Yerba y deseo

Un mundo que no es para la mayoria, en la que los sentimientos implicados son consiederados un pecado, pero existen y calientan. DISFRUTEN

Llegaste ese día, con la nariz quebrada sangre en todos lados, terriblemente cansado y jadeando, con una leve sonrisa te dejaste caer en el arco de la puerta y dijiste: "No te molestará jamás", "tenemos broncas con él pero no creí que fueras a pelearte", fue lo que conteste, entraste a la casa tambaleándote y mostrando parte de tu pecho y una aparatosa cortada

_ ¿fue con un cuchillo?

_ Si… (Volteabas al cielo de la sala débil y triunfante)

Te tomé por la espalda y te ayude a parar pero tu respondiste abrazando, manchándome de sangre la ropa y desmayándote; salí a la calle y la gente me ayudo a subirte al carro, la velocidad me era insuficiente y la demás gente estorbaba, cientos de segundos en la clínica de primeros auxilios para decirme que estarías cientos de minutos en observación, minutos en los que talvez el llegaría y no sabría que consecuencias habrá.

_ ¿Cómo te sientes?

_ como si me hubieran fileteado

Unos labios secos y grises y su mirada fijada en la mía, el miedo se apoderó de él y me abrazo.

_ Vámonos no podemos seguir en esto, y tu que no se que hiciste

Cayó dormido y llegó la enfermera, _mañana sale a las 8 de la mañana_

Llegué a casa, no podía esperar al día siguiente tenia que sacarte de allí, la herida fue mínima pero perdiste sangre y todo por estarme salvando de los pleitos en los que ando metido las 24 horas del día, no hay tiempo agarro mis cosas las subo al coche, tengo las llaves de su casa y me voy deprisa, definitivamente es tiempo de empezar de nuevo, llego a tu depa, no me importa tu reacción a lo que haré, es lo que pasará y nada mas, tu ropa me recuerda desde la primera ves que te vi, el olor de tu cuerpo, tu sudor y por primera ves vi tu ropa interior, mi sucio interés por conocerla se ha cumplido, todo en ti es embriagante, me marea y me dan ganas de hundirme en ese sentimiento narcotizante del olor de tu cuerpo, después de empacar tus cosas me quedé dormido sobre tu colcha… al día siguiente las 9 de la mañana la hora se acerca un nudo en el estómago, la garganta seca y la incertidumbre de no saber de ti, me hacen actuar rápido empaco lo ultimo que queda y subo al coche, y el colmo de que ahora es tarde, llegué al hospital, de lo tarde que llegué y tu afuera con el inclemente sol y frío mañanero de diciembre, llego y ya en el carro te cobijo, tu me ves con tu sonrisa torcida y te das cuenta de que no vamos a casa ni la tuya ni la mía pero entendiste el punto ese era tu plan desde el principio y te acuestas a dormir.

_ En verdad lo amas_ me decía esa vocecita en mi cabeza, mientras veo tu pelo lacio tus labios delgados, la cara marcada de los golpes, durmiendo como un niño, tengo que tocarte han sido varias horas de camino, el paisaje de la carretera ahora importa poco, el paisaje de tu cuerpo lo es todo, hemos llegado el estado de Durango y te despierto es hora de comer, sin embargo te quedas en el carro y yo baje a comprar la comida, sin nada de chile, porque a pesar de ser un chavo muy duro no soportas el picante, seguí el camino observándote dormir, admirándote, eres de admirarse pues eres mi salvador, ya estoy cansado y tu acabaste de despertar.

_ ¿A dónde vamos?

_ Mazatlán, unas vacaciones repentinas, ¿te parece?

_ tengo hambre

_hay comida atrás (pero estiraste el brazo y te quejaste de dolor, así que te alcance la bolsa)

_ ¿sin chile?

_sin chile

El camino transcurrió sin novedad, las curvas del estado de Sinaloa hicieron enfermar a Pícolo, tuve que parar vomitó varias veces y admire la bella vista, los pinos y demás árboles ahora aparecían a la lejanía de un color gris por la bruma. Llegaste a mi lado después de tu orquesta de regurgitación y me abrazaste, aun no sabíamos nada pero lo sentimos en cada poro que nuestros cuerpos tocaban, la confusión me hacían arrepentirme de lo que estaba haciendo, mis sentimientos tal ves son tan herrados que te alejarían de mí y cada ves que pienso en eso la desconfianza y paranoia me inundan los sesos.

Cada vez estamos mas cerca de la playa es tu lugar favorito, y es la oportunidad de ver más allá de tu pecho con su parche blanco y una mancha de rojo sangre, con sus manos en la cabeza mirándome en silencio moviendo tus conejos, sabes que eso me hace reír, así transcurrió todo el camino en silencio y mirándonos discretamente con tus ojos, los más tranquilos que había visto en meses; por fin llegamos a la ciudad de Mazatlán y con ella la oportunidad de pasarla juntos, escogimos quedarnos en un hotel que diera hacia la playa, llegamos nos registramos y corrimos al cuarto junto a la piscina, se metió a bañar y por primera ves te vi con algo menos de ropa que solo un pantalón y la delgada playera que te gusta usar siempre debajo de todo, esa ves no me corriste del baño por lo que pude ver tu cuerpo desnudo detrás de la cortina de baño, se notó tus fuertes piernas y tus brazos recorriendo todo tu cuerpo.

_ ¿estas ahí?

_ Sí

_ pensé que te habías ido no contestas nada

_ estoy cansado, manejar 12 horas es cansado.

_ ¿bueno te vas a meter a bañar o que? (esa voz resonó en todo el cuarto y la piel se me erizó como si estuviera en el mas frío invierno, como si no lo hubiésemos dejado atrás)

Me desvestí lo más rápido que pude las extremidades me estorbaban para poder quitarme la ropa, pero me quede en bóxer, en realidad me daba mucha pena que me observaras totalmente sin ropa, me acerqué y en eso que abrí la cortina cerraste la llave tomaste una toalla y saliste de la regadera.

_ ¿te vas a bañar con calzón?

_ No, (mientras me lo quité de más de decepcionado), quiero que me platiques como estuvo todo.

_ báñate horita te cuento.

Mi cuerpo estaba sucumbiendo a la excitación, pensar que estuviste ahí, desnudo, al salir esperaba encontrarme con tu figura contra la leve luz del exterior, con el enervante olor de sal y cloro con agua, de una piel fresca y un cuerpo ardiente adentro, que dispare mi imaginación, hacer realidad las fantasías diurnas y nocturnas que sonrojan y escandalizan a gritos de la dura y gris señora que observa de arriba abajo vestida de negro con un rosario viejo en la mano y el seño fruncido reprobando a la vida ajena y propia, al lado a la virginal señorita vestida de moda con cara coqueta, acciones recatadas y doble morales, con Jesús en la boca y Ernesto entre las piernas.

Te quedaste dormido, en cama matrimonial, todo desparramado con las piernas abiertas, el ocaso detrás de la cortina y adolescentes jugando en la alberca, en verdad no ere mucho el cansancio así que abrí la ventana y los olores a mar y la adolescencia me sofocaron mezclados con el aire caliente…caminé hacia el mar, descalzo, hipnotizado por el ir y venir del agua, el aire húmedo diciéndome mil veces al oído, pecados innombrables. Prendí un tabaco y sentado a la orilla pensé ¿cuanto durará la presión?, en cuánto duraría el sentimiento, se que he luchado hasta he mentido, yo no escogí que esto pasara.

Llegó pícolo en ese momento de queja con dios, y se sentó junto a mi muy pegado

_ ¿vamos a caminar? (parándome lejos de ti con el corazón fuera de mí tirado en la arena tiñéndola de café por la sangre y la arena absorbiéndola y tú recogiéndolo suavemente, soplando la arena y me lo entregas con esos ojos, nunca vistos en ti ganas de quitártelos y arrojarlos a las manta rayas, pero después no los vería jamás).

Caminamos el malecón, solo mar y nada más, me sonreías cada vez que te miraba y me empujabas hacia la barda del malecón tomándome por el cuello y diciéndome:

_ A ti nadie te toca ¿entendiste?, por eso fui a partirle la madre al Arturo ¿Quién iba a pensar que me iba a salir con un fierro?, pero le puse sus madrazos, ya le había advertido

_ Si, no se que pasó con él, como la ves de la fiesta… (¡Oh no! Lo mencione, ese embarazoso momento).

_ Sí, ¿tú lo besaste?, el dice eso

_ No… (Vio mi barba temblando ya todo estaba jodido)

Tomamos una pulmonía y fuimos al centro, caminamos por el paseo del centenario, y comimos frente al jardín, la cosa había estado así el pícolo y yo nos conocimos en un negocio en el que por una suma de dinero trasportábamos mochilas con contenido de no se que. No teníamos que abrirlas, y las dejábamos en donde nos decían, y de ahí nos hicimos amigos, Arturo es un dealer conocido, un día nos tratamos muy bien como amigos, pero conforme al paso del tiempo se tornó mas pesado y no me dejaba salir con mis amigos, la relación celosa de Arturo me hartó pues no era nada saludable estar con él, aunque por su insistencia lo acepaba, hasta que un día mando golpear a Pícolo, después las cosas se tornaron mas violentas y un día me vio en una fiesta, yo andaba con mi entonces novia, llamada cecilia, el llegó y me arrastró hasta detrás de la casa de la fiesta y empezó a meter su lengua en mi boca y tocarme bruscamente, cecilia y Pícolo fueron a ver y me lo quitaron de encima, y lo peor cecilia me botó.

Ya camino al hotel en un carrito parecido a los de golf:

_ estoy sudando mira tienta, (tomó mis manos y las puso debajo de su pegada playera amarilla, su marcado abdomen levemente sudoroso, saque mi mano y me guiñó el ojo)

Llegamos al hotel prendimos la tele y con cervezas que había comprado de regreso, pícolo platicó la historia.

_llegué a su casa, entonces cuando me abrió que le suelto un madrazo, se hizo para atrás y que me agarra del cuello pero le solté varios chatos y el guey se cayó pero se levantó y me tiró el fierrazo, y se lo tiré, y le grité que te dejara en paz, mientras le pegaba en su fea carota, no creí que pudiera contra él, pero en eso sacó la fusca, tuve que correr, y cuando llegue a tu casa estaba lleno de sangre, y ya después eso, ¿estuvo leve no?

_ Que modesto, gracias, (me monté en él y me puse a darle pequeños golpes en la cara, jugando)

Me tomó del cuello suavemente y me puso del lado de la cama, se subió encima mió muy rápido, y me dio leves cachetadas, estaba sentado encima de mi pelvis, se que notaba en lo que estaba sentado y se hizo a un lado y miro al techo, callado, y como si fuera un accidente tomó mi mano, la apretó, la soltó y se paró.

_vamos al antro, esta aquí cerca en la playa.

Caminamos en silencio, yo estuve asustado, me tomó la mano, por poco me excito con él encima, no puede ser, llegamos al bora bora, cerveza tras cerveza, y nuestros ojos se centraron en unas nenas.

_ ¿ya viste a la de verde?

_ tiene buen culo.

_ Jajaja

_ vamos a sacarle plática.

Caminamos algo alcoholizados, hacia ella, llegamos y como si nada nos sentamos junto a ella y empezamos a platicar, se llama Tatiana, morena sensual, con unas curvas atrevidas pantalón de mezclilla una leve playera verde, sus hombros descubiertos, pícolo se fue y Tatiana y yo platicábamos y tocaba su suave piel.

_ ¿vamos a la playa?

_si vamos.

Ya en la playa la empecé a besar, su lengua juguetona contra la mía, mi mano en su espalda y su mano en mi pierna, subiendo lentamente y la mía bajando igual de despacio, tocando su ombligo, besándonos

_ me tengo que ir es tarde, bye.

Corrió y se fue con sus amigas, vi a pícolo desde el antro viendo, al verme ya sólo, salió y llegó con migo, muy serio como enojado.

_ ¿Por qué estas enojado?

_ no estoy, es que no agarre chava como tu, y pues da coraje, pero no hay pedo greñudo, yo no me agüito.

Nos tiramos en la arena y luchamos un rato, el corrió al hotel que está como a 20 metros del hotel, y corrió al cuarto, llamándome, y yo corrí detrás de él, entró al cuarto y abrió la puerta de la terraza entré corriendo y el estaba sin camisa, se quitó la ropa y quedó en bóxer, de los ajustados.

_quítate la ropa vamos al jacuzzi,

Me saco la playera, me quité el pantalón y corrí detrás de el, el zacate me picaba en la planta del pie, entré en la caliente agua del jacuzzi y me mojo la cabeza, y estuvimos jugueteando unos 5 minutos en los que aprovechó cualquier momento para rozar mis piernas, apretar mi mano, y yo empecé a seguir el juego, pero esos demonios me vencieron y me salí porque no soporte la temperatura del agua y mucho menos la de la situación, algo se estaba dando y yo no quería.

Caminé al cuarto con la respiración agitada, el cuerpo cansado que me impedía huir rápido de las fuertes pisadas en el césped detrás de mí, una mirada de reojo y noté que ibas tan callado viéndome con esos ojos, rasgados, negros los mas hermosos que jamás vi, entramos al mismo tiempo, y nos acostamos en la cama, me cagaba la idea de tenerte al lado, tu platicabas y te reías yo solo me reía como si fuera acto condicionado porque en mi mente había escenas tuyas intimas que tanto me distraían y un demonio detrás de ellas llenando de culpa y vergüenza.

Empezaste tocando mi espalda, re corriendo con la punta de tu dedo índice mi columna, desde la nuca hasta el elástico de mi ropa interior, y ahí paraste un momento y acercando tu nariz a mi cuello, respirando profundamente, y yo con los ojos cerrados tratando de evitar que mi cuerpo se sintiera excitado con delgado y marcado cuerpo, tu pecho estaba contra mi espalda, y sentir el calor que viajaba de tu entrepierna a la parte baja de mi espalda, mi cuerpo subió de calor y la piel se erizó, e hiciste el contacto al ver mi piel estremecida, con tu mano que descaradamente se deslizó de mi nuca a mi abdomen, queriendo bajar más , pero que atrevida caricia, que terriblemente asustado por la escena y avergonzado con migo mismo, pesqué esa mano antes de que llegara mas allá, sentado en la cama tomé mi pantalón, playera y me puse los huaraches, y nuevamente huí, corrí hasta negra playa, los pies atascados en la arena, solo oí mi corazón que tronaba fuerte, me ensordecía, el calor fue demasiado, cuando querido amigo lector, el hombre llamado pícolo más que furioso por no haberle aceptado la caricia que con tanto agrado me había ofrecido de a gratis, se encontraba desesperado pues el escuincle no se dejaba querer y tenía muchos tapujos en esa adolescente y bisexual alma que no sabía controlar, deja tú, lector, que el hecho que no la sepa controlar no es problema es mas un punto a favor, lo que si tenía que cambiar era que el aceptara la condición y no ser tan rejego.

Así pícolo llegó y lo tumbo al suelo con los ojos con un tono brilloso de desesperación, le empezó a gritar con energía ¿Por qué?, ¿Por qué?, ¡Déjame! Gritó desesperado el muchacho pues la fuerza física en ese estado es mayor y pues le dio con la rodilla al ingrato en los huevos, el otro se arrastró y chilló mientras los demás jóvenes alcoholizados vieron de lejos la espectacular escena, el chico sin nombre caminó deprisa más allá de Pícolo pero se detuvo unos pasos adelante y regresó, se estaba tomando una decisión en su cerebro que procesaba rápidamente, regresó lentamente dispuesto a seguir golpeando pues Pícolo es de los chavos que pegándoles una vez es cuando arde Troya y no se tranquiliza hasta ver a su víctima en el suelo; Pícolo se quedó sentado viendo fijamente al muchacho que se acercó lentamente, agachó la cabeza y pícolo soltó un sonido de dolor, tapándose los ojos y exprimiéndoselos, pero no era dolor físico, si no que se sentía relegado y nefasteado.

_ No le digas a nadie a nadie por favor… ¿Por qué venimos, por qué no te importa lo que he hecho por ti? (dijo Pícolo amargamente)

El muchacho desnombrado se acercó y se arrodilló frente a él.

_ Perdóname, (miró a su alrededor, y vio como todos los chavos veían el espectáculo, y divisó que mas alejado había un lugar donde podrían platicar mejor, tomó el brazo de Pícolo y lo levanto), vamos a caminar allá ¿vamos?

Se pararon y caminaron por la arena mojada, ahora mas calmados llegaron y se sentaron en un tronco en la playa, callados la mayor parte del tiempo, el corazón de ambos empezó a volver a tronar muy fuerte, las manos temblaban y las miradas se quedaban clavadas cada que sus pies juguetones se encontraban por debajo de la fría arena, hablaron de cosas banales, y se rieron durante largos segundos.

¡OH! Los bellos ángeles no saben de los placeres de la tierra, nunca han tenido un sentimiento cálido en el pecho, que endurece el cuerpo y hace temblar las manos y barbilla, no saben de humedad, menos de cómo en el momento aquel todo se quedó quieto y sus ojos solo vieron cuadro por cuadro como sus labios sintieron los del otro, pícolo sintió por ves primera los labios del muchacho, labios tiernos y virginales con nada de movimiento y aun así los mas receptivos, y callados, tomó su labio inferior con sus labios, besó su boca que agradable es, pequeña, carnosa, y por fin suya, la saboreó y humedeció a gusto.

El muchacho vio la cara de pícolo acercarse, despacio y sin parar, se quedó helado por la espalda y un rayo caliente desde el pescuezo hasta el abdomen, sintió los labios de pícolo y los siguió sintiendo, tan traviesos y tibios, no supo que hacer y se dejo besar, con un brazo en su cintura, totalmente envuelto por esa sensación, ahora todo se sintió perfecto, y al separarse el suspiro de ambos, la presión había cedido su lugar a un ambiente de confianza, y se tiraron en la arena jugando unas inofensivas luchitas gritando, riendo, corrieron por la playa, hasta quedar totalmente llenos de arena, caminaron mas que tranquilos al hotel, entraron al cuarto y se despojaron de su ropa menos la ropa interior, el muchacho se fue a bañar y pícolo quedó prendido de la música de la televisión cantaba gruñendo a rammstein, así salió el muchacho de bañarse y llego el turno de pícolo, no sabía como reaccionar, su cara estaba mas que contenta, sentía espasmos en el estómago, salió de bañarse, ya al entrar al cuarto vio un muchacho cansado, casi desnudo, con una ligera ropa interior blanca, y cara de ángel, ya seco y al igual solo en ropa interior se colocó detrás de él y lo cobijó con sus brazos contemplando su perfil mientras quedaba dormido.

En medio de la mañana y el arrullador sonido del ronquido del muchacho que está apoyado en el pecho de pícolo que despertó horas antes, al sentir el cuerpo del muchacho excitado sobre su pierna, Pícolo le dio un beso en la frente el muchacho se revolcó en la cama incomodo, abriendo los ojos como un cachorrito, Pícolo lo tomó por la nuca y lo acercó a su cara y le plantó otro beso, que buena manera de despertar, ahora la caliente noche, así en ropa interior empezó el besuqueo, tanto fue el beso que sus labios enrojecían cada minuto, y uno sobre el otro hinchados a mas no poder, restregándose uno contra el otro, pegando sus pieles, y mojando de lubricante natural que sus cuerpos expulsaban, mojando cada ves mas sus trusas, Pícolo bajo hasta los pies de su muchacho y frente a su cara estaba el sexo que empezó a morder delicadamente con los ojos cerrados, y al igual el muchacho gozaba de las caricias con los ojos cerrados, pícolo con los dientes bajo poco a poco el bóxer blanco, se arrastró de regreso a su cara y la acarició con sus labios rozando su boca, Pícolo levantó a su chico de la cama y lo arrastró al baño, abrió la llave de la regadera y jalaba hacia el al muchacho llamándolo al oído por su nombre, abrazándolo fuerte, susurrando su nombre al oído.

_ Santi… (Y de la cintura lo empujó al agua de la regadera que despertó a santi y abrazó a Pícolo lo besó en la barbilla)

Había más calor que de costumbre, nada que ver con el clima, la mano de santi dio justo a los genitales de Pícolo, los tentó y sus ojos se desorbitaron nunca había visto uno de carne que no fuese el suyo, lo acariciaba tímidamente, el otro lo veía con los ojos llenos de deseo, esa cara de niño lo conducía a la locura, Pícolo también tomó a Santi de los huevos y lo besó ahora mas profundo y fuerte, salieron del agua, y desnudos en la alfombra se siguieron besando, santi besaba su pecho lamió las tetillas y disfrutaba del aroma de Pícolo, que lo trepó a la cama boca abajo se colocó encima de el sintiendo como las nalgas de santi y su pene se tocaba, picolo bajo besando la espalda de santi hasta que llego a sus nalgas, pego su nariz y pego un fuerte suspiro, la piel de santi se erizo al máximo y un respiro salió de su cuerpo, Pícolo metió su cara y empezó a besar, santi no tenía idea de lo que estaba a punto de pasar pero tenia una leve idea, sintió los labios muy dentro y una ansia lo hizo voltear y jalar a Picolo a su cara lo besó y el muchacho tomó con sus manos inexpertas a Picolo por el pene y lo acerco entre sus piernas, picolo trató de penetrarlo pero eso fue imposible, lamió sus dedos y empezó a acariciarle el culo mientras se besaron y los dientes de santi inexpertos mordieron a picolo varias veces de placer que le causaban sus traviesos dedos que empezaba a entrar uno y santi se retorció y gimió, pedía piedad, es un placer que no había sentido jamás, el peso encima , los traviesos dedos que con destreza y dedicación con mucho cuidado acariciaban y preparaban a santi para lo que vendría, uno de sus dedos estaba dentro de santi, y el muchacho lo abrazó fuerte mientras el dedo acabó de entrar y santi ansioso y muy excitado, secretó muchas gotas de lubricante que tomó entre sus dedos sintió su textura y sintió los labios de picolo alrededor de su dedo, con la otra mano agarro los penes de ambos y los acariciaba uno contra el otro, mojando sus dedos, santi para dejar que su muchacho trabajara bien se encaramó a sus caderas y pícolo viéndolo a los ojos sin sacar su dedo que se movía en forma circular y santí torciendo sus caderas de placer estiro su mano hasta la cómoda y previendo que tendrían sexo uno con el otro los dos ya tenían preparado su preservativo, lo tomó y lo abrió al hace esto el culo de santi se cerró pero este cachondo muchachito tomó mas lubricante de su pene e introdujo nuevamente un dedo frenéticamente moviéndolo circularmente, y luego dos dedos y jaló a picolo hacia el que después de ponerse el condón lo veía con una sonrisa torcida y de mas de caliente como se masturbaba el ano, y lo beso fuerte y muy cachondo.

_Ya, quiero hacerlo ya, lo he estado esperando largos días me gustas encabronadamente santi.

_ Ya pues hay que hacerlo, picolo

Jadeaban fuerte parece que estuviesen haciendo el mas duro de los ejercicios sus cuerpos sudaban levemente, y la pelvis de picolo se clavo entre las piernas de santi, y santi arqueó su cuerpo, en verdad esta entrando, es duro y tan tosco, tal ves sienta el dolor que él siente, pero en cara de picolo solo se ve placer, picolo siente tan apretado y ve la cara de santi que tiene una expresión de dolor, ellos no son del todo inexpertos han leído relatos, santi se quedó quieto y relajado al igual que picolo, santí se adapto al cuerpo de picolo y este en medio de los besos sintió a santi mas relajado y cambiaron de posición ahora santi esta sentado sobre picolo, santi se movió lento, abrazando a picolo, se movió de arriba y abajo y pegaba su cabeza a la de picolo de placer y picolo al sentirlo lo besaba en el cuello y lo toma por la cintura, santi esta vuelto loco, empieza a moverse de arriba y abajo, siente como se salió picolo de el, algo frustrante porque batallo para entrar, ahora picolo entro otra ves pero ahora le provoca mas placer a santi, que se retuerce abrazando a picolo por el cuello y acercándolo a su pecho, así picolo le hizo repetidas veces con el plan de recibir mas placer, santi mas que conforme esta dispuesto a dejarse amar, se tira sobre el colchón y levantó una pierna se colocó de lado y hundió su cara en la almohada, picolo empezó en verdad a hacerlo con constancia, entra y sale una y otra ves, no hubo piedad para santi, se repitieron una y otra ves cuanto se quieren, santi se puso ahora sobre picolo dándole la espalda, y empezó a subir y bajar su pene duro como madera al rojo vivo como carbón, santi estaba muy excitado, su pene al máximo secretaba fluido transparente, y lo distribuía en su pene, pero dejo de hacerlo para agarrarse de la cama pues sentía que se caía, sus piernas temblaban y cada que bajaba creía no poder subir y cada que subía temía caer mas fuerte, cada ves que perdía fuerza y caía de golpe en la pelvis de picolo, aumentaba su placer al 200 por ciento, se volteó del otro lado y se dejo caer de golpe.

Que rico placer esa mañana, santi sintió hasta el fondo de si a picolo, picolo sintió desde el principio un culito muy caliente y estrecho, batalla le había dado dilatarlo y mas el penetrarlo pero ahora solo sintió su pene y alrededor ese encendido cuerpo de arriba abajo, sintió como el pene de santi golpeaba su abdomen al caer de golpe, no pudo controlar la velocidad de santi, que subía y bajaba como poseído,

_ Santi, te lastimas, despacito.

Pero santi le daba mas placer, santi se lo esta tirando, se esta metiendo ese pene, hasta el fondo lo esta disfrutando en verdad se entregó al placer, picolo movió sus caderas fuerte, santi sintió el poder de las estocadas, y gritaba de placer sonreía y besaba a picolo que respondía igual de caliente, se abrazaron y las metidas siguieron igual de fuertes, la cama chocaba contra la pared, los gemidos tal ves se oyeron en todo el hotel, pero lo mas caliente es ese sonido de la cogida en si, como chocaban sus cuerpos, picolo, abrazó a santi y le dio mas fuerte, santi grito y besaba fuerte a picolo, que se vino con un grito fuerte y moviendo sus caderas que se trabaron del placer, y santi dándose en el culo con ese hermoso pene, se vino sin tocarse, se retorció y el orgasmo de picolo se hizo presente, se estremecieron, se besaron y siguieron cogiéndose hasta que se fue imposible porque el pene de picolo se puso flácido, santi limpió el abdomen de picolo con su ropa interior y picolo se limpio con papel, y se quedaron quietos viendo al techo y el aire acondicionado zumbaba tanto que los sedaba, se rieron bromearon un rato y se pusieron sus trajes de baño para ir a nadar

¡Dios mío!, los ángeles perdieron dos querubines, fueron enviados a tierra, y se perdieron uno en carisma del otro, para no volver jamás se entregaron al placer carnal y mortal, ahora saben lo que es el amor de los mortales, ellos no lo saben pero han quedado encantados, uno con el otro.

El mar ruge virilmente, festeja con las gaviotas cada día nace un nuevo amor en cada lugar del planeta, y la naturaleza lo celebra como si fuese el ultimo, y nos abraza con el aire y las gotas de agua de la lluvia y la mar, nos manda acertijos en las nubes, y nos regala una vía a la razón en la hierba.

Tal ves y continúe