Ya soy bisexual

A los 18 años, fuí la novia de mi ginecóloga.

Así fue como me inicie en el arte de dar y recibir placer con mujeres, ya nunca deje de ser bisexual.

Hola soy Mirta, 35 años casada, una hermosa hija de 11, hasta acá todo parece normal, pero en realidad desde los 18, que soy Bis, que digo Bis, muy pero muy Bis.

Tan es así, que desde hace 8 años con JC, mi esposo practicamos tríos MhM, y en algunas ocasiones llevamos a nuestra cama mas de tres mujeres con las que juego durante horas brindando y recibiendo placer, como solo las lobas en celo, sabemos hacerlo.

Pero todo empezó a poco de cumplir mis 18 años, ya no era virgen dado que a los 16 un noviecito me hizo disfrutar del placer de ser penetrada y como, ya que desde el día en que me desvirgó (él tenia 18 años), no dejamos de hacerlo, al menos una vez en la semana. Pero un día lo encontré en su cama con otra chica mayor que yo, ése fue el último día que lo vi.

De ése hecho pasaron 3 meses, y comencé a sentir distintos cosquilleos en mi cuerpo, mejor dicho en mi conchi, como me gusta llamar a mi vagina, también los pezones se me ponían duros con cualquier roce de mi ropa, por lo que decidí pedir un turno con mi ginecóloga. Ella tenia en ese momento 35 años, y me atendía desde mis 15, me la había recomendado precisamente la ginecóloga de mi madre, siempre fue muy cordial y cariñosa conmigo, me trataba como si fuera su hija, cada vez que concurría a su consultorio, me obsequiaba sus mejores sonrisas, me escuchaba y aconsejaba ante cada una de mis consultas, pero ese día todo cambió.

Yo la había llamado directamente a su celular, como siempre me había dicho que ante una urgencia o preocupación, no pida turno a su secretaría sino que la llame directamente a ella. Le comente mas o menos lo que me pasaba, y me sito para última hora fuera de turno.

Cuando llegue al consultorio no había nadie, solo su secretaría, Mónica, quien me dijo que espere unos minutos porque la doctora estaba atendiendo el último turno y luego lo haría conmigo, como ya era el fin de su horario, me despidió con un beso y se fue. Espere muy ansiosa unos 10 minutos cuando se abrió la puerta del consultorio, y Esther, mi ginecóloga sale y despide con un beso suave sobre los labios de su paciente, una mujer de unos 45 años me pareció, luego de eso me hizo una seña para que pase al consultorio, también me recibió con un beso en la mejilla y abrazo, como lo hacia habitualmente, una vez adentro me dijo que pase tras del biombo, me desvista y me ponga la bata de papel, como lo hacia siempre en cada consulta con ella, cuando salí del biombo, quede parada tras de ella que estaba sentada en su escritorio haciendo unas anotaciones.

Esther era alta, mas de 1.70 metro, rubia pelo largo enrulado, ojos grises muy brillantes siempre, era esbelta siempre con taco aguja y muy altos, lo que la hacía mas grande aún, con muy buenas y largas piernas, la cola bien paradita yo diría de unos 95 a 100Cm, y sus pechos eran inmensos, casi de 120, vestía un ambo color rosa suave, compuesto por de una camisola amplia muy escotada y una mini, que dejaba muy poco para imaginar, porque casi todo estaba a la vista. Cuando giro y me vio casi desnuda, me tomo de la mano y como hacía siempre me acompaño a su muy cómoda y mullida camilla, que mas que camilla era una cama de una plaza con patas regulables con un sistema hidráulico, que hacia que se ponga a la altura que ella quería con solo apretar un botón.

Una vez acostada, me preguntó que me estaba pasando, entonces le comente que desde que me había peleado con mi ex-novio, sentía calores y escalofríos a la vez, que ante cualquier roce de mi ropa mis pezones se ponían como roca, y mi chonchi tenia casi de continuo un cosquilleo intenso. Ella se sonrío y me dijo de forma muy tierna, cariño no te preocupes eso no es grabe, fue hasta su escritorio y de un cajón saco algo que no pude ver y lo coloco en uno de sus bolsillos, y volvió hacia mi, entonces me dijo que eleve las rodillas dejando mis píes apoyados sobre la camilla y las abra un poco, que iba a inspeccionar mi conchi, le obedecí como lo hacia siempre que me realizaba tacto, pero esta vez, no vi que tomara los guantes quirúrgicos como siempre lo había hecho, y procedió a abrir los labios de mi conchi, con un suave toque que me hizo estremecer, fue introduciendo lentamente un dedo, pero esta vez no era como las anteriores, eran caricias muy suaves y lentas, volvió a sacar el dedo y me rozó nuevamente los labios de mi conchi, lo que provoco que me sobresalte y lance un leve gemido, fue cuando me dijo, cielo tranquila que ya se lo que te pasa, relájate y disfruta cariño, su voz era mas sensual que nunca, al escuchar eso me puse mas tensa aún, ella se dio cuanta y se puso a un costado de la cama sin sacar sus dedos de mis partes mas sensibles, y abrió un poco la bata de papel, y con la otra mano comenzó a tocar uno de mis pezones que para ese momento ya estaba mas que duro, lo que hizo que vuelva a lanzar otro gemido mas fuerte y largo que el anterior, intente sentarme sobre la camilla, roja de vergüenza , pero ella puso con fuerza su mano sobre mi pecho, se arrimo a una de mis oídos y volvió a repetir, se lo que te pasa, relájate y disfruta amorcito, tras eso metió su mano al bolsillo y sacó algo que muy lentamente fue introduciendo en mi conchi, era fino y no muy largo pero en un momento, con el adminículo dentro mió, y uno de sus dedos rozando mi clítoris, hizo que se encienda comience a vibrar, haciéndome vibrar todo el cuerpo, hasta que ya no me contuve mas y le dije "siiiiiiiii, cojeme Esther cojeme bien rico por favor", ella dio mas impulso al vibrador mientras su dedo no dejaba de jugar con mi clítoris, aprovechando para darme ricas lamidas y mordidas sobre mis pezones, llegando a gritar esta vez como nunca lo había hecho en mi vida, "aaaaauuuuuuuggggggggg, Esther que rico", no aguanto mas, voy a acabar mmmmmaaaaaahuuuuuuuu", tras lo cual se me desplomaron las piernas y quede rendida por un minuto.

Una vez que recupere el aíre, me senté sobe la camilla, y con lagrimas en los ojos, le dije no puedo creer que me hallas excitado tanto, disculpa Esther, pero no me pude contener, fue entonces que ella con su mejor sonrisa, me dijo cariño, yo sabía muy bien lo que te hacia falta y te lo proporcione, no

tenes

porque avergonzarte.

Me levante velozmente y llorisqueando fui tras el biombo, me vestí rápido y quise escapar, pero ella me retuvo junto a la puerta del consultorio, me dio un beso en la mejilla y me dijo, ya sabes cuando te sientas mal, me llamas al celular o venís a última hora, tras lo cual me dio un calido beso en los labios.

Salí a la calle corriendo fui a mi casa, y sin decir nada a mi madre, me metí en mi cama sin cenar siquiera, cosa que le extrañó y mucho a mi madre, quien entro a mi cuarto preguntándome que me ocurría, por lo que le conteste que me había peleado con mi novio, era eso solamente, me dio un beso en la frente y me dijo, esta bien querida, dormí que eso te hará bien. Pasaban los días y no me podía sacar de la cabeza a Esther, sus caricias vaginales y el orgasmo que me arranco.

Tan presente la tenía, que apenas pasados 3 días de mi primera vez, sin llamarla fui a última hora a su consultorio, estaba solo Mónica, acomodando unos papeles y me dijo, pasa que la doctora esta desocupada, yo termino con esto y me voy. No lo dude y le hice caso, solo que di un suave golpe a la puerta del consultorio y escucho que desde adentro me dicen pasa cielo, pasa que te estoy esperando.

Una vez que entro, Esther mirándome a los ojos me dice, creí que era Mónica, pero esta bien pasa cariño, esta vez, se me acerco, me tomo de la cintura y tras cerrar la puerta con un píe, me dio un calido beso sobre mis labios. Que te pasa ahora bebe, a lo que respondí, "desde el otro día que no te puedo sacar de mi mente, no se que me pasa", me lleva de la mano hasta la camilla, me hace sentar sobre ella, yo llevaba una falda corta, no mini, pero corta al fin; ella tomo esos martillos para tomar los reflejos y me dio un suave golpe en la rodilla derecha, lo que hizo que eleve pierna reaccionando, "estas muy bien cielo", para luego darme otro beso en los labios, al que en esta oportunidad respondí abrazándola y abriendo mi boca busque su lengua, la que encontré al instante, entonces ella me dijo, "sabes que vamos hacer, te voy a desnudar yo esta vez, y vos me desnudaras a mi, para que podamos estar mas cómodas al momento del tratamiento".

Y fue así que fui descubriendo su calido cuerpo, cuando libere sus pechos, salieron unos hermosos globos que no pare de acariciar, ella hizo lo mismo con los míos, pero de inmediato los devoró como una loba hambrienta, mientras con su mano libre me abrió las piernas y metió un dedo por debajo de mi tanguita, haciendo que se de mi primer escalofrío, en un momento acciono el botón que da distintas posiciones a la camilla, y la fue bajando quedando casi como una cama, al momento que se subió sobre mi cuerpo y quedamos pegadas en un profundo beso, el mas apasionado que había dado y recibido en mi vida, luego fue bajando lamiendo mis pezones, luego mi ombligo, y fue ahí donde termino de sacar mi tanga, para comenzar a lamer mis labios vaginales, y así arrancarme el primero de mis orgasmos.

Me comió por más de una hora, haciendo que cada vez dar gritos mas prolongados de placer,

"aaaaaaauuuuuuuuuuuuuuuugggggggggggg

, me estas matando amor, me estas matando", ella dejo de lamerme y subiendo por mi cuerpo repartiendo lamidas y suaves besos, llego a mi boca, me beso profundamente, haciéndome sentir el sabor de mis propios jugos, luego se acerco a uno de mis oídos y me susurro,

"queres

hacer lo mismo, soy toda tuya mi amor", tras eso, se alejo de mi desnuda y hermosa, se fue a un diván amplio que hay en un costado del consultorio, y desde allí, provocativamente me hizo señas con su dedo índice, indicándome que me acerque, lo hice sigilosamente, moviendo mis caderas a cada paso, me sentía la mujer mas sensual del mundo, y solo porque había empezado a amar a mi ginecóloga, me senté junto a ella y comenzamos a besarnos nuevamente, y yo a meter manos por todo su cuerpo, pero no de una forma muy sensual, sino todo lo contrario, como apurada, entonces Esther, me tomo ambas manos y me dijo, "despacio y suave así lo disfrutaremos mucho mas las dos".

Ella fue llevando el ritmo de mis caricias y lamidas sobre sus pezones que se pusieron durísimos tras el primer contacto con mi lengua, luego me fue guiando hacia su ombligo y de ahí, hacia abajo, primero roce con mis dedos su húmeda vulva, luego metí un dedo bien adentro de su cavidad, y ella soltó un leve gemido, y me dijo "seguí así amor, lo estas haciendo muy bien". Cuando mi dedo estaba empapado de tantos jugos vaginales me hizo que lo saque, y lo llevo a mi boca, para que lo limpie bien, entonces ella misma metió tres de sus dedos en su cueva, los embarduno bien los saco los metió en su boca, para luego pasarlos a la mía, y tomándome de mi cabeza me fue llevando hasta esa calida fuente de placer, la que comí, como si hiciera años que no comía algo tan especial y rico, metiendo alternadamente mi lengua mordiendo su gran clítoris con mis labios, logrando que deje de gemir, para empezar a dar fuertes gritos de placer, diciendo "dame mas y mas, aaaaaaauuuuuuuuuuaggggggg, amor cómeme integra amor, cómeme rico aaaaaaaaauuuuuuugggg".

Así pasamos esa tardenoche, hasta que rendidas las dos nos ayudamos a vestirnos y ella me llevo en su auto a mi casa, donde nos despedimos con un calido y húmedo beso, para decirme bien sensual y a mi oído, "mañana viernes a la noche llega mas tarde que hoy al consultorio,

decile

a tu madre, que te quedas a dormir con alguna amiga de la facultad, y lo pasamos juntas en casa, ya que yo el sábado no trabajo". Desde ése día fui su novia por más de tres años, en los que pasamos muy lindos momentos a solas, y en otras oportunidades con otras compañías mujeres, pero eso es otra historia.