Y mi madre se convirtió en una puta (2)
Fin de la historia. La primera parte está publicada en /confesiones/.-
Y mi madre se convirtió en una puta después de enviudar
NOTA: La primera parte fue publicada en la sección "Confesiones", ya que en ella no había ningún acto de incesto propiamente dicho.
I I
Los vecinos de la calle, escandalizados por lo que habían oído, las vieron salir felices y orgullosas de la casa camino de la vivienda de mi tío Paco, por supuesto con la sana intención de seguir follando con él.
Mientras se dirigían hasta la casa del tío Paco se dedicaron a provocar a todos los hombres que se les cruzaban, pues sus comentarios cargados de provocación sexual incitaban a los tíos a echarles piropos más o menos obscenos, que las divertían y las hacían reír. Naturalmente todo esto no pasaba inadvertido para el resto de personas, especialmente mujeres, que se escandalizaban lo suyo, consiguiendo así mi madre el fin que se había propuesto.
Cuando llegaron a la casa se encontraron con una grata sorpresa, pues el tío Paco había invitado a un amigo para que se divirtiera con él. Por suerte el hombre también acababa de llegar, y, si bien al principio a lo que iba era a follarse a mi hermana, se encontró con una sorpresa mayor. Mi hermana, por aquel entonces, ya contaba con 19 años recién cumplidos, pero aún conservaba su cuerpo menudo y adolescente.
El tío Paco izo las presentaciones de rigor y sin más preámbulos se dirigieron ha la habitación donde ya estaba mi hermana en pelotas esperando, en principio, al invitado, pero que también se encontró con que se le unirían nuestra madre y su amiga, causándole esto gran emoción y alegría. Se apresuró a saludarlas efusivamente, abrazándose también al invitado al que besó en la boca y le chupó la lengua.
Y mientras mi hermana daba la bienvenida al afortunado amigo del tío Paco, mi madre, muy diestra ella, lo fue desnudando hasta que consiguió liberarle la polla. Cuando la niña sintió el calor del capullo rozarle su vientre, rápidamente se arrodilló y comenzó a mamársela junto con mi madre que se dedicaba a chuparle los hermosos cojones que lucía. He de destacar que aquel hombre tenía los huevos más grandes que yo había visto de todos los que se han follado a mi madre y a mi hermana, ciertamente eran como dos bolas de billar colgando soberbios bajo su también hermoso nabo.
La amiga de mamá ya conocía a los dos hombres, pero nunca había tenido la oportunidad de follar con ellos, así que no tardó en engancharse al tío Paco con un buen beso en la boca y acariciándole su polla, consiguiendo así que fuera tomando la consistencia necesaria para que pudiera perforarle el coño. Cuando la notó dura como una piedra se agachó y también se dedicó con ahínco a mamársela.
Mientras tanto, el amigo del tío Paco, que ya había alcanzado un buen grado de excitación, decidió follarse a mi hermana. La cogió por los hombros y la tumbó sobre la cama separándole él mismo las piernas para dejar bien visible su formidable y tierna raja. Fue mi propia madre quien ayudó al hombre dirigiendo su dura polla con la mano hasta la caliente y húmeda entrada del coño de su hija. Primero se lo acarició en toda su longitud con su caliente capullo, y luego le fue metiendo lentamente toda la polla hasta tenerla bien a dentro, comenzando entonces a fallársela igualmente muy despacio.
Mi hermana comenzó a gemir de gusto, y mientras la gorda polla hacía rebosar el flujo de su húmeda vagina, mi madre lo lamía con su lengua junto a los gordos cojones que golpeaban rítmicamente sobre el culo dilatado de mi hermana.
Mi tío Paco decidió que ya era hora de follarse a la puta amiga de mi madre, así que sentándose en un sillón con su grandiosa polla bien tiesa y apuntando al techo izo que ella se sentara sobre él. La mujer, que estaba más caliente que una perra, puesta a horcajadas sobre él, se fue metiendo la polla en el coño con mucha lentitud gozando mientras sentía su vagina abrirse al paso del poderoso nabo. Cuando sintió su vientre lleno de tanto amor saltó sobre él con incontenibles ganas de disfrutar del placer de tan intensa penetración.
Mi madre dejó de lamer los cojones del tío que se follaba a mi hermana y se lanzó con ansia a chupar el clítoris de su amiga que, tremendamente excitado, sobresalía rojo y jugoso por entre los labios mayores de su coño abiertos por la poderosa polla que la perforaba. La mujer empezó a gozar por partida doble y no tardó en rezumar abundante flujo acuoso producto de la cascada de orgasmos que mi tío, con su polla gorda, y mi madre con su lengua viciosa la estaban haciendo sentir.
Los gemidos de placer de aquella mujer, unidos al gusto que el amigo de mi tío sentía mientras se follaba a mi hermana, lo habían puesto en tal estado de excitación, que ya no podía retener por más tiempo la leche que le hervía en sus cojones. Y no tardó en descargar su preciado caldo lechoso, corriéndose de puro gusto en lo más hondo de las entrañas de mi hermana, llenándole de semen hasta rebosar su adolescente vagina.
El hombre le sacó la polla del coño cuando terminó de correrse y se la acercó hasta la boca para que la niña se la mamara. Este hecho lo aprovechó mi madre para sorber el delicioso semen que le salía del coño a la pequeña y que tan exquisito le resulta.
La amiga de mi madre estaba ya totalmente dominada y entregada a todo lo que mi tío Paco quisiese hacer con ella. La muy puta estaba gozando tanto que cualquier cosa que le hiciese lo tomaría como una bendición. Él lo sabía y por eso cuando se cansó de follarle el coño izo que le ofreciese su culo para perforárselo como se merecía. La mujer se apresuró a mostrarle su ojete excitado y dilatado, deseosa de sentir como el hombre le abriría el culo con su gran polla. Paco no la izo esperar y no tardó en apuntar su gordo capullo en su abertura anal, y lentamente le fue metiendo su divina polla en su vicioso culo. Aunque el gran tamaño del nabo le produce dolor mientras se abre paso entre sus carnes, el placer que siente le compensa agradablemente el sufrimiento a la que está sometida. Con la polla totalmente metida en el culo, mi tío Paco se contorneó en redondo haciendo que sus colgantes cojones se frotasen sobre al húmeda raja de su coño. Esta acción le dio tanto placer a la mujer que la izo sentir un orgasmo maravilloso haciéndola gemir de gusto.
Alertada por los gritos de placer de su amiga, mi madre terminó de limpiar la leche de la corrida del chocho su hija y se dirigió rápidamente hasta donde estaban Paco y su amiga disfrutando para unirse a ellos, dejando a la niña chupándole la polla al invitado.
Mi madre se apresuró a meter su cara justo donde los dos amantes estaban unidos, y con su viciosa lengua fue lamiendo la raja excitada de su amiga. Los cojones de mi tío Paco se frotaban rítmicamente por los ojos de mi madre que recibía la caricia con mucho placer. Y mientras esto sucedía, el amigo invitado a la fiesta se había puesto a jugar con el coño de mi hermana.
Con las piernas abiertas de par en par, la niña le ofrecía complaciente su preciosa raja para que el hombre se deleitase y disfrutase manipulando su húmeda vulva. Él toqueteaba los labios mayores y menores del coño de la pequeña con mucha suavidad, estimulando su excitado clítoris con la delicadeza con que se acaricia una pieza de porcelana. Mi hermana estaba disfrutando muchísimo, y recibía con placer las caricias que el hombre le hacía. Su adolescente vagina era un verdadero manantial de flujo que mojaba la sabana con un continuo fluir de caliente jugo que, de cuando en cuando él lamía gustoso con su lengua. Mi hermana se derretía de gusto, y cuando con la lengua estimulaba su clítoris una explosión de placer le embargaba el alma, y una cascada de orgasmos múltiples la hacían gemir, gritar y estremecerse como poseída por algo sobrenatural.
Entre tanto, mi tío paco se había corrido llenándole de leche culo de la mujer, y cuando sacó su polla mojada mi madre se apresuró a sorber directamente del culo el semen que rebosaba por su agujero. Los lametones que mi madre le daba en el ojete gustó tanto a su amiga que masturbándose su clítoris se corrió como una loca.
Hasta ahora los hombres solo se habían follado a mi hermana y a la amiga de mi madre, sin que ninguno de ellos le hubiese dedicado ni tan solo un ratito, por eso la muy puta había alcanzado tal punto de excitación, tan cachonda se había puesto que su chocho chorreaba flujo igual que una adolescente. ¡Hacía tanto tiempo que su coño no había alcanzado semejante estado de excitación!.
Cuando terminó de limpiarle el culo a su amiga con la lengua, la dejó chupando la polla de Paco, y dirigiéndose a donde mi hermana gozaba de la comida de coño que el otro hombre le estaba dando, se colocó con las piernas abiertas sobre la cara de su hija poniéndole el coño justo a la altura de la boca de la niña. Mi hermana le empezó a chupar los húmedos y chorreantes labios menores que le colgaban como pellejos, mientras mamá se pajeaba ansiosa su gran clítoris. La muy puta no tardó mucho tiempo en correrse como una cerda impregnando la cara de su hija con el espeso flujo que emanaba de la profunda vagina de mi madre.
Soy un hijo de puta muy afortunado, pues gracias a esta mujer tan salida y tan puta que es mi madre puedo contemplar con emoción a auténticos sementales humanos follando sin desvanecer. Y este es el caso de mi tío Paco y su amigo. Estos formidables hombres seguían conservando una gran potencia en sus pollas, y como mi madre estaba tan cachonda y desesperada por ser poseída, se manos a la obra y se dispusieron a fallársela a dúo.
Mi madre se sintió feliz cuando se dio cuenta que aquellos dos machos tenían la intención de meter sus polla por todos los agujeros de su exuberante y espléndido cuerpo. Los recibió con los brazos abiertos y los abrazó como una enamorada abraza a su amado. Los besó con verdadera pasión, recorriendo con su lengua todos los rincones de sus bocas. Ellos la premiaron ofreciéndole sus tiesas pollas para que las mamara. Mi madre las cogió, una en cada mano, y la chupó con ansia desmedida alternativamente. No olvidó, naturalmente, lamer los cojones de ambos metiéndoselos en la boca haciéndoles sentir un gran placer. Mi madre consiguió con mucha maestría poner a sus dos amantes como caballos encelados.
Mi tío Paco se tumbó boca arriba con su formidable polla apuntando al cielo, y mi madre se sentó a horcajadas sobre ella metiéndosela lentamente en su chorreánte coño hasta sentirla en lo más hondo de sus entrañas. Se movía contorneando sus caderas en círculos consiguiendo con ello que el gordo capullo le causara ese dolor intenso que a ella la pone tan cachonda en lo más hondo de su vagina, pues sentirse desgarrada por una polla es una sensación delirante que la hace sentir mucho placer.
La muy puta se sentía tan bien que lágrimas de alegría brotaban de sus chispeantes y emocionados ojos. Inmersa en el goce de los placeres sexuales casi no se dio cuenta de que el amigo del tío Paco había puesto su capullo entre sus labios abiertos tapándole su jadeante boca. Sentir el calor la polla en la boca izo que mi madre volviera en sí, y comenzara a chupar con ansia el nabo de aquel hombre, mientras saltaba impetuosamente sobre el tío Paco teniendo orgasmos encadenados como una perra loca fuera de control.
La puta de mi hermana hacía gozar a la otra mujer chupando y lamiendo su coño grande y húmedo mientras ella misma se masturbaba su clítoris.
Mi madre estaba a merced de aquellos dos sementales, y cuando el invitado consideró que su polla estaba lo suficientemente dura, se dispuso a metérsela por el único agujero que tenía libre. Ella se echó hacia delante y con sus manos separó sus nalgas para ofrecerle su bien dilatado culo.
El hombre no lo dudó, y colocando su capullo sobre el agujero comenzó a metérselo lentamente. La cara de mi madre se iluminó de alegría al sentir como la gran polla se abría camino a trabes de su esfínter. Sus gordas tetas se frotaban con la cara del tío Paco que buscaba con su boca los oscuros y duros pezones para chupárselos. Verdaderamente mi madre se encontraba en un estado sublime de placer. Su culo y su coño siendo follados por dos espléndidas pollas mientras sus tetas son mamadas por uno de sus amantes, la volvían loca.
Y mientras mi madre era maravillosamente empollada, mi hermana se estaba dedicando con ahínco a lamer y chupar el coño de la amiga de nuestra madre, haciéndola disfrutar hasta provocarle varios orgasmos. Pero cuando escuchó los gemidos que tanto placer hacía dar a nuestra madre, se apresuró a meter su cabeza entre las piernas de los dos hombres para poder así chuparles los cojones a ellos. Como se la follaban despacio permitían que la niña pudiera lamerles los huevos a placer, cosa que los ponía aún más cachondos.
Durante un buen rato permanecieron enganchados de esta guisa, hasta que los tíos se corrieron llenándole a mi madre su culo y su coño de leche, momento en que los hombre decidieron descasar, pues el día había dado para mucho y tenían la necesidad de reponer fuerzas, ya que tanto disfrute les había agotado.
No ocurría lo mismo con las tres hembras pues mientras ellos descansaban las muy putas se habían puesto a chuparse y masturbarse entre sí hasta conseguir nuevos y deliciosos orgasmos. Las muy zorras eran tan insaciables que los mismos hombres tuvieron que hacerlas parar y poder entonces salir a cenar.
Mi madre y mi hermana se pasearon por el pueblo orgullosas de lo que habían hecho, ya que sabían perfectamente que el objetivo había sido cumplido, y que todo el mundo las miraba por la calle señalándolas como dos grandes putas que son, con la consiguiente vergüenza para toda su familia, con la que a partir de ahora habían roto toda relación.