Y... ¿Por qué no? IV

Esta historia trata de una muchacha que conoció a otra por chat, hasta el momento sólo por motivos musicales. Sin mayores expectativas, la desconocida chica comenzó siendo su amiga, y luego seduciéndola sin piedad.

Me desperté por el sonido de las gotas de las duchas golpear contra el azulejo. Recordé que estaba en el hotel con… Rocío. Miré a mis alrededores en busca de vida pero nada. Aún seguía cansada así que dormité en la cama hasta que Rocío salió vestida con un apretado jean, descalza, con el cabello mojado y el torso desnudo, cubierto por el sostén. Verla así sinceramente me quitó el sueño y cansancio que tenia hace unos minutos.

- Levántate perezosa.- Comenzó a acomodar su cabello frente al espejo. – Deberíamos ir volviendo, tu mamá se puede preocupar.- Continuaba de espaldas, aún con el torso desnudo.

Dándome esa vista de su cuerpo, sólo podía pensar en cosas pervertidas con ella. – Dormí mal, estoy cansada.- Dije con voz débil, aunque no era cierto. Como dije anteriormente, ella me despertó totalmente. Me volteé sobre las sabanas y me tapé completamente, jugando con Rocío.

-Si quieres que yo te levante, acabarás arrepentida.- No veía nada, pero escuchaba las pisadas descalzas de Rocío sobre la madera. Se arrojó violentamente arriba mío, tomó la almohada del costado y comenzó a darme almohadazos en broma.

- ¡Toma! Eso te pasa por traicionar a nuestro rey.- Reí e intenté defenderme pero me tenía indefensa, nuevamente ella tenía el control.

- ¡Sal de encima verdugo!- Intenté quitarle la almohada de la mano para contraatacar, pero fue en vano. - ¡No he traicionado a ningún rey!

- Encima osas mentir.- Dijo, cesando con los golpes. – Te has acostado con uno de sus amigos.

-¿Con uno de sus amigos?

-Sí, con uno rubio.- Y ahí caí en la trampa. Ella estaba vengándose y recalcándome lo que paso ayer.

- No estarás hablando en serio, ¿Cierto?- No había manera de escapar.

- Yo no miento

-Lo siento.- Las palabras que salían de mi boca ya comenzaban a trabarse. - No quise… Ella… Ella me llevó al baño.- Comenzaba a recordar lo que pasó a ayer. Mi corazón estaba totalmente arrepentido, ¿Cómo se lo tomaría Rocío? Ojalá no hubiera hecho nada ni con Florencia ni con nadie. Pero mi cerebro y otras partes pensaban diferentes. En resumen fue uno de los mejores polvos de  mi vida. Esos pensamientos pasaban por mi mente y no pude evitar ponerme colorada.

- ¿Así que fue en un baño? Sí que es experta.-

- No volverá a pasar.-

-Pero haz lo que quieras linda, yo no soy tu novia para decirte con quien debes estar.- Sonaba muy enojada. –Soy algo mejor que una novia.

-¿Qué?

-Ya verás

Tomó mi cabeza a los costados fuertemente y me pasó la punta de la lengua en mi mejilla, cerrando los ojos. En ese momento me pregunté qué mierda estaba haciendo, pero después fue placentero y comencé a sentir cosquillas en mi entrepierna.

- Y ahora yo pregunto, ¿Alguna vez besaste a una chica? Aunque es inútil, ya sé la respuesta, pero déjame ilusionar.-

-Sí, a ti te he besado.-

-Sí ya sé, y a Florencia también.- Miró de reojo. - Dije que me dejes ilusionar, es decir, di que no.-

- Bueno, pues, ¿No?-

- Genial.- Me sonrió y comenzó a acercarse a mis labios. Mi pecho se iba a salir, estaba súper nerviosa.

- Quería que sea más especial, pero ya no aguanto más.- Me besó y sentí como me bajaba la presión. Posó sus contorneados labios en los míos con una suavidad impresionante, para luego entreabrir su boca y hacer que el beso sea uno tierno de contacto labial. Sus movimientos tenían la gracia perfecta, parecía una bailarina de ballet; sabía como hacer lo correcto en su mayor perfección. Comenzó a juguetear con mis cabellos y mi rostro. Cabe aclarar que continuaba con el torso desnudo. Nuestros cuerpos eran uno sólo, podía sentir como su respiración y la mía comenzaba a agitarse. Pasé mis manos hacia su espalda desnuda y la arañé suavemente. Se arqueó, separándose de mis labios y gimió, para luego abrir los ojos y mirarme.

- Estoy re caliente, pero necesitas sufrir un castigo por tu cometido.- Me dio una suave palmadita en mi mejilla derecha y se levantó de encima de mí. ¡Sabía que me las haría pagar!

-Vamos Ro, perdóname.- Yo también estaba a 100, así que iba a ser lo posible para saciar mi sed de sangre. - Haré lo que quieras, pero por favor no me dejes así.

-¿Lo que sea?

-Sí.- Comenzaba a dudar de mi respuesta.

- Quiero que no te acuestes con nadie más.- ¡Mierda! Desde que estoy con Rocío mis deseos sexuales aumentaron significativamente. ¿No acostarme con nadie incluye a mi novio? ¿Cómo se lo diría? Mejor ni nombrarlo, a ver si no se acuerda.  - Y si todavía no te sientes lista te dejo hacer una excepción por tu novio.- Igual si fuera por mi no me acostaría más con él, pero simplemente no sé como decírselo.

- Bien, entonces lo prometo.-

-¿Lo juras?- Se cruzó de brazos y me miró dudosa.

- Lo juro.-

-¿Por el dedito?- Cerró el puño y liberó su dedo meñique, había visto en la tele que es una clase de señal de confianza, así que hice lo mismo y juntamos los “deditos”.

- Por el dedito.

-Bien, ahora sí podemos follar.- Esta chica era muy segura de sí misma…

Volvió a sentarse arriba mío y me besó, pero esta vez de una manera salvaje, sedienta. Con su mano izquierda acariciaba mi vientre, y con la derecha tomaba mi rostro. Mis manos estaban posadas en su espalda, vale aclarar que aún continuaba con el torso desnudo, así que quise aprovechar.

- Vamos, yo sé que quieres desabrocharlo.

-¿Puedo?- Parecía una idiota, pero estaba muerta de ganas por desabrocharlo :p.

- Sí tonta, hazlo.

Sonreí y los desabroché, aún continuaban posados sobre sus senos. Apoyé mis manos en sus pechos antes de quitar el sostén y cerré mis ojos. Sentía que iba a explotar, literalmente. Quité completamente el sostén y vi por primera vez sus pechos desnudos, eran redondos, bastante grandes pero tenía todo en su lugar. También tenía unos pezones rosas que estaban erectos. Los volví a tomar en mis manos y suspiré.

- Debería grabarte, esto es muy gracioso.

-¿Qué es lo gracioso?- Continuaba con los ojos cerrados, pero me tenté a responder.

- ¿Es que jamás viste unos senos?- Decía entre risas.

- Eh… únicamente los míos, pero no se compara a esto.- Ambas reímos y nos dimos cuenta que era momento de callar y dar lugar a otra cosa. Acerqué mis labios y comencé a succionar su pezón izquierdo. No lo había hecho nunca pero hice lo mejor que pude, sus pezones eran muy suaves y realmente me encantaban. Rocío comenzó a gemir como bien ella sabe y aumentó mis ganas y mi hambre. Tomé su pecho derecho con mi mano y lo masajeé. Esto era mejor que cualquier cosa, mejor que terminar un juego enla PlayStation o defecar luego de días de abstinencia(?.

- Mmm… lo haces genial.- Entre suspiros me fue tomando la parte superior del pijama y me dejó en sostén. Volvió para besarme y fue una guerra de lenguas, estábamos desesperadas. Con su dedo índice delineó mis labios y fue descendiendo. Hizo un camino por todo mi cuerpo hasta llegar al nudo del pantalón. Introdujo un dedo e hizo una especie de amague, para luego mirarme y sonreírme.

- Si casi te me mueres por un paro cardíaco al ver mis senos, no te imaginas lo que se viene.- Dios, realmente iba a matarme.

- No lo imagino, quiero hacerlo realidad.

Cuando todo iba genial y Rocío se disponía a quitarse su pantalón, comenzó a sonar mi teléfono. Tuvimos la intención de ignorar la molestosa melodía pero fue imposible.

- ¡Maldita sea! ¿Quién carajo llama justo en este momento?- Rocío parecía algo enojada, pero yo también quería continuar con lo que estábamos haciendo…

- Es  mi madre.- Observé en el identificador de llamadas. Madres… gracias a  Dios tenemos solo una.

- Hola nena, ¿Está todo bien por allá?- Aunque Rocío estaba intranquila, se decidió por acercarse lentamente a mí y tomó mi torso, para comenzar a besar mi cuello, la muy zorra sabía que eso no me dejaría hablar bien, pero lo hizo igual.

- Eh… sí. Está todo muy bien.- Hablaba entre jadeos y Rocío rió entre dientes. Pasaba su lengua e incluso me mordía, pero no se detenía.

- Sí, como digas. Si tienes planes avísame, hoy iremos a cenar con tu padre.

-Si… me parece, sí, me parece genial, muy bien.- Rocío tomó mis nalgas y las apretó contra ella, para seguir besando mi cuello como una diosa. Seguía riéndose de mi estado, y era ella la que lo provocaba -.-

- Que bueno que te parezca tan “genial”.- se rió del otro lado de la línea. Estaba haciendo el hazme reír de dos mujeres.

- Sí, es decir, la van a pasar muy bien.- No paraba de cosquillear por culpa de Rocío así que continuaba hablando como una idiota.

- Si, como siempre. Si no haces nada hoy podrías acompañarnos.- Rocío subió sus manos hasta el broche del sostén y lo desabrochó, lo quitó con su boca y lo tiró lejos. Me sonrió y continuó besando mi cuello, pero esta vez tomó mis pechos con sus manos y mis piernas comenzaron a flaquear, incluso me olvidé de contestarle a mi pobre madre.

- ¿Se puede saber que estás haciendo que estás tan entretenida?- Dijo entre risas.

- Eh… nada, estoy, sentada.- Rocío bajó y comenzó a pasar rápidamente su lengua por mi seno derecho. Yo realmente parecía un búho observando a Rocío hacer su trabajo, y no sabía ni con quién estaba hablando por teléfono.

- Ajá, ¿Sentada? Está bien hija- Soltó una carcajada e hizo una pausa.- Dice tu padre que ya vayas viniendo a casa para almorzar, así que deja de “sentarte” y ven para acá.

-Sí, adiós.

Colgué el teléfono y Rocío pareció haber escuchado la conversación, así que hizo berrinche pero finalmente se vistió. Me acomodé y busqué mis ropas con la intención de vestirme.

- Sabes, te ves mejor así.- Dijo, interponiéndose enfrente mío. – Pero mejor vístete que no quiero que andes dando espectáculos.

-Nunca dije que me iba a ir desnuda.

Nos vestimos entre cómplices risas, lo cierto era que no podía dejar de observar cada gesto de ella, todos sus movimientos eran tentados a verse. Comenzaba a sentir mucho cariño hacia ella… espero que no esté cometiendo ningún error.

Ya era domingo y mañana debía ir al instituto, así que evité hacer ningún plan para hoy… entonces tendré que ir a cenar con mis padres. Por suerte mañana entramos tarde y hay un acto, creo que del día de la independencia, así que podré pasar la noche en lo de Romina. ¿Debería contarle lo que me estaba ocurriendo con Rocío? No sé como podría tomarse las cosas… ninguna persona del mi contorno social era homosexual, aunque yo tampoco creo serlo… aunque estos últimos días estoy completamente confundida. Creo que siempre tuve mis dudas, pero aún así debo aceptarlo. ¿Los demás tendrían que saberlo? No lo creo necesario… además no creo llegar a tener algún día algo serio con Rocío, aunque me encantaría verla despertar a mi lado en las mañanas. Por dios, estoy hablando como si tuviera 30 años y trabajara :p. Aunque creo que finalmente estoy conociendo lo que realmente es amar y extrañar, porque si no extrañas es porque no le quieres. Estoy segura de que caería en una depresión si veo a Rocío besando a alguien más que no sea yo… y supongo que pienso igual que ella, porque me hizo prometer que no esté con nadie más. Creo que las cosas van bien así.

Una vez vestidas nos dirigimos al pasillo para tomar al ascensor, había puro silencio entre nosotras, aunque podía ver una sonrisa en el rostro de mi acompañante.

- Oye, ¿Puedo decirte algo?- Dijo mientras bailoteaba por el pasillo alrededor mío. Parecía como si ella fuera una hermanita menor.

- ¿Qué cosa?- Me causaba mucha ternura que se comporte como una nena :B

- No paro de imaginarte desnuda- A la mierda lo de comportarse con una nena, pensé, pero no pude evitar soltar una carcajada.

- Siempre me tomas por sorpresa, loca.- Evadí lo que me dijo, quería comportarme normalmente, estábamos rodeadas por algunas personas divagando por el pasillo, y no quería llamar la atención de nadie.

Los rayos de luz entraban fácilmente por los ventanales del pasillo, hasta que finalmente nos dispusimos a tomar el ascensor. Gracias a Dios no estaríamos solas en esa pequeña cabina, dos ancianas charlatanas se encontraban ahí dentro. Rocío sonrió tiernamente y tomó mi mano para entrar al cuarto.

- Buen día.- Dijo ella, sonriente. Yo saludé con una sonrisa. La charla de las ancianas comenzó a fluir nuevamente. Rocío simuló un bostezo y posó una mano en mi trasero. –Otra vez no por favor- Pensé. Lo último que quería era traumar a unas ancianas.

- Detente, no seas cabrona.- Susurré para Rocío, fuera del alcance del oído de nuestras acompañantes. Rió y descendió lentamente su mano a mi entrepierna, para pellizcarme. Grité por el dolor punzante y las ancianas cesaron su charla. Deseé que me trague la tierra en ese mismo momento. Miraron disimuladamente hacia mí y Rocío comenzó a silbar torpemente. Yo sonreí avergonzada hacia las mujeres, hasta que se miraron extrañadas y siguieron conversando.

- ¿Te parece gracioso?-

- Al contrario.- Rió juguetonamente Rocío.

El ascensor cesó su camino y salimos fuera del motel. El auto de Rocío descansaba en el cordón, realmente lo habíamos estacionado para cualquier lado. Nos ubicamos en nuestros asientos y ella puso música a todo lo que daba, para ponerse a bailotear en el asiento. La gente se daba vuelta a observarnos y llamábamos mucho la atención, cosa que no me gusta.

- Te tengo una sorpresita.- Dijo Rocío mientras que aparcábamos el auto en la entrada de la casona. Su mayordomo se dispuso a estacionarlo.

- No me gustan las sorpresas, menos que provengan de una loca como tú.- Chisté.

- Se que te gustará, ya verás.

Saludé a Rocío en la mejilla y se aprovechó para pellizcarme el trasero. Me dispuse a volverme a mi casa y a volver a mi vida normal. ¿Qué estará planeando ahora Rocío? Espero que no me tome desprevenida, esta chica es capaz de cualquier cosa.

Entre a mi casa y allí estaban mis dos padres, mirando la televisión. Era domingo, por lo que era su día libre.

- Hija, ¿Cómo estás? - Saludó mi padre.- Tu hermano hoy vino para visitarnos. Está en su habitación, ve a recibirlo.-

- ¡Qué bien! Hace ya rato que no le veía.- Realmente estaba contenta, ya comenzaba a extrañarlo, pero con todo lo que anduvo pasando a duras penas tenía momentos para pensar en otras cosas. Subí los escalones hacia su habitación, y ahí estaba él, con su típica sonrisa.

- ¡Alex-chan!- Sí, es un adicto al animé. Lo abrace y hablamos de su viaje y como le iba en la universidad. Mi hermano es un chico extremadamente inteligente, nunca tuvo problemas en la escuela. Es muy tierno, muy sensible, lo quiero mucho como hermano y como amigo.

Aún eran las 2 de la tarde, así que almorzamos en familia y me dispuse a no hacer nada en toda la tarde. Me recosté en mi cama y tomé el primer libro que vi. Maldita sea, justo a mi me toca uno de matemáticas. Volví a levantarme para esta vez fijarme que agarraba pero sonó mi celular. “ Hola guapa, soy Florencia, ¿Cómo estás? ” ¡Oh, Florencia! Qué sorpresa. Mi primera reacción fue sonreír, pero luego recordé lo que pasó. Aunque fue de lo mejor, a Rocío no le gustó. “ Hey, hola. ¿Bien y vos? ” No quería ilusionarle pero tampoco no sería tan mala de no contestarle e.e. La verdad era que tenía cierta tentación por contestarle. No pasaron 5 minutos que mi celular volvió a sonar. “ Perfectamente, ¿Quieres salir a dar una vuelta? ” Creo que ya comenzaba a tramar algo… Aunque seguramente quiere ser mi amiga, eso espero. Bah, realmente no espero eso… Pero prefiero que Rocío esté bien conmigo antes de estar con Florencia. “ Vale está bien, ¿A dónde iríamos? ” Comencé a recordar la silueta de Florencia. Era completamente tentadora… si bien recuerdo era alta y con un cuerpo de ensueño, pero sé que algo esconde. No creo que venga así como así a invitarme a salir, además ¿De dónde sacó mi número? “ Nos vemos en los videojuegos en media hora, un beso donde más te guste. ” No creí necesario contestarle eso. Me duché y nuevamente estaba fuera de mi casa. Debía estar antes de las 7 para ir a cenar con mis padres, no creo que sea gran problema. Justamente media después, llegué al lugar acordado. Allí estaba Florencia, sentada en un banco, fumando un cigarrillo.

- No sabía que fumabas.- La salude amistosamente, y sentí todo el humo golpear mis narices.

- Entonces supongo que no sabes varias cosas de mí.- Dijo mientras entrábamos en el local de videojuegos. Estaba repleto de niños pequeños que correteaban de acá para allá, así como también de adolescentes que juegan al pool.

- Te reto a un juego en la máquina de baile.- Florencia vestía unos shorts largos que le quedaban hasta la rodilla, con una solera que dejaba a la vista su vientre perfecto. Con solo mirarla, asesinaba.

- Vale, pero si pierdes no me llores.-

- Ya verás.

Compró algunas fichas y nos fuimos a jugar. El ambiente era pesado, la gente comenzaba a rodearnos para espectar, y yo me puse nerviosa. Como dije anteriormente, no me gusta llamar la atención. Ella seleccionó una canción que no me acuerdo el nombre pero era rápida, ambas comenzamos a bailotear al ritmo y escuchábamos el griterío del público. La canción finalizó y Florencia salió victoriosa y la verdad, no me sorprendió.

- Acompáñame al baño.- Dijo entre jadeos. No me disponía a negarme, yo también deseaba asearme un poco. Tomamos un ascensor hacia un piso, ni siquiera sabía que estábamos en una especie de edificio. Me burló por su victoria y chistamos varias cosas. Ella soltó su cabello y lavó su cara. Esta chica era realmente bella, siendo relativamente interesante. Parecía también una chica inteligente y de experiencias. No iba a ser una loca que se me tire encima, como pensé hace un rato, solamente parecía querer divertirse. Volvimos a retornar al ascensor y una vez dentro marcamos la planta baja. El piso del baño quedaba unos 10 pisos más arriba, así que por prevenir ni siquiera ojeé las ventanas, odio las alturas.

- Me sentí toda una famosa cuando la gente nos veía.- Dijo Florencia, para romper el silencio.

- Yo también, pero no una famosa, una perdedora u.u- Simulé estar triste, Florencia era una chica simpática, seria y madura. Todo lo contrario a cuando la vi salir de fiesta con Rocío, quizá de aquí florezca una linda amistad, quién sabe.

- Si quieres llorar, lloramos juntas, me apoyo en tu hombro y aprovecho para ojearte el escote.-

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- Mierda, ¿Así te aprovechas de la gente?- Esas cosas desubicadas que dice la gente, pero supongo que está bromeando jaja.

- Y… Hay que aprovechar cada oportunidad.-

Algo nos desconcertó totalmente, las luces del ascensor comenzaron a fallar y el ascensor se detuvo bruscamente.

- ¡Maldita sea!- Alcancé a decir mientras que la dureza de la caída nos dejó tumbadas a las dos en el piso de la cabina. Las luces se apagaron completamente y sólo nos quedó la luz de un ventanal hacia la ciudad. ¿Y ahora qué haríamos?


Discúlpenme por la tardanza, estuve muy ocupada. Besos y que lo disfruten.