Ya no estas

Me han dicho una vez que para el corazón “el llanto cura más que un antiséptico” así que esto es para intentar “curarme”

Ya no estas

Ya no siento las palabras, me pierdo a poco y poco mientras las busco. Ya no sé lo que es cierto o errado, lo que está bien o mal. Solo sé que tampoco estas y que desaparezco.

Blanco y negro, cierto o errado, noche o día. Los contraste se mezclan en mi interior, todo se vuelve gris sin ti. Cuando somos pequeños somos solo el día, colorido, luminoso y lleno de vida. Solo miramos las cosas bellas porque lo demás carece de sentido, no tiene valor. Crecemos y descubrimos los contrastes el bien y el mal. Distintos caminos se presentan y tenemos que tener certeza en nuestras decisiones, para que no nos juzguen. Caminos que llevan a otros e a nuevas decisiones y a nuevas personas.

La luna y el sol. Metáfora o no, la vida es así.

Te conocí, tomamos el mismo camino e tus ojos encontraron los míos, sin palabras dijimos tanto que seguimos callados. ¿Deseo, amor? No lo sé pero un miedo atroz si, miedo de perderme por siempre en ti, huí lejos de lo que me hacías sentir pero no se puede jugar con el destino de igual para igual, porque el saldrá ganando siempre.

Cuando deje de luchar te encontré de nuevo y no fueron mis ojos o mis palabras que hablaron, fueron mis manos en ti, tu piel en mí, y el fuego dentro de nosotros que desbordo como un volcán que está siglos esperando por explotar. Deseo, amor, lujuria, todo lo sentí, todo, no podía parar, di de mi todo sin dejar nada.

¿Destructivo? Se puede decir que si, pero también el criador del mas magistral de los goces, el placer que te completa pero que jamás te sacia. Día tras día, noche tras noche el sueño parecía haberse hecho realidad, cada segundo contigo era un regalo, cada caricia y cada beso se marcaban en mi interior y las palabras que escribía volvían a tener la alegría de un niño, el colorido del día y la luz del sol.

Escribía por ti, para ti y contigo. Amor, alegría, pasión todas eran mis palabras favoritas hasta que te fuiste y solo quedo la oscuridad, la tormenta y el frio.

Tu sueño era más grande que el mío, poco a poco deje de sentir tu piel, tus besos y a ti. Se quedó la noche, llevándose lejos a la luz del sol, a la sonrisa del niño y a mis palabras. Ahora los contrastes se mezclan y todos los caminos son grises sin ti.

Las palabras que antes eran de pasión ahora no tienen sentido y si dolor, la furia que antes era deseo hoy es miedo, falta y un gris que me cubre como una tela de araña a una mariposa.

Ya no me encuentro y ya no me busco.

Ya no siento y ya no escribo.

Ya no respiro

Ya no amo.

Ya no vivo.