Y al final se fueron las dos
Llego a mi vida una chica increíble pero desgraciadamente se tuvo que ir, al menos me queda el recuerdo de unos buenos momentos.
Pues bien esta historia comienza hace mucho tiempo, hace 22 años. Vivo en Madrid en un barrio del centro y soy hijo único, mis padres tienen una pastelería y por lo tanto no están casi nunca en casa a excepción de por la noche. Y desde los 3 años que se murió mi tía que vivía en casa me ha cuidado una vecina, la señora Hinata. Yura Hinata es una mujer mayor, yo la conocí cuando tenía 65 años, y desde entonces han pasado 22.
Me quedaba en su casa, pues no tiene a nadie, ni hijos ni marido y me quedaba con ella haciendo los deberes viendo la tele, pero a los pocos meses de cuidarme me dijo que para que no perdiera el tiempo me iba a enseñar algo que me iría bien en la vida real. Me iba a enseñar su idioma natal, el Nipon.
Bueno pues como todos los idiomas si se empiezan desde pequeño y no se dejan a la mitad, a la larga se domina, a los 11 años era capaz de leer libros y periódicos en japonés, además de hablar con soltura. A los 20 íbamos a restaurantes japoneses de Madrid y hablaba con gente de Japón, escribía perfectamente y pronunciaba con un acento un tanto fuerte de Kobe.
Ahora que ya he comentado los antecedentes seguiré con la historia, tengo ya 25 años he terminado mi carrera Historia, estoy empezando el doctorado y opositando para una plaza de profesor en Instituto, físicamente puedo decir que soy alto, casi 1.90 como voy a todos los sitios andando y como poco y menos aun dulces (debido a que de pequeño, un día me atiborre tanto a pasteles que ya no me gustan) me mantengo en forma, antes practicaba kung-fu pero ahora no tengo tiempo.
Ayudo en la pastelería de mis padres, pero casi nunca puedo porque mi vecina ha enfermado y paso mucho rato con ella. Un día me sorprendió y me dijo que había llamado a unos familiares que viven en Japón porque quería que la enterraran allí. Cuando me lo dijo le pregunte porque nunca me había dicho nada de su familia, y me dijo que ya me lo contaría. Me enseño una foto de hacia mas de 50 años, de sus hermanos y sus padres, la típica foto de posguerra, solo que la suya era de la segunda guerra mundial.
Yura vino a España a los 30 años, después de la II guerra mundial, y sus padres trabajaban en una imprenta de su propiedad y al morir le dejaron el taller a su hija, que lo mantuvo una época pero después alquilo el local y como esta en el centro de Madrid, le reporta una buena suma de dinero, con la que no tuvo que trabajar.
A los 2 días llegaron a su casa dos hombres y una jovencita, eran el sobrino de Yura el señor Higa, el abogado del señor Higa y la hija del señor Higa, Sakura. No me había dicho quien vendría, pues tenía poco contacto con sus familiares desde que murió su hermano pequeño, el único que le quedaba, pero si tenía sobrinos que se iban a hacer cargo.
Cuando llegaron estaba en casa de mi vecina, y fue un poco embarazoso al principio, pensaban que se habían equivocado de casa, yo les entendía cuando hablaban entre ellos y ninguno de ellos hablaba español, no me dijeron nada, Sakura me hablo en ingles pero la verdad domino mejor el Japonés, se sorprendieron al hablarles en su idioma y al mismo tiempo se quedaron mas tranquilos. Así que les invite a pasar y ya se presentaron.
Parecían un poco cansados así que les permití que se reunieran con su tía y que dejaran las cosas, mientras yo preparaba el te y algo para que repusieran fuerzas. Supongo que un viaje desde la otra parte del planeta puede ser agotador, y casi seguros que habían venido directamente, pues aunque el traje del señor Higa parecía de los caros estaba bastante arrugado, intente ver mejor a la sobrina, vestía ropa mas al estilo europeo o americano que lo que ves en los canales cuando se ve a una japonesa joven, unos vaqueros una cazadora y unas botas blancas, pero vaya culo que le había el vaquero, y que guapa de cara. Vamos que era una autentica belleza.
Hechas todas las presentaciones, fui a preparar el té a los invitados y a enseñarles la casa, pero parece ser que el abogado y el señor Higa dormirían en un hotel cercano y además al ver el estado de Yura pensaban contratar a una enfermera para que se hiciera cargo de ella.
Por su parte Sakura, se quedaría en la habitación de invitados. Todo esto ya hablado con Yura que dio su consentimiento. Bueno les deje a la familia hablando y me fui a trabajar. Al irme vi como Sakura también me estaba mirando de arriba abajo. Esperaba que le gustara como iba, aunque si mi vecina me hubiera avisado de cómo estaba su sobrina, me hubiera arreglado más.
Al volver de la pastelería me pase por casa de mi vecina y me encontré ya solas a ella y a Sakura que estaban hablando y viendo unas fotos del pueblo donde nació Yura, y de los sobrinos que aun tenia allí. El paisaje era increíble, las fotos transmitían más que imágenes recuerdos y lamentos pues Yura no paraba de llorar, me quede con ellas, después de darle la cena a mi vecina y acostarla me quede un rato hablando con Sakura, me dijo que quería acostar mas tarde y es que también quería descansar, pero al contrario que su padre y el abogado ella prefería ajustar su cuerpo al horario español. Nos quedamos hablando casi hasta las 11 de la noche, y podíamos quedarnos algo más, pero se estaba durmiendo en el sofá así que me despedí educadamente queriendo terminar la conversación o más bien seguir hablando con ella.
Ya a las once y poco de la noche me despido de ella, y me acerco a darle dos besos, ella se extraña y se aparta, a lo cual le pido perdón porque la costumbre en España es saludarse y despedirse con dos besos.
Una vez pasada la embarazosa situación, y conseguir darle dos besos me voy a casa, pero sigo pensando en ella.
Era de mas o menos mi edad, pues tenía 23 a punto de cumplir 24 y yo tengo los 25 recién cumplidos. Estudiaba en la universidad una carrera equivalente a Contabilidad y además era aficionada al karaoke, las novelas de detectives, el manga y a las películas americanas. Bueno teníamos algo en común, me encantan las pelis pero aun mas el manga, ya que mi vecina me introdujo en el mundo del manga haciendo traducciones de originales japoneses que compraba por catalogo o en tiendas especializadas.
Pero lo que no se me paso por alto y que no dijo nada es que era una preciosidad, vamos que perfectamente podía ser una modelo, al despedirnos me quede mirándola a los ojos, y ella dándose cuenta me mantuvo la mirada, vamos que las pulsaciones de mi corazón empezaron a aumentar mas y mas, no sé si a ella le pasaba lo mismo pero tuvimos que desviar la mirada. Lo último que vi es que se había puesta colorada.
Pero pensando en ella, la verdad es que estoy acostumbrado al canon de belleza occidental pero en el oriental no ve mal del todo, en la universidad cuando estaba en 2 de carrera fui a una fiesta de filología y me encontré con unas chicas de Japón y corea del sur que estudiaban Español, estuvimos hablando en los dos idiomas, menos mal que las coreanas también sabían japonés porque si no hubiera sido una noche como otra cualquiera, pero no lo fue, con una chica (coreana) la verdad la que me parecía que estaba más buena nos fuimos de la fiesta a su residencia y después de un par de tragos de Sake y algunas frases aduladoras, y que ambos teníamos unas ganas enormes de terminar en la cama, fue la primea vez que me acosté con una oriental. Pero como ya dije mi fantasía es con una japonesa, no hay mucha diferencia, o eso puede decir mucha gente, pero en verdad una Coreana y una Japonesa son tan diferentes como una peruana y una española.
Fue la primera vez que comprobé que las orientales no tienen porque tener el coño lleno de pelos, la verdad es que siempre en todas las pelis o en internet, las orientales tienen un coño peludo, pues Mihao, que es como se llamaba la chica lo tenía perfectamente arreglado. Me acuerdo que era una chica muy guapa Mihao pero Sakura lo es bastante más.
Así que como todo tío, me empecé a imaginar cómo sería el coño de Sakura, con su pelo castaño claro, me imaginaba un coño con un pequeño triangulo o una fina línea de pelos color castaño. Solo de pensarlo se me levanto la moral y tuve que desahogarme viendo una peli que tengo de orientales, y que decir que al ver a la primera chica castaña casi me corro y eso que no se parecía a Sakura.
Cuando amaneció al día siguiente por rutina me levante y me vestí para ver a Yura, pero recordé que tenia invitados, así que me duche, me afeite y me prepare para entrar en casa de mi vecina con la llave que tengo. Lo hice y parecía que no había movimiento en la casa aun cuando normalmente a esa hora ya había preparado el desayuno.
Pero sí que había movimiento, Sakura salió del baño con un pijama, y con la cara de no haberse despertado, no había recordado que el día de antes habían viajado desde Japón y que tendrían el cuerpo trastornado. Sakura se despertó cuando me vio, roja de vergüenza por verla así, yo me gire y le dije que me ocuparía del desayuno.
Cuando salió, vestía unos pantalones vaqueros, y una camiseta, parecía una occidental mas, y además con el pelo recogido. Desayunamos y después fuimos a ver a Yura, la cual estaba ya en la cama viendo la tele. Mi vecina que aunque mayor, sigue muy bien de la cabeza en un español bastante rápido, me dijo que hacíamos una buena pareja, que no fuera tonto y aprovechara mientras ella seguía aquí, cuando dijo "ella", no sabía si se estaba refiriendo a Sakura o a ella misma, dado que últimamente comentaba mucho su estado y que ya no le quedaba mucho mas de vida. Pero lo hacía con humor. Y por eso no se a quien de las dos se refería.
Al rato llego el señor Higa, y nos pidió dejarle a solas con su tía, para hablar con ella. Que la enfermera vendría por la tarde, que fuéramos a ver cosas y a comprar. Le dio un billete de 500 a su hija y me dio otro a mí. Intente rechazarlo pero tanto Sakura como Yura me dijeron que no le hiciera ese feo al señor Higa. Este a su vez nos dijo que nos divirtiéramos, le dimos las gracias y le pregunte donde a Sakura donde quería ir.
Era jueves por la mañana así que nos fuimos a los museos más conocidos de Madrid, el Prado y la Reina Sofía. Los vimos a toda prisa, porque Sakura quería ir a comer a un buen restaurante español, después de comer una de las mejores paellas de mi vida, y una tarta de Santiago para los dos, nos dimos una vuelta y cogimos el metro para ir a ver el palacio real.
En Japón hay vagones especiales para mujeres solo, pero en el metro de Madrid depende de que línea y de la hora, te lo puedes encontrar abarrotado o vacio, por desgracia la línea 1 casi siempre va llena, me puse al lado de Sakura, pero le saco más de una cabeza, al menos conseguí resguardarla de manos ajenas, (ajenas a las mías) , porque de lo pegados que estábamos, todo nuestro cuerpo se tocaba, y encima la camisa que llevaba tenía el escote abierto y le veía el sujetador negro que se había puesto. En la siguiente parada, la gente se movió y nos empujo a la mitad del vagón, por desgracia no había barras para que Sakura se sujetase así que se tuvo que apoyar en mí, y después abrazarme para no caerse. Para empeorar la situación nos toco al lado un hombre que parecía que no se había lavado en meses, Sakura que por ser mas bajita le llegaba la cabeza a la axila del hombre y lo estaba pasando mal, le dije que cambiáramos la posición, así que como pude me coloque entre el hombre y ella, intercambiando posiciones, y en ese cambio, mis manos rozaron su culo un vez, y bueno aunque los dos los sentimos nadie dijo nada.
Ambos sonreímos cuando un frenazo nos hizo apretarnos el uno contra el otro. Yo estaba encantado de sentir su mano en la cintura y su pecho contra mí. Todo esto como si fuéramos los mejores amigos de mundo y eso que no nos conocíamos ni hacia 24 horas.
Ya en los jardines del palacio real empezamos a hablar, no la conocía excepto por cuatro cosas que me conto el día de antes, pero quería saber cosas como, si tenía mas hermanas, conocer algo de la familia de Yura, y además una pregunta importante, si tenía novio. A esa última tuve que llegar con tacto, pero me respondió sinceramente que no, con una sonrisa picara. Por desgracia para mi, aunque se hablar Japonés, lo hago un tanto arcaico, y es que el que me enseño Yura no se parece mucho al que hablan los jóvenes de Japón, puedo entender perfectamente y expresarme correctamente, pero pasa como en todos los idiomas, las jergas de los jóvenes muchas veces no las comprendes, y menos te puedes comunicar usando sus propias palabras si no las utilizas. Pero no importaba, porque a mayores de los lenguajes también nos entendíamos con las miradas.
Nos hicimos fotos con la cámara que como buena turista japonesa siempre tenía a mano, y más tarde aun nos sobro tiempo para ir a comprar a unos grandes almacenes del centro. Después de contarme que todas sus amigas le habían pedido cosas de España no me sorprendió que además de los 500 que le había dado su padre, casi se gastara 2000 mas, yo por mi parte le dije que los 500 que me había dado su padre se los daba, pero me dijo que no podía aceptarlos y que además si no quería que su padre se enfadara conmigo por no haber aceptado su dinero que me comprara algo, así que aproveche que me apetecían algunos caprichos me compre un par de discos pop, una cámara de fotos normalita, y me sobraba para unos cuantos libros y regalarle un perfume que bueno es el que usa mi mejor amiga y me encanta como huele, así que le dije que era un regalo, para ella. Me lo acepto a regañadientes y solo porque le recordé que era mejor que usara el regalo que estuviera aguantando el olor de la gente del metro, se rio recordando la anécdota y me dio las gracias, de palabra y con un beso en la mejilla, pero muy pegado al labio.
Lo mejor fue cuando llegamos a la sección de ropa femenina, se empezó a probar algunos modelos, que después me enseñaba en el probador. Si la noche de antes se me levanto la moral solo con pensar en ella, me daba que esa noche me tendría que relajar por todo lo que me había enseñado. No me enseño nada de ropa interior, pero las camisetas ajustadas y los vestidos que me enseñaba marcaban perfectamente los atributos de Sakura. Así a lo pronto, de medidas, 85-62-91 a ojo claro. También se probó algunas cosas más, pero para sus amigas, por suerte todas tenían más o menos la misma talla.
Después de las 9 de la noche llegamos a su casa, su padre se había ido y nos había dejado una nota, se iba al hotel y mañana llegaría a la misma hora. La enfermera empezaba al día siguiente, y Yura se encontraba bien, no había recaído y se había podido levantar.
Me despedí de Sakura esta vez, cuando fui a darle dos besos ella se movió hacia mí y los besos nos los dimos demasiado cerca de la comisura de los labios. Pero ninguno de los dos, dijo nada. Llegue a casa y después de ver a mis padres y contarles que tal iba Yura y los familiares me conecte un rato a Internet. El día había transcurrido demasiado rápido, por lo menos para mí, pues tampoco había pasado tanto tiempo con Sakura o eso pensaba yo. Supongo que cuando te lo pasas bien el tiempo pasa más deprisa. Encendí el MSN para hablar con mis amigos y ver algún mail con la intención de no demorar mucho en irme a la cama.
Pero alguien llamo a la puerta, normalmente no llamaba nadie y encima mis padres se acuestan pronto por el trabajo. Fui antes de que se despertaran, y vi a Sakura en la puerta con sangre en las mano, rápidamente le pregunte si era de Yura o suya, a lo que me respondió que se había cortado con un cuchillo al intentar preparar unas verduras para la comida del día siguiente, pero que un ruido fuerte la asusto y se corto. El ruido supuse que había sido en la calle, ya que teníamos un vecino que le encantaba tirar petardos cuando jugaba el Real Madrid, y ese día jugaba en el Bernabéu. Pasamos a casa de Yura y le desinfecte la herida y se la cure, le puse unas vendas y empecé a reñirla porque eso lo hacía yo al día siguiente, pero me dijo que le hubiera gustado salir también al día siguiente conmigo por eso quería dejar las cosas ya preparadas. No me pude enfadar con ella, y cuando le puse ya la última gasa, me acerque y le bese la herida, como si fuera una niña pequeña. Recordé una canción que me cantaba Yura de pequeño, y la intente recitar, pero había pasado mucho tiempo desde la última vez que había sangrado y Yura me la cantaba.
Sakura me lo agradeció y yo me despedí de ella. Llegue a casa, y por primera vez en estos días, sentía que Yura había pasado a un segundo plano, lo que me entristeció. Volví a internet donde entre en Todorelatos a leer algunos relatos y a chatear. Me dieron las 3 más o menos, y no era porque no tuviera sueño, era por las vueltas que me daba la cabeza y las mariposas en el estomago. Solo había pasado un día, pero sentía que me había enamorado. Si existe el amor a primera vista, supongo que fue lo que paso con Sakura, no lo podía evitar y tampoco quería hacerlo.
A la mañana siguiente, cuando entre en el piso de Yura, todo estaba perfectamente, la enfermera ya estaba cuidando a Yura y Sakura estaba ya preparada para otra jornada de turismo. Su padre también había ido a desayunar y a decirnos que todo el papeleo estaba en marcha y en trámites en la embajada, la herencia tardaría un poco más porque el banco de Tokio donde Yura también tenía dinero aun no había enviado los papeles.
Ese día, Sakura y yo nos fuimos de turismo a distintas partes de Madrid, el primer sitio fue Alcalá de Henares, ya que quería conocer la ciudad del conocido escritor, y hacer un poco de turismo. Visitamos la universidad, la concatedral, y un par de sitios, comimos en un hostal llamado "la Tercia", cuando a media tarde me puse a pensar que estaba a menos de 2 minutos de una cama en la que podía disfrutar de mi fantasía sexual no me podía creer que estuviera hablando de demografía y economía de nuestros dos países.
En todo el camino estuvimos hablando y se puede decir que coqueteando en el tren, andando, la situación iba bien y no me podía quejar, muchas veces no te atreves a hablar con una chica en el tren porque te pueden escuchar los demás, pero afortunadamente hablando en japonés uno tiene más intimidad.
Cuando le preguntaba cómo eran las noches de fiesta en Japón, más que nada por saber si allí también existen los líos de una noche o si los tíos entran a las tías, por "culturizarme un poco", yo no sabía lo que quería hacer, si intentar besarla o por el contrario quizás la ofendería. Y es que los manga están bien pero nunca encuentras una viñeta que concuerde con ese momento de tu vida que está sucediendo, y no puedes actuar como lo hacen los personajes. Yo tenía intereses en muchas cosas, pero claro que no se lo preguntaba así de directo y además me podía malinterpretar y acabar con el buen día que estábamos pasando.
Pero por lo general y según me conto, allí como en el resto del mundo hay de todo, algunas chicas son más atrevidas que otras, pero ella por ejemplo era muy cortada con los chicos, y pocas veces se había preocupado de los chicos, dado que había estado hasta los 16 años en un internado solo para chicas, y después poco más que en la universidad solo había tenido dos relaciones ninguna de ellas seria, pero bueno dado que mi japonés para cosas de jóvenes no tiene mucho vocabulario y que no conseguía entender algunas frases hechas, tuve que darme por enterado y pensar que había traducido bien. Lo peor era pensar en el significado de dos relaciones no muy serias y es que se pueden traducir por infinidad de situaciones, desde un mes saliendo con un chico a los karaoke, a 3 años viviendo en el mismo piso de estudiantes y follando día si día también.
Volvimos a casa de Yura y por fortuna no había pasado nada, su padre si se había quedado esa noche porque quería hablar con su hija y conmigo sobre algunos temas que le interesaba. La cena fue tranquila, supongo que algo se nos debía de notar a los dos, pero como no había pasado nada, no tenia que disimular para nada, otra cosa es que nos hubiéramos ido a un hotel toda la tarde, pero al enseñarle las fotos de Alcalá el señor Higa comprendió que habíamos hecho turismo de verdad y que no habíamos tenido tiempo para nada mas por lo que estuvo muy agradable en la cena y no fue una velada no fue seca casi se diría que familiar.
Después de cenar y de que el padre de Sakura se fuera, nos preparamos para ir a disfrutar de la noche de Madrid. Yo pensé que en Japón la moda era muy avanzada, o por lo menos con tendencias muy distintas a las nuestras, pero un vaquero, un top y una cazadora vaquera negra, o algo similar y puedo decir que quedan igual de bien aquí que en las antípodas, y eso fue lo que debió de pensar Sakura porque apareció en el salón donde la estaba esperando de esa manera.
Yo por mi parte como siempre, un pantalón de pinzas y una camisa de rayas que no desentona con mi estilo. Y a comernos la noche y si era posible a comer algo más que la noche.
Salimos por la zona de huertas en Madrid, y bueno pensaba llevarla a la terraza del hotel de la plaza de Santa Ana, pero estaba bastante lleno, y no creo que estuviéramos en la lista de Vips así que nos fuimos a un local que hay cerca, no recuerdo ahora el nombre pero sí que era bastante grande y con buena música para bailar.
Estábamos los dos solos, y eso que le dije que si quería podía llamar a algunos compañeros de la universidad, por si quería salir con más gente y conocer a mas españoles pero, sonriendo y con unos ojos que iluminaban me dijo que con los dos nos lo pasaríamos bien.
Bailamos un rato juntos, y después nos quedamos hablando en una esquina, todo esto en japonés. Aunque me hubiera gustado que conociera algo de español, pues es un idioma más bonito para coquetear. Pero la verdad eso no le importo mucho a Sakura, cada vez que le intentaba decir algo bonito, me sonreía me decía en español "gracias".
Así estuvimos una hora y algo, al final no fui yo quien se lazo sino Sakura, me agarro del cuello, me paso los brazos por detrás y me beso como si fuera una escena de película, en el que la protagonista se lanza a por el chico que le gusta y le besa cierra los ojos y dobla la rodilla. Lo de la rodilla no lo se, pero el beso y los ojos fue una escena clavada.
No sé cuanto duro el beso, pues perdí la noción del tiempo durante bastante rato, solo sé que la música había dejado de mover nuestros cuerpos, estábamos parados, disfrutando del momento y sabiendo que teníamos que disfrutarlo al máximo. Mientras me agarraba del cuello yo puse mis manos en sus caderas, y como solo vestía un top, la fina tela no fue impedimento para sentir su calor, tu tacto y sus curvas.
Del primer beso, un recuerdo imborrable no solo de la noche, pasamos a un centenar. Los besos de Sakura, eran diferentes, no es que no supiera besar, a lo mejor era yo pero nunca me habían besado así. Quizás fuera la fuerza de sus besos, o su pequeña lengua moviéndose por mi boca con movimientos que dejaban a las otras chicas y a sus besos, en el olvido absoluto.
Por desgracia el hueco que nos habíamos adjudicado empezó a disminuir, la gente se amontonaba a nuestro alrededor y aunque nosotros seguíamos a lo nuestro empezamos a agobiarnos. Decidimos cambiar de local y seguir a lo nuestro, con la mínima diferencia que ahora salimos cogidos de la mano, con una sonrisa en los labios y una marca en el cuello que nos señalaba como algo más que amigos.
Pasamos la mitad de la noche besándonos, bailando pegados y hablando del destino y del mejor día de nuestras vidas. Yo no quería pensar en nada que implicara dejar de disfrutar del momento, así que por supuesto no propuse en ningún momento irnos al hotel o a mi casa que a esas horas mis padres ya se estarían yendo para la pastelería. En su lugar, nos quedamos en un banco de un parque cercano a casa, sin poder ver las estrellas pero con el mismo sentido, solos, acurrucados y si se puede decir algo enamorados el uno del otro. Se nos paso la noche de manera rápida, pero al contrario que los otros días, esa noche si la habíamos aprovechado al máximo.
Llegamos a casa y como buen caballero la deje en su casa, pero bueno estaban una puerta al lado de la otra. Nos despedimos con un leve roce de los labios, y cada uno se fue a la cama a descansar, pero con la ilusión de vernos una vez más al día siguiente.
Me levante 6 horas después con la llamada al teléfono de alguien muy insistente, pues aunque estaba dormido no paro de sonar hasta que me levante y lo cogí. Eran los compañeros de la universidad por si me apetecía tomar algo esa tarde, muy educadamente les dije que no, podía intente volver a la cama, pero no pude ya estaba despejado y no quería volver a la cama. En su lugar me despeje con una ducha, prepare algo de comer para cuando vinieran mis padres y fui a ver a Yura.
Aunque sabía que habría alguien en casa, cogí mis llaves y entre. La habitación de invitados estaba cerrada y por supuesto no quería despertar a Sakura que supongo que estaría tan cansada como lo estaba yo poco antes de la ducha, en su lugar pase a la habitación de Yura donde la enfermera estaba tomándole la temperatura y dejándole unas pastillas en la cómoda. Fue un alivio que alguien me hablara en español, ya que llevaba casi dos días enteros hablando en japonés. Lo que me conto por desgracia ya me lo esperaba y no quería escucharlo. Yura estaba mal, peor de lo que yo me pensaba y puede que fueran sus últimos días. Había pasado tanto tiempo con Sakura que no me había fijado en como había empeorado Yura en esos días.
Yo no quise pensar en serio en las palabras de la enfermera y me acerque a ver a mi vecina, lástima que estuviera sedada pues me hubiera gustado contarle como le estaba pasando de bien con su "sobrina". Pero supongo que ella lo sabía, y en el fondo le parecía algo genial. Siempre quiso que encontrara una gran chica con la que compartir mi vida.
Más tarde cuando se pasaran los efectos de las pastillas hablaría con ella. Me dispuse a salir de casa cuando la puerta de Sakura se abrió. Estaba en un pijama rosa aun se le notaban los excesos de la noche anterior, cuando sus pequeños ojos se abrieron y me vieron en mitad del pasillo, su cara se puso roja y volvió a entrar en su habitación tapándose la cara y con mucha vergüenza. Fue como el día anterior, solo que esta vez volvió a salir y me dio un beso corto pero en los labios.
Una hora después apareció en la puerta de mi casa, entro y conoció a mis padres pero en un español un poco mecánico y yo hice de intérprete, mejor así podría traducir las frases que no me gustaran por algo de imaginación. Por supuesto solo la presente como la sobrina-nieta de Yura.
Después de saludarles, fuimos al salón y hablamos en japonés para que nadie se enterara, las noticias que me dio Sakura no fueron buenas, su padre le había confirmado que a Yura no le quedaba más de una semana, que me fuera haciendo a la idea. Ese fue un duro golpe para mí, pero también fue pensar que quizás en una semana dejaría de a Sakura todos los días.
La tarde fue mas tranquila, al final salí con mis amigos de la uni, llevándome a Sakura que quería conocerles, yo no me opuse pero le dije que ninguno de ellos hablaba nada de japonés y el ingles tampoco lo llevaban demasiado bien, su respuesta fue tan clara como directa. "No me separare de ti"
Llegamos al lugar que habíamos quedado y como no, a mis amigos les impresiono semejante mujer, ninguno de ellos me había hablado de sus gustos, y que decir tiene que una mujer guapa lo es en cualquier parte del mundo. Pero no me gusto nada la forma de tratarla de alguno de ellos, sobre todo de Joaquín que se pensaba que solo era una amiga y le estuvo intentando tirar los trastos, el colmo fue cuando me dijo que le sirviera de interprete para ligar con ella. Que él me diría las frases y yo se las traducía a Sakura. Cuando me llamaron mis padres y a Sakura su padre nos temimos lo peor, no fue para nada un alivio la llamada, y menos aun porque sabía lo que significaba, nos pillamos un taxi y nos fuimos.
Cuando llegamos, Yura estaba en la cama, no quería ir a un hospital y tampoco podía ir en avión a Japón, quería morir en su casa al lado de su familia y quería que yo estuviera allí. Es un momento en que no puedes ni sabes que hacer. Excepto aceptar la perdida y llorar.
Un día después fue el velatorio, no hubo misa, pues él la iban a llevar a Japón para enterrarla en su pueblo natal, lo único que hubo fue un velatorio en casa para sus conocidos, vecinos y nosotros que formábamos parte de la familia.
A la mañana siguiente un avión llevaría a Sakura, a su padre, al abogado y al féretro de Yura hasta Japón. Había perdido a las dos mujeres que más había querido en mi vida, y las estaba perdiendo el mismo día.
Por suerte no me ofrecieron ir con ellos a Japón, pues hubiera sido aun peor.
Me había recluido en mi habitación y con ello lo único que conseguía era encerrarme en mi dolor y soledad. Miraba las fotos que tenia de Yura y me entristecía, pero también lo hacía al pensar en Sakura y aunque no quería eran los dos únicos pensamientos que tenía esa tarde.
Por la noche mis padres se fueron al pueblo para dejarme solo, aunque hubieran estado a mi lado, sabían que me unía una relación especial casi como la de una abuela con su nieto así que intentaron dejarme para estar solo y yo quería estar solo, pero no pude conseguirlo.
Sakura apareció en la puerta de mi casa con una maleta, su padre ya había recogido todo lo que necesitaba de casa de Yura y el resto se encargaría una empresa de mudanzas para empaquetar y mandar las cosas de Yura, excepto algunas que yo les tenía especial cariño y que me dejaron quedarme.
Sakura me pregunto si estaba listo para una última visita turística a Madrid, y aunque le dije que no tenía fuerzas para ir a ningún sitio, me pido por favor que me preparara para una última visita.
Como Sakura había estado durmiendo en casa de Yura no había necesitado hotel, pero esa noche había alquilado una habitación en un hotel del centro, un hotel bastante bueno. Me dijo que solo tenía que pasar por la habitación para cambiarse antes de hacer lo último que le quedaba por hacer en Madrid. Llegamos al hotel, un hotel de 5 estrellas, y subimos por el ascensor, en silencio, ni un beso ni siquiera un acercamiento.
Entramos en la habitación, la maleta estaba encima de la cama y fuera solo había la ropa que se pondría para volver a Japón. Me senté en la cama, mientras Sakura pasaba al baño, no fueron más que unos minutos, escuche el grifo de la ducha, y mientras mire mi móvil por si me habían llamado, Sakura me dijo que cerrara los ojos, que solo tenía la toalla puesta.
Obedecí, y cuando la sentí cerca de mi aparto la mano que cubría mis ojos, pues la otra aun la tenía en el móvil. La reacción de sorpresa fue tal que notaba como se abría mi boca, como mis pupilas se dilataban para mirar mejor, y como mi miembro pugnaba por crecer en el interior de mi calzoncillo.
Y es que la imagen que estaba viendo y la cual inmortalice me dejo y me sigue dejando loco.
Sakura se acerco, me beso como lo había hecho la primera vez, y siguió besándome hasta que yo reaccione y también la besaba. Después sus manos me tomaron de mi nuca, bajaron por mi espalda y terminaron en mi culo, el cual ante la llegada de sus manos se tenso y se puso tan duro como si de piedra se tratara.
El grifo había sido una distracción, su pelo seguía tan voluminoso como siempre, tan brillante y sexy como nunca. Y lo que más me gustaba era el regalo que me estaba dando, su conjunto de por si era sexy solo, pero es que con esa transparencia, me estaba dejando aun el listón muy alto para olvidar esa noche.
Me desvestí para estar en condiciones parecidas, mientras Sakura me veía, y jugaba con su pelo, y se tumbaba en la cama esperándome.
Si no me hubiera enamorado antes de ese momento lo habría hecho en ese mismo instante, Sakura era la cosa más bella que había visto en toda mi vida.
Al fin conseguí quitarme los pantalones, no sin dificultad de tener que lidiar con mi miembro que pugnaba por estallar en mi bóxer. Ya solo estaba en ropa interior, y con un bulto que hacía de mi bóxer una tienda de campaña.
Me puse delante de sakura, estaba recostada con las piernas flexionada, así que me adelante le cogí de los tobillos, le abrí las piernas y me metí entre ellas para besarla.
Al hacerlo Sakura me atrapo con sus piernas en una tenaza, nos besamos mientras yo le tocaba sus piernas, que suavidad, que calor, y que sensación llegar a su culo, que aunque seguía oculto no tardaría mucho en ver a una diosa en la cama.
Sentí como sus piernas dejaban de apretarme, y con suavidad me separo de sus labios y de su cuerpo, se ajusto su camisón y me dijo que quería disfrutar ella también, que le hiciera un baile erótico.
Yo lo estaba flipando, tan recatadita y mimosa que era Sakura y ahora me pedía que le hiciera un baile sexy. No lo dude, cualquier cosa que me mandara lo haría. Me volví a vestir, puse la radio, y con la canción de "Rihana- Umbrella", me puse a mover las caderas, en cada vuelta que daba quitándome otra vez la ropa veía a Sakura riéndose, y mordiéndose los labios, le gustaba el espectáculo, y a mí me gustaba verla.
Termino la canción y otra vez me volví a quedar con mi bóxer puesto, pero esta vez, y como no la había tocado ni imaginado, aun seguía con su tamaño normal.
Al volver a la cama, Sakura estaba tumbada y me dijo con la voz más dulce que se puede escuchar que fuera a su lado. Y aunque no me lo hubiera dicho, me hubiera lanzado a su lado.
Le quite el camisón que aunque me encantaba lo sexy que se había puesto, me gustaba la idea de ir quitándole la poca ropa que tenia.
La bese el cuello mientras mis manos bajaban a su culo, lo apretaban y subían por su espalda para quitarle el sujetador que llevaba, Sakura no dejaba de pasar sus manos por mis abdominales y después tocar el bulto caliente que aun estaba encerrado. Noto que le quitaba el sujetador y se incorporo para quitárselo del todo, sus tetas aunque pequeñas tenían una forma perfecta, como la de una copa de champagne, duras y con un pezón rosado que era la guinda de ese pequeño dulce que me quería comer.
Baje dándole besos hasta sus pechos, puse la cabeza en el canalillo y apreté sus pechos, y comencé a besárselos, mordérselos y como no a lamerlos, que era algo que le encantaba según podía comprobar con sus gemidos. Pero aunque me concentraba su pecho, no podía dejar de pensar en algo que aun seguía oculto. Y una mano tonta bajo a posarse sobre sus bragas.
Sakura noto mi mano y la cogió con la suya, la fue pasando de arriba abajo por encima de las bragas mientras con la otra me cogía de la nuca y me guiaba de un pecho al otro.
Iba a meter ya la mano por el borde de sus bragas cuando me dice que le toca a ella ahora darme placer. Me tumbo en la cama, con el camisón hizo una venda y me la puso en los ojos. Yo estaba tumbado y solo notaba como respiraba desde mis labios bajando por mi pecho, me mordió los pezones y lamio el trozo de mi bóxer donde estaba el glande tan grande y caliente desde hacía un buen rato.
Me quito el bóxer y salto mi miembro que ya estaba en todo su esplendor, aunque sin estar erecto. Poco a poco sus pequeñas manos tomaron la base de mi polla y la fueron masturbando, cuando ya no podía entrar más sangre y casi me dolía de lo dura que la etnia Sakura dejo de jugar con sus manos para hacerlo con su lengua.
Si besar besaba muy bien, lo que había con la lengua y con los labios era algo increíble, nunca hubiera imaginado que una pequeña ricura con esa cara pudiera dar semejante con su boca. No podía ver lo que me hacía, pero si lo estaba sintiendo, su lengua pasaba despacio desde el glande hasta mis huevos, lamiendo en su totalidad mi miembro, para después separarse y engullir hasta donde podía, la sacaba de nuevo utilizando la lengua moviéndola a los lados, con lo que la sensación era magnifica.
Lo hacía tan bien que note como estaba a punto de soltarlo todo, avise a Sakura y ella cogió su pañuelo que hacía las veces de venda e intento atármelo para retrasar la eyaculación pero no lo consiguió, y lo que hizo fue manchar su precioso camisón, aunque no le dio ninguna importancia y además así dijo que se llevaría una parte mía con ella, lo que no sabía es que a parte de un resto biológico mío, también se estaba llevando mi corazón.
Con mi polla un poco flácida por la reciente corrida, y la cara de satisfacción que tenia solo podía hacer una cosa, devolverle el favor a Sakura. Y es que aparte aun tenia las bragas puestas y eso era algo que tenía que remediar. Ahora era ella la que se tumbo en la cama, y aunque me hubiera gustado también vendarle los ojos no sería lo mismo.
Me coloque entre sus piernas, y mire fijamente a sus labios, los que estaban tapados pero que se podían ver claramente el contorno debido a lo, mojadas que estaban sus bragas. Me acerque oliendo su sexo, y con glotonería, le lamí las bragas, notaba el contorno de sus labios y también que debía de estar bien depilada, mis dedos se introdujeron por los lados de sus bragas, tocando directamente el tesoro oculto. Eran suaves, estaban mojados y gritando que jugara con ellos.
Le quite las bragas y al fin vi mi objetivo, un coño totalmente depilado y húmedo debido todas las caricias, y juegos que llevábamos. Pero aun quedaba lo mejor, y para eso tendría antes que devolverle el favor, aunque no creo que pudiera hacerlo tan bien como me había hecho sentir a mí.
Empecé por darle un beso a sus labios, y buscar con la punta de la lengua su clítoris, cosa que no me fue difícil porque resultaba fácil de encontrar con esos labios tan hermosos.
Intente hacer lo que me había hecho ella, mover la lengua de una lado a otro empezando lentamente y acelerando y parece que le gusto porque cuando comencé a hacerlo rápidamente sus gemidos y gritos era lo único que se escuchaba en la habitación, ni el trafico de Madrid ni la radio que estaba puesta. Abrí un poco sus labios para poder meterle un dedo mientras seguía chupando, cuando mi dedo entro y sakura lo noto, parecía más caliente de lo normal, sus sonidos cesaron y se arqueo tanto que sus dos pechos no abultaban nada, su coño soltó una cantidad enorme de flujo y yo me empape la cara con su corrida, la espalda de Sakura toco de nuevo la cama, y la sabana donde descansaba su culo quedo empapada. La cara de Sakura reflejaba el haber llegado al orgasmo y la tensión liberada.
Pero su cara cambio al abrir los ojos, había pasión en ellos igual que lo había en sus besos y en todo lo que me hacía.
Se tiro encima de mí, me beso mientras yo intentaba cogerla de la cintura, la quería poseer, quería hacerle el amor. Y ella a mí, ninguno de los dos quería ser la parte pasiva, y ninguno quería ceder.
Como la tenia cogida la agarre del culo y ella se coloco mi miembro a la entrada de su coño, lo siguiente fue ir metiéndosela poco a poco para que se acostumbrara a su grosor, pues mi pene es bastante grueso y de longitud media. Sakura una vez la tuvo metida en su coño y se hizo al tamaño empezó a botar, me abrazo por el cuello y sus piernas fueron dos tenazas que me atraparon para deleitarnos de nuestros cuerpos.
Como pesaba bastante poco pude aguantar bastantes acometidas pero también es verdad que no podía aguantar mucho mas, así que la pose en la cama y seguimos haciéndolo, ahora ya no tenía que aguantar su cuerpo y mis penetraciones eran más fuertes, Sakura seguía con sus piernas alrededor de mi cuerpo, y su coño recibiendo los envistes que le daba, sus pequeñas tetas botaban con el ritmo de nuestros movimientos y al final cedió se tumbo del todo y fue la parte pasiva, y yo me tire encima de ella. Nos besábamos y comíamos los labios, cuando ya estábamos a punto de llegar la tome las manos, le estire los brazos y entrelazamos los dedos, estábamos llegando los dos al orgasmo y lo hicimos juntos, totalmente unidos, con nuestras manos, nuestras lenguas y nuestros sexos.
Descansamos un momento tumbados en la cama, Sakura se apoyo en mi hombro diciendo que había sido increíble que nunca la habían hecho el amor tan bien. No utilizo esas mismas palabras, más bien dijo que ningún chico podría compararse conmigo nunca, y yo a su vez le dije que ella seria siempre la chica con la que primero había hecho el amor, que no se había tratado de sexo. A lo que me contesto que otro día tenía que probar el sexo con ella. Que era tan buena como haciendo el amor.
Por la mañana se fue a Japón, me prometió que resolvería unos trámites y que intentaría volver a España cuanto antes.
Ya han pasado varios meses. Seguimos en contacto por internet, algunas veces por Messenger tenernos algo más que palabras, y sé que cumplirá su palabra
P.D.
Las fotos utilizadas son de una modelo japonesa. Están incluidas para introducir mejor al lector en la historia.