¿y tu que tan vegetariana eres?
Se trata de una joven que va a la ciudad a vivir y se encuentra con un negro sonriente que trabaja en una verduleria...
Esta es una historia que le sucedió a una chica llamada Ema que nació en el campo, en las afueras de la ciudad, que al terminar la secundaria se vio obligada a venir a vivir en la zona urbana para continuar sus estudios en Agronomía. Con mucho esfuerzo de su familia y esfuerzo propio, se fue a trabajar y estudiar para tener un buen futuro.
Se mudo a un barrio en el sur, cerca de la costa del Río de la Plata, un lugar muy tranquilo, y bonito en donde no conocía a absolutamente nadie. La vecindad no parecía muy amable cuando Ema llego. Acostumbrada a la gente del interior que es tan agradable y simpática, espontánea y solidaria no vio en la gente de la ciudad esas cualidades y costumbres. Por el contrario cada uno vivía en su mundo sin mirar al costado. Miradas perdidas, opuesta a la expresión de Ema, mujer joven apenas mayor de edad, de sonrisa fácil, menuda de cuerpo, rostro bien blanco, cabellos negro y con una ideología vegetariana.
Poco a poco Ema fue adaptándose al barrio, pero igualmente no podía evitar lo vacía y desolada que se sentía y lo que extrañaba su pueblo.
Un día que tenia libre en la facultad decidió tomar un tiempo libre para dar una vuelta y conocer más el lugar. A las dos cuadras se encontró con un cartel bien grande que decía: Verdulería” El Sable” , y le pareció oportuno detenerse para hacer un surtido de verduras para una rica sopa de cena. Un moreno muy corpulento de físico y gran estatura la recibió con una sonrisa de oreja a oreja y unos dientes de rubí que brillaban y contrastaban con su piel morena azulada
-Hola- le dijo amablemente
-Hola- respondió EMA devolviendo la sonrisa
-¿Que te puedo ofrecer?-dijo el negro
-mmm…bueno voy a llevar: berenjenas, papas, boniatos, zanahorias, repollos yyy..Pepinos!
El moreno le iba seleccionando las verduras mientras silbaba una canción que sonaba conocida pero Ema no la reconoció en ese momento. Luego de poner todo en bolsas le pregunto:
-¿Eres nueva en el barrio corazón?
-Si!!!-dijo Ema contenta de encontrar una persona con quien pueda entablar un dialogo y se de cuenta de su llegada en el lugar. Y se marcho alegre para hacer la sopita.
Cuando llego a la casa, se puso a pelar las berenjenas, las papas los boniatos…..
Entonces se acordó del moreno, el verdulero mientras pelaba los pepinillos, pensó lo agradable que había sido esa sonrisa frente a la indiferencia de los otros vecinos y empezó a silbar alegremente.
Al día siguiente cuando llego de la Facultad, no tenia la necesidad de hacer otro surtidito de verduras, pero quiso volver a la verdulería, en el fondo sabia que necesitaba una sonrisa pero fue con la excusa de comprar algunas otras verduras que no compro el día anterior. Cuando vio su reloj pulsera faltaban menos de dos minutos para las ocho de la noche, entonces dispuso apurarse antes que cerrara.
Al entrar, lo vio a el negro enorme que le sonrió otra vez con su sonrisa de rubí y cierta picardía. Ema sonrojando un poquito pidió sus verduras, pero el moreno pareció no escucharla y silbando como de costumbre trancaba el portón e la puerta con un candado.
Ema sorprendida no pudo decir nada…quedo inmóvil y cuando iba a abrir la boca para hablar el negro la alzo en brazos agarrando sus delgadas caderas y la sentó en el mostrador. Ella quedo durita sin expresión
-Así que eres vegetariana vecinita…quiero ver que tan vegetariana eres- dijo el negro
Ema sin poder creer lo que estaba ocurriendo, se encontraba sentada en aquel mostrador de la verdulería, y ahora el había abierto sus piernas con sus manoplas y comenzó a frotarle la entre pierna sobre la tela del pantalón. Entonces fue cuando entendió su juego y no se reprimió mas, hecho su cabeza hacia atrás y cerro los ojos. El negro se desprende el pantalón, baja el cierre y lo saca para afuera. Ema baja su mirada y se encuentra con un pene enorme!!!!!! Largo muy largo..ancho muy ancho y con una cabeza negra y redonda, nunca había visto la pija de una negro y pensó “es cierto”.
Y ahí fue cuando el la volvió a alzarla en brazos para quitarle la ropa y metérsela en su
Estrechita vagina. Ema dio un grito de desesperación AHHHHHHHHh
Tener una de ese tamaño y con el moreno sonriéndole mientras la metía y la sacaba era como un sueño, el contraste de pieles, ella sentadita en el mostrador bien abiertita de piernas y el dale que dale sin piedad penetrando a Ema, y exclamaba mientras la agarraba con fuerza
-Quiero ver que tan vegetariana eres!
Después que la penetro un rato la hizo arrodillar para que Ema la probase en su boca y ahí fue cuando Ema en un grito dijo:
-SIiii es verdad soy vegetariana pero me encanta este chorizo
Y se la metió en la boca lo máximo que pudo y sintió el placer de tener una pija negra y de ese tamaño en la boca, una sensación única irresistible. Nunca había sentido tantas ganas locas por meterse todo ese pene que ella le decía chorizo en la boca, no paraba de succionar como una recién salida del loquero, loca por esa verga negra. Se atragantaba en la garganta con semejante pedazo de carne y el negro le agarraba la cabeza hasta dejarla roja sin respiración. Hasta que la levanta de los pelos y le vuelve a decir:
-Quiero ver que tan vegetariana eres
En sus manos el moreno tiene una zanahoria y se la introduce en la vagina de Ema. Se la metía y se la sacaba mientras le metía el dedo en su culito. Luego se la saco e hizo lo mismo con un pepino, estaba siendo follada por una zanahoria y un pepino con el dedo índice de el negro en su culo, que era tan grande el dedo que es como si fuera una verga. Pero fue un grito desgarrador cuando le saco el dedo y le se la metio por el culo, si! La verga en el culo y el pepino en la vagina! Ema estaba siendo doblemente penetrada. Eran gritos y mas gritos en esa verdulería, estaba desquiciada de placer.
Y así fue que Ema prefiere ir siempre a la verdulería muy cerquita de las ocho de la noche cuando esta por cerrar, y ahora sus sopas tienen un nuevo sabor único!
Y si no quiere sopa! Doble plato.
Después de escuchar esta historia que me contó una amiga de un amigo mio…empecé a ver el arte culinario de otra manera y a disfrutar a la hora de cocinar