(y 2) a la prima se le arrima, pero ¿a la hermana?

Después de luchar con su culpa, mi prima Lucía acepta coger con su hermano y yo fui la culpable de ese encuentro incestuoso.

(Y 2) A LA PRIMA SE LE ARRIMA… PERO ¿A LA HERMANA?

No lo podía creer, por primera vez en mi vida iba a ver sexo en vivo y con mis primos, que eran hermanos. Lucía, tímidamente le agarró el pene, se chupó los labios y Fer nos miraba con mucho morbo, lo empezó a masturbar, sacó la lengua y le lamió los testículos.

-Chúpame la panocha y el culo, pendeja.

-No, antes quiero ver cómo te la comes.

Fue subiendo la boca por toda la extensión del inmenso pene, sacó la lengua y le lamió la cabeza, seguramente sintió el sabor de mis jugos, luego abrió la boca y se la metió casi toda, si yo era tragona por la vagina, ella era tragona por la boca, me asombré cuando ya no vi el pene, seguramente lo tenía metido hasta la garganta, se lo sacó y me dijo:

-Mámame, culera.

Debía cumplir mi promesa, ella ya le estaba comiendo el pene a su hermano y yo debía chuparla toda, así que me fui atrás de su cuerpo, le abrí las nalgas y le metí la lengua, lo más adentro que pude, ella gemía por mis caricias anales y tosía porque se estaba atragantando con el pene de su hermano.

-Que rico me la mamas, Lucha.

-Cállate o no sigo y tú, pendeja, sigue chupándome el culo que lo haces muy rico.

-Métetela toda, Lucha, que rico… ah… chúpame los huevos… me tienen bien caliente, putitas… ven, Tita, quiero coger, siéntate en mi verga…

-Mejor que se siente Lucía.

  • ¿Qué dices pendeja? ¿Cómo crees que me voy a dejar coger por mi hermano?

-Pues no pienses que es tu hermano, solo siente que es el pene más grande que vas a probar en tu vida.

  • ¡Que no, culera!

-Déjala, Tita, si no quiere, ella se lo pierde, ven, te quiero volver a chingar esa panochita tan rica que tienes.

Pues no tuve más remedio que sentarme en ese bate de béisbol, me la fui metiendo poco a poco, hasta que sentí sus pelos en mis nalgas, que cosa más deliciosa sentirme tan llena, estaba hirviendo de la calentura y en eso siento que Lucía me chupa el ano, sentir el pene y la lengua de mi prima hizo que me viniera por segunda vez.

-A la puta, Tita, no te salgas que estoy a punto de acabar.

-Perdón, primito, es que me dejaste acabada, destrozada, estoy muy cansada, necesito un tiempecito para reponerme.

-Vengan, por lo menos mámenme la verga las dos juntas.

-Ay, no, que te la chupe Lucía.

  • ¡¿Otra vez?!

-No te hagas primita que sé que te gustó.

-Por la menos hazme una paja, Lucha… por favor, es que ya no aguanto.

Lucía le agarró el pene y empezó a masturbarlo, vi que se hincó y que se acercaba el pene a su vagina, mi primo subía el cuerpo buscando penetrarla, pero ella solo jugaba con la cabeza en su clítoris, se la pasaba por toda la raya, desde su vulva hasta su trasero y el pobre de mi primo brincaba de placer buscando meterle el pene, pero ella hábilmente solo dejaba que le rozara el sexo, yo, en agradecimiento, le volví a chupar el trasero, ella me agarró la cabeza y me obligó a que le metiera toda la lengua en el ano, en eso sentí un movimiento muy violento, Lucía se había sentado en el pene de su hermano, eso no me lo podía perder, fui hacia adelante y mientras le chupaba sus pechos, le tocaba el clítoris.

En eso oímos la voz de mi tía llamando a Fer, Lucía se metió bajo las sábanas, Fer se fue de prisa al baño y yo corrí a llevarle su ropa y también me metí en la cama.

-Lucía, ¿Está Fernando con ustedes?

-Voy- Dijo mi prima, se puso su pijama y salió a abrir.

  • ¿Está Fernando con ustedes?

-Aquí estoy, mamá- Dijo, saliendo del baño.

-Tu novia dice que no contestas tu teléfono, por eso me llamó a mí.

-Ah, es que lo dejé en mi cuarto, gracias.

Y salió todo nervioso, mi tía se despidió y a Lucía le agarró una risa nerviosa que no paraba de patalear.

  • ¿Viste, pendeja? ¿Qué tal que mi mamá nos encuentra cogiendo a los tres?

-Ya pasó, cálmate, deja de hacer berrinche, tranquila… y ahora ¿por qué lloras?

  • ¡Déjame! No quiero hablar, duérmete.

Cuando me desperté, Lucía estaba sentada en la cama viéndome fijamente.

-Hola, buenos días, primita.

-Buenos días será tu culo.

  • ¿Qué te pasa?

  • ¿Es que ya no te acuerdas lo que hicimos anoche, cabrona?

-Sí, ¿pero por qué me tratas así?

  • ¿Cómo que por qué, culera? Tú me obligaste a que cogiera con mi hermano.

-Pues que yo recuerde, no te puse una pistola en la cabeza.

-No, pero me calentaste demasiado, yo nunca pensé en mamarle la verga a mi hermano y menos que me cogiera.

-Pero no pasó eso que dices, él solo te penetró unos segundos, fue cuando oímos a mi tía, a mí sí me dio duro, hasta dos orgasmos me sacó.

-Anda a bañarte, puerca, que hueles a cogedera.

Luego de bañarme bajé a desayunar, mi tía nos contó que Fer había ido a reconciliarse con su novia, las dos nos volteamos a ver y sentimos un gran alivio por no tener que darle la cara a mi primo, aunque para Lucía hubiera sido peor, luego del desayuno mi tía nos invitó a dar una vuelta por la ciudad, pero Lucía no quiso, así que nos fuimos solas y conocí un montón de lugares, almorzamos en un restaurante muy elegante y regresamos por la tarde, mi tía recibió una llamada y dijo que iría a refaccionar con un amigo.

-Seguro que mi mamá ya encontró quien le dé para sus dulces.

-No hables así, es tu mamá.

-Acaso, ¿tu papá no le da para sus dulces a tu mamá? Es la misma mierda.

-Nunca voy a dejar de sorprenderme de la forma en que hablas.

-Y yo de ver que eres una pinche mosca muerta, hablas muy educadita pero eres bien puta.

-No soy eso, a todas las mujeres nos gusta el sexo, eso no tiene nada de malo.

-Yo pensé que eras bien pendeja, pero tienes más experiencia que yo, las apariencias engañan.

  • ¿Qué piensas hacer con tu hermano?

-Desde luego que cogérmelo ¡No!, es más, le voy a dejar de hablar.

  • ¿No será peor? Mi tía puede sospechar algo.

-Me vale verga, no quiero ni verlo a los ojos.

-Y yo ¿qué hago?

-Síguetelo chingando, si quieres, por mí no hay pedo.

-Si no lo digo por eso… hablaba de nosotras…

-Mira, pendeja, lo de ayer solo fue un juego, pero no quiero que se vuelva a repetir, ¿Me entendiste, culera? Yo me encueré por joderte, pensando que te ibas a chivear, como antes, pero no sabía que la pendejita que conocí se había vuelto toda una puta, así que deja de chingarme y cógete a mi hermano si quieres, pero conmigo, ni madres.

Así fueron pasando las semanas, mis primos no se hablaban, Lucía me ignoraba por completo, pero Fer me buscaba a cada rato, me sobaba las nalgas a escondidas, me arrinconaba cuando ellas no se daban cuenta, incluso se sacaba el pene para que yo se lo chupara, pero esa situación me ponía muy nerviosa, pero al mismo tiempo era muy excitante.

Una tarde Fer me llevó al parque a montar bicicleta, a la hora del descanso le pregunté por su novia, me contó que no había vuelto con ella, que se lo inventó para no verle la cara a su hermana y que mi tía no sospechara nada y me dijo:

  • ¿Te gustó la cogida que te di?

-No te voy a mentir, me encantó, pero me pones muy nerviosa cuando me metes mano, ellas se pueden dar cuenta.

-Quiero volver a coger contigo.

-Yo también, pero ¿cómo le hacemos? En tu casa no se puede.

-Es una mierda esto de ser joven, todo se lo tengo que pedir a mi mamá, si tuviera lana, te llevaría a un hotel todos los días.

  • ¿Todos los días? ¿Qué te gusta de mí?

-Todo, tus tetas son bien ricas.

  • ¿Qué más?

-Tus nalgas.

  • ¿Tanto te gustan? Dime, ¿qué más?

-Tu panocha depilada, es bien rica, además mamas de puta madre.

  • ¿Te la chupo mejor que tu hermana?

-Todo lo haces más rico que la Lucha, menos mamar, ella se la traga toda, es la única que me la comió completa, dile que te enseñe, así la próxima vez te la meto hasta la garganta. ¿Por qué no te escapas hoy en la noche, cuando mi hermana se duerma y te vienes a mi cuarto a coger conmigo?

-Pues casi siempre yo me duermo primero, porque Lucía se queda desierta con su teléfono hasta la madrugada.

  • ¿Sigue encabronada conmigo?

-Y conmigo también, casi ni me habla.

-Pero estuvo bien rico esa noche, ¿A poco no?

-Sí, a mí me gustó mucho.

  • ¿Te gustaría repetirlo?

  • No sé, no me gusta que Lucía se pelee con nosotros.

-Habla con ella, trata de convencerla.

-Bueno, pero no te prometo nada.

-Te espero a la noche.

-Ya te dije que tu hermana se acuesta de madrugada, mejor busquemos otro momento.

-Ya sé, los sábados mi mamá va al súper y la Lucha a sus clases de danza, soy capaz de faltar al juego este sábado con tal de cogerte.

-Que rico, yo también me muero de ganas.

Tuvimos que regresar a la casa porque empezó a llover a cántaros, el carro de mi tía no estaba, así que pensamos que estaríamos solos, pero al entrar vimos la luz de nuestro cuarto encendida, así que Fer me dio una nalgada y se fue a encerrar a su cuarto, Cuando entré vi que habías dos botellas de cerveza vacías y Lucía se entretenía con su teléfono.

-Lucía, no podemos seguir así, hablemos, por favor.

-Mi mamá se fue a cenar con “su amigo”, así que, si tienes hambre, dejó la cena en el horno.

  • ¿Quieres que caliente para las dos?

-Yo no tengo hambre, dile al mierda de mi hermano, porque es capaz de no comer con tal de no calentarse su comida él solo.

-Ok. Ahora le digo.

Le fui a avisar y le dije que si quería le calentaba su cena, aceptó y me acompañó a la cocina, mientras lo hacía se me pegó atrás y sentí su enorme bulto entre las nalgas, yo me pude muy nerviosa, pero debo aceptar que esa adrenalina lo hacía más rico y morboso.

-Echémonos un rapidín- Me dijo sacándose el pene del pantalón.

-No, Lucía puede bajar.

-Por lo menos dame una mamada- Yo me hinqué y empecé a chupársela, él trataba de metérmela toda, pero no me cabía, me sentía mal en mi orgullo de mujer, de que me dijera que Lucía se la chupaba mejor que yo, así que abrí bien la boca y dejé que me llegara hasta la campanilla, sentía ganas de vomitar y me salían muchas lágrimas por el esfuerzo, pero quería demostrarle que yo también podía ser una buena chupadora, me agarró de la cabeza y me violó la boca, yo escurría babas sobre su pene y Fer trabó los ojos y me llenó la boca de semen, yo me lavé la cara y la boca, él subió su cena a su cuarto y luego subí con algo para picar, tratando de congraciarme con Lucía.

-Traje algo para picar.

  • ¿Quieres una chela?

-No bebo, gracias. ¿Tu mamá sabe que tomas?

-A mi mamá todo le vale verga desde que anda con novio.

  • ¿Podemos hablar?

-Solo si me acompañas con una chela.

-Está bien.

  • ¿De qué quieres hablar?

-De nada en especial, lo que quiero es que todo sea como antes.

  • ¿Antes de coger o después?

  • ¡Lucía!

  • ¿Qué chingados quieres? ¿Qué haga como que aquí no pasó nada? Todo fue culpa tuya, antes de que vinieras, nunca hubiera pasado lo que pasó.

-Tienes razón, mañana llamo a mi mamá para regresar a mi pueblo.

-No jodas, tampoco es para tanto, te estoy chingando, pendeja. Ven dame un abrazo.

-Gracias, Lucía… pero no podemos seguir así.

-Así ¿cómo?

-Así, hacer como que nada sucedió, tenemos que afrontarlo.

-Habla pues, culera, aprovecha que ya estoy media peda.

-Pues… quiero que hablemos de lo que hicimos esa noche… primero nosotras solas… luego con tu hermano.

-Pásame otra chela… bueno, ¿Quieres saber que siento?... pues tenía mucha curiosidad de probar con otra mujer… pero no así, tan chamaca cuando lo hice con mi amiga… y… empecé como jugando, creyendo que no te ibas a atrever, hasta dejaste que te depilara la panocha… me moría de ganas por mamártela, pero no me atreví, hasta cuando me contaste lo de tu amiga, ahí vi la puerta abierta y me dije, ahora es cuando, pero te juro que nunca imaginé que te atrevieras, ni tampoco que yo lo hiciera, pero ¿Qué quieres? Me calentaste.

  • ¿Te arrepientes?

-Ni madres, pero me da culillo de que me guste y me vuelva lesbiana. ¿Tú te arrepientes?

-No. Y… ¿te arrepientes de lo que pasó con tu hermano?

-A huevo… cómo te dije, ahora en buena onda, si no hubieras venido nunca hubiera pasado. ¿Tú te arrepientes?

-No, pero te entiendo, no es lo mismo ser la prima que la hermana.

  • ¿Qué sentiste? ¡Que vergota tiene mi hermano!

-Yo sentí delicioso, nunca me la habían metido tan profundo.

-Se notaba por los pinches gemidos que dabas.

-Pero tú tampoco cantas mal las rancheras, que chupada de pito le diste.

-Es que estaba muy caliente.

-Y luego, cuando te la metió ¿qué sentiste?

-La sentí hasta las tripas, un segundo más y hubiera acabado… esta mierda como que se evapora, dame otra chela.

-Te confieso que yo desde ese día me masturbo pensando en el pene de tu hermano.

-Dile verga, pendeja, ya deja la ranchería atrás, se dice culo, coger, chingar, panocha, tetas, chiches, acabar… ¿Ya?

-Está bien, trataré de hablar como tú… ¿Te gusta su… verga?

-Me vuelve loca, pero quisiera que no fuera mi hermano… aunque me dejaste pensando con eso de que difícilmente vaya a probar otro pito de ese tamaño…

  • ¿Quieres que lo llame?

  • ¡No! No… porque no sabría qué hacer después, no me puedo convertir en el culito de mi propio hermano.

-No tienes que hacerlo, pruebas una vez, con la condición de que no volverá a pasar.

  • ¿Y tú crees que una verga parada sabe de condiciones?

-Posiblemente no, pero conmigo se puede quitar las ganas, así no corres peligro.

-Tan sacrificada que me salió la pinche primita… Tú lo que quieres es que te dé verga todos los días.

-Sí ¿tú no?

-Si no fuera mi hermano, a huevos que sí.

  • ¿Pero por qué sigues pensando en eso? Piensa que es una buena verga, cómo tú dices y punto.

Me agarró la cara de improviso y me besó, yo estaba tan caliente con la plática y con la mamada de verga que le di… de verdad, que liberador era decir obscenidades, que rica palabra ¡Verrrrrga!... me tocó las tetas sobre la ropa, me pidió que me desnudara, ella también lo hizo, me metió los dedos a la boca y me dijo que se los lubricara bien, se los dejé bien babosos, entonces me empezó a puntear el culo, de repente me metió un dedo y luego el segundo, comenzó a moverlos adentro y yo sentía delicioso, luego me tiro sobre la cama sin sacarme los dedos del culo y me mamó la panocha mientras me violaba mi hoyo trasero.

Por fin tomé la iniciativa y la monté sobre mí para hacer un 69, nos chupábamos las panochas, nos metíamos los dedos dentro de nuestros culos, nos manoseábamos las tetas, nos nalgueábamos, nos decíamos obscenidades, de pronto paró, yo creí que se había arrepentido, me puso de pie, me tomó de la mano y me dijo que fuéramos al cuarto de Fer, así desnudas como estábamos.

-Bueno cabrón, ¿te querías coger a tu hermana? Dame verga antes de que me arrepienta.

-Estás bien peda, Lucha, mañana te puedes arrepentir.

-Me vale verga mañana, hoy quiero que me des verga, hoy y solo hoy voy a ser tu puta, puedes hacer conmigo lo que te salga de la verga.

-Pero reacciona, primito, vamos, desnúdate antes de que venga mi tía.

  • ¿De verdad puedo hacer contigo lo que me salga de la verga?

-Lo que te chingue la gana.

  • ¿Te la puedo meter por el culo?

-Ya veremos, primero métemela por la panocha, piensa que soy una puta a la cual le pagaste, hazme mierda, dame verga, cabrón.

Yo misma lo encueré, Fer quería vernos haciendo un 69 pero Lucía le dijo que ella quería verga, y la quería ya; entonces se tiró boca arriba sobre la cama, le abrió sus piernas y le dijo que se la metiera, Fer le golpeteó la panocha con su inmensa verga y de un solo puyón se la encajó hasta las tripas, Lucía emitió un tremendo pujido y le dijo que la iba a partir en dos, pero estaba gozando como yegua en celo porque empezó a mover el culo, tratando de meterse toda la pija hasta el fondo, Fer la agarró de las nalgas y la besó en la boca, al principio Lucía no se dejaba, pero era tanta su calentura que terminó por abrir la boca y se empezaron a chupar sus lenguas, era realmente delicioso ver ese acto incestuoso.

Lucía me pidió que me sentara en su cara, yo feliz, lo hice, sentía muy rico su lengua hurgando dentro de mi panocha, Fer me lamía los pezones y yo le tocaba el clítoris a mi prima, luego la puso de perrito y le clavó la verga hasta el fondo, yo me metí debajo de sus cuerpos para chupar huevos y clítoris, ellos bufaban como animales heridos, me mojé el dedo pulgar y se lo metí en el culo a mi prima, ella aulló como una perra y nos pidió que le diéramos más duro, me prendí de su clítoris y cuando Fer le metía la verga yo le sacaba el dedo y viceversa, hasta que en un grito ahogado se vino entre calambre salvajes, era como si estuviera poseída, su cuerpo no dejaba de temblar.

-A la verga, además del pitote que te cargas tienes mucho aguante.

-Ni tanto, lo que pasa en que la putita de nuestra prima ya me habías sacado la leche con una buena mamada.

-No me contaste nada, pendeja.

-Bueno, es hora de darte por el culo.

-No, espera, me dejaste hecha mierda, cógete un rato a la virgen de pueblo y luego te doy el culo.

Yo hice caso omiso de los insultos de mi prima, me puse en cuatro dispuesta a recibir la verga adorada de mi primito rico, paré bien el culo pero nada que me la metía, volteé a ver y Lucía le estaba mamando la verga a su hermano, Fer me metió un dedo en el culo y me dijo que me preparara, yo me quité asustada, le dije que nunca me habían cogido por el culo y que no pensaba dárselo, él decepcionado, me volvió a poner en posición como perra y me ensartó su enorme pito, yo sentí que me sacó el aire, pero pronto empecé a disfrutar de la inmensa verga de mi primo, me cogía como si no hubiera un mañana, me nalgueaba duro, me jalaba de la greñas como si montara a un yegua, me estuvo dando verga como diez minutos hasta que yo empecé a llorar, era la primera vez que rodaban mis lágrimas mientras me venía, fue el mejor orgasmo de mi vida hasta ese momento.

Lucía sabía que le había llegado el momento de entregar su culo, me pidió que se lo lubricara con mi lengua, muy obediente así lo hice, le abrí las nalgas y le metí toda mi lengua, luego le metí un dedo, dos y hasta tres para dejárselo bien abierto a mi primito, Fer estuvo punteando su culito con esa enorme anaconda que tenía, Lucía estaba tensa, él le dijo que se relajara porque si no iba a ser peor, se la empezó a meter poco a poco, ella gritó como enajenada cuando apenas le había metido la cabeza, ella le dijo que no la aguantaba, que se la sacara, pero él hizo todo lo contrario, le metió la mitad de la verga y ella protestaba diciendo que sentía que se cagaba, él le dijo que aguatara un poco, que era normal que le doliera al principio, pero que después iba a gozar como toda una perra.

Fer empezó a cogérsela lentamente, no se la metía toda, pero ella le pedía que parara, él le hizo caso y dejó de moverse con media verga metida dentro de su culo, a los pocos instantes, ella empezó a mover las nalgas en círculos, luego se fue haciendo para atrás y adelante, poco a poco, hasta que se tragó toda la pija por su delicioso ojete.

-Así, cabrón, dame verga, haz que me duela… rómpeme el culo… a la mierda, que rico…

-A la verga, como me aprietas el pito… eso, muévete, cabrona… trágate toda mi verga…

-Ven pendeja, agárrame del pelo y dame bofetadas… así… más duro, pinche putita… más… más fuerte… denme más fuerte, par de culeros… trátenme como a una puta… ay… así… márquenme… háganme mierda… más… más duro…

-Si te doy más duro te voy a sacar sangre de la boca.

-Me vale verga, chíngame a madrazos… así, pendeja… déjame toda colorada la jeta… y tú putito, ¿no tienes más verga?... encájamela toda, haz que me cague… ay… sí… así… más… me vengo, hijo de tu puta madre… me veeeengooooo… ay… que rico acabar por el culooooo…

-Ya, yo también me vengo, apriétame la verga, puta de mierda… yaaaa… que ricoooooo…

Mientras yo también me venía mientras me pajeaba viendo ese sexo anal entre hermanos, creo que nunca en mi vida había estado tan caliente.

Al año siguiente nos fuimos a vivir a nuestra nueva casa, Lucía me volvió a culpar de su putería incestuosa y me dijo que nunca más cogería con su hermano, pero cuando abres una puerta como esa, ya no hay manera de volverla a cerrar.