Ya les conté que no vivo en Buenos Aires...

En invierno hace mucho frio... pero hay formas de entrar en calor.

Este es medio largo... pero me gusta contar todos los detalles para que mis lectores se pongan en clima...

Ya les conté que no vivo en Buenos Aires, sino en una pequeña Ciudad del sur de la Pcia. De Buenos Aires, en donde paso parte del año, el resto viajando por todo el interior del País, verano e invierno, es mi trabajo.-

Soy auditora de una empresa con decenas de sucursales distribuidas por toda la hermosa Geografía de Argentina y tengo la gran suerte de conocerla casi toda. Además de viajar gratis, me pagan por viajar.

El trabajo es bastante aburrido, pero es bastante bien pago y tiene sus gratificaciones.

Gracias a este trabajo conocí desde la quebrada de Humahuaca hasta las Pingüineras de Puerto Madryn, pasando por el Cañón de Atuel y Bahía San Blas.

Este trabajo tiene una cosa extraña e interesante. Los hoteles.

En la mayoría de las Ciudades que no están en zonas turísticas hay pocos hoteles mas o menos confortables, tal vez uno o dos y los que viajamos habitualmente vamos siempre al mismo.-

Y a poco de estar recorriendo la Argentina, los que viajamos habitualmente solemos coincidir mas de una vez esta semana en Tandil, dentro de un mes en Neuquen, etc.

Quienes somos ???

Viajantes de Comercio, Inspectores de la DGI, auditores Bancarios, Abogados de Empresas, periodistas, etc. un grupo bastante heterogéneo pero con bastante buena onda.

Con el tiempo y las diversas coincidencias nos vamos conociendo y somos en muchos casos amigos.

Esta vida nómade tiene la particularidad que, cuando estas un tiempo dando vueltas por distintas Ciudades, lejos de tu casa, sentís la necesidad de estar con alguien conocido, tener alguien con quien charlar, algo mas que un simple y ocasional encuentro con otros pasajeros de un hotel.-

Sobre todo por la cantidad de "horas muertas" que estos trabajos tienen.

Un día típico en mi trabajo (y en el de muchos de mis amigos) es mas o menos así: Desayuno bien temprano, a las 8 o a mas tardar a las 9 a trabajar, parar para el almuerzo entre las 12 o las 13, almuerzo, siesta (si es verano) vuelta al trabajo hasta las 18 y después tiempo libre.-

O sea que te sobra mucho tiempo. Ese horario entre las 18 y la hora de cenar 21 o 22 lo pasas en el Bar del Hotel o en Lobby, allí nos juntamos a charlar, leer o ver TV y a matar el tiempo hasta la cena.

En la gran mayoría de las ciudades y pueblos a la noche, después de cenar no hay nada que hacer, nos hay cine y las confiterías los días hábiles cierran temprano, así que a las 11 ya estamos de vuelta en el hotel.

Y allí o te vas a tu habitación a dormir, leer o ver TV o te quedas charlando.-

Claro que, una vez que ya estas en confianza, otras cosas se pueden hacer.-

En general los hombres, no suelen tener demasiados problemas en encontrar otro tipo de diversión. Los empleados de los hoteles siempre tienen agendas con números telefónicos, y por supuesto, nadie dice nada cuando alguna señorita entra directamente para la habitación 22. -

O se sienten puertas que se abren y se cierran a veces sigilosamente, a veces no tanto.

Pero nosotras, y sobre todo ya maduritas... la cosa es distinta.-

Les cuento la última, fue hace unos meses – en el pasado invierno – en una ciudad de la Pcia. de Buenos Aires.

Tres días me llevaría el trabajo, pero por problemas en el viaje, llegué el Jueves, o sea que me tenia que clavar el fin de semana.

El Jueves trabajo, el viernes igual. Cuando llego al hotel a las 18,me encuentro con Martha.

Marta es una Contadora, auditora de un Banco Oficial, con la que habíamos coincidido, de absoluta casualidad en las tres últimas ciudades. Ella recien había llegado y también se tenía que clavar el Fin de Semana, ya que volver a su "base" como le llamamos a nuestro lugar de residencia, significaba pasarse muchas horas viajando y el costo del viaje a su cargo.

Bueno, después de los saludos, etc. decidimos ir a cenar juntas y temprano, ya que hacia bastante frío.

Marta es de mas o menos mi misma edad, bastante alegre y divertida, con un buen físico, no es una gran belleza pero los hombres (Y algunas mujeres) se dan vuelta a mirar.

Durante la cena charlamos de todo un poco y la conversación fue girando para el lado del sexo, ambas somos divorciadas y allí nos contamos algunas intimidades con varios de nuestros amigos y conocidos: y lo bien que la pase con este y con fulano muy mal, y mengano sabe hacerte gozar como los dioses, etc. etc.

Casualmente, habíamos coincido en un par de compañeros de cama también.

Después de dos botellas de buen tinto y siendo ya como las 11 y media de la noche decidimos volver al hotel, solo dos cuadras, o sea caminando.

Se había levantado viento sur y hacía un frío de los mil demonios, abrazadas, mitad por el frío y mitad por las dos botellas de vino tinto, caminamos hasta el hotel.

En el lobby no había nadie, solo el conserje, con esa cara tan especial de los conserjes nocturnos que parecen estar dormidos parados pero ven y escuchan cuanto sucede a su alrededor.

Automáticamente nos entregó nuestras llaves, y nos fuimos para el ascensor, eran solo dos pisos (estabamos en el mismo piso y nuestras habitaciones enfrentadas en el mismo pasillo)

Mientras subíamos – reconozco que algo borrachas – Martha me abrazó y me estampó un beso de lengua, corto el viaje en ascensor y corto el beso.

Llegamos al piso, y nos dirigimos a nuestras habitaciones y por alguna razón que desconzco ninguna de las dos dijo nada.

Ya en mi habitación, bastante sorprendida y sin entender demasiado lo que había pasado, me desnudé para darme una ducha –siempre lo hago antes de dormir – mientras pensaba en la sesión con mi "amiguito a pilas" que siempre llevo en mi equipaje por si acaso.-

Mientras me desnudaba me veía en el espejo de pared que reflejaba mi imagen de cuerpo entero. Esta visión, el vino, el calor de la habitación por la calefacción en comparación con el frío de la calle y el beso me produjeron una calentura de aquellas.

La ducha tibia en lugar de calmarme, aumentó mi calentura, por lo que mientras el agua corría por mi cuerpo, mis manos comenzaron por acariciar mis tetas y lograron que mis pezones se erizaran (quedaron "duros como pija e’macho" diría la bruta de mi amiga Josefina), no me contuve – para que – y me masturbe suavemente obteniendo un orgasmo suave y placentero.

Mientras me secaba en el centro de la habitación, pensando en mi "amiguito a pilas" que me esperaba debajo de la almohada, comenzó a sonar el teléfono.

Quien carajo me llama a las 12 de la noche????

HOLA!! dije mas bien enojada

Estas?

Estoy.

Voy?

Vení.

No tuve tiempo para pensar la razón de que mi vecina de cuarto quisiera venir y menos aun por que le había dicho que si, cuando llamaron a la puerta.

Yo estaba envuelta en la tohalla, no muy grande por otra parte, y asi como estaba abrí la puerta.

Allí estaba Marta, envuelta en su abrigo, sonriente, su ojos brillaban, estaba perfectamente maquillada con lo que su rostro, bastante bonito como les dije, estaba resplandeciente.

Entró y nos enredamos en un beso apasionado, mi lengua penetró su boca, buscaba la de ella, la de ella penetró en mi boca y se desató un infierno de caricias. La toalla cayó al piso, mis manos abrieron su abrigo que también cayo al piso. Martha solo tenia puesto un conjunto, por demás excitante, de corpiño y tanga negros de encaje que resaltaba sobre su cuerpo bronceado.

Estaba realmente exquisita.

Abrazadas y con los labios pegados nos fuimos deslizando hacia la cama.

Marta cayó sobre mí, su boca dejo mis labios y comenzó un largo recorrido por mi cuello, mis orejas, bajo a mis tetas y su lengua en punta hacia círculos alrededor de mis pezones, mientras yo totalmente entregada cerraba los ojos y clavaba mis uñas en su espalda.

Y su lengua siguió bajando, jugó un segundo con mi ombligo y se acercó al Monte de Venus. Sus dientes tironeban de mi vello púbico (no me depilo) produciendome una excitación de los 1000 demonios.

Su lengua llego a mi vagina, acarició los labios mayores, sus labios buscaron y encontraron mi clítoris y yo creí desmayarme de placer.

COJEME ¡!!!!

Y Marta, obediente como una esclava, metió a fondo su lengua en mi concha, mientras su mano buscaba mi culo.

Yo sentía la lengua en la concha, con su particular calor y primero uno, luego dos dedos en mi puerta trasera, no aguanté mas y en medio de quejidos y espasmos, arqueando la espalda tuve un orgasmo prolongado, dulce y feroz, mientras empujaba la cabeza de mi amante mas adentro, mas adentro...

Mi orgasmo excitó mas aun a Marta, que sin esperar ni un segundo se quitó el corpiño, la tanga y comenzó a masturbarse.

Mi amor, eso es para mi....

Y la acosté boca arriba en la cama, y mis manos acariciaron su cuerpo, mis labios besaron sus tetas y finalmente mi lengua buscó su concha, mientras no soltaba sus tetas (no muy grandes pero bastante erguidas para nuestra edad) y retorcía sus pezones.

Marta estaba tan caliente que apenas mi lengua tocó su clitoris, estalló en una catarata sobre mi cara. Su orgasmo prolongado no solo de dio placer a ella, sino también a mí.

Metí la mano debajo de la almohada y con mi "amigo a pilas" en la mano comencé a acariciar los labios de la concha de mi amante, su piel blanca estaba rojiza (después me contó que se había depilado antes de venir a mi habitación) y brillaba de sudor y sus jugos, con lo que el consolador se deslizaba suavemente, haciendo las delicias de mi compañera.-

COJEME ¡!! Me ordenó

Y yo comencé a penetrarla, primero suave pero sus manos empujaron las mías y la penetración fue fuerte, directa, entre- saca , entre – saca. Su concha dilatada al máximo se tragó todo el consolador (que no es chico 25 cm de largo por 5 de diámetro) mientras la muy turra se acariciaba las tetas con una mano y con la otra jugaba a meter un dedo en mi orto.

Su segundo orgasmo de la noche llegó rápidamente. Y mientras me besaba sacó el consolador de su concha y lo puso entre nuestros labios, donde lo besamos y sin darme tiempo a nada, con un rápido movimiento me lo metió de un solo golpe en mi (recontra mojada) concha.

Mientras me cogía con la mano izquierda, su mano derecha nuevamente buscó mi culo y sus dedos me penetraron. Sentía como sus dedos intentaban tocar – por dentro – el consolador, mientras yo gozaba retorciéndome en la cama.-

La muy turra acercó su boca a mi oreja y comenzó a decirme en voz baja y susurrante: Sos una puta, sos una perra calentona, sos una yegua que necesita un potro, sos mi hembra favorita, te estoy rompiendo el culo... y no se que mas cosas del mismo tipo.... eso me terminó de calentar, subiendo mi temperatura a como 10.000 grados.

Logró que en menos de 5 minutos, mi espalda se arqueara nuevamente en un orgasmo largo y profundo que me dejó sin aliento.

Eran las 12 y media de la noche, todo había pasado en menos de media hora, y las dos estabamos rendidas.-

En esta violenta media hora, no habíamos casi hablado.

Nos levantamos, fuimos al baño a lavarnos lo que hicimos mutuamente...

Ella me secó delicadamente y yo a ella, mas que secarnos nos acariciamos..

A los tres minutos, estabamos metidas en la cama, desnudas y abrazadas, tapadas por el frío y allí Marta me dijo:

Hola!!!, sabes que yo había venido a invitarte a ver TV en mi habitación?

La carcajada de ambas resonó en la habitación.

Lo último que recuerdo antes de quedarme dormida es la cabeza de Marta descansando sobre mi hombro, mientras su brazo rodeaba mi cintura y yo intentaba ver en la TV una película de la que no vi el final y tampoco recuerdo de que se trataba o como se llamaba.

Lo que pasó en el resto del fin de semana (que fue bastante movidito) se los cuento otro día.

Lina

Adrianaabogada@yahoo.com