Y pensé que mi mujer era una mojigata
Descubri a mi mujer con otro, como quien dice con las manos en la masa.
Hola a todos, les cuento algo que sucedió hace unos meses, y hasta ahora, no sé qué hacer al respecto.
Estuve tratando de ignorar el dolor de cabeza que traía, pero sin poder hacer nada al respecto; no pude concentrarme en el trabajo. Decidí tomar el día y me salí del trabajo temprano. No era un dolor de esos que te están matando y no puedes ni respirar fuerte porque te duele; si no, un dolorcito tenue que simplemente molestaba.
Le llamé a mi mujer a la casa y a su celular. No contestaba, a si que decidí ir a casa y comer algo ahí. Lo que les voy a decir va sonar algo raro, pero tengo meses que perdí mis llaves de la casa. A sí que tengo que entrar por el garaje. Mi casa está en un solar en la esquina de la cuadra, o sea que la puerta principal da a una calle y el garaje a la vuelta. Al acercarme a la esquina, vi el coche de mi esposa y otro coche que no conocía. No me imaginaba la sorpresa que me iba a dar al entrar a la sala.
Mi mujer no es alta, como un metro sesenta, como cinco pies cuatro. Pesa algo así como cuarenta y cinco kilos. 105 libras. Y un montón de esas libras están en las tetas. Grandes, firmes, hermosas, sostén tamaño C. Y un culo bellísimo, vientre plano, mi mujer se preocupó por tener buena figura, aún después de dos niños. Es de cara bonita y es una traga años, ha habido más de un chico por ahí, hasta menores de edad que se le han acercado a pedirle su número de teléfono.
Lo que siempre hizo fue dárselas de mojigata, me mantuvo creyendo que era una señora recatada por muchos años Ya veo que no es así.
Estaba de rodillas frente a un tipo, que no conozco, chupándole la verga. Ella totalmente desnuda, el igual, sentado en el sofá, pudo haberme visto cuando entré, pero la puta de mi mujer estaba haciendo tan buen trabajo lamiendo, que el tipo había echado la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados, disfrutando de los labios de mi mujer. Ella estaba gozando también, lamiendo, chupando como si fuera la única verga en el mundo.
Me escondí en la cocina, no pregunten qué jodidos estaba pensando, pero lejos de entrar a repartir golpes a diestra y siniestra -estaba furioso- me quedé viendo con intriga, me calenté a la misma vez del ataque de celos.
A los pocos minutos, el tipo se pone de pie, obligando a mi mujer a ver hacia arriba, con la boca abierta llena de verga. El tipo se la jaló un par de veces y a los pocos segundos disparó toda su carga directo a la boca de mi esposa.
¡Que puto coraje me dio! Mi mujer de vez en cuando me la chupa, y cuando lo hace es por poco tiempo, y jamás, jamás me ha permitido que me venga en su boca. Otra vez, la curiosidad, celos, coraje, y una calentura que me había puesto duro, me atacaron a la misma vez. Ya se imaginarán el cuadro, machito mexicano enojado porque su mujer se la está chupando a otro, pero con la verga parada al mismo tiempo. Háganme el favor .
Las cosas como son, y a este cabrón hay que darle lo suyo, se cargaba una de digamos siete u ocho pulgadas, como unos veinte cm. Y gruesa.
Luego de darle una buena cantidad de leche, la puta siguió chupando manteniéndolo erecto. Se sentó el fulano en el sofá y ella sobre él, de frente a él, ensartándose la verga hasta base. Lo único que el tipo tenía que hacer era sentarse quieto y chuparle las tetas a mi mujer mientras que ella rebotaba sobre él.
Así estuvieron follando, como por unos cinco minutos. Se levantaron del sofá para luego ponerla a ella de rodillas al suelo, doblada sobre el sofá y él se puso atrás. Se afianzó de las caderas de la putita, y ¡Sás! De un empujón se la metió otra vez hasta la base. Estuvo así un buen rato, metiéndosela por detrás, dándole nalgadas, no muy fuerte, y mi mujer con la cara metida en el asiento del sofá gritando, gimiendo y diciéndole que se la metiera, que le diera fuerte, que le diera duro. Yo estaba a punto de jalármela, la verdad la calentura estaba ganando sobre los celos. Lo único malo es que, desde donde estaba, no podía ver bien que exactamente estaban haciendo. Sabía exactamente que el hijo de su puta madre estaba metiéndole el tamaño garrote a mi mujer, se escuchaba bien el golpeo de su pelvis contra las nalgas de la puta. Pero yo quería ver. Lo que pasa esta que estaban en el piso y el otro sofá, el de dos plazas, estaba tapando toda la acción. Pero si la estaba escuchando gritar y gemir hasta que llegó al orgasmo.
Ella siempre ha sido de un solo orgasmo. Se chorreaba y se daba la vuelta a dormir. A veces terminaba yo, a veces me la jalaba, porque me decía que le dolía después de acabar. Cuando terminó, el tipo la levantó y la puso en el sofá, piernas arriba, sobre sus hombros. Obviamente él no había terminado, en poco estaba sobre ella, otra vez metiéndosela salvajemente, haciéndola gritar hasta hacerla chorrearse cuando menos dos veces más, antes que se chorreara él. Y pensé que ya se había acabado el show, pero para mi sorpresa, se puso otra vez de rodillas frente a él, y volvió a chupársela, limpiándosela. Me consta que se ya se había chorreado dos veces. Quién sabe si ya se había venido antes que llegara yo, pero a como estaban las cosas, este güey iba por la tercera. ¡Qué pinche envidia!
Acostó a mi mujer otra vez en el sofá, le abrió las piernas y volvió a metérsela. Estuvieron cojiendo así varios minutos, esta vez no duró mucho y volvió a venirse. Se levantó, dejando a mi mujer tirada en el sofá con las piernas abiertas, y la leche escurriéndose. Pensé el asunto terminado, pero la muy puta se levantó para limpiarle la verga a este desgraciado, con la boca, chupando y lamiendo, mientras el tipo tiraba la cabeza atrás, no sé si con dolor, o gozando a mi mujer o las dos cosas juntas. Pero si sé que fue la última vez que se choreó. Luego, ella se tiró al sofá, mientras él se vestía.
Muy caballeroso el hijo de puta, se agachó para despedirse de mi mujer besándola en los labios. A sí que tuve que salir antes que él a mover mi coche para que supiera que había sido descubierto.
Voy a detener el relato aquí, porque en realidad es largo, y ya escribiré la segunda parte. Espero para entonces ya pueda tener más de que contarles para una tercera.
Les doy un adelanto: Instalé cámaras (webcams) en mi casa para espiar mejor .