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Al poner traba se volvió a mí y volvió a buscar mi boca, estaba poseída, la sentía frenética, casi furiosa, escasamente movía mis labios, y es que no sentía esas ansias locas de devorarla por obvias razones. -¿Por qué nunca me llamaste?- parafraseó mientras besaba mi mejilla. -Perdí tu número- mentí

Previamente en @}}---,---...

~ (...)¿Crees que pueda… ir a tu casa hoy?(...) ~ (...)Vale, quiero saber a quien me enfrento(...) ~ (...)¡Ah! A propósito, habrá una fiesta, este viernes(...) ~ (...)él es Randy, mi hermano(...) ~ (...)Oye… compré algo para ti(...) ~ (...)Aunque obviamente, preferiría quedarnos y tener sexo, hoy podríamos cambiar la rutina(...) ~ (...)Con mucho gusto, señor, en un momento vuelvo por la orden suya y la de su novio(...) ~ (...)Te dijo señor(...) ~

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XIV

Harvey

-¡HARVEY, ELLA ES SAMIRA!- gritó Wanda presentándome a una joven castaña, de ojos cafés y piel dorada.

-¡MUCHO GUSTO, Y FELIZ CUMPLEAÑOS!- gritó ella acercándose a mí y dándome un beso en la mejilla.

-¡BIENVENIDA Y GRACIAS!- grité con una sonrisa –¡HAY COMIDA Y PONCHE EN LAS MESAS, LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS ESTÁN EN LA NEVERA DE LA COCINA… O AHÍ ESTABAN LA ÚLTIMA QUE REVISÉ!- dije encogiéndome de hombros, ella rió.

-¡GRACIAS!- dijo alejándose.

-¡VINO MÁS GENTE DE LA QUE ESPERABA!- lanzó Wanda.

-¡WANDA… VINO MÁS GENTE DE LA QUE CONOZCO! ¡HAY PERSONAS QUE NUNCA VI EN LA REGIONAL!

-¡NO TODOS SON DE LA MÉDICA, TAMBIÉN HAY DE LA NUMÉRICA Y LA LITERARIA, ADEMÁS DE OTRAS UNIVERSIDADES!

-¡¿Y ESO NO TE PREOCUPA?! ¡¿TANTO PERSONAL AQUÍ?!

-¡NO PARA NADA! ¡VOY A TOMAR ALGO!- dijo alejándose; la música estaba algo alta, era fácil perder el equilibrio, había demasiada aglomeración, dentro de la casa y fuera de esta, en la terraza y en el patio, incluso veía parejas subiendo a la segunda planta, buscando un lugar más privado con obvias intenciones de follar.

-¡HERMANO, ¿DÓNDE PUEDO ENCONTRAR MÁS CERVEZA?!- me preguntó un chico, sosteniendo un vaso de la misma prácticamente lleno.

-¡AÚN NO TERMINAS ESA QUE SOSTIENES!

-¡NO ES PARA MÍ, ES PARA ELLA!-  dijo apuntando a una chica relativamente alejada.

-¡VEN CONMIGO!- lancé dándome la vuelta; caminamos hasta detrás de la casa, en donde había una larga nevera industrial, con tres escotillas que aseguraban tres compartimientos independientes; estaba encerrada en una jaula oxidada, con un gran candado asegurándola, saqué de mi cuello un collar improvisado, hecho por Wanda con la llave de este, liberé el seguro y levanté la reja, abrí el primer compartimiento y empecé a tomar botellas.

-Ayúdame con esto- le dije.

-Dame un segundo- dijo pegando el vaso a sus labios y bebiéndolo todo de golpe –listo- dijo lanzando el vaso, tomó botellas entre sus dedos y fuimos transportándolas al refrigerador de la cocina que efectivamente, estaba ya completamente vacío.

-¿Cuántos años estás cumpliendo, chico?- preguntó tratando de hacer conversación en lo que movíamos las cervezas.

-18.

-¿Sólo? ¡Pero si eres un bebé!- dijo apretando mi mejilla con sus frías manos.

-Tus manos están frías- dije apartando mi rostro.

-¿De donde conoces a Wanda?- preguntó, “coño, Wanda conoce a dos tercios de esta ciudad”.

-Vivo con ella.

-Veo… buena fiesta, a propósito- comentó divertido -buena música, luces bajas, comida, mucho alcohol, y muy buen material- dijo haciendo la figura de senos con sus manos.

-¿La conociste aquí?

-Seh, no será la más buena de la fiesta pero huele delicioso.

-¿Algún plan maestro elaborado, o sólo planeas embriagarla?

-No la embriagaré, luego tendría que llevarla a su casa- “wow, que patán” pensé –usaré el truco de la molestia en el ojo; ya sabes “siento algo en mi ojo, y no puedo sacarlo ¿ves algo?”- dijo acercando su rostro al mío.

-Sí, claro…- dije haciéndome hacia atrás –un clásico- completé con algo de sarcasmo.

-Aunque eso sólo funciona con los que tenemos ojos de color- dijo encogiéndose de hombros –de otra forma, sólo harías el ridículo.

-Totalmente… y ¿No te preocupa que esté con alguien más, mientras hacemos este traslado?

-Sólo me la quiero follar, no casarme- comentó con una sonrisa –además tengo novia- mi cara de sorpresa fue inocultable –estamos de pelea, la invité aquí para arreglar las cosas y no le dio la gana de venir, se fue a la casa de una amiga que tenía cólicos menstruales- de repente explotó a reír –yo no sé por quién me toma esa mujer, no soy tan pendejo como para creerme algo así- la conversación se prolongó por unas rondas más de transporte de botellas hasta que el refrigerador se llenó.

-Gracias, chico- dije extendiéndole un par de botellas.

-Seguro- dijo sujetándolas.

-Suerte.

-Gracias, feliz cumpleaños- dijo guiñándome un ojo y alejándose. Decidí quedarme en la cocina un rato, tenía las manos entumecidas, la parte interna de mis brazos estaba húmeda por las botellas que intenté transportar debajo de ellos, tenía que recomponerme, me sentía agotado, y aún peor, en toda la noche no había visto a Dilan, ni una vez y la situación me deprimía, esperaba poder verlo, y hablar con él.

-¡Ahí está mi hombre!- dijo Víctor acercándose a mí, se agachó a altura de mi pecho y me sujetó de la cintura levantándome del suelo y dejándome caer, finalizando el saludo con un largo beso en mi mejilla, se veía sudoroso y pegajoso además de más rojo que de costumbre -¿Dónde has estado? Te estuve buscando.

-Vico, ¿estás ebrio?

-No- dijo sacudiendo su cabeza enérgico como un niño.

-¿Estás seguro?

-Seguro, Harvey- dijo poniendo los ojos en blanco, noté que Xander se apoyaba en el marco de la puerta de la cocina detrás de Víctor.

-¿Cómo estás?- preguntó.

-Algo agitado.

-Wanda te está buscando.

-¿Wanda?

-Ah, claro para eso vine, Wanda te busca- dijo Víctor con una sonrisa –Gracias, Alex- dijo volviéndose a él, quien sólo asintió.

-Dile que venga aquí, no iré hacia allá.

-Suenas como si no lo estuvieses disfrutando- dijo Xander.

-Soy el anfitrión, ¿Qué esperabas?

-Harvey, ¿Hay más cerveza?- preguntó Víctor, vi como Xander levantaba el brazo y negaba con el índice detrás de él.

-No, Vico, se acabó el alcohol, lo siento- mentí, asintió resignado.

-Vale, recuerda que Wanda te busca- dijo abandonando el lugar, pero no sin antes darle un beso en la mejilla a Xander -¡te amo, Alex!

-Ha estado tomando desde que empezamos a preparar el lugar- comentó Xander.

-Me preocupa su hígado.

-A mí me preocupa mi auto- su comentario me hizo reír -¿A qué hora planeas echarlos?

-No lo sé, Xandy, no es mi casa, deberías preguntárselo a Wanda- él asintió.

-¿De verdad se acabó el alcohol?

-No, volví a llenar el refrigerador con ayuda de alguien- él dio unos pasos y abrió la puerta de este -¿Por qué tengo la sensación de que tú también huyes del ruido y la muchedumbre?- Xander asomó su cabeza fuera de la puerta del refrigerador y me sonrió obviándose -¿Quieres irte ya?

-No, me iré con Víctor con Camilo con Randy y contigo, ustedes mandan.

-Gracias, Xandy.

-Seguro, ¿Cerveza?- preguntó extendiéndome una.

-Gracias- respondí sujetando la botella.

Camilo

-¡ESO FUE ALGO RÁPIDO, ¿NO CREES?!

-¡NO PUDE HACER NADA, EL BAÑO ESTABA OCUPADO, HABÍA UNA PAREJA FOLLANDO!

-¡¿EN EL BAÑO DE ARRIBA?!

-¡ES COMO SODOMA Y GOMORRA ALLÁ EN LA SEGUNDA PLANTA!

-¡CREO QUE IRÉ A ESPIAR!

-¡VAN A GOLPEARTE POR FISGÓN, RANDY!

-¡ESTOY ALGO EBRIO, APENAS LO SENTIRÉ!- comentó divertido. Dicho aquello se encaminó a las escaleras perdiéndose entre la multitud “es sólo un niño de diez años de dos metros de altura” pensé para mí; no podía dejar de sentir que la fiesta se nos salía de las manos, la concentración de perfumes y humo de cigarrillo empezaba a sofocarme, sin mencionar que la vejiga estaba matándome; caminé hacia la salida y me senté en un pequeño muro, habían personas semidesnudas, parejas mostrándose afecto sin ninguna vergüenza, conversaciones a muy alto volumen, en todos se veían los efectos del alcohol.

-¿Camilo?- sentí la voz de alguien detrás de mí.

-¿Maira?- honestamente me sorprendió mucho verla ahí -¿Qué haces aquí?

-Vine con unos amigos… aunque francamente, no tengo ni idea de quién sea la fiesta- dijo entre risas.

-Bueno, yo fui uno de los organizadores.

-¿Sí? O sea que conoces el cumpleañero.

-El que estaba conmigo en la biblioteca.

-¿Harvey?- asentí “claro, él había vuelto a la biblioteca, supongo que eso le dio tiempo a Maira de conocerlo”, acción que ella imitó -¿bailamos?- lanzó a quemarropa.

-Sí, claro- dije incorporándome; caminamos de regreso al interior de la casa y buscamos un espacio no tan apretado para bailar; bailamos alrededor de tres canciones seguidas, yo podía continuar pero ella se veía agotada, lo cierto es que ya ella llevaba varias pistas encima cuando me encontró, su frente, su rostro y cuello se veían brillante allá afuera.

-¡¿QUIERES QUE TE TRAIGA ALGO DE BEBER?!

-¡SÍ, POR FAVOR!- dijo echándose aire con la mano.

-¡SIÉNTATE ALLÁ!- dije apuntando hacia un sofá -¡YA REGRESO!- caminé hacia la cocina, y encontré a Harvey y a Alexander, Harvey nos había presentado esa misma tarde, estaban sentados sobre un mesón de mármol en el medio de la cocina.

-¿Algo de beber?- pregunté.

-Gracias, Cami, pero aún no nos acabamos las que tenemos- dijo Harvey fijando la mirada en una botella sobre la mesa, lo miré entrecerrando mis ojos, él sólo me sonrió.

-Sólo tenemos cerveza, Camilo- dijo Alexander dando un salto bajándose de la mesa y abriendo el refrigerador, su voz tenía mucho bajo.

-Me llevaré dos.

-Aquí tienes- dijo alcanzándome un par de botellas.

-Gracias- respondí, a lo que él asintió sin más, era algo serio y tenía una mirada gélida; me volví a Harvey y sacudió su mano en el aire con una sonrisa, aún no me acostumbraba a su nuevo corte de cabello.

Caminé fuera de la cocina de vuelta a la fiesta en busca de Maira, cuando sentí que alguien me sujetó de la muñeca y tiró de mí, al darme la vuelta me encontré de frente con ella.

-¡TEN!- dije entregándole una cerveza.

-¡LUEGO!- me lanzó y dicho esto, apretó mi muñeca y con su otra mano sujetó mi nuca y me bajó hacia ella, plantándome un beso que me dejó trastocado, no efectué movimiento, apenas y pude abrir mi boca; la lengua de Maira recorría mi boca con avidez y yo no hacía nada en retribución, mi vejiga volvió a golpearme después de un largo rato.

-¿Te parece si vamos a otro lugar?- susurró en mi oído.

-¿”Otro lugar”?- pregunté.

-Sí, la planta de arriba, por ejemplo- “Maira va en serio, y esta es apenas la segunda vez que la veo en mi vida, piensa en algo, Camilo, ¡piensa!”

-No puedo, Maira, soy organizador, debo estar al pendiente del lugar, ni siquiera debería estar disfrutando la fiesta para empezar, lo siento.

-¡PERO SERÁ SÓLO UN MOMENTO!- insistió alejándose de mi rostro.

-¡SI WANDA NO ME VE EN LA PRIMERA PLANTA, ME MATARÍA!

-¡¿QUIÉN ES WANDA?! ¡¿TU NOVIA?!- gritó enfadada.

-¡NO! ¡ES LA DUEÑA DE LA CASA!- “¡¿Por qué hiciste eso?! ¡Debiste decirle que lo era! Es más… ¡debiste decir que era tu prometida! ¡Eres un cagón, Camilo!”.

-¡NO VA DARSE CUENTA, VEN!- dijo tirando de mi mano, halándome a las escaleras que llevaban a las habitaciones, “¿Qué haces? ¡Eres gay! ¿O ya se te olvidó? ¿A quién quieres engañar?”; la segunda planta estaba llena de puertas, la casa de los padres de Wanda era como un hotel; en todos los picaportes habían prendas de ropa, en su mayoría medias amarradas a estos, indicando que la habitación estaba ocupada, llegamos hasta el final del pasillo y no había nada, todas llenas “¡GRACIAS COSMOS, GRACIAS!”, estaba salvado; cuando escuché el sonido de una puerta abriéndose detrás de nosotros, “no, no, NO, ¡NO!”, me volví y vi a dos chicos y a una chica abandonar una de las habitaciones, de inmediato, Maira tiró de mí hacia la entrada de esta, se quitó uno de sus tacones y lo clavó en el cuello del picaporte, empujó la puerta y entramos, donde finalmente liberó mi muñeca.

Al poner traba se volvió a mí y volvió a buscar mi boca, estaba poseída, la sentía frenética, casi furiosa, escasamente movía mis labios, y es que no sentía esas ansias locas de devorarla por obvias razones.

-¿Por qué nunca me llamaste?- parafraseó mientras besaba mi mejilla.

-Perdí tu número- mentí –lo había guardado en uno de los libros de la biblioteca.

-¿Entonces por qué no regresaste con Harvey a la biblioteca? Te lo hubiese dado de nuevo.

-Yo no estaba con Harvey cuando decidió regresar- esa fue la última frase, la conversación había terminado, Maira tomó las cervezas de mi mano y las sitió en el suelo y tiró de mi camiseta hacia arriba y se lanzó a mi cuello, ella estaba haciéndolo todo, y francamente empezaba a colmarme, tenía un límite con las mujeres y ella empezaba a pisar la línea, las cervezas eran la excusa para permanecer inmóvil y ya no las sostenía, era tiempo de actuar.

-Espera, Maira, no puedo hacerlo- la aparté.

-¿Por qué no?- me miró confundida “¡PORQUE SOY GAY! ¡GAY! ¡GAAAAAAAAAAYYYYY! ¡G-A-Y!”

-Wanda… no es sólo la dueña de la casa… también es mi novia, mentí- dije con la voz cortada y evitando su mirada para añadir drama.

-¿Por qué me mentiste?- dijo haciéndose hacia atrás y poniendo sus manos en su cintura.

-No lo sé, me gustas Maira, pero amo a Wanda y no puedo hacerle esto- “¡Eso, Camilo! ¡Eso sonó bastante hetero!”.

-¡Eres un perro y un imbécil!- dijo acercándose, levantó mi mentón y me dio una bofetada, cosa que nunca me había ocurrido antes, sentí un hormigueo en todo mi rostro y luego en mi cabeza, que se desvaneció en mi cuello; Maira tomó su cerveza del suelo y pateó la mía, “que infantil es”, abandonó la habitación y sonó la puerta al salir, me quedé inmóvil, vacilante, repasando en mi mente lo que acababa de ocurrir.

Harvey

-¡Merecido te lo tienes, Randy! Yo también te hubiese golpeado- dijo Wanda mientras le movía los brazos en forma de círculos, se veía mal y es que una patada en la entrepierna había sido clasificado como un dolor más intenso y agudo que el de parto.

-¿Qué hacías espiando parejas, Randy?- pregunté curioso.

-¡No espiaba!- espetó, seguido de una profunda inhalación –el baño del pasillo estaba ocupado, así que usé uno de los baños de las habitaciones y cuando iba de salida, sentí que entraba alguien y cuando me fijé, era tarde.

-¿Por qué no saliste antes de que empezasen?

-¿Tú hubieses salido?- contraatacó.

-Touché- comenté desviando la mirada.

-¿Duele mucho?- preguntó Wanda.

-Tengo un hormigueo en mi nuca y en la palma de mis manos, siento mis orejas calientes,  además de martillazos en la sien, ¡Ah! ¡Y ME DUELE INCLUSO RESPIRAR! ¡SIN MENCIONAR QUE ME LATE LA ENTREPIERNA!...- lanzó con desesperación, Wanda rompió a reír, apoyándose en el hombro de Xander y sujetándolo de la cintura –…y siento ganas de vomitar, para variar- “No te burles, Harvey, eso pudo pasarte a ti también” pensé conteniendo las risas mientras las lágrimas inundaban mis ojos.

-Necesitas algo frío para eso- comentó Wanda.

-No voy a darle una cerveza para que se la ponga en las bolas, Wanda, ¡ni de coña! ¡Él se lo buscó!- Wanda y Randy rieron, este último con algo de dificultad.

-Me la tomaré en lo que me la pongo allá abajo, Harvey.

-Bien… puedes usarla… si tú mismo te levantas y la tomas- dije caminando hacia el refrigerador y dándole unas palmadas en el costado.

-¡Hecho!- dijo Randy, levantándose con ayuda de sus brazos, la imagen era muy divertida, ver a alguien tan alto e imponente como él tan demacrado y convaleciente; daba pasos lentos, como un lisiado sometido a terapia de rehabilitación, “esa chica debió haberlo pateado con mucha ira”, por un momento, desvié la mirada hacia la entrada de la cocina, que daba hacia la sala, hacia la multitud y distinguí a alguien, un rostro familiar entre tantos extraños, conversando con unas chicas con las que asumí había llegado, debía tener tiempo de estar en la fiesta y yo jamás me percaté de su presencia, mi interior dio un brinco, había estado tan ocupado tratando de evitar el tumulto que ni siquiera me interesé en saber quienes de mis conocidos habían asistido “Sonia” pensé, si ella estaba aquí, Dilan no podía estar lejos; abandoné la cocina, y me acerqué a ella.

-¡HARVEY, HOLA! ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!- dijo acercándose a mí y dándome un beso en la mejilla -¡CORTASTE TU CABELLO! ¡ME GUSTA, TE VES LINDO, MÁS LIMPIO!- dijo con una sonrisa.

-¡GRACIAS! ¡¿CÓMO ESTÁS?!

-¡BIEN! ¡CORRIENDO CON LA UNIVERSIDAD PERO BUEH…! ¡¿Y TÚ?!

-¡IGUAL!- comenté con una sonrisa -¡HACÍA RATO NO TE VEÍA!

-¡SÍ, CREO QUE SOBRA DECIR QUE TAMBIÉN TENÍA TIEMPO SIN VERTE!- comentó divertida -¡ES QUE TERMINÉ CON DILAN!- sus palabras hicieron eco en el fondo de mi cabeza la música se oía a lo lejos, el calor se incrementaba, los olores de perfumes mezclados con yerba se hicieron más intensos, mi vista se nubló dejando sólo la imagen de Sonia parada frente a mí, la frase se repitió en mi mente “¡ES QUE TERMINÉ CON DILAN!”.

Dilan

- El virus T fue un estupendo avance médico… Nuestro campeón ha caído a la lona, damas y caba… Ahora, después de haber estado 5 minutos en el micro… Era como si algo se hubiera puesto a Edgar… ticias, nos acaban de informar que han captura…How are you going to turn THIS into the Dragon Warrior?…I shallcall him Squishy and he shall be mineandhe shallbe my...You have insulted powers beyond your comprehension... She's the lady i wanna know, Kind of chick, out of control...No! It is my crown! I am the oldest!...- “Ya llegamos a los canales en inglés, si sólo te la pasarás pasando canales, apágalo, Dilan” escuché un eco en mi mente y así lo hice, apagué la televisión y en la sala reinó la oscuridad y el silencio que de inmediato fue interrumpido por el sonido de unas gotas cayendo sobre el tejado de la casa.

Me encontraba totalmente solo, mi tía se había ido con la abuela y mi tío pasaría el fin de semana con su prometida, me lamentaba grandemente al no haber viajado ese fin de semana, sólo por asistir a una fiesta a la que debí haber ido en primer lugar, se lo había prometido a Harvey, pero en lugar de ir, salí en una cita con Edward, en compensación por el inconveniente que tuvo él durante nuestra salida de San Valentín; además, siendo Harvey el anfitrión de la fiesta, no iba a estar conmigo todo el tiempo, debería estar atendiendo que todo fuese bien, en cuanto a Alex y a Víctor, deberían estar de cacería buscando mujeres, sin mencionar que Sonia iba a estar ahí, era muy probable.

Me levanté del sofá con desgano, los relámpagos iluminaban la sala de vez en vez, caminé lentamente hasta mi habitación, la lluvia se hacía más intensa y el viento golpeaba las ventanas con fuerza, me senté en el borde de la cama y tomé mi teléfono, “01:40” leí en la pantalla. Me dejé ir hacia atrás en posición perpendicular a la cama, no podía dejar de pensar en la fiesta, en Harvey, en Edward; me había enamorado de otros heteros antes, no comprendía por qué era tan difícil desprenderme ahora, si pude hacerlo antes, ¿Por qué no ahora?

Al cabo de un rato, sentí unos golpes en la puerta que me despertaron, se oían en la distancia, ya que la lluvia era algo fuerte, un marido furioso podía torturar a su esposa infiel sin cubrir su boca, el agua golpeando la tierra y los constantes truenos ahogarían los gritos; volvieron a repetirse los golpes, esta vez en mayor número e intensidad, deduje que lo hacían con la palma abierta “tiene que ser un sueño” pensé, nadie saldría en medio del torrencial aguacero, a menos que sea con el único propósito de caminar bajo él deliberadamente, que era costumbre por esos lados, pero a esas horas era un exceso; me incorporé y tomé mi teléfono “01:58” leí, “Que raro… normalmente en mi sueño la hora nunca suele ser tan… acorde con la hora en la que fui a la cama”, tenía que asegurarme que soñaba, y si así era, no tenía tiempo que perder, buscaría a Harvey y tendría sexo con él, como ya se había vuelto costumbre en mí; sentí unos golpes en la puerta por tercera vez, rápidamente caminé hasta ella pero no la abrí, frente a esta, efectué la rutina que tendía a hacer en caso de que dudara del plano en el que me encontraba: me pellizqué el brazo, nada; enrollé una hebra de cabello en mi dedo y tiré de ella, nada; di unos saltos en donde me encontraba, nada; sentí cómo algo caía sobre la reja del otro lado, me llené de pánico, estaba en el plano real, en caso de que me lastimasen, no habría inmortalidad o intangibilidad que me salvase “no abras, Dilan, no ha de ser nada bueno a esta hora” retumbó en mi oído, pero mi curiosidad era mayor; lentamente liberé el seguro y con cuidado de no hacer ruido abrí al puerta; no lo podía creer, no podía ser real, no podía estar pasando, era inverosímil.

Abrí la puerta completamente para asegurarme de que lo que veía era lo que creía, el viento helado y el agua cayendo salpicaron mis piernas desnudas, la forma en la que estaba vestido, una camisilla tipo esqueleto y unos shorts que apenas cubrían más abajo de mi miembro, no era la ideal para recibir tales condiciones y mucho menos a una visita, que no era cualquier visita, era Harvey, sentado de espaldas a mí, recostado en la reja, dejándose golpear por la lluvia, se veía exhausto y conflictuado, apoyaba su cabeza sobre su mano que a su vez se apoyaba en la rodilla de su pierna flexionada, mientras la otra descansaba completa sobre el frío y húmedo suelo.

-¡¿Harvey?!- llamé detrás de él; pareció no escucharme, me incliné y toqué su hombro un par de veces, a lo que él respondió girando su cabeza, nuestras miradas se encontraron y él se incorporó con rapidez, no hubo intercambio de palabras; corrí a mi habitación por mis llaves, abrí los candados y le abrí la reja.

Caminaba lento, inseguro, temblaba, cerré la puerta en cuanto él entró y encendí la luz; había cortado su cabello, se veía tierno, podía ver su orejas y su cuello y su flequillo pasó de caer hasta su parpado inferior hasta un poco más abajo de su ceja, traía una camisa manga larga de botones de un rojo muy intenso, esta por acción del agua se había adherido a su cuerpo, me permitió ver que también traía una camisilla de tipo esqueleto, llevaba unos jeans y unos converse rojos, se veía vestido como el anfitrión de una fiesta, naturalmente; destilaba agua desde su cabello hasta sus zapatos, estaba empapado, empezaba a formar un charco uniforme a su alrededor.

-Dilan, ¿es cierto que terminaste con Sonia?- lanzó de la nada; la pregunta me sacudió, la situación sólo se volvía más compleja, no estaba comprendiendo nada; creo que no di respuesta -¡Dilan te estoy hablando! ¡Respóndeme!- se veía exaltado, su respiración era pesada, jadeaba, su pecho se inflaba y se relajaba con rapidez, sus ojos ámbar resplandecían, me miraba fijo, se veía decidido, casi molesto, asentí lentamente -¿Hace cuanto?

-¿Por qué me estás preguntando esto, Harvey?- alcancé a parafrasear, “tal vez no me pellizqué lo suficientemente fuerte o no tiré de la cantidad necesaria de cabello o no salté muy alto”.

-No me respondas con otra pregunta, Dilan, ¡dime! ¿Hace cuanto terminaron?- lanzó.

-Harvey, ¿Estás bien?

-¡DILAN!

-¡NO LO SÉ!- me alteré, pero más que ira, era pánico –hace unas semanas, ¿por qué importa eso ahora? ¿Qué haces aquí, en medio de la noche, con esta tormenta? ¿Qué pasa, Harvey?- él no dijo nada, sólo se limitó a jadear, de repente bajó la mirada -¿Y?- lancé desesperado -¿Qué significa todo esto?

-Dilan…- dijo sin levantar la cabeza, me ponía nervioso siempre que Harvey me hablaba sin mirarme.

-¿Qué?

-Hay algo… que sentía la imperiosa necesidad de hacer y traté de apagarlo, por muchas formas y ninguna dio resultado… traté de apartar esto de mí, en serio lo intenté… pero no pude y si no lo hago… si no lo intento al menos… creo que me voy a enloquecer…- dijo sin levantar la mirada.

-Harvey, no lo entiendo- mi corazón latía frenético, podía escuchar mis latidos en mi oído, sentía descargas en mi espina, distensión en mi pecho, el charco de agua que Harvey formaba empezaba a alcanzar los dedos de mis pies su cabello húmedo y adherido entre sí no me permitía ver su expresión.

-Dilan… antes que nada… necesito que me perdones por esto que estoy a punto de hacer… pero si no… creo que prefiero vivir con tu odio hacia mí por haberlo hecho… que con odio hacia a mí mismo por nunca haberlo intentado- y dicho esto sujetó mi muñeca, tomándome por sorpresa, y puso su otra mano en la base de mi cuello, empujándome hacia la pared; sentí un golpe seco, de mi espalda al hacer contacto con el concreto, y en una fracción de segundo, Harvey acercó su cuerpo al mío y me besó.

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En el próximo capítulo...

~ (...)¿Él dijo en algún momento que no volvería?(...) ~ (...)Sexy…(...) ~ (...)voy a acostarme en tus piernas en lo que llego a casa, ¿vale?(...) ~ (...)Wow… quiero una novia como él(...) ~ (...)Me debes una explicación(...) ~ (...)¡Es una horrible idea, Dilan!(...) ~ (...)yo no babeo cuando beso(...) ~

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Bien... capítulo décimo cuarto... no podía dejar a Harvey como un bastardo arruina relaciones, así que... Nuestro siguiente encuentro es incierto, trataré de publicar el capítulo XV en la próxima semana, ya que me parece en cierta forma cruel haber extendido el encuentro de los personajes para ahora que llegamos a él... desaparecer. Trataré de sacar momentos para escribir, aunque será complicado; el problema es que... esto a continuación es esa clase de información que va de "realmente era algo que no me interesaba saber" pero ahí va... ahora mismo, voy al último semestre teorico de mi carrera, y las cosas se han complicado, con sólo el segundo día, sin mencionar esa clase de comentarios de estudiantes de semestres superiores que son siempre bienvenidos... "los van a desplumar en 4to" "de ese curso, se va a quedar el 40% y de ese 40%... el 50% va a cambiar de carrera" "en 4to hay pocos repitentes porque cambian de carrera, no porque sea fácil" "Esa tipa de semiología... la van a amar" "Aún en 10mo, 4to me sigue pareciendo el semestre más cruel" "no tomen todas las materias de 4to al mismo tiempo, retiren patología y semiología y tomenlas solas el siguiente semestre, es mejor que perderlas y tomarlas solas el siguiente semestre de cualquier forma" esos son comentarios que te hacen pensar "que bueno que nos gustan los retos y tomamos todas las asignaturas de golpe", es por eso que las emisiones semanales serán suspendidas... y... no siendo más, que tengan una buena vida... nos volveremos a ver... quizás ^^