalización del desarrollo del Emprendimiento, tendríamos en producción un plantel de 900 madres, las que al dar 2,2 ó 2,3 lechigadas/año con una cantidad promedio de 18 lechones/año/madre, se obtendrían unos 16.000 lechones para engorde, con un costo por lechón de $85 a $90.- desde el nacimiento hasta la recría (calculada ésta al peso de 20 kg./lechón), a partir de la cual comienzaría la etapa de engorde, hasta alcanzar el peso de faena de 130/140 kg./capón, con un rendimiento en carne fresca faenada de 100kg/capón, con un costo oscilatorio promedio de $140.-/lechón; lo que arroja un costo total de producción de $230.-/cerdo,; luego, las 1600 Ton./año resultantes al precio de u$s 15.- /Kg.FOB, determina un ingreso bruto de u$s 24.000.000.-, con un gasto estimado en casi u$s 1.000.000.-/año; ingresos con los que se podía asegurar a los 1.250 inversores del Proyecto "Tiempo Compartido La Escondida", una renta anual vitalicia de u$s 4.000./inversor.-

Para cristalizar la asociación de don Horacio y su esposa a nuestra Empresa, ésta emitiría una "ampliación de capitales", aceptando de los nuevos socios un aporte de u$s 300.000.-, con los que se construiría en La Escondida (nuestro campito famoso), esas 50 cabañas y todas las comodidades necesarias, para ofrecerlas luego bajo la modalidad de "tiempo compartido campestre con renta positiva", a los futuros inversores.-

En función de ello, concertamos una reunión entre ellos y yo, para el lunes siguiente, en las oficinas de mi futuro consuegro, a la cual no asistiría Jorge, por sus obligaciones sindicales.-

3ra.Parte

Llegado el lunes, exultante de alegría, porque iba a cristalizar uno de mis mas caros proyectos, enfundada en un traje sastre gris claro, con camisa blanca, zapatos de taco alto y medias de seda; o sea, bien disfrazada de abogada y mujer de negocios; me dirigí hacia las oficinas de la constructora, donde me esperaba, a juzgar por el recibimiento, don Horacio muy ansioso..., su esposa no estaba presente al momento de mi arribo, por lo que al preguntar por ella, mi "probable futuro consuegro" me dice que en verdad, Estela, a diferencia mía, no era de interesarse en los asuntos comerciales de su marido, por lo que la Reunión la desarrollaríamos, él y yo a solas.-

Puestas manos a la obra, degustando un café que nos sirviera uno de los dependientes de la Empresa, comencé a desarrollar los planes del Emprendimiento, sobre los que había trabajado todo el fin de semana; me percaté en un momento, que Don Horacio, de a ratos, prestaba mas atención a mi apariencia y a mi estampa que a mis palabras..., si bien eso me incomodó un poco, seguí desarrollando mis argumentos, expectante por dilucidar, si mi exposición alcanzaba para interesar al ingeniero, realizando la inversión concertada el viernes anterior.-

Agotado el tema y evacuadas las consultas de mi oyente, solo cabía preguntarle, si mantenía su interés en la asociación a nuestra Empresa, para realizar el proyecto presentado, dado que, en conocimiento de sus gestiones para obtener la Licencia de Construcción en Seco que gestionaba, podía aplicarse el sistema, también a la construcción de las instalaciones necesarias para el manejo adecuado de las poblaciones porcinas, con el consiguiente abaratamiento en las inversiones necesarias.- Como única respuesta, sin decir ni una sola palabra, buscó en un cajón de su esritorio una chequera, completó un cheque y me lo extendió..., cuando lo tuve en mis manos leí que la cifra escrita era u$s 300.000.- y me alarmé un poco, porque este hombre me había hecho depositaría de una cantidad muy importante de dinero en moneda fuerte, sin que aún estuviera concretada legalmente la Asociación pretendida; se lo hice notar y obtuve como réplica que: "Confío total y absolutamente en Ustedes y sé que por este monto, que les es tan insignificante, no se van a ensuciar.- Cuando tenga confeccionados los papeles correpondientes, solo nos quedará firmarlos; mientras tanto, ya podemos considerarnos socios, así que para sellar esta Asociación con un brindis, la invito a almorzar".-

No era politicamente correcto, negarse a la invitación, por lo que en el Mercedes Benz E 300, en el que había pretendido "levantarme" el viernes, nos fuimos a "Los Años Locos", en la Costanera Norte..., en verdad yo estaba fascinada por la suntuosidad de ese vehículo y disfruté del viaje con beneplácito, como inmersa en una burbuja a la que no podían afectar, las miserabilidades del mundo circundante, alrededor de nuestro desplazamiento en tan magnífico vehículo.-

Terminado el almuerzo, donde la conversación se desarrolló dentro de los términos formales de un "encuentro de negocios", en el café de la sobremesa, don Horacio, saca de un bolsillo interior del saco de su traje, otra chequera y completa uno de los cheques, al que luego me extiende y donde leí la cifra de $2.000.-, mientras don Horacio me decía: "Esto es lo que le ofrecí el viernes, al verla en las calles de Palermo".-

YO: "No don Horacio, usted interpretó mal, que Ernesto pasara por el lugar fue absolutamente casual, como habrá visto después en la cena, él es amigo de mi hijo y al verme en esa esquina, donde me dejó mi marido, se ofreció a llevarme.- Yo le estaba gastando una broma a usted, con mis insinuaciones y él se enganchó porque se percató de sus intenciones, nada mas que eso.- Pero le juro que si hubiéramos al menos sospechado quien era usted, otras hubieran sido, nuestras actitudes".-

"Discúlpenos a los dos", le decía yo, mientras le extendía mi mano, devolviéndole el cheque, al que no tomo, sino que por el contrario, cerrando su mano sobre la mía, me obligó a conservarlo mientras me respondía: "Señora, no sé cuales son los negocios entre él y usted, pero permítame contarle una infidencia: Cuando reaccioné del mal trago que me hizo pasar en esa esquina, los seguí y sé a donde entraron...- Así que como teníamos una cita pendiente; recuerde que usted me citó para el día siguiente; le exijo ahora el cumplimiento".-

Tras lo cual pidió la adición, la abonó, se levantó de la mesa y retirándome la silla que yo ocupaba, para ayudarme a levantarme de ella, me dice: "¿Vamos?".-

La cosa se había salido de madre, yo me incorporé, tomé mis petates y anonadada, me dejé conducir guiada por mi brazo, hacia la puerta de salida, frente a la cual, ya nos esperaba el coche, traído por un valet-parking.-

Una vez subidos a él, don Horacio volvió a preguntarme: "¿Vamos?"

Yo, que estaba mirándolo a los ojos mientras escuchaba su pregunta, bajé mi mirada e incliné mi cabeza, dirigiéndola hacia el piso de auto, sin decir ni una palabra...; don Horacio puso el auto en movimiento, dirigiéndose hacia el Norte por la Costanera, para luego empalmar con la Autopista Lugones y subiendo por el puente Labruna, desembocar en la Av. Cantilo, pasando al costado del estadio de River Plate y del Tiro Federal..., luego tomando por el contracarril de la Av. Figueroa Alcorta, llegó a Monroe y tras recorrer casi dos cuadras por esa calle, volvió a insistir: "¿Y?, ¿vamos?", desde la esquina que estábamos traspasando, se veía allí nómas, un cartel que anunciaba: "Etc.,Etc.", uno de los hoteles alojamiento, mas conocidos y famosos de Buenos Aires..., seguí sin responderle..., por toda respuesta giré mi cabeza hacia la vereda, mirando por la ventanilla y mientras el coche seguía avanzando, observé por ella, como se aproximaba a la vereda..., como ascendía sobre ella..., como esperaba que el portón automático de acceso a las cocheras terminara de elevarse franqueándonos el paso..., como se oscurecía el entorno, mientras el coche ingresaba en el lugar..., como estacionaba en una cochera y se detenía su motor... y sin dejar de mirar por la ventanilla de mi lado, percibía a don Horacio abriendo la puerta de su lado y volví a escuchar: "¿Vamos?"

Giré mi cabeza hacia él, lo miré a los ojos y le respondí: "Vamos..., pero conste que es contra mi voluntad...-"

Una vez apeados del vehículo, don Horacio se acerca a mí, me toma por el codo y me impulsa a avanzar hacia la puerta de ingreso al recinto de recibimiento del hotel; al empleado de la ventanilla le pide: "Dame la mejor habitación disponible.-" Cuando éste le pregunta sobre el tiempo de permanencia, don Horacio le responde: "No sé... y no nos molestes, al salir te pago".-

Se aproximó a mí, me volvió a tomar del brazo y así me condujo hasta la habitación asignada; yo actuaba como molesta y a la defensiva por la situación que estaba viviendo..., pero interiormente me preguntaba: "¿Será bueno el viejo este?, ¿o solo será cumplir un trámite y nada mas...-?"

Una vez dentro, don Horacio se afanaba por "entusiasmarme", acariciándome y besándome..., yo le respondía como sintiéndome obligada por las circunstancias, sin demostrarle ningún entusiasmo; si bien Don Horacio era un hombre mayor, no representaba su edad, sostenido su cuerpo erguido y esbelto, sobre un par de piernas bien conformadas..., era un hombre "buen mozo", de facciones agradables, pelo entrecano, piel blanca, bronceada por el sol, con su estampa muy cuidada, al punto que no se percibía el clásico abultamiento del vientre..., pero era el padre de mi "futura nuera" y yo, aunque golfa confesa, no podía en estas circunstancias demostrar que en verdad, no me hacía mella estar en ese lugar con él, como no me la hubiera hecho, estando con cualquier otro en su lugar..., claro que, si por ahí el viernes, no hubiera aparecido Ernesto en escena, talvés otra hubiera sido mi actitud ese día, pero hoy, sabiendo quienes éramos, debía procurar pasar lo mas modocita posible, haciéndole sentir que me había obligado a hacer algo a lo que no estaba dispuesta.-

Seguí actuando como obligada y en ese papel de "esposa proximamente infiel", forzada por el hombre al que acompañaba obligada..., le pedí permiso para retirarme al baño, a lo que el hombre al concedérmelo, me dice: "Espero que cuando vuelvas, estés mas dispuesta a disfrutar de este momento...-"

En el baño, mé desnudé, me duché, me sequé luego, me perfumé, recogí mi cabello húmedo en una toalla de manos, me envolví en un toallón seco y volví a la habitación donde me esperaba don Horacio, desnudo en la cama, pero tapado con las sábanas; por eso le dije: "Vaya a darse una ducha, me incomodan los hombres que no se higienizan.-"

Mientras él se duchaba, yo esperaba sentada al borde de la cama, mirando en el televisor una película pornográfica, cuando me dí cuenta que estaba por volver a la habitación, cambié el canal y sintonicé un teleteatro centroamericano..., pero la película que veía antes, me había calentado un poco, no obstante, haciéndome la modosita, le pregunté cuando regresó a la habitación: "¿Y ahora que quiere que haga?.-"

Don Horacio me miró, dibujó un gesto como de incredulidad en su rostro, pero no dijo nada..., aflojó el lazo que había hecho sobre la toalla que lo cubría a la altura de la cintura y mientras ésta caía de su cuerpo, se arrodillaba ante mí..., me empujaba hacia atrás para obligarme a recostar mi cuerpo sobre la cama..., tomaba mi toalla y la retiraba hacia los lados, dejándome con el vientre desnudo, expuesto ante su vista..., se acercaba hacia él con su cabeza..., separaba con sus manos mis piernas dejando mi sexo expuesto..., se acercaba a él con su boca... y con su lengua en punta..., rozaba mi clítoris...-

Siento mi cuerpo, recorrido por una descarga eléctrica..., alzo mis piernas, elevándolas hacia arriba..., exclamo un: "AAHHyy...", que es como un suspiro y a la vez un quejido..., me aferro al cabello del hombre con mis manos... y mientras siento la lengua de él, horadar los labios de mi vagina, vuelvo a exclamar ese mismo "AAAHHHyyy...", mientras que con los muslos de mis piernas, aprisiono su cabeza, pretendiendo que su lengua no se retire de mi concha...; estaba entregada..., la lengua del hombre recorría todos los pliegues de mi sexo..., seguía recorriendo mi cuerpo todo esa corriente eléctrica que me provocó el primer contacto de su lengua..., lo disfrutaba..., me gustaba sentirla dentro mío o sobre mi piel, en los alrededores de mi concha..., pero cuando estaba allí, le tironeaba el cabello para que volviera a ponerla dentro mío..., la sentí recorrerme todo el sexo infinitas veces..., juguetear en mi clítoris..., volver al interior de mi vagina..., lamerme fuera y dentro... y al cabo, cuando ya no pude contenerme mas..., la sentí recoger los jugos de mi orgasmo... y sentí las expresiones de satisfacción del hombre al saborearlos...-

Don Horacio, sabía hacer uso de su lengua..., yo quería mas..., quería seguir disfrutando de ella por toda la vida, pero actuando el papel de mujer obligada a ser infiel, como estaba actuando, no me era posible "desahogarme" a los gritos o "pedirle mas", por eso, lamentándome interiormente, por tener que abandonar el disfrute de su lengua, cuando me sentía abandonada por la lengua del hombre, repté de espaldas hacia el centro y la cabecera de la cama y con un rápido movimiento de mis brazos, descorrí las sábanas y me tapé con ellas...-

Era notorio, que el papel que yo jugaba, enardecía y disgustaba a don Horacio..., no obstante, gateando sobre el lecho, vino hacia mí y mientras alojaba su cuerpo junto al mío, debajo de las sábanas, intentó besarme los labios..., torcí mi boca alejándola de la suya, por lo que tuvo que contentarse con depositar sus labios en mi cuello..., mientras me besaba el cuello, su mano derecha, escabullida debajo de las sábanas, busca mis senos y comienza acariciarlos..., lo dejé hacer, con mi cabeza ladeada hacia el otro lado al que él estaba..., después de sentir un rato su mano acariciando mis senos y su boca besando mi cuello, decidí que había llegado el momento de actuar el papel de mujer recelosa, enardecida por el hombre que me acosaba...; así volteé mi cabeza, hacia él, tomé su rostro con mis manos, por debajo de su barbilla y mientras volteaba mi cuerpo hacia el hombre, con mi boca en trompita, le besé los labios...; la mano de don Horacio, abandonó mis senos y fue presta, tras recorrer mi espalda a encontrar mis glúteos, para acariciarlos primero y apretarlos contra su vientre luego..., cuando sentí sobre mi vientre, la dureza del pene del hombre, actué un suspiro profundo y busqué ese miembro excitado, con mi mano izquierda..., al alcanzarlo, mientras ponía mi mano entre su vientre y el pene, apretándolo mas contra mi vientre..., volvía a actuar un suspiro mas profundo.-

Don Horacio entendió así, que la mujer obligada a la "traición" a sus respectivos consortes, estaba ya doblegada y se entregaba voluntariamente al ritual de la consumación... y actuando en consecuencia, no se demoró en guiar su pene, hasta la entrepierna de la mujer a la que había doblegado...-

Allí, espero la reacción de la hembra a la que estaba obligando a entregarse y como ésta se negaba a demostrar su excitación, movió sus caderas para hacerle sentir que el pene recorría sus labios vaginales...; ahora sí..., ahora la hembra exhaló un suspiro..., ahora se le hizo evidente, que ella ya no ofrecería mas resistencias..., entonces incorporándose sobre el cuerpo de ella y obligándola a recostar su espalda contra el lecho, con sus rodillas le separa las piernas y ubica su cuerpo entre ellas, dispuesto ya, de una vez por todas, a penetrarla...-

Cuando la mujer, aún actuando, lo siente invadir su sexo, tras una primera exclamación de placer, le dice: "Ay..., don Horacio... ¿porque me haces esto?", escucha de él, como respuesta: "Porque me tenés recaliente y este papel de "mosquita muerta" que estas jugando, me enardece mas...-"; tras ello, la mujer se aferra al cuello del hombre, lo atrae hacia ella y lo besa con pasión para luego morderle los labios..., mientras que, para incitarlo a iniciar sus eróticos moviemientos..., balancea sus caderas haciendo que el pene excitado que la invade, recorra su interior, rozando toda su vagina...- El hombre ahora la secunda y aunque el abrazo de ella le impide la libertad de movimientos, trata como puede, de hamacarse dentro de ella, hasta que la mujer se suelta de su cuello, liberándolo, en una clara aceptación del juego al que antes la obligara... y el hombre enardecido, ahora juega..., y se menea con urgencia dentro de sexo de la hembra y ésta, doblegada, para sentirse mas y mejor entregada, arquea su cuerpo hacia arriba, separando su cola de la cama y sintiéndose así mas penetrada, rota sus caderas bajo el hombre y lo secunda soportando la ya frenética invasión de su vagina..., enseguida, la mujer percibe que el hombre está presto a derramarse entonces sin dejar de mantenerse elevada de la cama, rodea la cintura del hombre con sus piernas y apretándolo, lo obliga a introducirse mas profundo, hasta que percibe que la pija que la invade y enardece, derrama en el interior de su vagina, el semen que la arrastra a consumar su orgasmo.-

Tras un rato de descanso, donde ya el "don" está olvidado, acostados en la cama y abrazados, la mujer lo besa al hombre y mientras le sonríe, le dice en un susurro: "Gracias..., ¡que lindo fue que me obligaras!..., si llegara a haber próxima vez, te será mas fácil convencerme...-" y mientras esto le decía, ella pensaba: ("¡Que buena lengua tiene el guacho...!, espero que pronto quiera volver a usarla...-")

A poco, el hombre se incorpora, ella actúa tratar de retenerlo..., y él le dice: "Ya por hoy es suficiente".- Entonces ella piensa: ("¡Que flojitoooo...!, se agotó al primer round, pero no importa..., la próxima solo dejaré que me dé lengua, así por lo menos, me deja bien llenita...)".-

Y montados en el Mercedes que a ella le fascina, vuelven al Centro y a sus cosas, sabiendo que la Asociación, quedó sellada.-