@}}---,--- (xv)

Mis piernas empezaron a fallar, y tuve que hacer algo que quería evitar, bajé mis manos y me vi obligado a levantar a Dil por el trasero, o de otra forma se iba a resbalar de entre mis brazos, Dil era algo pesado para mí; “sólo unos pasos, Harvey, puedes hacerlo” pensé

Previamente en @}}---,---...

~ (...)¡VINO MÁS GENTE DE LA QUE ESPERABA!(...) ~ (...)Sólo me la quiero follar, no casarme... además tengo novia(...) ~ (...)¡NO PUDE HACER NADA, EL BAÑO ESTABA OCUPADO, HABÍA UNA PAREJA FOLLANDO!(...) ~ (...)¡Eres un perro y un imbécil!(...) ~ (...)¡ES QUE TERMINÉ CON DILAN!(...) ~ (...)¿Qué pasa, Harvey?(...) ~ (...)Dilan… antes que nada… necesito que me perdones por esto que estoy a punto de hacer…(...) ~

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XV

Dilan

Todo se detuvo, mi cuerpo dejó de responder, mi piel se erizó de golpe, la atención de todo mi sistema se concentró en mis labios, que en un principio permanecieron inmóviles con los de Harvey, sus labios eran suaves, tersos, delicados; tenía sus ojos cerrados, apretados, como esperando alguna clase de desaprobación, aunque nunca mostré ninguna, mi nariz rozaba con la suya; las gotas que corrían por su cabello empezaban a alcanzar nuestros labios, produciendo unas fuertes ansias de moverlos entre ellos, pero yo no podía efectuar movimiento, estaba conmocionado; al cabo de unos segundos, Harvey se despegó de mí, dando un paso atrás, fijó su mirada en la mía con timidez, como esperando respuesta de mi parte; de inmediato sentí una fuerte necesidad de atraerlo de regreso, no sabía lo mucho que necesitaba sus besos hasta que me fueron dados y quitados de tajo.

Me acerqué a él de inmediato y sujeté su mejilla con el propósito de volver a sentirlo, de probarlo, de devorarlo, pegué mis labios a los suyos y fijé mi mirada en la suya, reflejaba confusión y sorpresa en un principio pero luego Harvey cerró sus ojos y empezó a responderme moviendo lentamente sus labios y sosteniendo la mano que yo tenía libre, sentía que mis piernas fallaban por momentos, que todo mi cuerpo se relajaba, que debía apoyarme sobre algo o me desplomaría, moví mi mano de la mejilla de Harvey y la deslicé un poco más hacia atrás, hacia su nuca, y ligeramente tiré de él hasta que nuevamente mi espalda hizo contacto con la pared, cerrando mis ojos al igual que él; Harvey apretó mi mano y sostuvo mi cintura con la otra, mientras hacía su cuerpo al mío, el beso se hacía más intenso, él metió su lengua en mi boca y empezó a explorar cada rincón de ella, desde mi paladar hasta debajo de mi lengua, se mantenía en lucha constante con la mía, era hábil, firme, sabía lo que hacía, además tenía cierto sabor a licor; el masaje entre nuestras bocas era enérgico, podía sentir los acelerados latidos de Harvey golpear mi pecho, deseaba aquello tanto como yo, la humedad de su ropa pegada a la mía, causaba que esta empezara a adherirse a mi cuerpo lentamente, el frío líquido empezaba provocarme leves sacudidas; podía sentir el agua proveniente del cabello de Harvey colarse en nuestro beso.

De repente se trasladó hacia mi mejilla, me dio un par de lentos y sonoros besos y se detuvo, sentí cómo hundía su nariz en mi mejilla, apoyó su frente a un costado de mi cabeza y empezó a inhalar y exhalar con profundidad; la mano que sostenía mi cintura, pasó detrás de mí y me envolvió por completo, presionándome contra él.

-Harvey… no te detengas- murmuré; sentí que levantó su cabeza y me miró fijo, nos suspendimos en la mirada del otro por un tiempo reducido y yo desvié la mía al inicio de su camisa, lentamente empecé a desabotonarla con la mano que tenía en su cuello, ya que no quería soltar la suya; yo era diestro, y era esa la mano que Harvey sostenía, por lo que mi trabajo fue algo torpe, liberar los botones con una mano cuyo trabajo más complicado siempre había sido el de untarme jabón o acariciar mi cuerpo cuando me masturbaba, no fue sencillo y la situación se complicó cuando él se cansó de esperar y buscó mi cuello con su boca, su sola respiración en un punto tan sensible en mí provocó que mis dedos, a punto de liberar el botón al inicio de su abdomen se descoordinaran y tuviese que empezar a liberarlo de cero; los labios de Harvey, acompañados de su lengua y el roce de su nariz en mi cuello, me hacía gemir, gemidos que  no me molesté en apagar, el sonido de la lluvia los ahogaría por mí, podía gritar y gemir cuanto quisiera, podía dejarme llevar por la situación, podía desinhibirme.

Harvey liberó mi mano para sujetar mi cuello y hacerlo más hacia su boca, podía sentirlo abrir su boca completamente y morderme con fuerza mientras cerraba sus fauces hasta que la mordida finalizaba en un sonoro y lento beso, con mi mano libre aproveché para liberar todos sus botones de golpe y sin dificultad; Harvey no hizo esfuerzo alguno por quitársela, por lo que yo tuve que hacerlo; tiré del cuello de esta hacia atrás y Harvey dejó caer sus brazos, una vez que sus brazos fueron los únicos cubiertos por la prenda y el resto dependía de él, llevé mis manos hasta su cintura y metí mis brazos por debajo de su esqueleto, sujeté su cintura y lo presioné contra mí al tiempo que levantaba una pierna hasta su cintura, ya estaba a tope; de inmediato sentí que Harvey sacudió con violencia sus brazos liberándolos y metía sus manos debajo de nuestros ombligos desabotonando sus jeans mientras buscaba con su boca mi oreja; mis gemidos salían de manera natural e involuntaria, me sentía ajeno a mí, pero lo disfrutaba, gozaba como un loco.

Tomé a Harvey por los hombros y nos giré, dejándolo a él esta vez contra la pared, me alejé un poco y tomé su camisilla de la base y tiré de ella hacia arriba, Harvey levantó sus brazos facilitándome el trabajo, al bajar los brazos de nueva cuenta, encontré un paisaje con el que había soñado de hace tiempo pero que no tenía comparación con lo que tenía justo en frente, sus músculos sobresalían perfectamente debajo de su estirada piel lampiña y húmeda, sus pectorales, abdominales y esas líneas en su ingle que desaparecían debajo de sus jeans; alcé la vista y él me sonreía tímido, no había visto que su mirada reflejara tanta inseguridad como en ese momento; tomé sus manos y me acerqué nuevamente a él dándole un beso en los labios, luego de eso me moví a su mejilla y luego hasta su cuello, Harvey apretó mis manos y tensó su cuerpo, intuí que había llegado a un área sensible en él, por lo que ralenticé mis movimientos, lo besaba lentamente, lo acariciaba con la punta de mi nariz y pasaba mi lengua desde la base de este hasta el ángulo de su mandíbula, sacándole gemidos; los gemidos de Harvey me encendían descontroladamente, sugería que hacía un buen trabajo, y eso era lo que tenía propuesto, lo amaba y ahora que lo tenía conmigo, debía dar lo mejor de mí, no podía decepcionarlo.

Inicié un recorrido de sonoros besos desde su mentón, pasando por su mandíbula hasta llegar a su oreja, en donde mordisqueé su lóbulo, para luego meter la punta de mi nariz en su oído; empecé a descender hasta su pecho, besándolo, lamiéndolo, succionando hasta alcanzar la altura de su pezón; levanté la mirada hacia Harvey y él tenía su cabeza hacia atrás, por lo que sólo podía guiarme con mi oído; pegué mi lengua en la base de su pecho y lentamente subí hasta su pezón y al alcanzarlo, Harvey se sacudió gimiendo mi nombre, por lo que repetí el proceso una y otra vez, al punto que Harvey soltó una de mis manos y clavó sus uñas en mi hombro; descendí hasta su abdomen y besé cada uno de sus abdominales hasta llegar a su ombligo, en donde metí lengua en lo que liberaba su mano y me dedicaba a bajar su zipper y sus jeans con él; llevaba puesto un bóxer blanco, estaba mojado producto de la tormenta que tuvo que atravesar, lo bajé lentamente revelando un miembro largo ya erecto, desesperado por atención, suplicando ser complacido; lo sujeté del tronco y empecé un lento sube y baja, que provocaba que Harvey se hiciera más hacia la pared y moviera sus pies inquieto; hice el ángulo entre el cuerpo de Harvey y su miembro un poco más agudo para tener acceso a sus huevos que sujeté con mi otra mano y empecé a masajearlos con cuidado, su reacción fue la de encontrar la punta de sus zapatos con gemidos más fuertes; luego del calentamiento, llevé el miembro de Harvey hasta mi boca, con la boca bien abierta, apoyé su frenillo en mi lengua y cerré mis labios para luego descender lentamente hasta que mi nariz rozó vagamente con su pelvis y la punta de su verga alcanzara mi úvula, no pude llevármela toda a la boca, o tendría un ataque de tos y lo arruinaría, añadiendo el hecho de que tenía la boca alambrada por mi tratamiento de ortodoncia; empecé a mover mi cabeza de adelante hacia atrás, mi excitación era enorme, tenía en mi boca el orgullo de quien yo más deseaba, y el simple hecho de que se tratase del instrumento de Harvey lo hacía delicioso al gusto y al olfato; sostuve su trasero con mis manos, era duro y parado, sólo podía intentar apretar cada nalga con una palma mientras trabajaba en el mástil de Harvey.

Pasados unos minutos, él se agachó hasta mí y me dio un beso mientras me sujetaba del cuello, se alejó un poco de mí y tiró de mi camisilla desde la base, desnudando mi torso, posó una mano en mi esternón dándome un pequeño empujón haciéndome caer sentado de espaldas sobre el charco de agua que él había formado, cosa a la que él no le dio importancia; se arrodilló frente a mí y me besó por largo rato, lo sentía moverse; abrí los ojos por curiosidad, y lo encontré deshaciéndose de sus zapatos con dificultad, y lo mismo hizo con sus jeans y su bóxer; una vez estuvo completamente desnudo, empezó a empujarme lentamente con sus labios, obedecí y me dejé caer sobre el suelo, sobre su camisa húmeda; Harvey avanzó a cuatro patas sobre mí, flexionó sus brazos un poco sobre mí y empezó a besar mi cuello, luego de eso se desplazó hasta mi pecho dejando un rastro con su lengua; sentí como dejaba caer su cuerpo sobre el mío, empezó a morder con mucha fuerza, todo mi pecho, yo sólo podía sujetar su espalda y apretar mis dientes entre gemidos, dolía un poco, pero lo disfrutaba en gran manera; flexioné mis piernas y lo apreté entre ellas; sentí que sus labios alcanzaban mi pezón y mi piel se erizó nuevamente, no estaba seguro de si quería que Harvey me mordiera en una zona tan sensible de la manera que lo estaba haciendo, pero no lo hizo, me mordió gentilmente y luego me besó.

Luego, empezó a descender hasta mis shorts, sentía mi miembro latir dentro de mi bóxer; él se levantó haciéndose hacia atrás y de un movimiento me despojó de ellos, vi cómo acercaba su cabeza a mi entrepierna y lo siguiente que sentí fue una cálida y húmeda corriente que corrió de mi perineo hasta la punta de mi mástil, sentí un cosquilleo en mi espina y curvé mi cuerpo hacia adelante, separando mi espalda del suelo con un fuerte gemido; sentí cómo se llevó mi miembro a su boca, enfundándolo por completo, exclamar su nombre fue inevitable; Harvey la mamaba como un experto, definitivamente yo no era el primero, ni tampoco el segundo.

Harvey

Después de una larga mamada, busqué la entrada de Dil, me había excedido en cuanto al tiempo, era probable que él se corriera antes, pero no podía dejar de hacerlo, no quería lastimarlo, o que pensara que era un egoísta que solo le importaba su propio orgasmo, estar con él me hacía inseguro, me hacía evaluar cada paso dentro de mí con sumo cuidado; levanté sus piernas, hasta encontrar una apretada cavidad, se veía rosa y suave, no dudé en pasar mi lengua por ella, estaba cálida y húmeda producto del agua en el suelo que yo había traído de afuera al entrar; Dil lanzó un fuerte gemido, afortunadamente la lluvia de afuera sólo permitía que los dos fuésemos los únicos testigos de ello, fue por eso que no le pedí que se detuviera, agregando el hecho de que sus gemidos con el bajo en su voz me encendían; metía mi lengua tanto como podía, acariciaba la entrada con la punta de mi nariz, sacándole gemidos a Dil; cuando sentí que él se movió, me levanté, sentándome sobre mis piernas, mientras él se incorporaba, tomó mi mano, haciendo que yo también me pusiese en pie, me llevó hasta la habitación del fondo, supuse que se trataba de la suya.

Dentro, caminamos hasta un buró, ahí Dil sacó de su billetera un condón del que me hizo entrega, me dio un beso y me tomó de los hombros, nos giró de tal forma que yo quedé de espaldas a un sofá en la habitación, presionó mis hombros, como indicándome que tomara asiento y así lo hice, él se sentó sobre mí, casi en mis rodillas dejando un gran espacio entre nosotros y nos suspendimos en la mirada del otro, sus penetrantes ojos negros me quitaban el aliento.

-Póntelo- dijo con una sonrisa; no pude evitar sonrojarme y sentirme estúpido, me había quedado inmóvil viéndole de nuevo, como había sucedido durante toda la noche, la mirada de Dilan me paralizaba, disfrutaba estar con él, a su lado me sentía pleno, completo, pero no podía dejar de sentirme nervioso, ya que era nuestra primera vez y temía embarrarla de tal forma que él no quisiese volver a estar conmigo, no quería decepcionarlo con mi desempeño.

Saqué el preservativo del empaque y me lo puse nervioso, ya que Dil no apartó la vista en ningún momento, y mi erección empezó a menguar producto de los nervios, por lo que cuando lo puse completamente, Dil acercó su rostro al mío dándome un apasionado y húmedo beso mientras me masturbaba para ponerme a tope otra vez, y no fue mucho tiempo el que pasó para conseguirlo, con sólo unos cuantos movimientos de muñeca, estaba listo para complacer a mi chico; después de la corta paja, Dil se hizo hacia mí, pegando nuestros torsos y mi rostro a su pecho, yo metí mi mano detrás de su trasero y saqué mi verga de entre nosotros; Dil buscó mi boca con la suya sentándose sobre mí, presionando mi instrumento contra su culo, haciendo excitantes movimientos hacia adelante y hacia atrás; sentía los calientes huevos de Dil justo debajo de mi ombligo, mientras su verga se frotaba contra mi abdomen, envolví su cintura con mis brazos y así permanecimos por un rato, rozándonos y besándonos.

En un momento, Dil se levantó un poco y metió su mano detrás de él, sujetó mi miembro y lo puso en dirección a su entrada, sentí que tomó aire y se sentó lentamente, dejándome entrar en él, entregándome algo tan íntimo, concediéndome el privilegio de llenarlo, de saciarlo; al sentarse completamente en él, ambos liberamos un gemido y luego nos dimos un beso; Dil empezó a subir y bajar, sosteniendo mi cabeza con sus manos mientras gemía en mi boca, la sensación era realmente placentera, se sentía apretado y cálido, el trasero de Dil era suave y grande y este se acoplaba perfecto en mi pelvis, aumentando mi excitación; luego de un rato, Dil alzó su cabeza y enderezó su postura sobre mí, saltando con más rapidez y dejándose caer con más fuerza, al erguirse, su cuerpo quedó frente a mí, ese cuerpo perfecto y de músculos hinchados, de un sabor incomparable y exquisito, soné un beso en su pecho y luego busqué su pezón, para mordisquearlo y chuparlo, mientras Dil gemía sin control; con unas de las manos que lo envolvía, empecé a masturbarlo con avidez, lo que aumentó el ritmo de sus gemidos y mi excitación, el miembro de Dil era de dimensiones grandes y agradable al tacto, sí provocaba masturbarlo.

Tras un largo rato, Dil empezó a lanzar gemidos más aceleradamente, por lo que masturbé con más fuerza, al tiempo que lamía su pezón con más rapidez, sentí los trallazos de Dil impactar en mi abdomen; a pesar de que él tuvo un orgasmo, no paró de saltar, esperando a que yo lo hiciera y así fue, la señal fue la de morder su pezón con fuerza, lo que provocó que Dil sujetará mi cabello y gimiera con  mucha fuerza, dejando de saltar.

Permanecimos en esa posición por un momento para reponernos del evento; finalmente lo había conseguido, después de tanto tempo, lo había logrado, le hice el amor a la persona con quien yo más deseaba estar, Dilan; no hay sensación que pueda compararse o aún superarla.

Camilo

-¿Él dijo en algún momento que no volvería?- preguntó Wanda.

-Sólo me dijo: “Guárdame el teléfono y la billetera, voy a salir”- dijo Alexander encogiéndose de hombros.

-Aparte de ti, Harvey, Randy y yo, ¿viene alguien más?- pregunté al chico.

-Se supone que también viene Víctor- dijo girando hacia mí, su mirada era petrificante, fría, enigmática, sin mencionar que era muy atractivo, era una copia exacta de Harvey.

Sentí un brazo rodear mi cuello y apoyarse en mi hombro, cuando el perfil de Víctor entró en mi campo visual, estaba sudoroso y su cara brillaba.

-¿Qué hora es?- su voz se esparció por su cuerpo y se transmitió por el mío sacudiéndome; en el tiempo en el que Harvey y yo tuvimos la discusión por Víctor, por causa de los mensajes en la bandeja de entrada en el teléfono de Harvey, si lo hubiese conocido para ese entonces, no me hubiese inyectado una ni dos veces, lo hubiese hecho hasta que mi dedo no respondiera a voluntad; me hubiese dejado llevar por los celos, y es que los amigos de Harvey estaban sacados de teleserie adolescente, especialmente Víctor; su camisa ajustada lo hacía ver muy bien, sus jornadas en el gimnasio habían sido muy bien recompensadas, su sonrisa era perfecta, y sus redondos ojos café, acompañados de su flequillo castaño, y su piel blanca rojiza le daban un aire inocente.

-Las 04:43- dijo Alexander mirando su teléfono; Víctor asintió dubitativo.

-¿Y Harvey?- se notaba algo ebrio.

-Él salió, no tenemos ni idea de a dónde o si va a regresar.

-Sólo podemos esperar que esté bien- dijo Wanda guardando sus labios en su boca y mirando al vacío.

-Uh huh…- dijo mirando hacia la nada casi automáticamente -creo que beberé una cerveza- Víctor liberó mi cuello y caminó hacia el refrigerador de la cocina.

-¿Otra cerveza, Víctor? ¿En serio?- lanzó Alexander.

-Alex, no vomitaré en el auto lo prometo, y si siento ganas de vomitar, lo tragaré de regreso- dijo mientras hurgaba en el refrigerador con algo de dificultad, tomando una botella.

-Sexy…- comentó Randy asqueado. Víctor ignoró el comentario y abandonó el lugar.

-No podemos esperar más tiempo a Harvey, nos iremos en cuanto Víctor se acabé la cerveza- sentenció Alexander, dando la discusión por terminada. Tuvimos una conversación relativamente corta, hasta que Víctor regreso a la cocina, era precipitado, enérgico, hablaba rápido, no tomaba las cosas en serio, era esquivo con sus respuestas, además de obstinado y algo egocéntrico, en cambio Alexander era muy sereno, hablaba pausado, no omitía letras al hablar, sin mencionar que no movía músculos faciales al hacerlo, sólo su boca, que abría muy poco, de vez en vez, le sonreía minúsculamente a Wanda, pero eso era todo.

-¿Siguen aquí?

-Nos vamos, Vico- dijo Alexander bajándose de la mesa.

-¡Yo iré adelante!- lanzó Randy abandonando el lugar a paso rápido, no podía correr, ya que había recibido un golpe en la entrepierna, como yo lo había previsto; Alexander y Víctor lo vieron abandonar el lugar impresionados.

-No te preocupes, con su altura no los detendrán, no notarán que en realidad tiene ocho años- dijo Wanda abandonando también la cocina detrás de él.

-Recogeré un par de números telefónicos y vuelvo al tiro- dijo Víctor, dejándome sólo con el chico de aura misteriosa.

-Y… Víctor ¿Vive muy lejos de aquí? ¿Tardaremos mucho en llegar al Mirador?

-No, Víctor vive a unos minutos, podría llegar a su casa caminando, pero… podría perder un riñón en lo que llega- comentó mirando a la nada, reí al comentario.

-O la virtud- dije tratando de parecer gracioso.

-No sabía que se podía perder más de una vez- comentó mirando a la nada con una pequeña sonrisa.

-¡Listo!- dijo Víctor asomando su cabeza. Caminamos fuera de la cocina, nos despedimos de Wanda y nos aproximamos al auto de Alexander, en donde Randy estaba esperando por nosotros.

Al entrar, Randy tomó el asiento de copiloto y Víctor y yo fuimos atrás.

-Cami, estoy algo cansado, voy a acostarme en tus piernas en lo que llego a casa, ¿vale?- preguntó Víctor girando hacia mí, tenía el aliento pesado, estaba algo pasado de tragos, me pareció una oferta algo descarada y además tentadora, pero me negué.

-No creo que sea buena idea- comenté.

-Dale, Cami, Harvey no sabrá que le fuiste infiel, Alex y Randy no dirán nada, ¿cierto?- dijo alzando la voz mirando hacia el frente.

-Ni una palabra- comentó Randy, divertido por el espectáculo que Víctor estaba ofreciendo.

-Víctor, no vayas a acostarte, vomitarás- dijo Alexander con la mirada fija en el camino.

-No vomitaré- dijo él harto del tema –Alex tampoco dirá nada… él sólo abre la boca para regañarme- dijo levantando ambas cejas.

-Bueno… yo sí lo sabré- dije imitando su expresión y su tono.

-Wow…- lanzó mirándome fijo –quiero una novia como él- dijo hacia Randy y Alexander, quienes rieron divertidos; pasó un momento de silencio en el auto y sin previo aviso, Víctor dejó caer su cabeza en mis piernas, poniéndose boca arriba y levantando su brazo, metiendo su mano debajo de mi muslo para juntar más mis piernas entre ellas, pasados unos segundos sentí que su brazo perdía fuerza; se había quedado dormido; saqué mi mano de debajo de espalda y deliberadamente la situé en su abdomen, tratando no delatar mi ansiedad y desviando mis pensamientos hacia otras cosas diferentes de él, porque era muy probable que tuviese una erección sí le daba mucho protagonismo al hecho en mi mente.

-Ya estamos aquí- lanzó Alexander –despierta a Víctor, Camilo- exclamó; yo arrastré mi mano de su pecho hacia su rostro y suavemente, acaricié su mejilla para despertarlo, tenía una piel muy tersa, agradable al tacto.

-Víctor, llegamos- acto al que él respondió apretando los ojos y levantándose de mis piernas de un impulso.

-Gracias por traerme, Alex- dijo abriendo la puerta –hasta otra, gente- dijo despidiéndose de nosotros; con algo de dificultad emprendió la marcha hasta la entrada de su casa, a través del jardín, haber dormido en el trayecto lo volvió más torpe.

-Va a caer de cara en el concreto, además el suelo está mojado- lanzó Randy.

-Creo que iré a ayudarlo- dije bajándome del auto.

-Sí, mejor que alguien lo socorra- comentó Alexander detrás de mí. Caminé  a paso acelerado hasta alcanzarlo, y habiéndolo hecho, levanté su brazo y metí mi cabeza debajo de él, lo sostuve de la cintura con una mano y con la otra aguantaba su brazo sobre mis hombros.

-Que lanzado, Cami- comentó divertido, mientras apoyaba su cabeza sobre la mía; yo sólo sonreí a la observación.

-¿Las llaves?- pregunté, desviando el tema.

-Aquí- dijo sacándolas de su bolsillo; al llegar frente a la puerta, Víctor liberó el seguro con algo de dificultad para mantenerse de pie y de nueva cuenta lo sostuve como antes para llevarlo dentro.

-¿Dónde está la habitación?

-Segundo piso- dijo guiándome hacia ella con su cuerpo; subimos las escaleras con algo de dificultad ya que todo estaba oscuro y él estaba ebrio, dimos unos cuantos pasos y abrió la primera puerta con la que tropezamos.

-Aquí es- dijo este –gracias, Cami- agregó apretando mi cuello con el brazo que lo envolvía.

-No te preocupes- dije zafándome –descansa, Víctor, fue un placer conocerte.

-Lo mismo digo- comentó con una sonrisa y apretando mi mejilla –adiós- finalizó cerrando la puerta. Como pude, abandoné el lugar, camino al auto de Alexander; la jornada casi terminaba, ya pronto estaría de nuevo en casa de Elaine, por suerte.

Harvey

Sentí cómo unos latidos en mi oído me despertaron, me tomó un momento recomponerme, al hacerlo, me di cuenta que me había quedado dormido sobre Dil; nos habíamos acomodado en el sofá de su habitación, que era bastante grande, pero no tanto como una cama, ni siquiera de tamaño sencillo, y en lugar de cambiarnos a su cama, que estaba justo en frente; nos acostamos el uno sobre el otro en el mueble.

Levanté mi cabeza de su pecho, tenía pectorales amplios y esponjosos, que facilitaron el hecho de haberme quedado dormido sobre él, giré a verlo, y dormía plácido, podía ver sus fosas nasales moverse mínimamente al respirar, estaba totalmente ido en él, lo observé por un rato, mientras acariciaba esa pequeña isla de vello en su esternón, se veía hermoso mientras dormía, empezaba a sentirme vulnerable junto a él. De un momento a otro, sonrió con los ojos cerrados.

-Ya despertaste- dijo abriendo los ojos.

-No, ya TÚ despertaste.

-Sí… por tercera vez- dijo con una sonrisa y metiendo su mano entre mi cabello.

-Me debes una explicación- sugerí tímido.

-Lo hablaremos luego- dijo con una sonrisa y tirando de mi cabeza hacia él, yo me hice un poco hacia arriba, a la altura de su rostro y lo besé nuevamente, con más seguridad, pero no de manera salvaje, con suavidad, con delicadeza, sin introducir mi lengua en su boca en un principio, quería sentir sus labios de nuevo, suaves, electrizantes; lentamente volvía dejar caer mi cuerpo sobre el suyo, situando mis brazos a lado y lado de su cabeza, apoyándolos en el brazo del sofá, sentía que nuestros miembros se encontraban entre ellos, mi erección volvía a levantarse intacta; sentí cómo Dil me atrapaba entre sus piernas y cómo sus manos se posaron en mi espalda baja, al tiempo que empezaba a meter su lengua en mi boca.

-Harvey, Harvey, Harvey- lanzó apresuradamente con un quejido.

-¿Qué pasa?- me incorporé alarmado.

-Mi cuello, no puedo moverlo- dijo poniendo cara de dolor.

-No debiste apoyar tu  cabeza en el brazo del sofá al dormir- dije aproximando mi mano a su cuello –espera- me incorporé y me acerqué a su cama tomando una de sus almohadas, cuidando no lastimarlo, hice su cuello hacia adelante y situé la almohada debajo de su cabeza.

-Gracias- parafraseó.

-¿Tienen botiquín?

-En el baño- dijo señalando hacia la puerta sin dejar de mirarme –aunque no creo que tengamos pastillas para esto- dijo casi para sí mientras cerraba los ojos, tratando de relajarse. Me apresuré hasta el baño, no era para tanto, pero no podía dejar de sentirme culpable de ello, busqué en el botiquín y encontré una gran cantidad de pastillas contra el dolor de cabeza, espasmos abdominales, vitamina C y alejadas del grupo, un par de pastillas de metocarbamol, justo el que buscaba; llevé una y me encaminé hacia el refrigerador en la cocina, tomé un vaso y lo llené de agua, corrí a la habitación y encontré a Dil mirando al techo, cubriendo su entrepierna con sus manos, no fue sino hasta entonces que me percaté del hecho de que también estaba desnudo.

-Ten- dije entregándole la pastilla y el vaso.

-Harvey… no puedo tomar agua en esta posición- dijo recibiendo ambas cosas, descubriendo su miembro nuevamente.

-¿Puedes tomar pastillas sin agua?

-Tengo una mejor idea… en la alacena, hay una caja de pitillos, ¿podrías traer uno?- asentí y regresé a la cocina, revisé en todos los compartimientos de la alacena, hasta encontrar la caja, tomé uno y volví.

-Aquí está- dije situándolo en el vaso de agua, Dil ya había abierto la envoltura de la pastilla y esta reposaba en su pecho.

-Bien- dijo sacando el pitillo del vaso –ten- dijo regresándome el vaso, el hecho me descolocó.

-¿La… aspirarás por el pitillo?- él rio con dificultad.

-Bebe, pero no vayas a tragarla- la situación se esclareció.

-¡Es una horrible idea, Dilan!- mi interior se calentó por dentro de los nervios y sentí que me ruborizaba.

-¿Tienes una mejor?- preguntó levantando las cejas.

-Puedes tragarla sin agua.

-No sé pasar pastillas sin agua, Harvey- reconoció con vergüenza –estuvimos pasándonos saliva toda la noche, ¿por qué es diferente ahora?

-Pero no fue por un pitillo… además… yo no babeo cuando beso- dije desviando la mirada ofendido, no negaré que el comentario me desagradó.

-Lo siento, eso sonó mal, ¿me perdonas?- le escuché decir, volví la mirada a él y me sonreía nervioso, temeroso de haberla cagada sin vuelta atrás, le sonreí para tranquilizarlo y él me regresó la sonrisa, un poco más relajado esta vez.

-Pero… ya no estará fría después de ponerla en mi boca.

-Harvey, eso es lo que menos me importa ahora- dijo entre risas. Observé el vaso por un momento y tomé un largo sorbo, giré a Dil y él puso la pastilla y el pitillo en su boca; dudoso me acerqué a él y puse mi boca en el otro extremo del pitillo, nuestras miradas se encontraron, nos suspendimos en el otro, su sonrisa desapareció lentamente y hubo silencio entre nosotros, nuevamente me perdí en el negro de sus ojos y empecé a hacer un recuento de lo que había pasado hacía unas horas, me di cuenta que lo que sentía por Dil ya no era como antes, ahora era más intenso, era más difícil de controlar o de ocultar, sentía que me consumía lentamente.

Lo vi asentir en señal de proceder y empecé a liberar el liquido de mi boca a través del pitillo, lentamente las mejillas de Dil se fueron llenando, era un momento único, no era el mejor, pero sin duda no pasaría con nadie más, era algo nuestro, algo íntimo de los dos; sólo hasta que no quedó nada en mi boca, Dil no tragó la pastilla.

-Gracias, Harvey- dijo luego de retirar el pitillo de en medio de los dos.

-Sí, bueno… no tenemos que hablar sobre ello- dije aún apenado; volví la mirada a su pecho y vi que estaba lleno de marcas rojas, sin duda me había excedido, sobre todo tratándose de una piel como la suya -lamento haberte mordido de la forma en que lo hice, creo que me excedí un poco.

-¿Lo lamentas?- preguntó levantando una ceja; asentí –pues yo no- completó con una sonrisa apenas visible, su comentario me tomó por sorpresa –era un señal de que hacía un buen trabajo, ¿no?- difícilmente sonreí, para seguir su juego, la verdad es que Dil lo hacía muy bien -¿me alcanzas las sábanas, por favor?- preguntó rompiendo el silencio.

-¿No es mejor si… te acuestas en tu cama?

-No lo creo.

-Puedo cargarte- sonreí; no era para tanto, no era necesario cargarlo, él podía ponerse de pie y acostarse por sí solo, pero el sentimiento de culpa me abrumaba; muy lejos de afianzar mi relación con Dil, lo que sucedió la noche anterior me hizo más inseguro de mí con él, más tímido, me sentía totalmente expuesto.

-¿Eso fue una pregunta o un ofrecimiento?- preguntó; y aparentemente, con Dilan ocurrió todo lo contrario, era más extrovertido y seguro, más lanzado, más atrevido.

-Un ofrecimiento.

-Vale, intentémoslo- finalizó; me acerqué a él y apoyé mi rodilla entre sus piernas, justo debajo de su miembro, él se hizo un poco hacia arriba y envolvió mi cuello con sus brazos, mientras yo hacía lo mismo con su cintura, él envolvió la mía con sus piernas flexionadas y con dificultad lo levanté del sofá; me giré un poco y mis piernas empezaron a fallar, y tuve que hacer algo que quería evitar, bajé mis manos y me vi obligado a levantar a Dil por el trasero, o de otra forma se iba a resbalar de entre mis brazos, Dil era algo pesado para mí; “sólo unos pasos, Harvey, puedes hacerlo” pensé, di unos pasos, hasta que mis pierna hizo contacto con un costado de su cama, y ahora faltaba el paso más complicado, situar a Dil en la cama sin lastimar su cuello, tomé algo de aire y Dil hizo su cabeza un poco hacia atrás, encontrando nuestras miradas, de repente entró en mí una fuerte necesidad de besarlo y así lo hice; estiré un poco mi cuello hasta su rostro y lo besé con ansias, beso al que él respondió de la misma forma; durante el beso mi mástil empezó a levantarse, haciendo contacto con la base del culo de Dil, provocando que su miembro empezara a responder en mi abdomen, permanecimos así sólo por unos segundos, hasta que mis piernas alcanzaron el límite de tiempo y nos desplomamos sobre su cama el uno sobre el otro; Dil lanzó un fuerte quejido seguido de una risa de dolor.

-¡Lo siento!- exclamé.

-Estoy bien- dijo entre risas; jadeó un poco con los ojos cerrados, esperando a que el dolor pasara para luego sujetar mi rostro con una media sonrisa.

-¿Qué pasa?- pregunté.

-Nada- negó con su cabeza –no es nada.

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En el próximo capítulo...

~ (...)¿Qué pasó con Harvey?(...) ~ (...)Hola, en el momento no puedo atenderte, pero déjame tu mensaje y regresaré la llamada tan pronto pueda hacerlo(...) ~ (...)Es que… luego de que te fuiste el sábado…(...) ~ (...)Dilan, ¿podrías por favor asegurarte que la beba toda?(...) ~ (...)…Eres el tercer hombre con quien tengo relaciones… y el quinto en total(...) ~ (...)¿Qué hay sobre… mí?(...) ~

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Décimo quinto capítulo, notifiqué que lo enviaría esta semana y así lo hice, ahora... quizá muchos habrán pensado "Akai, la escena quedó muy larga y la cagaste, se me bajó a la mitad del momento" pero lo cierto es que nunca intenté que ustedes se sintiesen sexualmente conectados, el propósito original era mostrar los sentimientos reales que existían detrás de ese primer encuentro entre los personajes, es por eso que le di más prioridad a los detalles como el cambio constante en la ubicación de las manos, ya habrá tiempo para escenas entre ellos en donde lo que quiera mostrar sea puro placer de los sentidos, y no quería incluir la primera vez entre esas por obvias razones, y... con el capítulo quince, me despido, espero haya sido de su agrado y... no dejen de comentar y valorar el capítulo... hasta la próxima ^^, adiós ~.