Yessica mi sufrir fue mi mas grande placer
Una madre joven es follada en los baños de la escuela de su hijo.
Yesica es mi vecina, además de ser hermana de May, recordándola en el relato de May y la secta, es una de las madres jóvenes que tiene un hijo en el kínder garden.
Yo siempre me le quedo viendo cuando pasa frente a mi casa, parece una quinceañera, tiene un enorme culo, unas tetas descomunales y piel morena, que remata con sus finos labios rojos y dientes blancos, ojos cafes y pelo ondulado, es pocas palabras es una adonis.
Ella pasa todas las mañanas cuando va a dejar a su niño al centro escolar, así se le conoce por que es un complejo donde hay desde kinder hasta universidad en una misma manzana, yesi pues pasa cuando lo va a dejar y lo va a traer, siempre meneando ese rico culo por la cera con su coqueto caminar parece inalcanzable, un día cualquiera estoy en la puerta de mi casa y veo que viene caminando de regreso con su hijito, son como la 1 hace mucho calor y esto te hace sudar, yesi viene vestida con unos jeans de mezclilla y una blusa azul que se le pega mas con el sudor y hace notar sus redondos pezones, viene agarrando a su criatura de la mano y escucho que le dice con su tierna vocecita.
Mami, mañana hay junta en la escuela tienes que ir.
- si amor a que hora es.
A las 4 de la tarde mami.
Tan tarde tesoro, bueno mañana ire no te preocupes te quedaras al cuidado de tu tía May.
Y después de pasar frente a mi veo como se meten a su casa lujosa, pues a pesar de ser muy joven Yesica se caso con un abogado bastante rico y es una de esas mujeres de sociedad, a pesar de su joven maternidad.
Semanas mas tarde mas tarde me extrañado el ya no ver a la joven madre, pasar con su hijito, es mas pasaron mas de 6 semanas hasta que un dia la vi pasar, desencajada y muy fodonga, como si hubiese perdidio las ganas de verse hermosa, solo paso para ir a la tienda donde compro detergente y después de regreso para su casa, pero al hacer la maniobra de meter el cambio a su pans azul que porcierto levantaba su culo a radiar , tratando de meter el cambio en sus bolsillo y al sacar su mano cayo lo que parecía su cartera, ella no se dio cuenta, yo voltea a ver y nadie mas estaba en la calle entonces me decidí a recogerla para entregársela pero cuando la levante me di cuenta de dos cosas, la primera, que no era una cartera sino una libreta pequeña y la segunda de que cuando me levante del suelo me di cuanta que ella ya había entrado a su casa, asi que a mi también se me hacia tarde y decidi irme a la escuela, guardando la pequeña libretita en mi mochila.
Me fui a la escuela y al llegar de la misma en la noche ya era viernes y hacia mucho calor, entonces me acorde de la libreta y tratando de curiosear para abrirla me encotre con la primera pagina que tenia escrito en manuscritas:
Mi sufrir fue mi placer
Seguido de la segunda pagina donde me quede de a seis al ver la foto de mi linda vecina en paños menores y casi semidesnuda lucia muy sexy y linda al reverso decía, esto es lo que fui.
Después seguí leyendo el restos de las paginas ya entrado en curiosidad de saber que decía el que al parecer era una bitácora o un diario no se pero decía lo siguiente:
Todo comenzó cuando mi bebe, me pidió ir a una junta del preescolar, el nene me había dicho que era a las 4 de la tarde pero yo como siempre llegue tarde, había dejado dicho en casa que llegaría como a las 11 de la noche pues después de ir a junta iría al GYM y luego de compras, así que me puse mi falda azul que tanto me gusta pues hace que los hombre se queden viendo mis bien torneadas piernas, lo cual me encanta y mi camisa blanca de botones negros la cual amarro siempre arriba del ombligo dejando ver mi marcado abdomen.
Un tanguita azul de encajes floreados y mis zapatillas negras, no se por que decidí ir vestida así a una junta de la escuela de preescolar, solo recuerdo que desde niña me encanta enloquecer a los hombres que me ven me hacen sentirme poderosa y el centro de atención, asi que me marche a la escuela y ya eran como las 6 de la tarde.
Cuando llegue a la escuela me tope con el conseje un viejo feo, calvo y escurrido el cual estaba barriendo, vio que entre a la escuela, pero no me dijo nada ya que encontré el zaguán abierto, estaba oscureciendo, pero me metí hasta adentro haber si podía encontrar aun a los profesores y padres de familia en la reunión, pero ya no había gente.
Pase de la puerta principal a un pasillo que cruza desde la secundaria, luego la primaria y por ultimo el preescolar, cuando llegue no había nadie, la escuela parecía inhóspita y todos los salones estaban cerrados, y por si fuera poco, estaba con ganas de ir al baño, busque en la sección de preescolar ALGUNO y luego en primaria pero ninguno estaba abierto, hasta que encontré un baño abierto al final del pasillo en la sección de secundaria, y ahí comenzó mi pesadilla, porque el de las chicas estaba cerrado por obras y, dada la hora que era estaba convencida de que el viejo conserje debería estar cerrando con llave todas las puertas del colegio.
Como no había ni un alma por los pasillos decidí armarme de valor y, tras llamar con los nudillos a la puerta, me asome fugazmente al aseo de los chicos.
Estaba vacío, por supuesto, pues los paneles de separación entre los lavabos tenían mas de dos palmos de distancia hasta el suelo, y se veía perfectamente que no asomaban los pies de nadie por abajo.
Eso me animo lo suficiente como para hacer la tontería de entrar sigilosamente y tratar de hacer pis a toda prisa antes de que me descubrieran.
En mi caso era la primera vez que entraba en un aseo de hombres, y lo cierto es que es una experiencia de la que podía haber prescindido, dejando a un lado lo que ocurrió, y que no recomiendo a ninguna chica.
Digo esto porque no había mas que suciedad por todas partes y frases obscenas en cada palmo de la pared. les aseguro que fue algo difícil el escoger cual era el aseo menos asqueroso, y aun así me tuve que subir encima de la taza, ante la imposibilidad de limpiar aquella guarrería con mis clinex para poderme sentar.
La maniobra para ello quizás sorprenda a algún chico, pero seguro que cualquier chica que me lea sabrá enseguida a que me refiero pues, por desgracia, todas nosotras la hemos tenido que usar en alguna que otra ocasión. Lo primero que hay que hacer es quitarse las braguitas del todo, salvo que quieras mancharlas, y guardarlas en un lugar limpio; que, en mi caso, tuvo que ser el bolso.
Luego se arremanga una la falda hasta la cintura, sujetándola con un brazo para evitar que roce alguna guarrería, planta los talones a ambos lados de la taza, con muchísimo cuidado de no resbalar, y usa la mano libre para apoyarse en una de la paredes.
Digno de un circo ¿verdad?, pues les aseguro que es la única forma de evitar salir de un lugar de esos con porquería hasta en.... ya me entendéis.
Y allí estaba yo toda una dama de sociedad, la niña mas buena del barrio, la mujer y madre mas linda del mundo haciendo lo que todos hacemos y en lo que somos iguales cuando decidí por fin a aliviarme... se abrió la puerta del lavabo. Me quede helada, oyendo entrar a un grupo de chicos escandalosos, rezando porque no se les ocurriera empujar la puerta que, como todas, tenia el seguro roto y porque acabaran cuanto antes y se marcharan de allí sin reparar en mi presencia.
Pero pronto me di cuenta de que no venían precisamente con ganas de orinar... cuando tras dar un rápido vistazo alrededor se creyeron solos, al no asomar mis pies por debajo, y se decidieron a fumarse un cigarro tranquilamente.
Mientras lo preparaban no dejaban de quejarse de que el director les hubiera vuelto a castigar, uno se lamentaba de que de seguir así lo mismo tendrían que volver a repetir curso, y otro metía prisa al chico que estaba preparando el "cigarro", porque querían fumárselo antes de que el conserje llegara a esa zona.
El "habilidoso" les calmaba a ambos, diciéndoles que este aun tardaría mas de media hora en pasar por donde estaban, y los calmo lo suficiente como para que los tres empezaran a hablar de chicas y de sexo.
Solo les diré que hubiera preferido tener los oídos llenos de cera antes que escuchar las burradas y tonterías que decían acerca de sus compañeras. Pero no podía evitarlo, como tampoco pude evitar que al final la naturaleza se saliera con la suya y, después de sufrir lo indecible, mi vejiga terminara por aflojarse, lanzando un chorrito tan potente como escandaloso dentro de la taza.
Ya lo imaginan ¿no?, en cuanto oyeron el ruido se apresuraron a abrir las puertas, una por una hasta que me encontraron y sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo, pues al ver sus rostros asombrados fijos en mi solo atine a ponerme roja y exigir
lárguense déjenme en paz
Por supuesto que no me hicieron caso, y los tres chicos de secundaria, con la cara repleta de barros pues se veía que se la jalaban constantemente, bastante flacos y larguchos me tenían de frente y no lo podían creer, estaban viendo a una mujer que era lo doble de edad mayor a ellos, buena, vestida en forma sexy y en posición de aguililla, toda enrojesida asi que ellos se apelotonaron en la puerta para contemplar a sus anchas mi conejo indefenso y desprotegido.
Lo peor no eran sus ardientes miradas, sino los ofensivos comentarios que no paraban de proferir "vaya coño, de esta puta" "mira que peludo" y "joder que mata de pelos" son solo algunos ejemplos de las lindezas que proferían frente a mi.
Uno de ellos dijo:
que no es la mama de pepito.
Pregunto el mayor
- Si es la misma, la reconozco por que siempre pasa moviendo su culote cuando viene a dejar a su niñito.
Contesto el que estaba a mi izquierda
Si yo no la conozco pero la e visto y me e tirado muchas pajas pensando el usted.
Concluyo el tercero diciéndoselos a ellos y a mi.
Cuando al fin acabe no me dejaron bajar de la taza y, sujetándome con firmeza de las rodillas, me obligaron a mantener la posición, a pesar de mis suplicas, quitándome el paquete de clinex que aferraba entre mis dedos temblorosos y diciéndome que ellos se encargarían de limpiarme "a fondo".
Yo me moleste pero me sujetaron de los brazos fuertemente y de los tobillos, a pesar de su edad eran muy fuertes y no me podía moverme además habían dicho eso solo como una simple excusa para meterme mano, y yo lo sabia, pero estaba muerta de miedo, pues se contaban auténticos horrores de esos chicos de la secundaria por toda la colonia, llegando a ser unos vagos y el pánico me bloqueaba, me hacia temblar, y decir frases incoherentes mientras se repartían los clinex entre los tres, intercambiando sonrisas cínicas y cómplices.
El primero de ellos adelanto su mano y empezó a restregar el clinex arriba y abajo con muy poca delicadeza, mas pendiente de abarcar todo lo posible con sus dedos que del daño que me estaba causando con su brusquedad.
Yo trataba de moverme y uir de allí pero no podía solo decía:
Mmm, no por favor
Mientras mis piernas temblaban
El segundo fue aun mas rudo que el primero, tanto que note claramente como su dedo rasgaba el débil tejido de papel y se introducía en mi interior, moviéndolo a un lado y a otro con frenesí. Encima, al acabar, se lo limpio en mi espesa mata de vello púbico.
Mi conejito estaba limpio ahora por eso el tercero no se molesto ni en usar el clínex, y se limito a pasar dos dedos arriba y abajo una y otra vez, disfrutando al ver las caras que yo ponía cuando golpeaba mi sensible clítoris con sus ásperas yemas.
Cuando este pícaro termino su odioso jueguecito pensé que iban a volver a empezar de nuevo otra ronda, por lo que me sorprendió que el cabecilla me propusiera bajarme de allí a cambio de enseñarles mis pechos a los tres.
Enséñanos tus tetas guarra y te dejaremos ir.
Me prometió y yo adolorida y humillada estúpidamente accedí enseguida, aliviada de que por fin dejaran de tocarme el conejito.
Aunque si llego a saber lo que me esperaba me hubiera quedado allí encerrada hasta la mañana siguiente.
Nada mas sali del aseo y me rodearon los tres bellacos, apabullándome enseguida con su estatura y corpulencia. Eran unos niños pude notar que apenas si me llegaban a las tetas, por si eso no fuera bastante el cabecilla saco ante mi nariz una reluciente y afilada navaja, susurrándome al oído que era por si se me ocurría la "mala idea" de huir o de gritar.
Aunque hubiera querido hacerlo, dudo sinceramente que hubiera podido hacer ni lo uno ni lo otro, pues mis pies eran de mantequilla y mi voz estaba tan rota que solo atinaba a jadear, musitando vagas incoherencias.
Así que, muerta de miedo, me apresure a quitarme la camisa, para acabar cuanto antes con esa pesadilla... que solo estaba empezando.
Los jadeos de sorpresa y admiración que profirieron cuando por fin quedo al aire mi sujetador hizo que mis suplicas cayeran en saco roto, pues no tuvieron paciencia ni para esperar a que me lo acabara de quitar, ya que el líder se apresuro a cortar mi sujetador por el centro para apartar las copas a ambos lados y dejar mi delantera a la vista.
Dejando a su merced mis dos enormes y morenos cañones, ellos no eran tres chicos, eran tres lobos hambrientos que se apresuraron a empujarme contra la pared mas cercana para empezar a devorar mis pechos en cuanto mi espalda topo con ella.
Y digo bien, devorar, porque se apiñaban a mi alrededor mordiendo y manoseando con una voracidad infinita, pellizcando y hasta mordiendo mis gruesos pezones como si me los quisieran arrancar, sin dejar en ningún momento de apretar y estrujar mis pechos como si los quisieran amasar u ordeñar.
A ninguno le importaba que las lágrimas corrieran por mis mejillas, ni que el dolor me estuviera volviendo loca, para ellos yo solo era un pedazo de carne del que disfrutar.
Si me quedaba alguna duda acerca de ello, esta se desvaneció cuando uno se sentó sobre el mingitorio y se desabrocho la bragueta, dejando al aire un tieso palo de gran tamaño me pareció enorme mayor al de mi marido.
Yo con voz temblorosa y aun con los otros 2 manoseándome y babeando mis tetas pregunte:
¿Qué que quería?
Pues que se lo chupara. Así me lo dijo, "que se la mamara si quería salir de allí ilesa".
Me negué, pues no estaba dispuesta a seguirles el juego por mas tiempo... pero a la postre daba lo mismo, en sus manos yo solo era una muñequita, y enseguida me lo demostraron, sujetándome del cogote y de los pelos, y pinzando con sus dedos de acero mis mejillas para obligarme a abrir la boca para respirar.
Cuando quise darme cuenta ya tenia la mitad de esa verga metida dentro, y no dejaba de oír las amenazas que el tipo vertía en mis oídos acerca de lo que me esperaba como se me ocurriera morderle (algo en lo que ni siquiera había pensado, pues bastante tenia con concentrarme en respirar y tratar de no asfixiarme con su palote).
El tipo usaba ambas manos para subir y bajar mi cabecita como si fuera un yoyo, y aseguro que llegue a olvidarme de que los otros dos seguían disfrutando de mis pechos, aunque algún que otro doloroso mordisco o pellizco me lo recordara cada poco.
El sabor, aunque asqueroso, lo podía soportar, pero cuando su duro glande golpeaba mi garganta las arcadas me invadían... y cuando al fin sentí como un liquido me quemaba la lengua y garganta se corrió, anegando mi boca, fue una autentica proeza que no vomitara.
Por suerte lo saco y se termino de correr en mi cuello, y pude escupir al suelo la mayor parte de su carga, teniendo que tragarme solo los amargos restos que tenia en mi boca, cuyo sabor jamás podré olvidar.
Aun no había recuperado mi agitada respiración cuando otro de los tunantes ocupo el lugar de su amigo, dejando al aire un trasto de similar tamaño para que yo le hiciera los honores.
Me resigne mucho antes de lo que yo habría imaginado, y antes de que quisiera darme cuenta ya estaba con la cabeza arriba y abajo tragándome su rígido falo.
Estaba tan enfrascada con mi odiosa "tarea" que lo cierto es que no se cuanto tiempo llevaba con la falda levantada, pero si se que cuando uno de los golfos empezó por fin a masturbarme (eso si, sin dejar de torturar mis sufridos pechos en ningún momento) note que la tenia enroscada en la cintura; dejándome, como supondrán, con todo al aire.
Eso, unido a mi forzada postura en ángulo recto, le facilitaba horrores la insidiosa tarea, dejándole un completo acceso desde atrás a mis zonas mas intimas.
Y eso hizo... y, para mi sorpresa, mi cuerpo empezó a reaccionar bajo sus manoseos. Entiéndanme, para mi gusto lo hacia con excesiva rudeza, pero era lo bastante efectivo como para que poco a poco me fuera excitando.
Mis gemidos, a pesar de tener la boca llena, le debieron de animar aun mas, y pronto sus dedos chapoteaban en los abundantes líquidos de mi almejita... la cual se derritió de placer cuando la descarga del orgasmo me alcanzo de lleno, por sorpresa, arrancándome escalofríos de los pies a la cabeza.
He de reconocer, muy a mi pesar, que hacia tiempo que no disfrutaba tanto, pues aunque lo hago de vez en cuando no acostumbro a masturbarme... así que fui presa fácil.
Aun no había terminado de recuperar mi respiración cuando me di cuenta de que el tipo al que se la estaba mamando estaba a punto de eyacular. Estaba tan floja, y me tenia tan bien sujeta el maldito que cuando al final estallo en mi boca no me quedo mas remedio que tragar y tragar, aunque estoy convencida de que la mayor parte de su amargo semen se deslizo directamente por mi garganta con sus continuas y abundantes descargas, sin que lo llegara a paladear, afortunadamente.
Todavía estaba tragándome los restos que tenia bajo la lengua cuando el tercero ya me tenia sujeta, y me obligaba a tragar su verga... la cual, por cierto, era algo mas pequeña que el de sus anteriores compinches... por lo que me resultaba mucho mas fácil acogerlo dentro de mi boca sin que me dieran arcadas.
Estaba ya tan enfrascada en lo que ya se estaba convirtiendo en una rutina que apenas si repare en que uno de los desalmados me tenia aferrada por las caderas, y estaba rozando algo muy duro por la entrada de mi cuevecita.
Les aseguro que hasta que no sentí la breve punzada de dolor de mi bombacha destrozada no me di cuenta de que me estaban penetrando.
Estaba tan humedecida de mi orgasmo anterior que su tiesa herramienta se introducía en mis entrañas con la misma facilidad que un cuchillo se enterraría en la mantequilla.
No se crean que me quede quieta, pues intente rebelarme en las medidas de mis fuerzas, pero no solo mis meneos de caderas eran inútiles, sino que incluso parecía excitarle aun mas... haciendo que aumentara el ritmo de sus envestidas y logrando que su miembro se clavara por completo en mi interior. Para mi ya nada era real, yo estaba inmersa en una pesadilla en la que mi cabeza subía y bajaba sin parar, tragándome algo duro y repulsivo hasta tal punto que mi naricilla se enterraba en sus rizados vellos púbicos al descender... mientras mi pobre almejita sufría con los continuos empujones que esa vara ardiente me prodigaba al clavarse dentro.
Parecía que cuanto mas gemía y me quejaba mas rápido salía y entraba su verga dentro de mi, infringiendo un ritmo infernal que pensé que me iba a partir en dos. De repente soltó mis caderas, y estrujando de sopetón mis sufridos pechos me dio cuatro o cinco enculadas tan violentas que estoy convencida de que alzo mis pies del suelo, y le suplique:
Noo, adentro no por favor me vas a preñar.
Pero el sádico, rugiendo de placer, se estaba corriendo en mi interior, y para celebrarlo retorcía y tiraba de mis pobres pezones como si quisiera llevárselos de recuerdo.
No lo consiguió, pero cuando al fin me soltó me dejo tan débil y tan dolorida que casi acepte de buen agrado que su compañero ocupara prácticamente de inmediato su lugar... pues este, al menos, no era tan rudo como su compinche.
Creo que nunca sabré que me sucedió, si fue por la suavidad con que este me estaba penetrando, el exceso de sensaciones, o que se yo... pero me odie a mi misma cuando al fin comprendí que era yo quien emitía los suaves gemidos de placer que estaba oyendo al tiempo que cerraba los ojos y seguía mamando al tercero. Ya no me importo que el chico que tenia delante se estuviera corriendo en mi boca, ni que alguien tirara de mis pezones endurecidos... solo contaba el rígido miembro que con sus empujones me estaba acercando a marchas forzadas al borde del orgasmo. Y en ese mismo intente se abrió la puerta del baño
No lo supe, ni me di cuenta, pero supongo que eso provoco la repentina e inesperada descarga del joven... dándome al mismo tiempo un ultimo y violento golpe que acelero mi propio orgasmo. Allí estaba yo, medio apoyada en el mingitorio, casi desvanecida y jadeando todavía por el tremendo gozo, cuando me di cuenta de que pasaba algo raro.
Me erguí como pude, mordiéndome los labios para no gritar por el escozor que sentía en mi intimidad, y me gire... encontrándome cara a cara con el viejo conserje.
Los primeros en reaccionar fueron los chicos, que huyeron despavoridos por la ventana con las ropas a medio poner y los rostros lívidos y desencajados de terror. El supongo que todavía anonadado por la increíble escena, no atino a retenerlos, limitándose a gritarles y a proferir amenazas a sus espaldas... las cuales ni recuerdo.
Por un momento me creí a salvo, y empecé a colocar mis ropas como pude aun mojadita y para tratar de ocultar mi cuerpo maltrecho... pero fue un espejismo.
Me basto ver su cara de condena y oír que "al menos una no se le había escapado" para saber que continuaba en problemas.
El conserje no lo podía creer me estaba viendo con ojos de deseo, ya eran mas de las 7 de la noche los tres asquerosos chamacos me había follado por casi una hora y lo que paso a continuación fue que el asqueroso viejo me dijo:
- lo siento perra ahora es mi turno. Te la vas a tragar por todos los agujerillos zorra.
No podía creerlo... es decir, si podía, pero no terminaba de creer todo lo que implicaban sus groseras palabras. Y me retrinco nuevamente contra la pared mi camiseta abierta y desabrochada de par en par estaba y pudo contemplar embelesado mis maltrechos senos, comprendiendo y aceptando en cierto modo la odiosa e increíble situación... eso si, sin dejar de llorar en ningún momento, aunque a el conserje mis lagrimas le importaran un comino.
Reconozco que a pesar de sus rudas manazas me manoseo los pechos con gran cuidado y delicadeza, jugando embelesado con mis pobres pezones doloridos con muchísima mas sensibilidad que mis anteriores violadores.
También sus labios fueron mas tiernos cuando se apoderaron de ellos, y su succión fue casi como la que supongo que haría un bebe. Agradecida le sujete la cabeza acariciando su escasa cabellera agradeciéndole (interiormente) que ni los mordiera ni masticara como los otros.
Cuando se canso de saborearlos se sentó en el lavamanos y se bajo con rapidez los pantalones, hasta dejar al aire una cosa increíble. Si yo pensaba que los de los chicos eran grandes este, en comparación, era gigantesco.
El conserje lo apretaba por la raíz con una de sus grandes manos y por encima de esta aun sobraba mas de la mitad del miembro.
Yo sabia que jamás podría albergar semejante monstruosidad, pero aun así tuve que hacer de tripas corazón y agacharme sobre su regazo.
¿Que les puedo decir?, ¿que era tan grueso que apenas me cabida en la boquita su glande descomunal y enrojecido?, ¿que mis pobres mejillas se tensaban una y otra vez con el descomunal esfuerzo?, ¿ que pensaba que se me terminaría por descoyuntar la mandíbula?.
Solo se que cuando el por fin permitió que me sacara esa enormidad de la boca y me ordeno que lo lamiera de arriba abajo como si fuera un helado me sentí renacer.
Quizás por eso use mi lengua con afán, con la esperanza de que se corriera cuanto antes y acabara mi pesadilla de una vez.
Vana esperanza. Después de unos minutos de intensos lameteos el degenerado se aparto de mi y, sujetándome por los hombros, me obligo a tumbarme boca abajo sobre el lavamanos, dejando mi culito en pompa y mis piernotas flotando.
Si me quedaba alguna duda acerca de sus intenciones estas se desvanecieron en el mismo instante en que alzo mi falda y la arremango totalmente sobre mi cintura.
Estaba tan abatida y desmoralizada que acepte este nuevo sacrificio con una sumisión y resignación desconocida hasta ahora para mi.
Una parte de mi mente no dejaba de gritarme que esa monstruosidad me atravesaría de lado a lado, y otra estaba deseando que dejara de jugar con mis nalgas de una vez y que me penetrara cuanto antes para acabar ya la agonía.
Ambas enmudecieron de golpe cuando note que su grueso cipote se apoyaba firmemente en un sitio erróneo. Me quede en verdad helada cuando comprendí que la intención era la de desflorarme el trasero, pero a esas alturas estaba ya tan sumamente derrotada que no me quedaban fuerzas, ni ánimos, para resistirme a este me la clavara.
Eso si, no pude evitar ni que se me escapara un pequeño y agudo grito cuando venció la inútil resistencia de mi estrecho agujerito, ni las continuas quejas y gemidos de dolor que manaban de mis labios mientras esa enormidad se enterraba en mis entrañas.
El viejo sabia muy bien lo que hacia, empleaba su tiempo, y por cada centímetro que avanzaba retrocedía dos o tres antes de volver a avanzar. Así me fue llenando poco a poco, hasta que en un momento dado note como sus gordos y peludos testículos rozaban la cara interna de mis muslos, señal de que todo su gigantesco chisme estaba metido dentro de mi. En ese momento se quedo quieto, saboreando su triunfo, y agachándose sobre mi oído me musito quedamente "todo, lo tienes todo"... y yo, estúpida de mi, por un instante me sentí orgullosa de tal proeza.
Luego empezó el mete y saca, despacio al principio, pero progresivamente mas violento, hasta convertirse en una cabalgada endiablada. Me sujetaba férreamente por los muslos, dejando mis pies en el aire, y cada empujón hacia que mis pezones se arrastraran sobre la pulida superficie de mármol, arrancándome sensaciones contradictorias.
Me negaba a reconocer que los gemidos de placer que escuchaba junto a su respiración jadeante fueran los míos, pero cuando el tercer orgasmo de la noche, el mas fuerte y el mejor que había tenido en mi vida, me colmo por completo, no pude ocultarlo.
Me encontré chillando como una loca, y pidiéndole mas y mas.
Mmm, si por favor no pare, rómpeme el culo viejo asqueroso,
Suplicaba al tiempo que me nalgueaba, yo gritaba mas, no se quien se corrió primero, mientras el también se corría en mi interior, con cálidos e interminables ríos de semen, sujetándome por los hombros en esas ultimas y gloriosas enculadas que parecían atravesarme de lado a lado, yo también lo mojaba.
No recuerdo haberme levantado del lavabo, ni haber adecentado mi ropa (aunque si de que me olvide de ponerme las bragas, pues a mitad de camino tuve que esconderme detrás de unos arbustos para limpiar los grumos que bajaban por mis muslos), tampoco me acuerdo de haber llegado a mi casa, ni de haberme duchado antes de irme a la cama sin cenar ni hablar con mi esposo, presa de un agotamiento total, tanto físico como nervioso. Lo que si recuerdo es que el conserje me dijo mientras me acompañaba a la salida, que esperaba verme de nuevo algún otro dia de junta
Hoy me e enterado de algo escalofriante después de días de flojera y encerrada en casa y con pocas esperanzas, desde que recibí esta noticia.
Estoy esperando a un niño, tengo seis semanas de embarazo y no creo que sea de mi marido. Lloro y no tengo ganas de salir pensando en lo que voy a hacer para mi futuro, pero solo se que debo de escribir todo lo que decida aquí en esta libreta, para no arrepentirme después y ver mis errores que e cometido como el que acabo de relatar
Cerré la libreta con mi boca abierta me quede y comprendí la primera frece escrita:
Mi sufrir fue mi placer
Hola este es un hibrido entre un relato mío de una vecina real y un relato de mis favoritos del maestro peli con el afán de entretenerlos sin plagiar y deslindándome de toda responsabilidad grax.