@}}---,--- (xviii)

No sabía qué hacer o qué decir; una discusión fingida y que creí tener controlada, se había convertido en un verdadero desastre...

*Previamente en @}}---,---...***

~ (...)necesito un certificado de estudiante(...) ~ (...)No puedo ir hasta la Literaria… ¡está demasiado lejos!(...) ~ (...)¿No… me recuerdas?(...) ~ (...)No tienes NI IDEA… de la facilidad con la que las palabras crean complejos en un adolescente…(...) ~ (...)No te dejaré ir sin que hablemos, no después de haberte buscado como lo hice(...) ~ (...)siento haberte dicho lo que te dije y haberte tratado como te traté… fui un imbécil(...) ~ (...)¡Quiero otra oportunidad!(...) ~ (...)No te preocupes por eso, necesitas espacio, lo entiendo, no pasa nada(...) ~ (...)eso es lo último que quiero entre nosotros(...) ~ (...)Dakota y yo somos sólo amigos(...) ~

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XVIII

Camilo

-No entiendo por qué hacías tanto alboroto, Harvey, no sabe taaan mal como dijiste que sabría.

-Es porque siempre estuve ahí y vi lo que hacía- se excusó Harvey –no le di tiempo a la Sra. Elaine para… echar lo que sea que le puso a la mía… de nada- completó tomando una cucharada y acercándola a mí.

-Gracias- contesté divertido, tomando la cucharada en mi boca, a lo que él sólo sonrió.

-Siento haberte contagiado, Cami- expulsó de la nada.

-No te preocupes, Harvey- lo animé con una sonrisa –no podía pretender no enfermarme luego de estar cuidándote toda la semana pasada.

-¿Cómo te sientes?

-Aparte de la fiebre… me duele la garganta, me siento ido y no puedo respirar por la nariz- dije arrugando esta tratando de restarle importancia al asunto, a lo que él expulsó un suspiro -¿A qué hora irás por Dilan?- me apresuré a cambiar el tema.

-A mediodía, aún tengo un par de horas- respondió tomando más del agua de ajo de la taza con la cuchara –no importa si toma el primer microbús hasta acá, siguen siendo seis horas de viaje- agregó con cara de lamentación.

-Ya estás por verlo, Harvey, cambia esa actitud- dije estirando mi cabeza hacia él buscando su mirada; luego de una semana, me acostumbré a Dilan, encontraba su presencia tan corriente como la de Wanda, la de Alicia o la de Randy, y dejé de sentirme incómodo con su presencia o su cercanía a Harvey, supongo que dolía tanto que eventualmente en mi corazón se formó una especie de callo justo sobre la herida.

-Supongo que sí… debería- dijo levantando nuevamente la cuchara –y tú… deberías tomar un baño- dijo acercando su mano a mi frente –para bajar tu temperatura.

-Luego… cuando te hayas ido.

-A propósito… estaré por fuera un rato, la tía de Dil no está en casa, por lo que él no va a encontrar almuerzo al llegar así que, lo llevaré a comer.

-¡Bien! Así tendrán mucho tiempo para hablar sobre Ian… en vista de que no se lo comentaste el viernes… cuando realmente debiste- le recriminé; él desvió la mirada y lanzó un suspiro -No estarás considerando ocultárselo, ¿cierto que no?

-No se lo ocultaré, Cami, aunque sí me preocupa la forma en la que pueda tomarlo.

-¿Por qué? No es como que lo hubiesen planeado; lo que digo es que si mi novio se encuentra con su exnovio, y no cualquier exnovio, el primero… y él le pide una oportunidad, es algo de lo que yo querría enterarme… independientemente del hecho de si él se la dará o de si lo odia con cada micra de su ser, siendo este tu caso- Harvey meditó mi comentario –Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta?

-¿Otra?- preguntó sonriendo mirando a la nada, comentario que me hizo sonreír también.

-Ian… fue… ya sabes… ¿tu primer amor?- Harvey sólo se limitó a asentir –o sea que tuviste tu primera vez con tu primer amor, me pregunto cuántas personas pueden decir eso- él no dijo nada -no puedo imaginar qué pudo haber sido tan grave como para que alcanzaran este punto.

-De hecho… fue algo que yo tampoco vi venir, me tomó por sorpresa completamente… pero no sucederá de nuevo- completó con decisión.

-Bien… de cualquier forma no está de más hablarlo con Dilan, por eso de la confianza, ya sabes, en caso de que ambos se encuentren… o de que los tres lo hagan- Harvey volvió a sonreír, al menos el tema no era tan crítico como para amargarlo.

-Supongo que puedo hablarlo con él mientras lo embriago, así no habrá discusión, no me sentiré culpable y él no lo recordará a la mañana siguiente- planteó levantando la cuchara hacia mí nuevamente.

-Harvey…

-Era chiste, Cami, ¡Toma que se derrama!- ordenó divertido; me apresuré a abrir mi boca y tomar el líquido –oye…

-¿Sí?

-¿Tú crees que… en algún punto… yo pueda dejar de gustarte… y así podamos hablar de estos temas sin que sea incómodo?- preguntó tímido, a veces Harvey era bastante directo.

-No… no lo creo- y cuando él lo era, yo respondía de la misma forma, sobre todo si la respuesta iba a incomodarlo –pero incómodo o no, creo que eso no iba a influir en mi opinión- él volvió la mirada a la taza sonriendo y asintiendo con resignación.

-Traeré el termómetro, tomaremos tu temperatura y te dejaré descansar un rato, ¿vale?

-Vale- tomó la taza del banquillo, se incorporó y se inclinó sobre mí dándome un beso en la frente, caminó hacia la puerta y desapareció en el pasillo; “¿Tú crees que… en algún punto… yo pueda dejar de gustarte…?”, repetí la pregunta en mi mente.

-Eso espero, Harvey- comenté para mí en voz baja -…eso espero.

Harvey

-No vayas a dejar de beber líquidos, ya le dije a Randy la hora de cada pastilla- dije estirándome hacia el buró –ten- dije estrechándole la caja de pañuelos –si vas a acostarte con la cabeza hacia la piecera de la cama, sé que no vas a levantarte a tomarlos cuando los necesites.

-Ya vete, Harvey- lanzó Camilo desesperado –te lo ruego- añadió con una sonrisa y los ojos apretados.

-Vale, hasta luego- dije girando sobre mi eje y encaminándome a la puerta. Abandoné la planta, caminé hasta la avenida y tomé un taxi rumbo a la terminal, estaba ansioso por ver a Dil de nuevo, y también nervioso en vista de que de una forma u otra tenía que hablarle de Ian, temía por su reacción, debido a que no tomó la llamada de Simón de la mejor forma, a pesar del hecho de que llevásemos poco tiempo de estarnos tratando y de ignorar el hecho de que era gay.

Tan pronto llegué, me encaminé al lugar de estacionamiento del microbús que se supone vendría de la otra ciudad, me senté en la banca frente al lugar en donde se encontraba ya un vehículo dispuesto a marcharse.

-¿Te vas hoy domingo, guapo? ¿Por qué no te fuiste el viernes?- escuché a alguien aproximarse.

-No, Javier, no me voy, estoy esperando a alguien- expliqué sin mirar, en vista de que en ese ambiente, no recordaba a alguien más tratarme de “guapo” aparte de él.

-Oh…- comentó volviendo la mirada a la tablilla –ya casi no veo tu cara por estos lados.

-Sí es que… perdí la costumbre.

-Adivino… ahora te envían el dinero- sólo me limité a sonreír a su comentario –hijos… les das tus mejores años y a la larga a ellos parece importarles mierda- agregó abriendo la puerta del microbús.

-¡Tómalo como una inversión a largo plazo!- traté de llamar su atención irguiéndome en el banco – así que… no dejes de portarte bien con Delilah, porque… a la larga…- lo imité –de eso dependerá el olor de tu habitación y el nivel de educación que tendrán tus cuidadores en el asilo que ella asigne para ti… no lo olvides.

-¡Mi nena no va a enviarme a ningún asilo!- finalizó sentándose en el asiento del conductor y azotando la puerta tras su entrada.

-¡TIENE SIETE AÑOS! ¡DALE TIEMPO!- exclamé, a lo que él sólo respondió mostrándome su dedo medio con una sonrisa a través del parabrisas y echando marcha al vehículo. Luego de eso, llegaron un par de microbuses más sin señal de Dil, y no podía llamarlo, en esa carretera no contaba con cobertura, por lo que lo único que podía hacer era esperar y tener paciencia; pasado un rato dejé caer mi cabeza hacia atrás e hice mi cuerpo hacia adelante, deslizándome sobre la banca.

-Harvey- escuché casi en mi oído mientras alguien me daba unas palmadas en la pierna; no pude evitar levantarme algo arisco, quedarme dormido en la banca no era la idea inicial.

-Hola, Dil- mascullé tallando mis ojos -¿Qué tal el viaje?- agregué volteándolo a mirar y al encontrarme con sus ojos, automáticamente se me dibujó en el rostro una sonrisa tonta.

-Se averió el microbús en las salidas de la ciudad y tuvimos que esperar a que fuese a buscarnos otro- dijo dejando caer su espalda en la banca -¿Tienes mucho tiempo de estar esperando?- no estaba seguro de cuánto tiempo había esperado, y no quería que se sintiese culpable por ello, la situación se le salía de las manos de cualquier modo, por lo que negué con la cabeza.

-Vámonos- dije incorporándome y tomando su maleta; abandonamos la terminal y abordamos un taxi hasta su casa, en el trayecto, sostuvimos la mano del otro en una conversación ligera; al llegar, Dil pagó el cobro del taxi, tomé la maleta del maletero e iniciamos la marcha hacia la casa de su tía.

Ya dentro, pude desinhibirme con él; cerré suavemente la puerta de enfrente y me le acerqué por la espalda, tomé su muñeca, le di la vuelta y pegué mis labios a los suyos sin siquiera pensarlo, como deseaba besarlo en ese momento, después de haber estado separados por seis horas de recorrido por tierra, a pesar del hecho de haber pasado sólo un día sin ver su rostro, no tenerlo cerca me consumía; Dil respondió de una manera más intensa, abriendo su boca aún más y presionándome contra él por la cintura.

-Te extrañé- susurré alejando mi rostro un poco del suyo, buscando su mirada.

-Y yo a ti- completó volviendo a buscar mi boca con desaforo.

-Dil…- alcancé a pronunciar durante el beso.

-¿Hmm?- gimió para hacerme saber que estaba escuchando, pero no se detuvo.

-Estaba… estaba pensando… que tal vez… tal vez podíam… podíamos… almorzar afuera…

-Uh huh… suena bien- Dil pasó de mis labios a mi mejilla y luego a mi cuello, sentí un escalofrío en mi espalda y un cosquilleo en mi entrepierna que me encendió y empecé a responder con las mismas ansias que él lo hacía; sujeté su camiseta de la base y tiré de ella hacia arriba, lo tomé de la cintura y lo hice sentar en el sofá, me incliné sobre él, apoyando mis manos en el espaldar del sofá con él entre ellas, volviendo a besarlo; Dilan tiró de mi camiseta hacia arriba sugiriéndome que me deshiciera de ella y así lo hice, lentamente él fue dejándose caer sobre el sofá, al tiempo que yo subía sobre él, me desplacé hasta su cuello con tenues mordidas al tiempo que Dil empezaba a gemir.

-Harvey…

-¿Hmm?

-Mi teléfono está sonando.

-Lo sé… lo siento vibrar en mi estómago.

-Debo atender.

-Dilan… tus manos y tu boca están desocupadas- agregué levantándome un poco para darle espacio de tomar el móvil, mientras yo seguía ocupándome de él.

-¿Diga?

-(…)

-Hola, tía.

-(…)

-No… ¡Digo, sí!- se apresuró a corregir –ya… ya estoy en casa- reí –Harvey, no puedo concentrarme- se quejó, a lo que no puse mucha atención y empecé a descender hasta su pecho.

-(…)

-¿En serio?- preguntó en el micrófono del móvil, cubriendo su pezón con su mano, antes de que yo pudiese alcanzarlo, no negaré que el hecho me produjo muchísima gracia.

-Dilan, ¡quita tu mano!- le espeté; él negó con su cabeza, escondiendo el móvil detrás de su cabeza para que la conversación no pudiese oírse del otro lado y frunciendo el entrecejo –si no la quitas… te besaré en los labios, tú decides.

-No lo harías…

-Uno…

-Harvey, ¡compórtate!

-Dos…

-Es mi tía la que está al teléf…- me fui sobre él antes de que terminase la frase cumpliendo mi amenaza, sentí cómo Dilan estiró su brazo lejos de su rostro para que su tía no nos escuchara, sin embargo no dejó de responder al beso.

-¿Quitarás tu mano ahora?

-¿Hola?- preguntó pegando el teléfono a su oído otra vez, ignorándome, por lo que me vi en la penosa obligación de sujetar su muñeca y volver a besarlo, él no se movió me miraba con los ojos bien abiertos, su labios estaban inmóviles, negaba tenuemente con su cabeza para que no fuese a sonar el beso, ya que teníamos el micrófono a escasos milímetros de nuestros labios; levanté mi mano hasta su campo visual y apunté hacia abajo, inmediatamente después de eso, sentí el brazo de Dil quitarse de entre nosotros, si él cumplía yo tenía que cumplir; separé mis labios de los suyos sin moverlos para no hacer ruido y en efecto no hice ninguno -¡Sin lengua!- lanzó con un susurro -¿Dónde estás, tía?

-(…)

-¡¿En la ciudagh…?!- dejó ir un gemido, por lo que se apresuró a cubrir su boca aterrado -¡Harvey!

-Oops.

-(…)

-¿Qué cosa?

-(…)

-¿Qué sonido? Yo no oí nada- dijo tirando de mi cabello hacia atrás para que separase mi cabeza de él, tal vez pude o no pude haber pasado mi lengua sobre su pezón como me había dicho que no lo hiciera.

-(…)

-Debió ser tu imaginación.

-Dil, me dará dolor de cabeza- supliqué.

-(…)- me miró con los ojos entrecerrados y liberó mi cabello para poner su mano en mi boca, me había puesto en jaque.

-No, no lo creo, voy a almorzar afuera- “¡Eso es!, ¡También tengo manos!” pensé; levanté mis palmas y moví mis dedos frente a él, me lanzó una mirada asesina y negó rotundamente; lentamente empecé acariciar su pecho hasta llegar a sus jeans, sentía cómo Dil trataba de cerrar sus piernas, aunque era una batalla perdida, en vista de que yo estaba entre ellas, por lo que separé mis rodillas dejando la entrepierna de Dil prácticamente expuesta -¿Qué dijiste, tía?- se había olvidado de la conversación que estaba teniendo.

-(…)

-Sonia, tía, es Sonia, no Sofía- corrigió Dil; yo deslicé la yema de mis dedos sobre su bulto hasta su perineo, donde empecé a arañar la tela de sus jeans con mis uñas y a lamer la palma de su mano.

-(…)

-No… no iré con Sofía… ¡SONIA! No iré con Sonia- empezó a patalear desesperado para que me detuviera.

-(…)

-Es… la televisión… estoy viéndola- agregó apoyando su teléfono entre su hombro y su mejilla liberando su mano y mi boca para sujetar mis manos con las suyas.

-(…)

-Dame un segundo, Sandra, hay alguien en la puerta- mintió; puso el teléfono en el suelo y empezamos a forcejear, pero el forcejeo fue corto, yo no pude dar la pelea, no podía con las risas, por lo que terminé entre Dilan y el sofá con mis manos contra mi pecho y Dil sentado con sus piernas abiertas sobre mí, presionando mis manos y mi pecho.

-Dil, no respiro- dije fingiendo voz de asfixia, pero me ignoró.

-¿Hola?- retomó la conversación.

-Gritaré- lo amenacé.

-(…)

-Estaban pidiendo indicaciones- dijo poniendo su mano en mi boca; era un jaque mate, sin manos ni boca, ya no me quedaba nada que hacer, sólo podía esperar que la conversación acabara.

-(…)

-Iré con un amigo.

-(…)

-Saldré ahora, estoy algo retrasado.

-(…)

-Sí, trae algo para la cena, algo ligero.

-(…)

-Vale, adiós.

-(…)- colgó y liberó mi boca.

-¿Continuamos en lo estábamos?- sugerí cínicamente.

-Sandra viene para acá- dijo quitándose de encima de mí.

-¿Qué?

-Está a unas calles, vístete, Harvey, vístete y vámonos- replicó tomando su camiseta del suelo.

-¡Dilan! ¿Ves lo que haces? ¡Me dejaste empezado!

-No sabía que Sandra había vuelto, te lo compensaré, Harvey.

-¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde?

-No lo sé, con sexo y no lo sé.

-¿Sólo una respuesta de tres? Ya veo que no vas a compensarme nada- dije cruzándome de brazos y frunciendo el entrecejo.

-Estoy perdidamente enamorado de un niño de nueve años- se lamentó con un suspiro y lanzándome mi camiseta en el rostro –apresúrate.

Abandonamos el lugar y caminamos hasta la avenida donde tomamos un taxi hasta la bahía y buscamos un lugar donde comer mientras conversábamos; no fue fácil, era domingo y mediodía, todas las familias estaban comiendo fuera de casa, pasando tiempo de calidad juntos; pasó alrededor de media hora cuando llegamos a un lugar, que estaba también por llenarse, aunque aún quedaban algunas mesas.

Tomamos asiento, ordenamos y hablamos mientras comíamos, el tema de Ian seguía dando vueltas en mi cabeza, no encontraba forma de llegar a él, ni tampoco una manera de evitar que Dil lo tomara por otro lado y se enfadara “lo que digo es que si mi novio se encuentra con su exnovio, y no cualquier exnovio, el primero… y él le pide una oportunidad, es algo de lo que yo querría enterarme…” se reprodujo el comentario de Camilo en mi mente.

-Dil.

-¿Sí?- dijo levantando la mirada del plato.

-Oye… el viernes, cuando fui a tramitar mi certificado…- él me miraba expectante –me encontré con Ian.

-¿Ian?- él levantó una ceja, tomé aire y me preparé.

-Mi exnovio… mi primer exnovio.

-Uh huh- asintió una vez liberando el tenedor -¿Y qué quería?

-Él… quería otra oportunidad.

-¿Otra oportunidad?- yo sólo asentí -¿Y tú…?

-Obviamente le dije que no, Dilan, que estaba con alguien más- no negaré que su pregunta me hizo sentir incómodo -además, las cosas entre él y yo no terminaron de la mejor forma en cualquier caso.

-Y… ¿Por qué me dices todo esto? Quiero decir… ¿Por qué ahora y no… antes?

-Porque si te lo decía, ibas a enfadarte y los que lidiarían con tu mal genio serían tus padres, no era justo que luego de esperarte por quince días, recibiesen a un Dilan apático y cortante.

-No iba a enfadarme…- argumentó frunciendo el entrecejo “claro que no ibas a enfadarte” pensé.

-Lo hiciste con Simón, y yo no he tenido nada con él, era incluso hetero para mí hasta que tú me dijiste que no era así.

-La discusión sobre Simón fue justo antes de irme, ¿Cómo podías saber que iba a enojarme?

-¡Lo haces siempre que él viene a la conversación!- él guardó silencio -además... tú me sacaste el tema de Dakota.

-¿Cómo es eso relevante?

-Me dejaste sin espacios para discutirlo.

-Tienes razón… fue mi culpa que me lo hayas ocultado- lanzó entre dientes mientras tomaba un bocado.

-Eso no fue lo que dije… y no te oculto nada, Dilan, ¡estoy diciéndotelo ahora!

-¿Después de dos días?

-Acabas de llegar.

-¿Por qué no me lo dijiste cuando hablábamos por teléfono? Harvey, hablamos dos noches enteras.

-Quería que fuese personal.

-Harvey… ni siquiera lo mencionaste, ni siquiera un “hay algo sobre lo que tengo que hablarte”.

-¿Eso qué significa?- “¿Acaso piensa que yo estaba considerando volver con Ian?”; de repente Dil levantó la mirada sobre mi hombro.

Dilan

-Hola- me quedé frío al verlo ahí, las cosas iban de mal en peor.

-Hola, Edward- contesté, Harvey no dijo nada, sólo permaneció con la cabeza baja ni siquiera alzó la mirada a ver de quién se trataba -¿Qué haces por aquí?

-Buscaba un lugar para almorzar, no me gustó la comida que hicieron en casa, ¿y tú?

-Almorzando, pero en mi caso, no había nada para comer, desagradable o no- él rio –él es Harvey- dije apuntando a él –Harvey, él es Edward.

-Mucho gusto- dijo Edward extendiéndole la mano.

-Igual- Harvey levantó la mirada un momento y estrechó su mano, no ocultaba ni un poco el hecho de que habíamos estado discutiendo; para desgracia de todos, Edward hizo lo último que quería que hiciera… tomar asiento, no podía hacer más que seguirle la conversación, respondía cortado, apresuradamente, para que supiera que quería que se fuera… o más bien para que Harvey lo supiera, quien por su parte no pronunciaba palabra, sólo jugaba con su comida moviendo el tenedor en ella.

-Permiso- interrumpió Harvey incorporándose.

-¿A dónde vas?

-Al baño- agregó de espaldas caminando al sanitario, dejándome solo con Edward.

-¿Está bien?- preguntó Edward siguiéndolo con la mirada.

-No lo creo- contesté arisco –estábamos en medio de una discusión.

-Supongo que llegué en mal momento.

-Así es.

-¿Por qué no me llamaste para avisarme que habías llegado? Hubiese ido a buscarte- desvió el tema.

-No hacía falta- contesté apoyando mi mejilla sobre mi puño en la mesa mientras tomaba un bocado de comida.

-¿La discusión también te tiene tan de malas?- asentí -¿pregunto acerca de qué es?

-No es nada grave, es sólo que recién salimos de ella, aunque no ha terminado.

-¿Me quedo para que siga en pausa?

-Edward… realmente quiero continuarla para que acabe rápido y podamos dar el evento por terminado, alargarlo no me sirve de nada- “palaras más palabras menos… ¡vete!” rogaba que entendiese el mensaje que le estaba enviando entrelíneas.

-Hace ya varios días que no hablamos- lanzó tomando mi mano sobre la mesa -¿Crees que pueda ir a tu casa esta noche?

-No, no lo creo- dije liberando mi mano.

-¿Por qué no?

-Edward…- empecé –Harvey y yo…

-Disculpa…- alguien habló en mi espalda -¿Me permites a Dilan un momento?

-Sí, claro- dijo Edward encogiéndose de hombros con timidez; Harvey sujetó mi muñeca y me arrastró hasta el baño, que afortunadamente no quedaba muy alejado de nosotros, sin embargo pude darme cuenta que varias mesas miraban hacia donde nos encontrábamos, en realidad ya algunos individuos tenían sus ojos sobre nosotros, mujeres sobre todo.

-¿Quién es?- espetó Harvey, claramente molesto.

-¿Hablas de Edward?

-Si no me refiriese a él no te hubiese traído hasta acá donde no fuese a escucharnos ¿No te parece?- el único motivo por el que Harvey pudiese estar tan enfadado, era porque había visto a Edward sostener mi mano, así que no iba a evitar el tema, tenía que decirle la verdad.

-Edward…- traté de controlar mi nerviosismo –Edward fue mi primera vez- Harvey me miró confundido.

-¿Él no sabe que estás conmigo?- negué.

-Harvey… no estás celoso, ¿cierto?

-¡Claro que lo estoy!- espetó -Dilan, ¡ese chico sostuvo tu mano!- por algún motivo, mi interior irradiaba felicidad por el hecho de que Harvey sintiese celos y más aún, que tuviese el valor de reconocerlo tan abiertamente y agregándole un tono de obviedad; yo por mi parte, lo hubiese negado y me hubiese hecho la víctima, hubiese asumido el papel de ofendido y orgulloso; Harvey guardó silencio un momento mirándome fijo –No puedo creer que me hayas hecho sentir tan mal por lo de Ian- replicó casi para sí.

-No es igual…

-Tienes razón… Ian sabe que estoy contigo, no soporto tenerlo cerca, yo te hablé de él antes de que ocurriera un malentendido, sabe que lo que pude sentir por él ya no está… ¡Y la última vez que me acosté con él fue hace tres años!... es todo menos igual, en eso estamos de acuerdo- no sabía qué hacer o qué decir; una discusión fingida y que creí tener controlada, se había convertido en un verdadero desastre; traté de pretender que el hecho de que me hubiese ocultado lo de Ian me había molestado, lo hizo de hecho, pero sentí más miedo que ira, así que traté de presionarlo, buscando un motivo que hiciera que Harvey se pusiera a la defensiva o se molestara asumiendo él el papel de ofendido, porque eso me diría que no se sentía seguro de lo que decía y que sí había considerado darle la oportunidad al chico y no fue así, Harvey se mostró todo el tiempo sumiso, preparado para recibir lo que sea que tuviese que decirle al respecto, no desvió el tema y asumió toda la responsabilidad por no habérmelo comentado antes, a pesar de haberse excusado, y eran argumentos perfectamente válidos y acertados, no sé realmente cómo hubiese tomado la noticia, pero el hecho de no poder hablarlo de inmediato, hubiese influenciado en mi comportamiento en casa con mis padres y Harvey tenía razón; eso no sería justo con ellos.

Y ahora los papeles se habían invertido, la discusión iba en serio y él estaba en todo su derecho de estar molesto, yo lo estaría si estuviese en su lugar siendo honestos.

-Me refería a que… Edward y yo nunca estuvimos en una relación… yo me acosté con él tratando de olvidarte… ya te lo había dicho.

-Bueno, no me dijiste que él sí creía que estaban juntos.

-Harvey, no puedo hacerme responsable por la manera en la que él interpretó las cosas- sí era mi culpa, todo era mi culpa, fui yo quién le dijo que lo quería en primer lugar, pero evitar discusión es lo que mejor se me da, prefiero decir lo que las personas quieren escuchar a enfrentar al problema, excepto con Harvey, con quien me he dado cuenta que me perturba en gran manera el saber que no estamos bien y me he visto buscando la forma de llegar al problema y darle solución de forma enteramente voluntaria.

-Claro que sí, Dilan, esas cosas se resuelven mucho antes de tener sexo, llegas a un arreglo, si no está de acuerdo, le pones un “alto” a las cosas y las dejas hasta donde lleguen y buscas lo que quieres en alguien más y si acepta pues ¡genial! Es un gana-gana, así nadie sale herido y evitas malos entendidos y en este caso una escena de celos que no se supone que ocurra- de repente la puerta se abrió detrás de mí y un cliente del restaurante entró en el lugar.

-Permiso…- dijo incómodo.

-Propio- espetó Harvey; esperamos a que orinase y lavara sus manos en silencio.

-Hablaré con él- mascullé luego de que el chico abandonara el lugar, Harvey no dijo nada, permaneció estático mirando al suelo; di un paso hacia él, pero me detuve en seco, en estas circunstancias era muy probable que Harvey me rechazara y eso definitivamente iba a doler, por lo que me abstuve de acercarme y me di vuelta, abandonando el baño y acercándome a la mesa.

-¿Todo bien?- preguntó Edward.

-Tienes que irte- lancé decidido.

-¿Qué pasa?

-Mi novio está molesto, eso pasa- haría lo que sea que tuviese que hacer, no perdería a Harvey; Edward me miró confundido.

-¿Tu novio?

-Eso dije- vi a Edward desviar la mirada, pero no la seguí, me mantendría firme.

-¿Desde cuándo?

-Edward… tienes que irte.

-Pero tú y yo…

-No hay “tú y yo”, Edward, nunca llegamos a nada concreto… y eso fue lo mejor para todos.

-Lo mejor para ti, dirás- lanzó amenazante.

-No Edward, si yo…

-Lo siento…- dijo alguien detrás de mí –me disculpo por la actitud de mi novio…- agregó Harvey mientras ponía su mano en mi hombro -…obviamente se trató de un malentendido y me aseguraré de hablar con él, ya ustedes tendrán espacio de discutir la situación todo el tiempo que requieran, actuó erradamente y ya lo hice consciente de ello, no pretendo excusarlo ni nada que se le parezca, estoy seguro de que hay muchas cosas que deben decirse, pero no creo que todos en el lugar deban enterarse… yo en especial, estoy particularmente interesado en no escuchar un solo fragmento de su conversación, así que lo mejor será hablarlo en otra ocasión- todo, absolutamente todo el lugar permaneció en silencio, me erguí y separé mis manos de la mesa y volteé a Harvey, su voz se oía estable, sin enojo, ni celos, aunque su entrecejo permaneció fruncido; miré del otro lado de su hombro, hacia las otras mesas… todos miraban hacia donde nos encontrábamos, asombrados por la escena; Edward se incorporó y abandonó el lugar sin decir nada más.

-Vámonos, ya cancelé la cuenta- lanzó Harvey quitando su mano de mi hombro y caminando hacia la salida; lo único que pude hacer fue seguirlo.

Caminamos en silencio hasta la playa y por la orilla, no sabía qué decir para iniciar conversación y sentía la necesidad de hablarle y de que me hablara, no podía dejar de mirarlo, tratando de ver si de esa forma él sentiría el peso de mi mirada y volteara a verme, pero nunca pasó, Harvey estaba sumido en sus pensamientos, caminaba mirando la arena, su enojo se había ido, pero en sus ojos podía ver que la situación aún ocupaba su pensamiento; tomé su mano y sentí que él apretó la mía, pero no volvió a verme, en compensación lanzó un profundo suspiro.

Había pasado ya un rato y habíamos alcanzado un lugar desolado, no podían verse almas en ninguna dirección, atardecía y aún había silencio a veces roto por el sonido de las olas.

-¿Hay algún lugar al que quieras llegar?- pregunté dejando de caminar pero sin soltar su mano; Harvey pudo dar unos pasos más hasta que nuestros brazos se tensaron; él no dijo nada –porque… podemos sentarnos aquí- finalicé; él se dio vuelta y nos sentamos en la arena al tiempo, yo me crucé de piernas y él las extendió sobre la arena y guardó sus manos entre sus muslos, sin pronunciar palabra.

-Harvey, no puedes seguir enojado por eso- me sentía desesperado.

-No estaba enojado…- habló finalmente mirando a la puesta de sol.

-¿No estabas enojado? Harvey a mí manera de ver las cosas…

-Tenía miedo.

-Me parece que estabas verdade…- enmudecí al tiro y giré hacia él -¿Qué dijiste?- Harvey dejó pasar algo de tiempo entre mi pregunta y la respuesta.

-Tenía miedo- ¿Dijo “miedo”? ¿A qué? ¿Por qué? La situación se tornaba confusa -Aún lo tengo- agregó encogiéndose de hombros.

-¿Miedo?- me sentía algo tensionado y el tiempo que Harvey tomaba para darme respuestas empeoraba las cosas.

-Dilan… yo… no he malinterpretado las cosas, ¿o sí?- sentí una presión en el pecho, “¿De dónde saca eso?”.

-No entiendo, Harvey.

-Lo que tenemos… ¿significa algo para ti?- sentía un nudo en la garganta, mi boca se secó, mis piernas se adormecieron, mi corazón latía frenético, la pregunta me hirió en gran medida, me sentía realmente desconcertado, ofendido, conflictuado, mi mente se había quedado en blanco.

-Harvey, ¿Por qué me preguntas eso?

-Aún no me das respuesta.

-¡Claro que sí! Significa mucho para mí, Harvey ¿A qué viene esa pregunta?- Harvey no dijo nada; la frase vino claramente a mi mente luego de formularle la pregunta “Harvey, no puedo hacerme responsable por la manera en la que él interpretó las cosas”, no había pensado ni estructurado esa frase antes de lanzarla y la había tomado personal, como si eso también cobijara mis sentimientos hacia él, “yo… no he malinterpretado las cosas, ¿o sí?”, me di cuenta que la mente de Harvey tomaba un enunciado desde todos los ángulos posibles, no entendía por qué él lo asumió para sí también… tenía sentido, sí, pero yo realmente no lo hubiese pensado de esa manera, no lo hubiese tomado desde ese aspecto.

Me apoyé sobre la arena y salté frente a él, sentándome en sus piernas y ocupando su campo visual, tomé su mentón y lo guié hasta mí, pero sus ojos seguían fijos en el atardecer, los desvió a mí por un instante, se veía realmente afligido, como si no hubiese creído lo que acababa de decirle, para finalmente volver sus ojos al mar.

-Harvey, no quiero que estemos así, ¿Qué tengo que hacer o decir para que me creas?- dejé caer mis hombros y mis manos que dieron contra su ombligo, mis ojos empezaban a humedecer, ¿Qué podía ser peor que el hecho de que él no me creyese? ¿Qué podía ser más doloroso que el hecho de que él pensara que el amor que sentía por él era una mentira y que nada de lo que yo dijese fuera a cambiar su perspectiva? Bajé mi cabeza y callé, ya no se me ocurría nada más; sentí que Harvey cruzó sus piernas debajo de mí, cuando envolvió mi cintura y apoyó su cabeza en mi pecho.

-Perdóname, Dilan…- murmuró, todo mi cuerpo se tensionó –sobreactué y no supe sobrellevar las cosas, estoy seguro que pudo haber una mejor forma de reaccionar y proceder, pero no podía pensar con claridad… es…- Harvey me apretó contra él y cerró los puños sujetando mi camiseta haciendo que esta se ajustara aún más a mí para luego lanzar un profundo suspiro -…temo tanto perderte…- mi interior dio un vuelco, el nudo en mi garganta crecía, no me salían palabras, mi piel se había erizado, escuchaba mis latidos en mi oído, mi cuerpo se relajaba paulatinamente –tengo tanto miedo de que un día ya no sientas que quieras estar conmigo y simplemente te apartes, de que si hago o digo algo incorrecto decidas que no vale la pena y salgas de mi vida… sin aviso… ni explicaciones… ni despedidas- en el tiempo que había estado saliendo con Harvey, no paraba de preguntarme si remotamente él me amaba de la forma que yo lo hacía, si yo estaba hundiéndome en él en una forma en la que él no podría llegar a hacerlo conmigo, si yo también era la razón que él tenía para levantarse cada mañana, como él era la mía, si al igual que él, yo ocupaba su mente día y noche, si al igual que yo, él ensayaba cada palabra, cada frase en su mente hasta tres veces, probando diferentes timbres de voz y diferentes tonos de exclamación antes de verbalizarla para asegurarse de que no hubiese nada extraño, si le preocupaba que yo pudiese encontrar estúpido algún comentario suyo, como a mí me preocupaba, si practicaba cosas románticas frente al espejo como yo lo hacía para no sonar muy desesperado o muy sofocante, si cualquier cosa que estuviese relacionada conmigo le pintaba una sonrisa tonta en el rostro, como a mí me sucedía; tal vez no era así, tal vez él no tenía los complejos con los que yo he vivido por tanto tiempo y que con su cercanía se intensificaban, pero tenía algo que siempre busqué en alguien… que confiaran en mí al punto de arriesgarse a amarme y convertirme en una necesidad… que tuviesen miedo de perderme… como él lo tenía.

Saqué mis manos de entre nosotros y busqué su rostro, lo tomé de ambas mejillas y lo alcé hacia mí, sus ojos estaban vidriosos, la imagen me conmovió y me dejó una cálida sensación en el pecho, bajé mi cabeza hasta la suya y lo besé, lo sentí estirar su cuello y responder al beso con ternura, lentamente y sin lengua, un beso que deshacía la tensión y convertía la discusión en un evento sin importancia, me olvidé de Edward y de Ian, pensaba en Harvey, en hacer las cosas de la forma correcta, en no darnos motivos para discutir otra vez, en confiar en él, en entregarme enteramente a la relación, estaba convencido de que Harvey no me lanzaría a menos que planeara atraparme en la caída, en sus brazos estaba seguro.

Permanecimos en la playa por un tiempo, conversamos poco, hubo más silencio que charla, pero no me molestó, la conversación fue una, sólo que nos tomábamos nuestro tiempo para darnos respuesta entre nosotros, como queriendo prolongar el momento.

-¿Qué hora es?- preguntó Harvey.

-Casi las 19:30- dije luego de sacar mi teléfono de mi bolsillo.

-Regresemos a casa.

-Vale- nos incorporamos y sacudimos la arena del cuerpo; caminamos de la mano de regreso a la civilización y luego tomamos un taxi de vuelta.

-Las luces están encendidas, mi tía sigue despierta- comenté girando hacia él.

-¿Está bien que vayas a la cama con el estómago vacío?- preguntó él mirando hacia la ventana.

-Le dije a mi tía que compara algo ligero, espero que no se la haya comido todo sola- Harvey volvió la mirada y sonrió después de horas de no haberlo hecho –extrañaba eso.

-¿Qué cosa?

-Verte reír- él desvió la mirada al suelo avergonzado, por lo que volví a levantar su mentón y lo besé, Harvey respondió sujetando mi cintura con ambas manos y pegando su cuerpo al mío, cuando escuché la puerta de la entrada abrirse, haciendo que me separa de Harvey de golpe y me girara aterrado, afortunadamente, mi tía había abierto sin despegar la mirada de la televisión, no logró vernos.

-…Eso le pasa por zorra- comentó volviendo la mirada hacia nosotros –casi no llegan- dijo en tono de reclamo.

-Bueno, ya estoy aquí- comenté sacando las llaves de mi bolsillo -¿Cómo llegaste?

-Agotada… dormí desde las 14:00 que llegué hasta ahorita las 19:00 y siento que me falta- dijo abriendo la puerta completamente; yo abrí el candado de la reja y di unos pasos hacia adelante -¿No vas a entrar?- preguntó mi tía a Harvey, inevitablemente me di vuelta, “¿Qué fue eso?”.

-Uhhh…- Harvey titubeó –no… no lo creo, sólo vine a traer a Dilan.

-¿Estudias con Dilan?- preguntó interesada.

-No- dijo Harvey negando con la cabeza.

-Eso me pareció, en vista de que no te había visto antes- “¿Y ese tono?”, me quedé aterrado, mi tía se la estaba yendo encima a Harvey, no podía creerlo, yo sólo contemplaba la escena; le formuló un largo interrogatorio ahí parada, qué estudiaba, dónde lo estudiaba, de dónde me conocía, en qué lugar de la otra ciudad vivía, ¡LA PROFESIÓN DE SUS PADRES!, su edad, en dónde se estaba quedando, qué tal era la atención en donde la Sra. Elaine entre otras cosas; decidí que ya había sido suficiente y di un paso hacia atrás, haciéndole una mueca a Harvey para que se fuera; él me sonrió con todos los dientes y asintió.

-Ya… ya tengo que irme… mañana tengo una prueba a primera hora para la que no me he preparado- mintió.

-Descuida, buena suerte, fue un placer, soy Sandra, a propósito- dijo extendiéndole la mano, mi mandíbula cayó de golpe, “¿En serio, Sandra? ¡¿ES EN SERIO?!”.

-Harvey, el placer fue mío- respondió Harvey sosteniéndola, divertido por mi reacción detrás de ella.

-Me das un segundo con Harvey… Sandra- lancé, ella se hizo a un lado y yo salí a la terraza, cerrando la puerta tras mi salida -¿“el placer fue mío”?- repetí burlón.

-¿Qué querías que hiciera, Dil? Estaba atrapado- reímos juntos hasta que de inmediato hubo silencio –te llamaré cuando esté en casa- murmuró, a lo que yo asentí él se acercó y me dio un último beso, nos sostuvimos la mirada y él empezó a sonreír lentamente.

-Ya vete- le lancé desviando la mirada al tiempo que sentía que me sonrojaba.

-Vale…- dijo caminando hacia atrás –te quiero, Dilan- finalizó guardando sus manos en sus bolsillos, mi piel se erizó al tiro.

-Yo también te quiero, Harvey… te veré mañana- él asintió y giró sobre su eje; yo abrí la puerta nuevamente, entré en casa y cerré tras mi entrada.

-Eres una pederasta, ¿Sabías eso?- ella puso cara de tonta –con esa cara no me vas a ganar… Sandra, ¡Casi te tragas a Harvey delante de tu sobrino!

-Sólo hacía averiguaciones acerca de tus amistades, Dilan, no tiene nada de malo- se excusó.

-Tú nunca preguntaste las profesiones de los padres de Sergio- “¿Quién es Sergio?” me anticipé.

-¿Quién es Sergio?- preguntó levantando un ceja; lentamente levanté mi palma hacia ella con una sonrisa triunfante, dándole a entender que había expresado mi punto.

-Sergio ha venido aquí más que Harvey, ¡Le has puesto platos con comida en las manos cuando estás aquí!

-Seguro sí pregunté su nombre pero ya lo había olvidado, igual que olvidaré el de Harvey, Dilan, no entiendo por qué tanto alboroto- dijo agitando su mano en el aire y volviendo la mirada a la televisión –hay comida thai en la cocina.

-Gracias, Sandra- dije encaminándome a la cocina, dando el tema por superado.

-No soy tía de Harvey, pero sigo siendo la tuya- lanzó desde la sala, ignoré el comentario, tomé lo que Sandra había traído para mí y lo llevé a mi habitación a esperar por la llamada de Harvey.

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En el próximo capítulo...

~ (...)Wanda dice que vayamos a la cafetería(...) ~ (...)Chicos, ¿Qué harán hoy en la noche?(...) ~ (...)¿No va a verse raro que vayamos juntos? Digo… una pareja heterosexual en un bar gay… es algo… disonante(...) ~ (...)¿Estás así… por Vico?(...) ~ (...)que me sienta celoso, es normal, ¿cierto?(...) ~ (...)¿Y si hubiese mencionado algo sobre nuestra intimidad?(...) ~ (...)¿Es cierto que Víctor viene buscando un trío?(...) ~

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Es gracioso como para el primer capítulo había planeado no exceder las veinte entregas y ahora estamos bastante cerca de ella y falta un tramo relativamente considerable de la historia ^^, para el siguiente haré algo tranquilo, pondré pausa al romanticismo, en vista de que en las últimas entregas es lo que más protagonismo ha tenido, por lo que haré un capítulo bajo en azúcar, será un capítulo suave, algo sencillo; lamento que mi disciplina no durara mucho en vista de que sólo publiqué este capitulo después de ocho días de haber entregado el anterior, como solía hacerlo, pero bueno... no siendo más, nos veremos en la próxima entrega, por favor no dejen de comentar y valorar el relato, un fuerte abrazo para todos, adiós -^^-