Y llegó el día (Parte III)
Dominación, abuso, fetichismo, exhibicionismo y degradación de mi propiedad en una noche magnífica Tercera parte.
— Lo siento propietario...
Dices entre sollozos, con los ojos enrojecidos del esfuerzo.
— me esforzaré más en complacerle, acepte mis disculpas
Te agarro del pelo y hecho tú cabeza hacia atrás para escupirte en la cara. Es mi forma de decirte "de acuerdo". Te gusta que ni siquiera te dirija la palabra.
Me dirijo a Elías y le digo:
— oye, nos pedimos un par de copas y disfrutamos un rato de nuestras putas?
— Claro que si compañero!
— Vale espera que me apetece algo en concreto…
— Tú pide y se hará realidad
— Te va a encantar ya veras…
Le hago una seña a la camarera y se acerca rápidamente.
— Tráenos un par de copas de ron por favor
— Enseguida. Algo más?
— Si mira, vamos a dar un poco de espectáculo con nuestras zorras para la gente que está aqui… hay algún problema con eso?
— No, podéis hacer lo que queráis siempre que ninguna de las perras se mete en el suelo, si es así lo tendrán que limpiar y esperar fuera hasta que salgáis a por ellas…
— Bien, lo tendremos en cuenta, gracias.
Muevo las sillas de Elías y la mía para que estén mirando hacia el mismo sitio, una al lado de la otra, con un espacio pequeño entre nosotros.
— Elías, vamos a usar a tu puta para mirar mientras la mía se encarga de pajearnos…
— Buena idea Virgilio...
Te cojo del pelo para acercarte a mí y oyes mi orden:
— vale puta escucha atentamente, pon a Shane delante de nosotros, de rodillas y bájale las bragas hasta las rodillas. Luego arrodíllate entre nuestras sillas mirando en la misma dirección que nosotros, entendido zorra?
— Si propietario, enseguida.
Pones a Shane en su sitio, no la hablas, ni ella lo hace, es una obediencia mecánica, y te gusta que sea así.
Le bajas las bragas hasta las rodillas y la pones de rodillas. Mientras la preparas, ves como algunos de los clientes del local se empiezan a acercar a dónde estamos los cuatro. Algunos de ellos magreándose la polla por encima del pantalón mientras os miran. Te hace sentir humillada, pero ni se te pasa por la cabeza protestar siquiera. Estás ahí para obedecer y es lo que haces, tanto si te gusta como si no.
Ves mi cara con una sonrisa maliciosa, mezcla de excitación y orgullo. Y eso te quita cualquier sentimiento negativo sobre la situación.
Dejas a Shane en su sitio y te diriges al tuyo, entre Elías y yo. Vas a arrodillarte cuando te saco las tetas sin ningún cuidado, solo dejando la mercancía a la vista.
— dejemos que los espectadores disfruten de las vistas no Elías?
— Jajajajaja! Me gusta tu manera de pensar…
— Oídme! Estas son las tetas de mi pajera. Sus tetas son de uso público, así que el que le apetezca sobárselas mientras se la machaca, que lo haga sin miedo, es gratis amigos!
Se oye una voz que dice:
— gracias joder! Y puedo correrme en ellas?
— no te pases cabron! Jajajajaja! No mira, como solo podréis sobarle las tetas poniendoos detrás de ella, podéis correros en su espalda, ok?
Se oyen risas y aceptación general.
Te sientes sucia al oírle decir eso, pero no decides tú. Lo sabes y lo aceptas como una buena zorra.
Te arrodillas entre las dos sillas y esperas a la orden que te permita sacar nuestras pollas y empezar a pajearnos.
Shane está inmóvil mirando a Elías esperando instrucciones.
— Virgilio, dime, que te apetece ver hacer a mi perra?
— Pues me apetece ver cómo se trabaja la garganta con su propia mano. Quiero disfrutar de una buena para mientras miro a tu zorra provocarse arcadas a lo bestia, soy un romántico ya ves…
— Dicho y hecho compañero! Tú perra, ya has oído, empieza a machacarte, danos un buen espectáculo...
Shane se lleva la mano a su boca y mete tres dedos hasta el fondo.
— y que no se le ocurra sacar la mano para nada eh? Que así se irá babeando las tetas y el suelo cuando lleve un buen rato…
— Shane, si sacas la mano una sola vez te arrastraré por todo el suelo del garito como un trozo de mierda entendido?
Shane asiente. Tú la miras, sus arcadas te hacen sentir una punzada de envidia, pero esperas pacientemente a ser ordenada.
— empieza a trabajar puta. Vamos…
— Si propietario
Nos sacas la polla a cada uno. Se te ilumina la cara al comprobar que a tu propietario no se le ha bajado y la sigue teniendo como el acero. La polla de Elías es bastante ancha. El tacto es distinto a la de tu propietario. No es tan suave.
Empiezas a pajearnos despacio. Nosotros ni te miramos, tenemos el espectáculo delante. Solo estas para trabajarnos las pollas hasta que se te diga lo contrario.
Miras a Shane y ves sus ojos enrojecidos, y su cuerpo arquearse en cada arcada. La saliva resbalando por su brazo, encharcandose los muslos. Notas que eso nos gusta a Elías y a mí, porque notas que nuestras pollas bombean, as que subes el ritmo y empiezas a pajearnos un poco más rápido.
De repente sientes una mano estrujándote una de tus tetas. No te gusta cómo lo hace. Pero sabes que a nadie le importa si lo hace bien o no. Sientes sus jadeos en tu nuca. Es desagradable. Y lo es más todavía cuando gruñe y notas un líquido caliente en tu espalda. No te inmutas y sigues con tu trabajo. Eres el Kleenex con el que los salidos del local van a correrse. La mano te suelta la teta e inmediatamente llega otra. Sigues mirando sufrir a Shane mientras te usan.
— Elías, prueba a follarte la garganta de mi puta, veras lo bien que aguanta…
— Una oferta que no se puede rechazar compañero!
Te cojo del pelo y te levanto, te pongo de pie mirando hacia Elías, y te doblo el cuerpo para llevar tu cabeza a su polla, pero sin doblar las rodillas, te subo la minifalda para dejar tu culo en pompa y a mi alcance.
Empujo tu cabeza para que tragues la polla de Elías hasta el fondo. Tu cara queda apretada contra sus cojones. Te cuesta respirar, pero no vas a defraudar a tu propietario. Te cueste lo que te cueste.
— una garganta increíble verdad Elías?
— Joder, ya te digo!
— Vamos a forzar un poco a mi puta también, ya que la tuya esta destrozándose viva, mira, incorporate un poco y sujétale la cabeza contra tu polla, que no pueda sacarla aunque se ahogue ok? Créeme, mi puta aguanta más de lo imaginable…
Notas el peso del cuerpo de Elías aplastándote contra su entrepierna. Empieza a ser insoportable. Y de repente sientes una ostia en el culo muy fuerte. Quieres gritar de dolor, pero no puedes. Respiras a duras penas por el minúsculo espacio que consigues con la boca empalada. Otra ostia más fuerte que la anterior.
— sabes que es lo mejor cuando empalas una garganta como la de mi puta Elías? Cuando consigues hacer que lo pase tan jodido que rompa a llorar, ya verás tú no la dejes de follar la cabeza y espera...
Mis palabras hacen que te recorra un escalofrío por la espalda. Sabes que si tu propietario quiere que llores, sabe cómo hacerlo.
Llega una ostia todavia con más mala leche que la última. Se oye un grito ahogado de dolor. Es tuyo, pero casi no lo reconoces. Y otra ostia más. Las piernas te flaquean. Oyes las voces de los cabrones que hay alrededor pajeandose viendo cómo te rompes. Y no te importa. Eres un animal. Ese es el trato que te pone cerda.
Las ostias siguen una tras otra. Por el rabillo del ojo puedes ver que Shane está usando su mano libre para follarse el coño con violencia mientras sigue provocándose arcadas como una cerda. Te está usando hasta la sumisa de Elías para pajearse. Es realmente degradante. Y no puedes más. Rompes a llorar sin que Elías te deje sacar su polla de tu boca. Sollozando con la cara llena de babas. Al darme cuenta de ese momento mágico, le digo a Elías:
— lo ves? Maravilloso como te prometí. Deja que se incorpore…
— Por supuesto.
Notas que vuelve a sentarse y cesa la presión, y por fin puedes sacar toda la carne que reventaba tu garganta.
Cuando estás levantándote, mi mano te sujeta del pelo y te acerco a su cara.
— Mírale a los ojos y dale las gracias puta.
Intentas recomponerte, sabes que tienes la cara hecha un asco, con todo el maquillaje corrido por las mejillas, y balbuceas:
— gracias por usar mi garganta.
— Dile lo que eres
Te cuesta no romper a llorar, sientes muchísima humillación y quieres obedecer y aguantar.
— soy carne con agujeros. Una puta gratis para quien me ordene mi propietario…
Elías te mira fijamente. Te escupe en la cara con desprecio y te dice:
— Vas a ser tratada como basura…
Y oyes mi voz en tu nuca diciéndote:
— díselo puta, dile cuanto le agradeces que te trate como un trozo de carne, vamos puta…
— Tráteme como basura cuanto desee, solo soy una escupidera, solo soy agujeros…
La situación te supera y empiezas a llorar a mitad de la frase. Notas resbalar la saliva por tu barbilla, los salidos pajeandose a tu alrededor mirando como te rompes, y mi mano sujetando tu cabeza firmemente, obligándote a degradarte para ese desconocido. Es superior a ti. Notas mi mano en tu coño y no te puedes creer lo encharcada que estás.
— lo ves puta? Esto es lo que quiero y esto es lo que vas a tener hasta que decida parar…
Elías le dice a su sumisa:
— Shane, limpia la cara de esta zorra lamiéndosela. Saborea esas lagrimas, que más tarde será ella quien saboree las tuyas…
Shane se acerca y empieza a lamerte la cara. Aunque al principio te desagrada, según va lamiendo, tiene un raro efecto que te calma. Es como un animal que lame a otro para transmitirle que entiende lo que siente. Es extrañamente embriagador.
— muy bien propiedad, estoy muy orgulloso de usted. Aproveche para coger aliento, porque solo son las 02:00, queda mucha noche por delante…
Me miras y vuelves a ver esa sonrisa maliciosa en mi cara. Y te encanta.