Yasmina - 8 final

Un niño que quiere ser niña su historia

YASMINA – 8

Después de conseguida mi venganza sobre Kirk (Amira) la llame, quería hablar personalmente con ella.

Me la trajeron, mande que todas se retirasen, le dije que se desnudase, una vez desnuda ante mi, le pregunte si le gustaba su cuerpo y me contesto.

Alteza, en un principio no me gustaba, pero me he acostumbrado a vivir ahora como lo que soy.

Y que eres,

le pregunte, soy una mujer que su única misión es dar placer a los caballos de su alteza en Sultán, me dijo.

¿Y te gusta dar placer a los caballos?

Al principio, no me gustaba, me hicieron mucho daño, tanto en mi vagina como en mi ano, pero ahora disfruto con ello y siempre deseo que una yegua en celo me de sus orines para lavarme con ellos y excitar a los sementales.

Te consideras mujer o Yegua? Ahora mi señora, me considero yegua.

Bueno Amira, no te preocupes, no solo serás la yegua de la cuadra del sultán sino que los burros también te montaran.

Te llevaran al desierto, visitaras a todas las tribus nómadas las cuales ya no solo serás la yegua de sus caballos, sino también la burra de sus burros, serás montada por Caballos y burros y tienes suerte de que los camellos copulan con la hembra en el suelo que sino también serias de los camellos.

¿Sabes el porqué de todo esto?

No mi Señora pero si antes ese castigo no me gustaba ahora no puedo vivir sin el.

Te acuerdas en una ocasión que violaste a una joven por no querer acostarse con un cliente tuyo, la humillaste por ser una persona que desde pequeña no estaba de acuerdo con su cuerpo, y que antes de llegar al suicidio, decidió con el beneplácito de sus padres operarse y vivir como una mujer normal sin tener que prostituirse.

Si me acuerdo, estaba muy buena y disfrute mucho con ella.

Pues esa joven, se marcho del País, y se caso con un hombre muy rico que la hace muy feliz.

Esa mujer se llama Yasmina y soy yo.

Me quite el velo, ella se quedo pálida. Y se arrodillo pidiéndome perdón.

A quien le tienes que pedir perdón es a todas las chicas que has prostituido durante toda tu vida, que maltrataste y violaste sin consideración ninguna y solo en tu beneficio.

Hoy para tu país, no existes, estas muerta, toda tu fortuna se ha utilizado en la educación de esas chicas, enseñándolas a vivir sin estar sometidas a una persona como tú.

Las mujeres que te ayudaban, están hoy día, ejerciendo la prostitución en burdeles donde acuden los emigrantes, y dan gracias de que tienen un plato de comida y las que quedan preñadas se venden a tribus nómadas para que sigan ejerciendo en el desierto a los nómadas.

Has sido cruel con ellas, si quieres vivir en paz contigo mismo, recapacita lo que hiciste y acata tu castigo como el menor de ellos, me hubiese sido más fácil el ejecutar la condena que te pusieron los jueces de cortarte la cabeza, pero dejarías de sufrir muy rápidamente. Y como ahora te gusta que te monten los animales y ya no te duele. Serás operada para reducir el diámetro de tu vagina y de tu ano. Con el fin de que la próxima vez sientas el dolor de una mujer cuando es violada y sobre todo por un caballo.

Se puso de rodillas pidiéndome que no lo hiciese pedía clemencia que no la hiciese pasar por eso otra vez.

Le dije. Yo te pedí que no lo hicieses y no me hiciste caso. Hare lo mismo contigo no oír tus peticiones.

Mande que se la llevaran, la internaron en el hospital, y al día siguiente fue operada. Cuando se le dio de alta, volvió a las cuadras del sultán donde estuvo tres meses y luego la mande al desierto.

Tras dos años de felicidad al lado de Ahmed, mi suegro falleció de un infarto, tras los días de luto oficiales, Ahmed, fue nombrado Sultán de Bahréin, los actos de exaltación al sultanato duraron 1 mes, pasados los festejos, comenzó una gira por diversos países amigos en señal de amistad y paz.

Uno de los países visitados fue el mío. Yo le acompañaba en todos aquellas vistas oficiales.

Cuando llegamos a mi país, le indique que quería visitar la fundación que se había creado. Me autorizo a ello y un día se reunió en una de las casas a todas las chicas que habían pasado por ellas y habían sido maltratadas.

Reunidas las muchachas, les dije.

Esta fundación se creó para luchar contra la explotación que los hombre hacen de las mujeres, secuestrándolas y obligándolas a ejercer la prostitución en contra de su voluntad,

la idea me la dio una muchacha que paso por esta misma casa y que afortunadamente para ella, el hombre que la había contratado solo quería que trabajase dignamente, se enamoro de ella y se la llevo a su país, allí, me la presento y me conto su historia.

Se persiguió al culpable, y todo bajo la ley fue detenido. Y castigado según las leyes de mi país, quiero enseñaros unas imagines que son fuertes pero aleccionadoras

para que sepáis lo que les espera a los hombres que se comporten como el, seguramente reconoceréis a algunas personas, todas ellas están cumpliendo el castigo en sus propias carnes.

Mande que se proyectasen los DVD, al principio se escucharon rumores de conformidad por la detención de los culpables, cuando fueron viendo los castigos a los que se les había sometido, algunas de ellas aplaudieron, gritando de que era poco lo que estaban padeciendo. Al final todas quedaron en silencio, una de ellas se levanto y dijo.

Alteza, en nombre de todas las presentes, quiero daros las gracias por nuestra liberación, hoy día algunas hemos tenido la suerte de haber encontrado

la felicidad al lado de nuestros maridos, tenemos hijos hemos estudiado y trabajamos como cualquier mujer.

Sin el peligro de ser manipuladas por canallas como esos.

No soy quién para decir que tal vez los castigos fuesen excesivos, pero es hora de que el hombre sepa que la mujer es un ser humano y no una mercancía con la que finalizar un contrato de compra-venta.

Alteza, os damos las gracias a vos, a vuestro Marido el sultán y a esa mujer que con su valentía destapo todo ese entramado de corrupción. Que dios os bendiga.

Tras el acto, hablamos entre vayas de ellas, ninguna me reconoció, al despedirme les indique que si algo necesitaban se pusiesen en contacto a través de la embajada.

Mi labor se había cumplido. Era feliz con el Sultán al que no dejaba cada noche de hacerle el amor, nunca volvió a visitar a sus concubinas no las necesitaba, estaba bien servido.