Y la noche continua

Es la segunda parte del relato "MI pupilo y yo" trata de la venganza en la cama, o mas bien en la silla del nada ingenuo y aún soberbio Léster.

Hola otra vez amigos, lamento haber tardado mucho en escribir la segunda parte de mi relato, pero me fue imposible hacerlo antes, apelo a su infinita comprensión, pero sin más palabrerías aquí está el contenido, espero que lo disfruten y no olviden valorar mi historia, gracias.

Después que llamamos a sus padres para que se quedara en mi casa esa noche, mi madre llegó y nos sirvió la comida.

Ambos comimos como chanchos pues necesitábamos reponer energía de la batalla de amor y placer que hace pocas horas nos y habíamos propinado.

Mi madre volvió a salir a una cita que tenía.

Yo estaba todavía muy caliente pero supuse que Léster no querría hacerlo de nuevo porque le ardía el culo. Nos fuimos a la cama temprano ya que estábamos realmente cansados.

A eso de media noche me levanté ya que la tenía bien parada y al verlo ahí, desnudito sobre mi cama y al rememorar lo ocurrido hace pocas horas, tenía que ir a jalármela.

De repente mientras me la jalaba sentí que me tocaban la espalda, era Léster.

Que pasa, Pipe, aún estas duro. Quieres cogerme otra vez.

Claro que quiero pero no te arde el culo acaso.

Bueno, sí pero un poquito nada más. Mira, no he sangrado así que no es nada malo.

Creo que tienes razón.

Pero, Pipe, ahora soy yo el que va a controlar las embestidas.

Y me agarró de la mano y me sentó sobre la silla junto al velador de mi cuarto.

Mi madre ya había llegado para entonces, pero estaba con su cita en su cuarto, también disfrutando de la vida. Además nuestros cuartos están en lados opuestos del departamento, así que no había problemas.

Yo ya sentado en la silla, Léster cogió mi verga y me la comenzó a jalar hasta que se puso dura. Cogió un frasco de vaselina y se lo untó en su culito. Acercándose de frente a mí, me pidió que se la mamara. Su verga ya estaba dura, calientita, sabrosita para tenerla de nuevo entre mis dientes. Se la chupe y me entró toda hasta el fondo, estaba tan calientita. Léster se aguantaba sus gemidos, mostrando su soberbia que me apasiona, pero yo recrudecí mis chupadas y ya no pudo contenerse más y gimió fuertemente. Lo regresé a ver y me dijo.

Eres un cabrón, aaah, aah, tenías que hacerme gemir, nooo….

Asenté con la cabeza. Luego de un ratito expulsó su delicioso néctar en mi garganta, fue glorioso.

Pero ahora vas a ver cabrón, me dijo con un gesto más altanero todavía.

Pero no te cabrees mi niño, solo quería complacerte.

Tú espera, que la venganza es mía.

Cogió algo de su lechecita que resbaló de mi boca y la untó en mi glande, fue indescriptible. Ya con mi verga bien dura, fingía sentarse sobre mis muslos, apuntando mi verga directo a su culito. Intenté acariciarle las nalgas, pero él me exigió que no lo hiciera.

Quédate tranquilo, me dijo, yo mando.

Esta bien, mi rey, tu eres el líder.

Con sus nalguitas redonditas acariciaba mi glande sutilmente que me sentía en la gloria, cerré los ojos y de repente se me clavó en mi verga de un solo golpe. Ví su rostro lleno de picardía ante mi asombró. Quería decirle algo, pero con su mano me cerró la boca.

Ya con mi verga dentro de su culito, se alzo un poco, dejando solo mi glande dentro y apretó su culo, la sensación fue muy intensa, indescriptible.

Sí, mi niño, así, aprétalo más.

Cállate, quieres, acaso no puedes controlarte, me dijo bravo.

Yo me callé y traté de no decir más nada, pero Léster comenzó a subir y bajar tan violentamente que me era imposible dejar de gemir.

Ahhh., aaaahhhh….. eres genial campeón, sigue.

Me dominaba, aun que era yo quien lo penetraba, él tenía definitivamente el control. Seguí con el divino vaivén, cuando cerró sus piernas pegándolas a mis muslos. Su agarre de mi verga toda fue máximo, mi placer llegó hasta el tope, era tan deliciosamente rico, era increíble, lo máximo.

Aaahh, aaaahhh… sí así así se hace campeón eres mi dueño, solo pertenezco, ahhhh

Ahhhh… ahhh., muy reprimidamente gemía él

Fue increíble su actuación esa noche.

Ya me vengo campeón, prepárate.

Hazlo pues, con confianza, aahhh

Y me vine dentro de él. En ese instante su cara llena de ira placentera dibujó una felicidad, mi lechecita cubría mi propio pene, fue grandioso.

Léster me clavó una mirada bien pícara que me desconcertó. Mi pene ya se estaba bajando cuando él se inclinó para atrás y me dio un apretón que hizo que mi verga se pusiera dura de nuevo, como por arte de magia, fue increíble.

Oye, que haces, ahhhh…., le decía, le gemía casi sin respiración.

Tranquilo, que la venganza es dulce….

Y comenzó de nuevo a subir y a bajar, me abrazó y apretó sus piernas más fuertemente contra las mías y su cadencial vaivén se hizo durísimo.

Mi pene estaba que ardía pero ese dolor se mezclaba con placer y yo vivía unas sensaciones jamás conocidas.

Léster, ahhh… eres increíble, ahhhh.. no puedo ya casi ni ahhhh…. Respirar..ahhh..

AAaaahhh….. ahhhhhhh……, gemía muy fuertemente.

Ahhhh…., donde aprendiste tanto, aaahhhhh…… si se supone….ahhhh que eres virgen……… ahhhh

Cállate ahhhh…. Y disfruta……ahhhhh

Seguimos un buen rato en la salvaje carnicería masculina, el cuarto estaba llenote olor a hombre, sudábamos como bestias, el clímax era máximo, ya no sentía mis piernas, lo único cierto ese momento ero que Léster y yo éramos un solo pedazo de carne, una solo cuerpo, éramos inseparables,

Ya antes de finalizar, Léster, cambió su cadencia y subía despacio y bajaba rápido y fuerte, mi pubis estaba rojísimo de los fuertes golpes que me propinaba, pero mi gozo era mayor a cualquier dolor.

Ahhhh.. ahhhh.. oiohhhh… Ho.. eres un monstruo campeón, quién como tú ooohhhh..

Eso quería que supieras, cabrón, ahhhh.. soy lo máximo no…oooohhhh.

Sí eres lo máximo, mi Léster, acábame….

El vaivén era durísimo y yo estaba que estallaba, hasta que por fin, después de lo que fue una deliciosa eternidad expulsé mi semen otra vez dentro de su culito sabroso que estaba pelándome, ya….. Fue grandioso. Exhaustos de placer, Léster y yo nos abrazamos fuertemente y nos quedamos ahí sentados hasta la mañana siguiente.

La gran noche de pasión había terminado pero nuestra historia junta recién comenzaba.

Espero que les haya gustado mi relato, el cual es mas bien una confesión, porque esto lo viví con el amor de mi vida, todo es cierto.

De aquí en adelante escribiré historias para el deleite de todos ustedes, basadas claro está en las experiencias de mi vida y endulzadas con una dosis de imaginación.

Escríbanme ( gangopipe@terra.com ) si lo desean para compartir anécdotas y entablar una cyber-amistad, se despide de ustedes,

Felipe