Y así perdí mi virginidad, con un patán

Fin de mi primer serie de relatos. Después de resistirme por un tiempo, Roberto finalmente logró su cometido....desvirgarme.

Estaba clavadísima con Roberto, todos los días nos escribíamos y cuando podíamos vernos, no parabamos d besarnos. En esos días no dejaba d pensar en lo q había pasado en su casa, repitiendo las imágenes en mi cabeza una y otra vez. No le conté a nadie q salía con él, ni a mis amigas, quería esperar a q fueramos oficialmente novios. Y un día finalmente, mis plegarias fueron escuchadas, me llamó emocionado para decirme q tenía una sorpresa para mí ese fin d semana.

Yo me arreglé super formal, me alacié el cabello, me puse un vestido prácticamente nuevo (nada revelador, a la altura d la rodilla, medio ajustado) y nos vimos en la plaza comercial, ya q yo le dije a mi mamá q iría a comprar unas cosas con mi mejor amiga y después hacer un trabajo para la escuela. Ya en la plaza, nos subimos a su auto y fuimos a un restaurante tipo campestre pero muy bonito y elegante, el se veía super guapo, siempre me dio la impresión d aparentar más edad, no se si x su gruesa voz, su barba o la estatura; en fin, creí q en cualquier momento d la comida me haría la taan esperada pregunta, pero no. Terminamos d comer y me dijo q ahora si iríamos por mi sorpresa, pero q antes lo acompañara muy rápidamente a un encargo. Dicho encargo era q un amigo (Carlos) q estudiaba en la facultad con él, había ido el fin d semana a casa d sus padres y olvidó dejarle su alimento a la tortuga q tenía por mascota. Yo acepté sin imaginarme nada, al parecer aun seguia siendo muy inocente.

Lllegamos al departamento d Carlos, y entramos con la llave d repuesto q le entregaron en el lobby del edificio, obviamente ya habían dejado dicho q iríamos. Al entrar al lugar, me topé d frente con un enoorme ramo d rosas con un globo atado y un mensaje q decía "quieres ser mi novia?". No lo podía creer, creí q soñaba, pero no, era realidad. Ni siquiera le respondí, simplemente me fui sobre el para abrazarlo y llenarlo d besos. Después fue a la cocina y sacó d la nevera mi pastel favorito.yo estaba encantada, me lo quería comer a besos y asi lo hice, Nos sentamos en el único sofa d aquel tipico departamento universitario con pocos muebles, y los besos comenzaron a subir d intensidad. A diferencia d la vez pasada, todo fue más rápido, no tuvo reparo en comenzar a manosear mis piernas por debajo del vestido, mis nalgas y mi pecho. Y esta vez no lo detuve, era mi novio y le pertenecía, asi pensaba yo a esa edad. podría tocarme si quería...y yo a él. De reojo pue notar aquel maravillos paquete en su pantalón, y mi mano fue como hipnotizada hacia el. Comencé a tocarlo con unas ansias locas,

Después d unos minutos me dijo q fuéramos a la recámara, yo dudé un momento, me parecía totalmente inapropiado hacer eso en la cama d Carlos, quien había sido tan lindo en prestar su casa para la ocasión, pero su insistencia y mis ganas d continuar eran más. Pasamos a la habitación, y antes d llegar a la cama me detuvo y me dijo "quiero repetir lo del otro día" y comenzó a desabotonar mi vestido, yo hice lo propio con su camisa, y posteriormente con su pantalón, Nos hallamos entonces en ropa interior ambos, yo con un conjunto d 2 piezas d encaje blando, pues aunq no tenía pensado entregarme a él ese día, si q quería tener otra buena sesión d intercambio d caricias y besos, Cuando me disponía a acostarme el me abrazó y me besó como un animal q había estado enjaulado, mordiendo mis labios y agarrando fuerte mis nalgas con ambas manos, para luego bajar lentamente hasta mi pecho y besarme los senos turnándose d derecha a izquierda entre mis senos, D un movimiento me quitó el bra para facilitar su arranque d pasión. El único problema esq en esa posición, yo no lograba alcanzar a acariciarlo como yo quería, por más q me estiraba, el lo notó y me preguntó...

-¿Qué intentas hacer?-

-Quiero verlo. respondí. a lo q el replicó -todavía no-.

Me volteó con fuerza y me llevó contra la pared mientras él se repegaba a mi espalda y comenzó a frotarse contra mi culo, "siéntelo primero", me susurró, y vaaya q lo sentí. Su pene erecto se restregaba entre mis nalgas haciéndome soltar pequeños gemidos y haciendo temblar mis rodillas; con las manos me acariciaba d arriba a abajo a su antojo, Mis pezones se habían erguido, y cuando besaba mi cuello todo mi cuerpo era recorrido por un escalofrío delicioso. Sin demasiado preámbulo llevó su mano derecha a mi entrepierna y comenzó a masturbarme, parecía tener prisa en hacerme gritar d placer, mis gemidos cada vez eran más ruidosos, y d pronto, sin mediar aviso, sacó su pene del boxer y pude sentir su glande super húmedo en mis nalgas, esa sensación me puso los vellos d punta. Ni siquiera reparé en sus manos bajando mi braga, suavemente lo acomodó entre mis nalgas y comenzó a moverse d un modo uultra erótico, simulando q me penetraba, tomandome d las caderas mientras lo deslizaba arriba y abajo. En cada movimiento yo podía sentir su cabeza rozando mis labios, era demasiada tentación, pero logrebalbucear un "no", el cual repetí un par d veces, a lo q respondió escuetamente con un "tranquila".

Me dio vuelta y me tumbó boca arriba, dejándose caer sobre mí, para besarme y volverse a incorporar, quedando hincado entre mis piernas, las cuales tomó por los tobillos para separarlas y tener una vista inmejorable d mi humedísimo coño. Sin quitar sus manos d mis tobillos comenzó a acercar su pelvis diciendo "descuida, solo quiero sentir como te rozo" y asi lo hizo, nuevamente podía sentir la cabeza d su pene, brillando y acariciando la entrada d mi vagina suavemente, arriba a abajo, se alejaba un poco y volvía d nuevo a hacer contacto. Acerco su rostro al mío y me besó, por un momento pareció dejar a un lado el deseo, fue un beso tierno, romántico, nuestros labios se abrazaron por unos segundos y me dijo "te quiero", "yo a ti", le contesté. Y entonces sentí como la cabeza d su pene se acercaba más q nunca, introduciendose un par d centimetros en mí....el gemido q solté fue mayúsculo, eso lo hizo retroceder un poco, pero enseguida lo volvío a hacer...otro gemido y esta vez, una disculpa d su parte.

-Se siente increíble- le dije. El parecio tomarlo como una autorización ya q enseguida lo hizo d nuevo, esta vez, un centímetro más. No pensaba con claridad, sentía q flotaba, mi mente no podía concentrarse en otra cosa q el inmenso placer q todo eso me estaba generando. Cada vez q su pelvis hacía aquel movimiento, su pene llegaba un centímetro más lejos. El era cuidadoso, gentil, cada nueva embestida era como una ola d placer en todo mi cuerpo, su pene debia estar ya más d la mitad d su longitud dentro d mi vagina cundo le pedí q no llegara más lejos, pues aunq el placer era inmenso, comenzaba a sentir una molestia, No era dolor, era una especie d mareo, como si bajara mi presión, mi respiración era demasiado rápida y el pecho me palpitaba, pero no quería q parara. Continuo penetrándome hasta cierto tope durante unos minutos, con las piernas abiertas, o semi abiertas, a veces con mis tobillos en sus hombros, era una delicia,Oficialmente, había dejado d ser virgen. Posteriormente, cambiamos d posición, colocandome encima d su regazo y sentarme lentamente, sintiendo su verga deslizandose en mi interior. subiendo y bajando para sentirla acariciando las paredes d mi vagina

Y hasta entonces caí en cuenta, con esa borágine d besos y caricias, d pasión desenfrenada, lo recordé. Me alejé suavemente y le pregunté si tenía condones. Lo sé, un poco tarde. Me dijo q no e intentó convencerme d seguir, yo moría d ganas, pero mi mente había encontrado un momento d claridad y me negué. Intentó convencerme d hacerlo y salirse antes d terminar, pero yo sabía q eso no era seguro, Aun asi sus besos estuvieron cerca d convencerme, d hecho bajé la guardia y permití q me penetrara d nuevo, pero no pasó mucho tiempo para q me volviera a negar, Estaba muy prendida, pero también tenía miedo y me negué con más firmeza.

-Pero te puedo ayudar otra vez- le dije pícaramente. El sonrió con cierta resignación; me sente a su lado para admirar nuevamente aquel pene erecto q me había desvirgado minutos antes. Estaba completamente bañado por mis fluidos, un espectáculo para mis ojos. Lo tomé entre mis dedos y comencé a masturbarlo, d arriba a abajo, mezclando con movimientos en todas direcciones, con la torpeza d una -casi- novata, aunq sabía q el perdonaría mi inexperiencia, podía notar en su mirada q no esperaba nada más en ese momento, solo quería sentir mis manos y derramar su semen en ellas. Y entonces pasó, no sé xq, ni siquiera lo había pensado, fue casi por instinto...me acerqué...y lo besé...toqué su glande con mis labios, esta vez los labios d mi boca, después lo besé un poco más abajo, y más abajo, y mas abajo, hasta llegar a sus testículos, los besé muy suavemente, Y volví a subir. Lo miré a los ojos...estaba atónito, me miraba como quien presencia un milagro, eso me excitó más, así q lo volví a hacer. Esta vez separando un poco más mis labios, besándolo con más intensidad, saqué mi lengua para lamerlo desde la base hasta la punta, claramente no sabía lo q hacía, simplemente repetía lo q había visto en algun video d los q ocasionalmente había atrevido a mirar en internet. Realmente es algo difícil d hacer bien las primeras veces, no es algo en lo q alguien te pueda ayudar, simplemente seguía mi instinto. Abrí la boca lo más grande q pude y rodeé su glande con mis labios. No sé si lo lastimé un poco, pero tuvo un pequeño sobresalto y me detuve, pero con su mano en mi cabeza me hizo repetirlo un par d veces más antes de susurrar "me voy a venir", me retiré un poco y admiré su semen brotar como agua d una fuente, una maravilla. Sentí un chorro caer en mi hombro y otro en mis tetas, Nos abrazamos y reimos sonrojados por un minuto. Se paró a limpiarse y posteriormente yo fui al baño a hacer lo mismo. Nunca se lo dije pero recuerdo verme al espejo, con su semen todavía en mi cuerpo, y entonces lo hice, algo q nunca le conté a él. Pasé mi dedo por mi hombro, tomando un poco d su semen y llevándolo hasta mi boca...pasé saliva...no percibí ningun sabor. Me limpie el resto y volví a la cama con el. Después d un rato me llevó a mi casa y se despidió con un beso....el último q nos daríamos.

¿xq el último? Xq 2 días después me enteré q su "hermana", aquella d la foto q vi la primera vez, era en realidad su novia. El muy hijo d puta me engañó todo el tiempo. Lo odié, lo odié por años, lloré, le grité por teléfono, nuna quise verlo d nuevo. Eso si, le escribí a su novia, sin darle detalles, contándole solo lo necesario para q lo mandara al demonio. Aquel patán jugó conmigo, fingió todo solo para obtener mi virginidad, y lo logró, aquello me llenó d rencor por mucho tiempo, pero debo admitir q fue delicioso, y era solo el 1er paso a la personq soy ahora, una mujer sin inhibiciones, con pocas restricciones para disfrutar su sexualidad, Ya le siré contando.