Ya soy bisexual 4

Cada vez tengo mejores orgasmos, gracias a las enseñanzas de Esther, mi ginecóloga y novia.

Y siguen mis lujuriosos días con Esther, mi novia, mi ginecóloga.

Soy Mirta me recuerdan, tengo 38 años y esto ocurrió cuando era joven.

Llevo un año y medio noviando con mi ginecóloga, Esther, con quien llevamos una vida sexual muy intensa, casi siempre a solas en su casa, pero hemos tenidos varios tríos MMM con Mónica, su secretaria de 23 años ó con Isabel, una paciente de 48 años.

En poco tiempo cumpliré 20 años, y tal como se lo prometí a Esther, sigo intentando hablar del tema con mi madre, el último fin de semana lo pase en casa de mi novia dándonos mucho placer en el sofá del living mientras veíamos el canal porno. El lunes luego de salir de la facultad, llame por teléfono a Esther, diciéndole que iba directamente a casa porque me sentía con las ganas y coraje para hablar con mi madre de lo nuestro, ella tiernamente me dice "Cielo ten valor, afronta la realidad, sincérate con tu familia, así pronto te venís a vivir conmigo para ser la pareja mas feliz del mundo".

Llegué a casa pasadas las 7 de la tarde, mi madre sorprendida al verme llegar temprano dándome un beso, me dice "Cielo te pasa algo que llegaste temprano", "No mami, nada, no me pasa nada malo, solo que hoy quiero cenar en casa, y también poder charlar contigo tranquilas, mientras te ayudo a preparar la cena". Por lo que ponemos manos a la obra con la cena, mientras charlamos de cosas intrascendentes en principio, hasta que tomé coraje, y le dije "Mami, vos sabes que ya hace casi dos años, que me peleé con Jorge, mi ex-novio, y desde entonces no he salido con ningún chico, solo he bailado en algunas ocasiones, pero siempre algún desconocido con el que no paso más de bailar. Y en realidad últimamente me están gustando más las mujeres que los hombres". Cielo, dijo mi madre, "Eso suele pasar ante un desengaño como el que tuviste vos, no es preocupante, va yo no me preocuparía, y después de todo es una

decisión

tuya cielo y siempre te la respetaré, ahora decime, estas saliendo con alguna chica". "Si mami, estoy de novia con una mujer", "Esta bien cielo, si queres yo hablo con tu padre, lo voy poniendo en el asunto, cosa que cuando quieras traerla a casa, no lo tome a mal", me lanzo sobre su cuello y con lagrimas en los ojos, colmándola de besos en toda su cara, "Gracias mami, te quiero mucho, sos un amor, tenía mucho miedo que tomaras a mal el hecho que tu hija sea lesbiana". "No amor, no creo que seas lesbiana, porque esto deviene de la traición que te hizo tu ex, que te tiene un poco confundida, y has buscado afecto en otra mujer, pero estoy segura que pronto encontraras un chico que te guste y te haga sentir bien, tan bien o mejor de lo que te sentís ahora con tu novia". "Igualmente gracias mami, y más si vos se lo decís a papi, porque con él si que no me animo". Cuando mi madre preguntó "Mirta ¿Es una compañera de la facultad que no conozco?, ahí me volvió a temblar todo el cuerpo y respondí "No mami no, vos la conoces es Esther mi ginecóloga, es un amor y la quiero mucho", al tiempo que la volví a abrazar y a llenar la cara de besos. Que!!! dijo mi madre "Esther, la tan buena ginecóloga que te recomendó mí ginecóloga" "Si mami, sí es ella, mi amor". Terminamos la charla y llego el momento de la cena, la que tuvimos en familia, después de mucho tiempo que no lo hacíamos, junto a mi hermano menor y mis padres.

A la mañana siguiente, me levante más temprano de lo acostumbrado, y corrí a un locutorio cercano a casa, para que nadie me escuche en casa, llame a Esther y le dije casi gritando de alegría "Amor, todo bien me anime y le conté todo a mi madre", "Cielo, venite ya a casa que hoy para festejarlo no voy a trabajar ni vos a la facultad" salí disparada hacia el encuentro con mi novia, la que me estaba esperando con la bañera llena con sales y burbujas. Como se imaginaran el festejo fue en grande y duró hasta el otro día en que cada una salio a cumplir con sus respectivas obligaciones.

Otro día más cercano a mi cumpleaños, estando en casa a solas con mi madre le pregunte "Mami, hablaste con papi, sobre lo mío con Esther". "Si, amor lo hice", "y que dijo, se enojó???", "No amor, no se enojo, no le gusto mucho pero entendió de que se trata, mas que lo hice después de hacer el amor con él, así le saco siempre todo lo que quiero" dijo sonriendo. Cariño, dijo mi madre, "También lo hable con Olga, (es su ginecóloga), quien me dijo que ella ya lo sabía, y cuando me dijo que te lleve con ella, lo hizo porque sabía que Esther en algún momento te seduciría, así como ella lo había hecho conmigo y no quería tener relaciones con las dos, por una cuestión de ética profesional", Que!!!!, mama, ¿vos tenes relaciones con Olga?, "Si hijita hace mas de 10 años, que lo hago bastante seguido con Olga, ella es les, al igual que Esther, pero ella nunca tubo pareja estable, siempre hizo buena amistad con alguna paciente, o colega, como en el caso de Esther, que se consultan una a la otra profesionalmente y aprovechan esa consulta para tener algo de sexo". "Mami, pero no me dijiste que tenes buen sexo con papi, ¿porqué lo haces con Olga?", "Hija es que hubo un tiempo, no se si recordas que tu padre por el trabajo viajaba mucho, y estaba varios días fuera de casa, un día fui a verla a Olga para que me recetara algo para aplacar mis deseos, ya que lo quería y quiero mucho a tu padre y no veía bien hacerlo un carnudo, fue así que me hizo desnudar y en lugar del habitual tacto con sus guantes quirúrgicos, comenzó con unas caricias muy suaves y placenteras sobre mis labios vaginales, haciendo que me estremezca y traté de rechazarla, entonces Olga me dijo, quedate tranquila, que te daré el mejor de los tratamientos, así no tenes deseos de sexo, solo que lo haremos cada vez que te sientas excitada, fue así como comenzó todo hace mas de 10 años". "Entonces mami solo se ven cuando vas por una consulta, o también has estado en su casa?". "Mirta, ha sido y es según la ocasión, en el consultorio, en su casa, en casa de amigas, hemos tenido mucha actividad sexual y de muy buena calidad, ahora nos vemos muy poco, porque ya no siento tantas ganas de estar con mujeres, sigo prefiriendo a tu padre, a quien amo mucho, pero hay momentos que necesito de sus caricias, besos y lamidas y voy al consultorio a última hora, para darnos placer mutuamente. Ves, por eso te decía hija mía, que vos no sos lesbiana, sino bisexual, porque ya probaste a un hombre, y no me caben dudas que lo volverás ha hacer con aquel que te gane el corazón". "Mami, de momento me siento muy, pero muy bien haciéndolo con Esther y alguna de sus pacientes, no extraño para nada el pene de un hombre, con la forma en que sabemos hacerlo entre mujeres, me siento más que satisfecha". "Si!! viste Mirtita que entre mujeres lo hacemos de una forma tan especial, que llegamos a gozar más que con un hombre, aunque yo como aún lo amo y mucho a tu padre, lo necesito dentro mío al menos una vez en la semana, pero hay veces que tengo ganas de explorar algo nuevo y rico en el sexo, que no dudo y voy corriendo al encuentro de Olga, con quien experimentamos distintas posturas, usamos diferente clase de juguetitos, y hemos tenido fiestas con has 6 mujeres, todo un fin de semana en una casa quinta de una paciente de ella". "¿Queeee, has estado con varias mujeres a la vez?, nosotras con Esther hemos tenido sexo solo con otra mujer más, nunca fuimos mas de tres". "Si hija, en varias oportunidades hemos estado en ésa casa quinta, y he tenido sexo hasta en la piscina, una sola vez estuvo una que era mayor que yo, pero las otras oportunidades, hemos tenido hasta chicas de 16 años, muy jovencitas y muy hermosas, aso me pone a full, y es con quienes más me prodigo en darles placer".

"Que bueno mami, con razón me entendiste el día en que te dije que salía con una mujer y ni te inmutaste, otro día comentamos sobre experiencias, pero ahora me voy a ver a Esther ya que con la charle me excite" nos despedimos con un fuerte abrazo de madre a hija y varios calidos besos.

Al llegar al consultorio era temprano aún, Esther estaba con una paciente nueva, según me dijo Mónica, que seguro iba a demorar, que si quería le ayude a ordenar unas historias clínicas, cosa que hizo con gusto, ya que tenía que alcanzarle documentación que ella colocaba, subida a una escalerita sobre unos estantes altos, lo que me permitía ver su cola les, ya que como siempre usaba mini faldas, ante semejante visión, comencé a excitarme, por lo que cada vez que le alcanzaba algo, apropósito acariciaba su mano, para luego rozar sus piernas y rodillas intentando llegar a su cueva, en un momento que estaba tocando sus piernas, Mónica, lentamente comenzó a descender de la escalera en forma muy provocativa, diciendo, "Seguí cariño, seguí, que quiero sentir tus dedos en mi cuevita que te esta esperando, quedó parada sobre el último peldaño desde abajo, quedando mis dedos ya dentro de su cueva, y sus tremendos globos a la altura de mi boca, entonces Mónica, ni lerda ni perezosa, abrió su camisa y metió una de sus pezones entre mis labios, el que comencé a devorar con toda pasión, mientras ella gemía y acariciaba mi cabello hundiendo mi cara entre ese manjar que estaba degustando, sin dejar de meter alternativamente y con suaves movimientos mis dedos en su cueva, hasta notarlos completamente húmedos mientras ella llegaba a un profundo pero silencioso orgasmo, ya que ninguna quería que la nueva paciente de Esther se dé cuenta de lo que pasaba fuera del consultorio.

Mónica termino de jadear, y bajándose por completo de la escalera, me tomo del rostro y hundió su lengua en mi boca, la que recibí con mucho placer, mientras buscaba mi conchi por debajo de la falda, bajando mi tanga, hasta meter dos dedos dentro, y decirme al oído, "Cariño estas muy excitada, tanto te gusta mi cueva y mis pezones, que estas muy, pero muy mojada", a lo que respondí, "Seguí cielo, seguí, meteme todos tus dedos que estoy hecha fuego, porque entre vos y la charla que tuve con mi madre, no puedo esperar que Esther me haga suya, y me dé el placer que mi conchi necesita." Mónica que siempre era muy obediente jugo con sus dedos en mi conchi, acaricio y apretó mi clítoris, mientras con la otra mano, desabrocho mi camisa y hundió su cara entre mis tetas, comiéndose alternadamente mis pezones dejándolos como roca, a la vez que yo gemía suavemente evitando dar mis acostumbrados gritos y aullidos de placer cada vez que me hacen sentir una loba en celo. Justo cuando había llegado al orgasmo y estábamos acomodando nuestras ropas, se abrió la puerta del consultorio, saliendo primero Esther, seguida de una jovencita de 15 años, mas o menos muy hermosa, con muy linda cola pero pequeños pechos, que tenían pezones muy duros que sobresalían de la fina remera que llevaba, acompañada supongo por su madre. Entonces Esther dirigiéndose a Mónica dice, "Moni cariño, toma con esto arma una historia clínica de Susana, y dale el último turno del viernes, que tengo que seguir revisándola, pero más a fondo. Hola amor dijo mirándome con ojos brillantes y pícaros, regalándome una de sus mejores sonrisas".

Esa noche en casa de Esther como siempre comenzamos con nuestros juegos eróticos en la bañera, le conté de la charla con mi madre, ella se puso muy contenta por el resultado, me lleno de besos agradeciéndome por hacerla tan feliz, y que por fin íbamos a poder vivir juntas si andar a las escondidas, a la vez que me dice. "El viernes, no te olvides que tenes que ayudarme a darle un buen tratamiento a Susanita, tiene 14 años y es virgen, te concederé el honor de atenderla como corresponde, y con tu lengua y dedos rompas ese himen que tanto le molesta a la pobrecita.