Y mi suegra me acompaña
Esto es lo que puede pasar al tener a la mujer embarazada y sin ganas de nada.
¡Qué ganas! me moría de ganas, no hacía más de ver a mi mujer desnuda y lo pasaba fatal. Cuando por la mañana me despertaba, y a mi lado tumbada la tenía todos los días, no podía contener la necesidad de besarla, tocarla, oler su cuerpo desnudo, sus pechos desnudos, su enorme barriga. Cuando nos duchábamos juntos, era mucho peor, la sentía tocarme, la observaba moverse y me era imposible el refrenar la idea de hacerla el amor ahí mismo, pero no podía. Ya tenía el embarazo muy avanzado, y la incomodidad y el mal estar habían minado su apetencia sexual. Y de vez en cuando me masturbaba con ella a mi lado, besándome y tocándome, otras veces con películas o Internet, y alguna más imaginándome cosas, pero nada puede suplir el contacto de otro ser, el sentir tu cuerpo estremecerse bajo las caricias de otra persona, oler su sudor al frotar tu cuerpo con el suyo, acariciar sus flujos corporales con tu lengua, escuchar ese orgasmo que hace temblar los cuerpos. Yo anhelaba más eso que cualquier otra cosa, y Patry lo sabía.
Daba comienzo septiembre, era la hora de comer y Patry rompió aguas, ¡que nervios!, después de lavarnos un poco, cogimos todas las cosas y subimos al hospital, fue todo genial, casi casi perfecto.
Yo aunque algo cansado me encontraba súper feliz, al final del día ya con todo estabilizado decidí irme para casa, alegre como nunca y padre para siempre.
A la mañana siguiente hacía un calor infernal, había dormido a pierna suelta, pero me había despertado pronto: Eran las 9:15h y me encontraba en la cama mirando al techo, sudoroso, destapado y curiosamente excitado (cosa normal en mi, siempre me despierto feliz), entonces sentí que abrían la puerta, se me había olvidado trancarla, pero yo sin inmutarme seguí mirando al techo y con la polla como un chorizo.
Entonces por el rabillo del ojo vi entrar a mi suegra con unas bolsas, se acercó a la habitación.
Hola Jonathan, buenos días ya me había visto otras muchas veces desnudo, ya que nosotros siempre hemos sido muy liberales, por lo que no me pareció nada raro que se acercara.
Hola Kety, aquí ando que aún no me lo creo yo en mis trece con el rabo completamente empalmado, no iba a reprimirme en mi propia casa.
Vas a subir dijo algo más cortada.
Sí claro, en cuanto haga por aquí unas cosillas, me arreglo, desayuno y subo, ¿quieres subir conmigo? la dije, aún recostado en la cama, empalmado y la verdad que cada vez más excitado de mantener en ese estado una conversación.
Vale fue su escueta respuesta, mientras lanzaba de soslayo miradas a mi pene. Se dio la vuelta y fue hacia la cocina.
La escena me había resultado morbosa, nunca hacía sentido nada parecido en su presencia, pero la unión de un mes muy largo y duro sexualmente hablando y el despertar mañanero, fueron el caldo de cultivo de una buena paja matutina, ya que al ir a lavarme no la pude contener, pero me supo a poco.
El día fue como el anterior perfecto. Me disponía a ir a casa:
Jony, dice mi madre que si eso se queda a dormir en casa, así la subes tu mañana me dijo mi mujer.
Ah! vale respondí.
En casa hacía un calor de mil demonios, y nada mas entrar me quedé en slip, y preparé algo de fruta y algo para pinchar. Mi suegra se estuvo acomodando en la habitación de invitados y cuando salió ya había llevado todo al salón. Nos sentamos a ver un poco la TV y mientras pinchamos algo.
Vaya calor que hace hoy dijo.
Sí la verdad es que demasiado, yo al final no voy a tener ropa que quitarme, esto es insoportable.
Ya
¿No tienes tu calor con ese camisón? llevaba un camisón de verano con colores vivos.
Bueno sí, pero es que aunque no lo llevara también lo tendría.
Sí eso es verdad.
Estuvimos viendo la TV un rato y como no había nada me cansé y entablé conversación.
Pues al final se me ha hecho duro y largo el embarazo.
¿por qué sino no has pasado tu? dijo sonriente.
Jajaja, ya mujer pero por otros aspectos.
¿Sí?¿cuales?
Bueno pues varios, no podíamos viajar mucho, ni hacer muchos deporte y luego también está el sexo.
¿El sexo?
Sí claro, que al final pues ya no se puede, muchas incomodidades y eso.
Pero eso es poco tiempo.
Sí pero según soy yo 3 ó 4 días es mucho tiempo.
Anda, ya será para menos.
Que va, lo estoy pasando mal de verdad.
¿Y qué haces?
Pues la verdad lo que se puede, pero claro no es igual
Ya dímelo a mi.
La conversación se estaba volviendo muy personal y eso me excitaba, por lo que empezó a notarse el bulto en mi entrepierna.
¿Y eso? pregunté con suspicacia.
Hombre pues ya no está el horno para bollos.
Eso es imposible, dicen que la mujer con 45 ó 50 años se encuentra en su plenitud sexual.
No es por mi bueno voy a darme una ducha.
Se levantó, y mientras iba andando hacia el baño por el pasillo se quitó el camisón, dejando ver el culo gordito balancearse, debajo de la ropa interior. Eso me excitó muchísimo.
Se duchó en nada y al salir volvía desnuda completamente, con la ropa en una mano y sonriendo, antes de entrar en el cuarto noté que algo caía al suelo, me acerqué para recogerlo y eran unas bragas blancas, con una enorme mancha de flujo vaginal en el medio, al acercármelas me recordó al olor de mi mujer, e hizo que aún me excitara mucho más. De repente, se abre la puerta y veo a mi suegra mirándome sonriente.
Eso creo que es mío ¿no?.
Ah! sí se te cayeron al venir.
Parece que te gustan.
¿Qué?
No, que digo que según se te ha puesto el paquete parece que te gustan las bragas mías.
Ahhh - me quedé sin habla.
¿Quieres que te ayude?
Vale no sabía muy bien a que se refería, pero a estas alturas me daba lo mismo.
Veamos esto.
Noté como se acercaba a mi cintura y me bajaba el slip, mi polla seguía dura y tiesa como un mástil, delante de la boca de ella, y empecé a sentir unos labios succionándola. Al mirar pude ver como se introducía poco a poco mi polla en su boca, estaba algo desentrenada pero a mi eso me bastaba y estaba tan cachondo que a los pocos minutos me corrí en su boca. Se lo tragó todo, lamiéndose los labios .
Qué polla más rica decía jugueteando con la lengua.
Bueno ahora me toca a mi comer.
Se tumbó en la cama boca arriba, la abrí bien las piernas y empecé a besarla los muslos, poco a poco, luego las ingles, los labios exteriores, hasta que hundí mi boca en su coño, recorriendo todo ese agujero con mi lengua. En cada circulo que realizaba mi lengua dentro de su vagina ella se estremecía un poco más, y me empujaba con sus manos más adentro, hasta que al juguetear con su clítoris noté como llegaba al orgasmo con unos tirones fuertísimos en sus caderas.
Se quedó muy relajada pero
Esto no ha terminado, ehh la dije al oído.
¿Qué?
La di la vuelta y la hice ponerse a 4 patas, desde ahí empecé a frotarla el coño otra vez, primero con los dedos y luego con mi verga. Hasta que comencé a meterla por ese agujerito, mientras la follaba mirando ese culo gordote ella no dejaba de gemir y gemir.
¡Sí sí! eso es así fóllame más ¡más!
¡A sí! ¿te gusta que te la metan, ehhh?
Estábamos muy cachondos los dos, yo sudando mucho y ella gimiendo cada vez más fuerte, cuando mirando el culo se me ocurrió algo, desde donde estaba empecé a escupirla en el ojete, y a pasarla los dedos por el agujero, las escupía y la metía un poco más de saliva en el culo con un dedo mientras ella gemía como una loca con toda mi polla en el coño, luego la metí dos dedos y cuando ella estaba casi apunto de correrse, saqué la polla de ese coñazo y se la metí por el culo, al principio me costó un poco estaba mucho más estrecho que el coño, pero al segundo intento entró entera, mientras ella lanzaba gritos de dolor, que a los poco segundos se convirtieron en un orgasmo escandaloso y brutal, me excité tanto que no pude contener correrme en su culo, con mi polla bien prieta en su ojete. Al sacarla vi un poco de sangre en el agujero del culo bien abierto y me semen chorreando por todas partes.
Nos tiramos en la cama de invitados agotados.
Ha sido genial, pero la próxima vez me avisas, ehh.
Si te hubiera avisado no habrías querido.
Pues sí pero ¿y si se entera alguien?
Yo quien lo tiene que saber ya lo sabe, hoy le dije a Patry que pasaría, ella me respondió que esperara, que quería verlo.
¿Qué me dices?
Sí pero tendrá que verlo otro día.