Y eso que según yo, no quería
Nuestra protagonista se queja para sí de que su marido la tiene abandonada sexualmente por causa del trabajo. Con ocasión de una fiesta de la empresa se pone sus mejores galas y disfruta bailando con sus compañeros y con un galán que al salir la lleva en su auto y de ahí a un hotel donde se gozarán a más no poder.
Antes de comenzar a platicarles quiero decirles que yo nunca pensé en hacer algo parecido y bueno es algo que quiero comentarles, actualmente tengo 31 años de edad muy bien puestos creo yo, pues si no soy una Venus tengo lo mío, simpática, piel blanca, bonitas piernas, la pompi bastante paradita y unos pechos talla 36 C, redonditos y con un pezón grande y rosado.
Resulta que en los últimos dos meses mi esposo por cuestiones de trabajo y de supervisión ha tenido que estar viajando constantemente al interior del país, por lo que nuestras relaciones íntimas se han visto afectadas de manera significativa pues los días que él está en la ciudad, o está cansado y sólo siento que lo hacemos por compromiso o está trabajando hasta ya altas horas de la noche preparando sus informes de los avances para la dirección de su empresa, por lo que me he sentido muy relegada, sucede que en mi trabajo decidieron hacer una posada, fiesta, parrillada o como se le pueda llamar y acordamos vernos en un fin de semana, yo al principio en verdad no tenía la intención de asistir pues me sentía un tanto deprimida, pero al final y a insistencia de mis compañeros e incluso de mi esposo que me decía que asistiera y me divirtiera un poco, pues para variar él tenía que salir por su trabajo y no podría acompañarme, por lo que finalmente llegó el día y pensé en tratar de verme bonita pues he leído que una se siente como se ve y olvidarme un poco de todo y divertirme, por lo que me puse una falda de color gris arriba de la rodilla con pequeñas aberturas en cada una de las piernas, sandalias de tacón y de tiritas, sin medias, una blusa de tirantes gris pegadita, el saco que es juego de la falda, mi ropa interior consistía en un Wonderbra que casi no acostumbro ponerme porque quien los conoce sabe que hace que se vean aún más grandes los pechos, un mini bikini de los que regularmente uso que casi siempre se me mete entre mis redonditas pompis, ambos de color blanco, poquita pintura y unas gotas de perfume
Bueno pues llegué a la fiesta y ahí estaba, comimos y después de eso empezaron a correr las cervezas y los tequilas, para esto en esa ocasión estaba en la reunión un amigo del anfitrión, de estatura pues como de 1.67 m, morenito y bastante simpático y de apariencia muy agradable, de nombre Edgar (de hecho no puedo negar que me gustó), aunque obviamente no pensé llegar a nada, empezamos a bailar y yo ya con la euforia de la bebida empecé a bailar más sensual, al principio inocentemente y después ya no tanto pues veía la cara que ponían mis compañeros y más cuando él en un momento estando bailando me dijo en voz baja que me movía riquísimo a lo que yo me sonreí, así pasamos un rato más en el que yo bailaba con él y él de vez en vez me siguió diciendo cosas, como que si así me movía siempre y yo coquetamente me reía o le hacía movimientos con la cabeza en señal de que era correcta su apreciación, finalmente decidí retirarme pues ya había caído la noche y comenzaba a enfriar más de la cuenta para seguir a la intemperie, Edgar se ofreció a llevarme y yo en verdad no quería pues no me atrevía a dar a notar que me salía con el, más en mi condición de casada, por lo que él insistió en que si yo lo deseaba podía dejarme sobre tlalpan en cualquier estación del metro, finalmente ya en el auto él siguió halagando el cómo me movía y en un momento empezó a ser más audaz pues me decía que si sería cierto el dicho de que si así como lo mueves lo bates qué sabroso chocolate, y yo bueno sólo me sonreía provocativamente, en un semáforo Edgar sin decirme nada se acercó a mí y me besó muy apasionadamente, y rápidamente bajó su mano a mis senos y los acarició por sobre mi blusa, inclusive pellizcándome los pezones por encima de la tela, esto inmediatamente me excitó y no paramos hasta que los coches de atrás comenzaron a tocarnos el claxon, así seguimos él me abrazó y yo me recosté en su hombro, él con una de sus manos conducía y con la otra la llevaba sobre mi hombro acariciando mi pecho, yo en verdad me sentía muy desinhibida por el alcohol y la excitación por lo que mi mano empezó a subir por su pierna y después encima de su pene. Ahí quedé agradablemente sorprendida, pues pude sentir las dimensiones de su pene, que a mi parecer inclusive consideré sorprendente que una persona no tan alta lo pudiera tener tan grande y gordo, como podía sentir en mi mano, después de esto ya sin decirme nada condujo el auto a un hotel de los muchos que hay por ahí, pagó la habitación y pidió condones y unas latas de cerveza y entramos a la habitación.
En donde una vez adentro inmediatamente nos devoramos a besos, me bajó la blusa por los hombros y sacó mis pechos por encima de mi sostén y me dio una chupada de pechos exquisita, mientras yo desabotoné su camisa y mis manos acariciaban su espalda, después zafé su cinturón y saqué su pene de su molesta prisión y lo acariciaba muy excitada él me bajó la falda y me recostó en la orilla de la cama y fue besando mis pechos, mi abdomen, mis piernas y después haciendo a un lado mi bikini comenzó a meterme la lengua en mi vagina, chupando mi clítoris o metiéndome la lengua en el ano, mientras yo sentía como un calorcito muy agradable e intenso me llegaba a mi cara y la sentía enrojecerse, mientras yo lo tomaba de la cabeza y lo restregaba más contra mi entrepierna, entonces él se subió y me dejó a la altura de mi boca su rico pene, el que inmediatamente me lo llevé a la boca y se lo chupé lo más que pude pues no me cabía todo, le chupé los testículos uno por uno y el inicio de su ano regresándole el favor mientras ambos emitíamos gemiditos de placer.
Después de esto él se incorporó y me levantó las piernas por sobre sus hombros y me dijo "ahora sí mamasita te la vas a comer todita", me colocó la punta de su pene en la entrada de mi vagina y comenzó a restregármela en mis labios vaginales y en mi clítoris lo que aumentó aún más el fluido de mi lubricación y me hizo también sentir más ansiedad por sentirlo dentro de mí por lo que yo le pedía que ya me lo metiera, él no me hizo esperar más y me la empezó a meter poco a poco hasta que puede sentir el final de su grueso pene dentro de mí, me tomó de los costados de mis caderas y empezó a entrar y salir dentro de mí, mientras me ayudaba con sus manos a que yo me moviera hacia los lados suavemente de un extremo a otro, y así tuve mi primer orgasmo, después sin sacármelo me hizo pasar mis dos piernas hacia un lado y siguió entrando y saliendo, mientras trataba de chuparme los pechos, después yo me giré y quedé completamente boca abajo y él acercó una almohada y me la colocó debajo de mi vientre con lo que dejaba más paradita mi pompi y dejaba expuesta mi vagina para seguirme penetrando, mientras pasaba una de sus manos por debajo de mi vientre y me acariciaba el clítoris y la otra de sus manos la subió a mi pecho y me pellizcaba suavemente los pezones, todo esto sin dejar de penetrarme, entonces llegué a otro orgasmo y él me inundo mi vagina la cual podía sentir cada uno de los manguerazos que él descargaba dentro de mí... mmmmmm, mientras yo le movía melosamente mis caderas en su pene, así nos quedamos unos momentos sin que él se saliera de mí besándome la espalda y acariciándome las caderas desde atrás.
Pasado unos momentos, él acercó las bebidas y nos recostamos, mientras comentábamos que no nos dio tiempo ni de pensar en los condones, y nos besábamos y acariciábamos, no pasó mucho tiempo en esas circunstancias cuando sentí que él ya estaba listo de nuevo pues podía sentir su pene ya muy dispuesto, por lo que entonces tomándole el pene me subí en él y poco a poco me lo fui metiendo hasta desaparecerlo por completo estuve unos momentos en mi ir y venir mientras él me chupaba deliciosamente los senos y después me incorporé en cuclillas y seguí dándome de sentonsitos de lo lindo, mientras una de mis manos la pasé por atrás de mi pierna y le acariciaba los testículos hasta que caí en otro orgasmo más, él se incorporó de manera que quedamos de frente, él besándome los pechos y yo encima de su pene moviéndome de un lado a otro, me tomó de los hombros y sin sacármela se colocó de tal manera que ahora era él, el que estaba encima de mí metiéndomelo frenéticamente, muy rápido, mientras yo me juntaba los pechos ofeciéndoselos para que él me los chupara, cuando él sintió que estaba por terminar me la sacó y puso su pene entre mis pechos y comenzó a masturbarse con ellos mientras yo trataba de meter en mi boca todo el pedazo que sobresalía de mis senos y así pude sentir cómo empezó a venirse en mi boca, por lo que yo seguí chupándoselo hasta que se lo dejé completamente limpiesito y veía como él se retorcía de placer... mmmmm
Después de un rato más de besarnos y acariciarnos le pedí que nos fuéramos, no sin antes intercambiar teléfonos y hacerle prometer que no le contaría a mi compañero del trabajo de lo de nosotros, me fue a dejar cerca de la casa y ahí nos despedimos, acordamos volver a vernos más adelante, al día siguiente llegó mi esposo y me dijo que le daba mucha pena tenerme tan olvidada y que trataría de hacerlo con menos frecuencia, por lo que yo le dije que por mí en verdad no se preocupara y que sabía que él lo hacía por nuestro bien, entonces me besó y me dijo que por eso me quería por comprensiva.
Bueno espero les haya gustado mi historia y me escriban dándome sus comentarios tanto mujeres como hombres.
Alma