Y apenas tengo 18
Por tener relaciones con mi hermano termine siendo la puta de todos en mi familia. Veridico.
Hola mi nombre es Ivonne y tengo 18 años, y lo que les cuento a continuación me pasó el fin de semana pasado, en el que viví algo que jamás hubiera pensado. Mi primera relación sexual fue a los doce años de edad, con un hombre de veinte años. Pero eso lo contaré en otra ocasión; he tenido relaciones con varios hombres y también lesbicas, pero hace un par de meses empecé a tener relaciones sexuales con mi hermano que me lleva cinco años.
Me describo para ustedes. Soy delgada, de cabello negro, mis ojos son verdes, mi nariz corta y afilada, boca chica de labios gruesos. Mido 1.61m. Mis pechos son grandes de copa C. Mis nalgas son paraditas, y estoy caderona.
Hace como medio año mis papás de divorciaron, y mi mamá y yo nos regresamos a vivir a la casa de mi abuela. Mis papás tienen ambos 41 años de edad. Mi hermano se quedo a vivir con mi papá, pues está más cerca de la universidad. En la casa de mi abuela, aparte de ella, viven dos tíos míos y un primo que me lleva un año.
Los dos hermanos de mi mamá (mis tíos) tienen 26 y 31 años; y son solteros. Mi primo es hijo de otro hermano de mi mamá y vive ahí porque le queda cerca de la escuela, su familia vive en provincia. En la casa sólo hay cuatro recamaras, y como mi mamá no quiso incomodar a sus hermanos, pues cada uno tiene recamara propia, ella se quedó con mi abuela, y mi primo y yo compartimos habitación.
Las relaciones con mi hermano empezaron un fin de semana que fui a casa de mi papá y él y yo nos quedamos solos, no fue algo muy difícil, pues siempre nos hemos gustado. La verdad para mí no es más que sexo rico, no estoy enamorada de mi hermano, pero como ahora no tengo novio, ni amiguitos, por mi nueva ubicación geográfica, esperaba que me viniera a visitar con ansias para que me quitara la calentura que ya me quemaba.
Yo no intente tener nada con mi primo pues lo veía como un niño a pesar de que es mayor que yo. Lo único que hacía era espiarme mientras yo me bañaba y revolver mi ropa interior y la de mi mamá, a mí no me molestaba, incluso me divertía. Algunas veces despertaba en la noche y el estaba arrodillado junto a mi cama masturbándose, yo me descubría un poco para dejarlo ver bien, por cierto el estaba muy feliz.
Por fin llegó el fin de semana en que nos visitaba mi hermano, y al verlo me di cuenta de que él me tenía tantas ganas como yo a él. No hubo oportunidad de estar solos el viernes así que esperamos hasta el sábado. Cuando nos quedamos solos fuimos a la recamara y nos empezamos a desvestir, él como un animal casi me arranca el vestido, y yo de inmediato le saqué la playera y le empecé a desabrochar el pantalón.
Te deseo hermanita.
Yo también bebe.
Me tiró en la cama y empezó a besar todo mi cuerpo, a soplar en mis oídos y a lamer tras mis orejas, me humedeció la rajita de inmediato. Me soltó el sostén y empezó a chupar y a morder suavemente mis tetas, mientras las estrujaba como bien sabía que me gustaba. Mientras tanto yo ya había liberado su tremenda verga y la masturbaba.
Me levanté y fui de inmediato por mi recompensa, su tremenda y rica verga. Nuestra relación incestuosa estaba al máximo, yo metía y sacaba ese pedazo de carne de mi boca, sólo para luego lamer sus huevos hasta la base, casi hasta su ano.
Me encantas hermanita, chúpame más, linda.
Yo no respondí por obvias razones, pero deslice mis manos por su pecho cubierto de bello, luego giré y levanté mi pierna para pasarla sobre su cara y quedar en un rico 69. De inmediato empezó a lamer mis labios vaginales, lo cuales ya estaban súper húmedos por mis jugos; que delicia sentir su lengua abrirse paso en mí; estaba al borde del orgasmo llevada de la mano de mi hermano, pero sólo había una forma de llegar a él.
Me levanté y de inmediato entendió se recostó sobre la cama y de un solo movimiento me senté sobre él y fui penetrada. De inmediato empecé a cabalgar, pues sentía que el orgasmo estaba muy cerca, tal vez por todo el tiempo que no tuve sexo.
Sí, cógeme Carlos.
Me encantas hermanita.
¿Te gusta cogerte a tu hermanita?
Me encanta. Quiero tu culo.
Clar
No pude terminar esa palabra pues el orgasmo me llegó de golpe, desde el interior de mi vagina se propago por todo mi cuerpo, mis pezones querían estallar. Yo no dejaba de brincar pues cada movimiento era incrementar el placer que me proporcionaba la verga de mi hermano dentro de mí. Fue un orgasmo riquísimo.
Quiero tu culo linda.
¿Te gusta darle a tu hermanita por el culo?
Mucho.
Dime a quién más te gustaría darle.
Sabes que a mi mamí, me encantaría acogérmelas en un trío.
Yo obedecí y me puse como perrita levantando el culo. El me escupió el ano y luego empezó a untarme mis propios jugos en el ano. Tomo su dura y grande verga y empezó a darme golpes en las nalgas, hasta que puso el glande en mi ano y comenzó a penetrarme.
Así Carlos, me encanta.
Eres una perra.
Sí lo soy, nalguéame.
Sin esperar empezó a azotar mis nalgas con la mano, lo cual me produce un tremendo y riquísimo placer; siempre y cuando sólo sean mis nalgas. Él bombeaba sin parar, y a mí me tenía vuelta loca. Esa pose duro como cinco minutos y me llegó un nuevo orgasmo; al tiempo que me la sacó y me tiró en la cama. A mi hermano siempre le gusta terminar sobre mi cara; yo abrí la boca para probar su rico semen. Un chorro de semen me golpeo en la frente y luego toda mi cara fue barnizada, hasta que por fin llegó a mi boca y lo deguste con placer. Mi hermano me beso y se fue, pues no tardarían en llegar lo demás.
Lo hicimos otras dos veces ese fin de semana; pero la tercera vez mi hermano estaba sobre de mí acogiéndome de lo lindo, y yo al creer que no había nadie en la casa gemía como una loca, pues estaba loca de placer, mi hermano estaba apunto de terminar, cuando la puerta del baño se abrió lentamente y vi a mi primo, él no hizo ruido, pero se quedó observando; ni siquiera por eso yo podía dejar de gemir, pero nuestras miradas estaban fijas la una en la otra. De pronto un chorro de semen me golpeo la cara. Mi primo cerró la puerta sin hacer ruido. Yo limpie la verga de mi hermano, que de nuevo me besó y se fue.
En la noche después de que mi hermano se fue, y cuando ya estábamos en la cama, no quise esperar a que mi primo tomara la iniciativa, pues bien sabía lo que me pediría.
Me viste con mi hermano.
Sí, te vi.
¿No le vas a decir a nadie?
No sé.
Me levanté en ropa interior, que adrede escogí muy sexy. Camine muy lentamente y me senté en su cama. Mi conjunto era blanco con lycra y encaje. Llevaba un sostén translucido y un bikini que varias veces había tomado él para masturbarse.
Por favor no le digas a nadie.- Dije y puse mi mano en su pecho.
Lo estabas haciendo con tu hermano. Eso es raro.
¿Por qué? Nunca has pensado así en Laura o Caro.- Ellas son sus hermanas, una mayor y una menor.- ¿Nunca has tomado sus prendas intimas como las mías?- Insistí al ver que no contestó.
Pues sí.
¿Y si una de ellas quisiera hacerlo contigo, no lo haría?
Tal vez, no sé. He pensado más en mi mamá y en la tuya.
¿También tomas de ropa de tu mamá?
Sí también de tu mamá.
¿También has pensado en mí?
Sí.
Entonces tal vez podamos llegar a un acuerdo.
OK.
Levanté las cobijas y de inmediato vi la tremenda erección en su ropa interior. Me incliné sobre él y empecé a besarle el cuello, fui bajando hasta el pecho. Me sorprendí mucho al ver que no respondía, fue entonces cuando me di cuenta de lo que estaba pasando. Me levanté lentamente, recogí mi cabello y me acerque a mi primo, poniendo mis labios cerca de los suyos.
Beto. ¿Eres virgen?
No contestó, sólo asintió con la cabeza. Era la primera vez que lo iba a hacer con un chico virgen. Me agaché lentamente y lo bese suavemente, mientras le decía que se relajara y que yo le iba a enseñar. Me recosté sobre él, tomé su mano y la puse sobre mi culito; de inmediato se aferró a él y sólo unos minutos después empezó a frotarlo en círculos.
¿Te gusta mi culito?
Sí.
Quítame el sostén.
El sin quitar la mano de mi culo empezó a mover la otra; tardo una eternidad, pero en cuanto lo soltó me lo saqué de inmediato, acerqué mi pecho a su boca y los dos nos sonreímos. Empezó a chupar demasiado rico para su inexperiencia, fue entonces que empecé a excitarme mucho. Era el precio de su silencio, y lo iba a disfrutar. Le saqué la ropa interior y tomé su verga, que era de un largo normal, pero bastante gruesa. Sólo con eso empezó a gemir como un loco, temí que se viniera, así que la solté.
No te detengas.- Gimió mi primo, aun con mi pecho en la boca.
Créeme que valdrá la pena.
OK
Me di la vuelta y abrí las piernas, de forma que su cara quedó entre mis piernas, pero el no entendió, así que metí era rica y tierna verga en mi boca. Empecé a mamar lo mejor que sabía pero sin dar mucha velocidad, pues no quería que mi primo se viniera, pues estaba decidida a quitarle lo virgen ese día. Él sólo tomaba mis nalgas con las manos y las frotaba.
Sácame las bragas.- Dije sacando la verga de mi boca.
Torpemente lo hizo, así que mi rajita quedó justo sobre su cara. Él tomó mis labios y los empezó a frotar con su dedo, pero estos ya chorreaban mis jugos, así que aunque no puso mucha presión, la entrada en mi rajita fue muy fácil. En unos minutos y bajo mis indicaciones, él ya tenía dos dedos en mi conchita y me lengüeteaba riquísimo, cuando tocaba mi clítoris me llevaba al cielo, trataba de no gemir, pero era mucho placer; era hora.
Ven primo.- Dije después de tirarme de espaldas en la cama.
Se puso sobre mí. Levanté y abrí las piernas para rodear a Beto, lo tomé con las manos por las nalgas para guiarlo hacía mi húmeda y chorreante rajita. Empecé a mover las caderas para encontrara su verga y una vez que la encontré, lo seguí haciendo para facilitarle el acceso, en unos segundos la devoré con un tremendo placer que no esperaba, mi primo no se movía mucho, así que mis caderas hicieron el trabajo moviéndose en círculos cortos y presionándome contra él.
NoS besábamos y le restregaba mis pechos en su cuerpo. Pronto se empezó a mover y tuve un rico orgasmo, era la primera vez que en un día lo hacía con dos hombres, los dos de mi familia. No le dio tiempo de sacarlo así que se vino dentro de mí. Nos dormimos juntos, y a media noche gozamos mucho más.
Con lo que yo no contaba era con que su voto de silencio no lo iba a cumplir. De esto me enteré después. Mi primo en cuanto me vio con mi hermano fue a contarle a nuestro tío, el hermano menor de mi mamá, y también después le contó lo de nuestras relaciones. El lunes pasó igual, mi primo y yo tuvimos relaciones tres veces en la noche, en la ultima quiso que me pusiera un conjunto de ropa interior que le había robado a su mamá antes de venir a México, yo lo complací, y me premio fue que terminara en mi boca por primera vez.
Eso fue así hasta el miércoles, ese día mi mamá y mi abuela no estaban y era el día en que yo entraba tarde a la prepa, es decir que fue bien planeado. El día anterior se fue a quedar a la casa un amigo de mi tío el menor; mi tío se llama Isaac. Bueno pues yo me levanté a las nueve, pues entro a las once y mi casa está cerca de la escuela. Me bañe y me fui a cambiar. Estaba en ropa interior y subiéndome la falda justo cuando mi tío Lud, el de 31 años entró en la recamara.
Tío.- Dije cubriéndome con las manos pues mi falda cayó al suelo.
Hola Ivonne. Que linda te vez.
Me estoy cambiando tío.
Esa ropa interior no me gusta.
¿Qué?
Fue directo a mi cajón y sacó una tanga negra con el sostén que le hacía juego. Yo levante la toalla y traté de cubrirme. El volteaba a verme de vez en cuando, tal vez para asegurarse de que yo no escapara, pero yo estaba petrificada.
¿Tienes medias negras?
Tío, salte de mi recamara ahora.
Cállate, ya se que eres una zorra que se acuesta con su hermano.
Eso no es cierto.- Dije en mi defensa.
No lo niegues. Y con tu primo.
En el cajón de abajo.- Dije resignada.- Pues ahora sabía de lo que se trataba, o eso creía.- Tomó las medias, las cuales llevaban liguero, pero es una sola pieza, es decir el liguero no se separa de las medias.- Ponte esto y unos tacones, vas a pagar el silencio. Te espero en la sala.
Salio y cerro la puerta. Yo maldije a mi primo por chismoso, me sentía un poco intrigada por tener relaciones con un hombre de 31, y con un tremendo pene, pues una vez se lo había visto, pero no me sentía bien, me estaban humillando en esa casa, ahora era el segundo al que le compraba el silencio con mi cuerpo. Me sequé el cabello lo mejor que pude, me puse el sostén, los ligueros y la tanga sobre estos. Me quede sentada en la cama un rato después de ponerme lo zapatos. Me tarde en maquillarme un poco. Eso me dio tiempo de pensar y de excitarme un poco. Me encantaba el sexo, y después de hacerlo con mi hermano nada era demasiado. Eso creí.
Al salir a la sala me quede helada con lo que vi. Yo que ya iba más que dispuesta a entregarme a mi tío, ahora tenía miedo y de haber podido hubiera salido corriendo. En la sala estaban sentados mi tío Lud, mi tío Isaac y su amigo.
¿A dónde vas puta?- Dijo Isaac al ver que me iba a encerrar en mi recamara.
Suéltame.
No finjas zorra, ya sabemos que te encanta la verga.- Dijo Lud.- Queremos cogerte los tres, así tu secreto va a estar a salvo.
De un fuerte empujón, mi tío Isaac me tiró al sillón. Lud que estaba sólo en ropa interior se la quitó y brincó su tremenda verga que tenía una enorme erección. Los otros dos comenzaron a desnudarse y vi algo que jamás creí posible, el amigo de mi tío tenía la verga más grande que la de Lud.
Nos vas a mamar la verga zorra.
No.
O cooperas o todos se enteran de tus puterias.
Además es por la buena o por la mala.- Dijo Isaac acercándose a mí.
Me recostó en sillón presionando mi cabeza, y me puso la verga frente a la boca. No había más que hacer. Mis labios se abrieron y empezaron a mamar. Me giré pues no estaba en buena posición. Y sin darme cuenta empecé a disfrutar la mamada, creo que los nervios ayudaban a la sensación placentera. Raúl, el amigo de mi tío se sentó en el sillón de enfrente y se empezó a masturbar. Lud se arrodillo junto al sillón y empezó a jugar con mis tetas, liberándolas del sostén, pero sin quitármelo. Raúl se levantó y empezó a acariciar mi piernas tiernamente lo cual me sorprendió mucho, me excitó y con las chupadas que me daba mi tío en las tetas ya me tenían loquísima.
Me levantaron y me pusieron de rodillas, La verga de Isaac y la de Raúl se acercaron a mí, metí la segunda a i boca, apenas y me cabía, pero empecé a mamar como si quisiera se viniera en mi boca de inmediato, mientras con la otra mano masturbaba a mi tío.
Mi otro tío se arrodilló tras de mí y metió su mano en mi tanga; de inmediato mis jugos debieron humedecer sus dedos, pues en unos segundos de leve masaje, sus dedos fueron entrando, primero dos y luego otros dos, los movía en círculos, frotando mis paredes vaginales, luego metiendo y sacando. Yo saque una verga de mi boca sólo para meter otra, eran deliciosas. Hilos de líquido preseminal colgaban por mi barbilla, Y manos se acercaban a mí por todos lados.
Me di cuenta de que era su juguete, su puta, pues sólo me hacían lo que querían. Me cargaron y me pusieron de vuelta en al sillón, me tiraron sobre mi tío Isaac, yo estaba loca porque me penetraran, y al parecer lo iban a hacer por partida triple. La verga de Isaac me invadió, y gemí tan duro que los vecinos debieron escucharme.
Comencé a cabalgar, pero sólo por unos segundos, pues mi otro tío me recostó sobre Isaac y empezó a lamer mi ano, de una forma alucinante, era como si me quisiera penetrar al ano con la lengua, Me tenían encantada. Y si a eso le suman que una verga más, la más grande de todas, se abría paso en mis labios. Yo empecé a chupar me volví oficialmente una puta, después de eso debieron dar me un certificado o algo.
La lengua de Lud, dejo mi ano, pero pronto sentí la punta de su glande haciendo presión por entrar, no le costó mucho trabajo. Mis gemidos ahora no eran duros, pero sí muy constantes, cortos y rápidos. Me tuvieron así varios maravillosos minutos.
¿Te gusta perra?- Dijo Lud, al tiempo que me empezaba a nalguear.
Claro que le gusta. Mira parece que se quiere tragar mi verga.- Dijo Raúl.
Me encanta. Dame más duro tío. ¡Hay sí, sí, sí!- Gemí, grite cuando empezó a azotar su mano en mis nalgas.
El orgasmo fue tan intenso que sería imposible expresarlo. Sólo diré que todo lo que había alrededor desapareció, y sólo quedamos mi cuerpo y yo en un gozo increíble. En el momento que reaccione sentí el semen rico y caliente de mi tío cayendo en mis nalgas y en mi espalda.
De vuelta me hicieron como quisieron. Me tiraron en el suelo y me pusieron de lado. Raúl sin esperar un segundo me invadió de una forma tan violenta que mis gritos de nuevo inundaron la casa, sus envestidas eran tremendas, pero tan ricas, nadie me había hecho algo así. Ahora era Isaac el que se apoderó de mis nalgas y de nuevo empezó a chupar mi ano, sólo por placer, pues ya estaba muy húmedo.
Yo metí toda la verga de Lud en mi boca y sentí como lentamente recuperaba su erección dentro de mí. Como el sabor me envolvía y me consumía. Lamí sus testículos y bese cada rincón de su falo, mientras ya tenía otras dos vergas dentro de mí. A esas alturas ya tenía todas las medías rotas, creo que toda la ropa. Me trataban como una puta y me estaba encantando.
Por los gemidos de mis poseedores presentí que estaban apunto de venirse así que saque la verga de mi tío de la boca y deje que ellos se acercaran a mí. Mi tío se fue penetrarme de nuevo tan duro y ala vez tan lento, que tuve un tremendo segundo orgasmo justo cuando los otros dos me llenaban la boca y la cara de semen. Le salía tan duro y tan abundante que churreo hasta mis pechos. Todo el que cayó en mi boca lo devore y luego limpie esas dos tremendas vergas. Y por ultimo mi tío Lud eyaculo por segunda vez, completamente sobre mis pechos. Me dejaron hecha una maraña, parecía que me habían violado. Fue increíble. Y lo que falta. Besos.
Califíquenme por fa.