Y yo os declaro...

Una humilde reflexión del autor sobre el machismo.

El machismo siempre ha sido un obstáculo a la igualdad, una lacra de la sociedad y una maldición para las mujeres. No obstante, no ha sido un problema legal hasta que las mujeres han alzado o, mejor dicho, han podido alzar la voz diciendo ¡Basta!.

En uno de los sectores más conservadores como es la Iglesia, una de las frases que más repercusión tiene y de la que prácticamente mamaron nuestras abuelas desde la cuna es la de: "Y yo os declaro marido y mujer". Es decir, que un miembro del sexo femenino no es mujer hasta que no se casa, pero alguien del sexo masculino es hombre siempre y cuando a él le dé la gana. Así pues, la meta de cualquier persona que haya nacido sin parte "Y" en sus cromosomas, es casarse y, por consiguiente, honrar al marido y, por consiguiente, tener hijos y, por consiguiente, cuidarlos prácticamente sola (eso es ‘trabajo de mujeres’) y, si es preciso, por que el dinero de la paga del marido no llega a cubrir todos los gastos, trabajar fuera de casa.

Ésa es una de las lecturas, la otra sería que el cura les declara a él marido de ella, SU marido y a ella la mujer de él, SU mujer. No obstante, no sé que es peor. En este último caso, el hombre pasa a ser de la mujer únicamente en su faceta de marido, sin dar posibilidad a que la mujer se pregunte qué hace él cuando sale de casa, mientras que ella pasa a ser del hombre completa y enteramente. Este deporte, por desgracia cada vez más popular, de la violencia de género, ha dado una de las frases más crueles a la humanidad: "La maté por que era mía". ¿Y de quién es la culpa?

Hace años ni siquiera existían estas tres palabras tan antipáticas de "Violencia de género", por que si el marido te pegaba aún se decía "Algo habrás hecho", "Esas cosas no deben salir de la familia", o la también muy usada "Seguro que es culpa tuya". Sin embargo, eso ha cambiado con la tan esperada llegada de la democracia y las mujeres ya pueden decir (¿sin miedo?) que son maltratadas.

Sin embargo, el problema está muchísimo más arraigado incluso de lo que parece. Desde el principio de los tiempos, las mujeres habían sido objeto de devoción por ser las únicas capaces de dar el milagro de la vida. No obstante, con la llegada del cristianismo y su pecado original, las féminas han llegado a ser vistas como seres inferiores y débiles. ¿Quiere esto decir que la culpa la tiene la Iglesia?. No, no quise decir eso. Pero sí la tienen los que piensan como ella y quieren relegar a las mujeres a la cocina para seguir creyéndose superiores a los demás. Pensamos que somos los más listos, los más fuertes, los más hábiles y los más guapos. ¡Mujeres del mundo, uníos! Demostrad que no tenéis nada que envidiarle al sexo llamado tradicionalmente "fuerte".

PD: La última de los populares ha sido la crítica al matrimonio homosexual. Cuando todos saben que el rechazo a los homosexuales no es tanto de conductas sexuales "desviadas" como de bajar voluntariamente un escalafón en la escala del macho blanco (En el caso de los gays) o de querer subir uno sin "merecerlo" (En el caso de las lesbianas). Allá por principios de siglo un antropólogo bastante famoso dijo: "Un cocodrilo jamás será una gacela, como un negro jamás será de clase media". No sería del todo disparatado oír a Zaplana algún día decir "Un salmón jamás será una rana, como un gay jamás será alguien normal".

Eso, compañeros, ha sido todo por hoy.