Y ahora... ¿qué?
Continuación de mi anterior relato "Calor y abstinencia... mala combinación"
El sol abrasador del verano madrileño comenzó a incendiar el capot de los coches y a entrar por las rendijas de la habitación de Ana despertandome. Joder no fue un sueño, esto ocurrió de verdad... imagino que todos los que tuvimos la suerte de vivir una situación tan morbosa como surrealista como la vivida la noche anterior hemos tenido este pensamiento por la mañana. Ahí yacíamos ambos sobre la cama, yo completamente desnudo y arrinconado entre Ana y la pared y ella con una camiseta blanca de algodón que no cubría unas bragas blancas con dibujitos de "hello kity".
El reloj de la radio despertador de aquella habitación marcaba las 8:04, era demasiado temprano para despertarla y ella obstaculizaba mi salida de aquella cama nido, estaba atrapado hasta que decidiera levantarla. Era una situación abusrda sí, pero menos que la situación que me había conducido a aquella cama, por lo que decidí, sin éxito, intentar volver a dormirme... al cabo de una hora Ana se despertó.
Buenos días dijo a la vez que se giraba y se ponía cara mi.
Buenos días, le contesté.
Lo de anoche... no estuvo mal de todo.
Buff la verdad es que fue divertido... fue lo único que acerté a decir.
Ni que decir tiene que esto es un secreto.
Si claro, más que nada por como llegamos a esto... muy normal no fue.
Bueno, las cosas del querer ya se sabe.
¿del querer?
es por la copla, no te emociones. Ya sabes son las cosas del quererer no tienen ni como ni cuanto ni tampoco un porqué.
Jajajaja, vale, vale.
Y por mi no te preocupes que seré una tumba... no contaré nuestro pequeño secreto.
Oye Ana... me siento un poco incómodo aquí en tu cama en pelotas, dije mientras trataba de incorporarme. Mientras me incorporaba, mi pene erecto rozó contra sus muslos.
Joder tío, la tienes dura ya de mañana, dijo riéndose al notar el roce de mi miembro contra sus muslos.
Loooo normal por las mañanas, dije tímidamente
¿sabes que hace muchísimo tiempo que no hago?
Me estás asustando.
Echar un polvo mañanero... dijo mientras se quitaba la camiseta y dejaba ver aquellos gruesos pezones que se iban poniento duros.
Esto se nos está yendo de las manos acerté a decir antes de que me interrumpiera dandome un beso en la boca.
Su forma de besar era cálida y calmada, jugaba con su lengua muy despacio recorriendo mi boca. Poco a poco se acomodó encima mía mientras seguíamos besándonos con pasión.
Esto lo quería hacer por la noche cuando volví de la ducha... pero no quise despertarte, me dejaste cachonda perdida, vas a pagar tus deudas.
¿Tantas ganas tienes de que te folle?
¡¡Muchas!! hace casi un año que no siento una polla dentro de mi. Acabas de despertar a la golfa que llevo dentro.
Me abalancé a comerle las tetas, notaba como sus pezones se iban poniendo cada vez más duros y como ella jadeaba cada vez más.
Me encanta como me chupas las tetas, me encanta que me chupen las tetas, me pone muy cachonda...
¿qué te gusta más que te coma... las tetas o el chochito? le dije echándole la mano a su chorreante coñito.
Cómeme el chichi, venga dijo apartándome y bajándose las braguitas.
No tan rápido... ayer te di placer oral, así que hoy te toca a ti.
¿quieres placer oral? dijo mordiédose el labio.
Es lo justo.
Venga dijo dándome un pequeño empujón hacia la cama.
Me recosté en la cama y ella se puso de rodillas a la altura de pecho mientras se inclinaba para saborear mi pene que apuntaba al techo. Lo hacía tímidamente y bastante mal, para que nos vamos a engañar solamente se limitaba a dar lametones en mi glande a la vez que me pajeaba.
¡qué bien lo haces! le dije mintiendole, al tiempo que introducia un dedo en aquel chorreante coño.
Si me sigues tocando así, me voy a correr cabronazo, no quiero correrme antes de que me la metas.
¿ah no? dije mientras incementaba el ritmo de mi mano en su coño.
Joder me corro, cabrón ¿cómo me puedes poner tan cachonda? ahora no pares, no pares... Dioooooooos me coooorro. exclamó mientras caía desplomada en la cama.
1-0, le dije... vas ganando.
2-2 si contamos lo de ayer.
Vale, vale.
Se recostó junto a mi y me besó en la boca...
Dame 5 minutos para recuperarme me dijo mientras agarraba mi polla que seguía apuntando al techo de la habitación.
Estooooo ¿tienes condones, no?
Joder no, ¿y tú?
Tampoco.
Vamos no me jodas.
Voy a mirar si de casualidad Alberto tiene alguno en su cuarto.
Me levanté dando un bote y me dirigí al cuarto de Alberto y me puse a revolver por sus cajones, joder que me va a fallar este cabronazo pensé mientras me ponía nervioso, rebusca que te rebusca al final.... Eureka en uno de los cajones tenía una caja de 3 condones de las que se compran en cualquier máquina expendedora, bastante deteriorada y abierta en la cual quedaban 2 ejemplares prestos para ser usados.
De puta madre, exclamé mientras comprobaba que la fecha de caducidad estaba lejos de ser próxima.
¿has tenido suerte?
hemos tenido suerte, Ana... ¡Hemos tenido suerte! (le dije enseñandole los condones como si fuera un árbitro enseñándole una tarjeta amarilla a un futbolista), eso sí... tanta búsqueda hizo que... le dije señalándole un pene que había perdio varios grados de erección.
Esto lo arreglo en un momento, dijo relamiendose el labio, para acto seguido arrodillarse ante mi y empezar a comerme la polla... y de que forma, ahora engullía con ansia, nada tenía que ver con la tímida mamada que me había estado haciendo hace un rato. Se metía casi toda mi polla en la boca mientras succionaba y jugaba con su lengua.
Joder como sigas así, el que se va a correr soy yo... y a mi me van a hacer falta algo más de 5 minutos.
En ese momento separó sus labios de mi polla que volvía a estar al máximo de su esplendor me dijo: "vamos a la cama" con un tono que estaba a medio camino entre la exigencia y la pasión.
Nos fuimos a su dormitorio mientras le besaba el cuello y ella notaba mi erecto pene en la parte baja de su espalda.
La noto muy dura... pero la quiero notar bien dura en otro sitio.
Tranquila, te vas a hartar.
Le di un pequeño empujoncito para que se acostara en la cama mientras abría el envoltorio de un preservativo y dejaba el otro en su escritorio.
¿te apetece hacer los honores? le dije mostrándole el condón mientra señalaba a mi pene.
Ehh... no mejor hazlo tú, soy un poco torpe.
Está bien, dije mientras me sentaba en el borde de la cama y procedía a enfundarme el pene.
Vamos, ven aquí que me tienes cachonda como una perra en celo.
¿cómo te gusta?
Fóllame a cuatro patas dijo mientras se ponía en esa posición.
Joder a todas os gusta al estilo perrito... le dije mientras separaba sus grandes nalgas.
Comencé a pasar mi pene por su rajita chorreante una y otra vez, mientras me decía: "a que esperas cabronazo, quiero sentirla dentro"
No seas impaciente, déjame jugar un poquito, le dije mientras azontaba sus nalgas produciendo un meneo de sus fládicas nalgas totalmente hipnótico para la vista.
Mira como me tienes... no te doy pena.
Calla golfa y se paciente, le dije mientras le golpeaba la otra nalga.
Acto seguido la puse a la entrada de su cueva y de un respingo empecé a metersela despacito... y aunque estaba totalmente empapada entraba con bastante dificultad.
Joder que estrechito lo tienes, parece que no quiere entrar.
Yaaaa te dije que la tenías bastante gordita, dijo mientras jadeaba.
Poco a poco aquel estrecho coño se fue haciendo a la anatomía de mi polla y empecé a bombearla suavemente.
-Ah, Ah, sigue, joder... sigue me siento llena, fóllame cabrón, fóllame.
Así que te sientes llena eh zorrita, te gusta que te rellene.
Sí me encanta.
Empecé a subir el ritmo de mis embestidas y empezó a gemir cada vez más fuerte.
Ahhhhhhh, que esto tiene un límite, no lo notas.
Y eso que decías que era pequeña, si quieres paro.
Ni se te ocurra, dame duro joder.
Empecé a penetrarla cada vez más fuerte.
¿Te gusta que te llegue hasta el fondo eh?
Meeeee encanta, como me llenas cabrón, como me llenas.
Seguí así un par de minutos y Ana empezó a jadear cada vez más fuerte...sus jadeos se acompasaban con el ruido que hacía mi pelvis al chocar con su culo y al crujir de las láminas de madera del somier, en un sonido que aún recuerdo ahora.
- Me coooooooooooorro, Dios sí, me corro.
Comencé a sentir como su vagina se comvulsionaba a la vez que empezaba a emanar muchísimo flujo.
Se dejó caer en la cama y solo acertó a decir: "joder, como me hacía falta esto"
- Oye preciosa... y con esto ¿qué? le dije mientras señalaba mi pene que seguía con una importante erección.
Se acercó con ademán de metersela en la boca y la paré.
No señorita, ahora te toca trabajar a ti le dije mientras me tumbaba boca arriba y la invitaba a ponerse a horcajdas encima mía.
buff estoy bastante escocida.
Venga que no se diga.
Está bien.
Se acomodó encima mía y se acomodó mi polla en la entrada de su vagina dejándose caer poco a poco. Cuando se acomodó sobre mi tranca empezó a moverse con un suave vaivén hacia delante y hacia atrás.
Como me llenas... joder que diferencia, para que luego digan que el tamaño no importa.
Jajaja ¿te gusta no?
Joder si me gusta, además comparada con la de mi ex... menuda diferencia, lo que es una polla gordita. Lo que me estuve perdiendo. Si lo sé te follo el primer día que entraste por la puerta.
Poco a poco fue acelerando el ritmo de vaivén sobre mi polla y acelerando el ritmo y la intensidad de sus gemidos, joder me voy a correr otra vez, joder que me voy... Diiiiiiiiiioos.
-Sigue, que yo también me corro, no te pares ahora.
Ahhhhh me corro, me corro.
Y yo, Anita, y yo.
Nos corrimos casi al unísomo... me separó de mi sudoroso cuerpo en lo que yo me quitaba el condón y mientras lo enrrollaba dentro de una toallita húmeda le pregunté
¿qué has gozado eh?
Sí mucho, pero y ahora ¿qué?