Wiliam, los orígenes (1)

Como Wiliam empezó a ser un pervertido sexual y de donde le vienen esas costumbres de dominio sexual.

Wiliam, los orígenes.

Me llamo Wiliam, soy un chico lampiño con rasgos latinos debido a que mis padres son latinos. Yo me parezco mucho a mi madre, guapo, alto, piel trigueña, pelo oscuro, músculos bien definidos, muy poco vello en el cuerpo.  Supongo que en eso también tiene algo que ver mi padre biológico, pero no podría decir hasta qué punto, porque no lo he conocido nunca, cuando yo era muy pequeñito, él nos dejó y mi madre se fue a vivir a España para empezar una nueva viva.

Cuando yo tenía 5 añitos, mi madre se casó con Antonio, un hombre maravilloso que nos acogió a los dos, nos ha querido muchísimo  tanto a mi madre como a mí y él me hizo de padre de verdad en todos los aspectos. Él me ha guiado en mi educación y crecimiento con amor y a todos los efectos él es mi padre.

Siempre he sido más corpulento de lo que me correspondía por mi edad, con los músculos fuertes y definidos. Des de pequeño he practicado futbol en el equipo del barrio y eso ha hecho que se me fueran formando unas piernas fuertes y bien musculadas, y desde  hace un año me apunté al gimnasio del club para complementar mi ejercicio y realmente me estoy poniendo muy fuerte y según Antonio, soy ya un hombretón fornido y guapísimo.

He crecido siempre escuchando a todo el mundo diciéndome lo guapo que era, lo exótico de mis rasgos y el color canela de mi piel, eso ha conllevado siempre, des de que iba al colegio, que muchas chicas me buscaran siempre, la cual cosa a mí me gusta, pero también despertaba las envidias de compañeros de colegio y de instituto. Podríamos decir que siempre he sido un chico de éxito con las chicas.

El motivo de este relato, es comentaros un poco mis experiencias sexuales hasta la actualidad.

Como os comentaba, ya en la primaria, las chicas se sentían atraídas con migo, pero a parte de algunos besos y morreos con lengua con algunas chicas del colegio, la verdad no pasó nunca de ahí, al fin y al cabo éramos todos unos niños.

En el instituto, todo esto cambió, ya saben que en la adolescencia las hormonas nos van a tope a todos y especialmente las de las chicas, que en eso y en muchas otras cosas, van muchísimo más avanzadas que nosotros. Las mismas chicas que me sobaban en el colegio, también lo hacían en el instituto, pero yo ya no era un niño, ya era un chico y como les comenté, muchísimo más desarrollado que los otros chicos de mi edad, incluida mi polla, que para aquellos entonces ya la tenía de 17cm y bastante gorda.

Había un grupito de chicas, con las que me relacionaba más, que a veces, en la hora del recreo, nos encerábamos en el lavabo y me la chupaban por turnos. Otras veces solo quedaba de una en una y mientras ella me pajeaba yo le comía el coñito peludito, que eso me encantaba.

Iban pasando los cursos y lógicamente el tema iba a mas, ellas querían más y desde luego yo también. Ya no se conformaban en mamarme y sacarme la leche y que yo les metiera los dedos y, lógicamente, yo tampoco.

Un día, una de mis amigas, organizó una fiesta en su casa y me invitaron a ir, cuando llegué ya estaban todas, siete en total, pero no había ningún otro chico, a lo que yo pregunte el por qué y si aquello era una simple fiesta de pijamas de chicas,  me contestaron que aquella fiesta era solo para mí.

Aquello fue brutal…….  Las siete se desnudaron y me desnudaron, yo me deje hacer, me pajearon por turnos, me la chuparon una tras otra, les metí los dedos, les sobé las tetas y les comí el coño a todas y la verdad, todas tenían un sabor dulzón que me enloquecía y me ponía cachondo a más no poder.

Una de ellas, Verónica, pero la llamábamos Vero, se me acerco al iodo y me dijo, hoy voy a perder la virginidad y acto seguido se subió encima de mí, me agarró la polla y se la fue clavando poco a poco. Su cara era un poema…  era entre dolor, placer y la satisfacción de traspasar el límite que, inconscientemente, siempre habíamos tenido. Cuando logró tenerla toda dentro, empezó a moverse circularmente, a subir y bajar lentamente, se tocaba las tetas, que para aquellos entonces ya las tenía grandes, hasta que pudo acelerar el ritmo, subía y bajaba más rápidamente, con los ojos en blanco y un dedo en la boca jadeando como loca.

Yo estaba flipando, la sensación de tener mi polla dentro de algo tan caliente y tan húmedo, me estaba provocando un placer que no había tenido nunca, sentía un cosquilleo por todo el cuerpo que no había experimentado nunca, me gustaba, me gustaba mucho y quería más, la agarré por las nalgas del culo y la ayudé en sus movimientos para que mi polla saliera más de su coño y volviera a entrar con más fuerza hasta dentro del todo, me flipaba escuchas chiscar sus nalgas en mis muslos. Así estuvimos un buen rato, jadeando como locos, con todas las otras chicas mirando con los ojos como platos, hasta que Vero hachó la cabeza hacia atrás, contorsionó todo su cuerpo y le salió un grito tenue y profundo de su boca, mientras tensaba sus músculos vaginales alrededor de mi polla con espasmos incontrolados. Había tenido su primer orgasmo vaginal y al salir de encima de mí, chorreaba y lo dejo todo mojado de su gran corrida. Quedó tirada en el sofá tiritando y gozando el orgasmo que aún tenía.

No me lo podía creer…   había echado el primer polvo de mi vida….   Y que polvo, por dios…  Pero la verdad es que ese polvo me había dejado muy caliente, yo necesitaba más, necesitaba más, pero me quedé paralizado mirando a Vero recuperándose y también las caras de las demás chicas que estaban todas con la boca abierta y flipando como yo.

Todas las demás interrogaron a Vero sobre como había sido, si dolía mucho, si daba mucho placer, que sensaciones se tenían, que se notaba con la polla dentro, como era correrse así, porque temblaba de aquella manera, etc… Vero explicaba que había sido una pasada, que las sensaciones eran brutales, que duele un poco al principio pero que después es brutal el placer que se siente y que el temblor es porque había tenido el mejor orgasmo como dios manda de su vida… Que ojala lo hubiese hacho antes y que quería más, mucho más….

Automáticamente, se giraron todas hacia mí, que hasta entonces me habían dejado de lado y una a una, se fueron subiendo todas encima de mí, una a una se fueron clavando mi polla en sus coños y me cabalgaban de manera torpe, pero que a mí, me parecía lo mejor del mundo. Aquel día, follamos, follamos y follamos, las agarraba por las caderas y les marcaba el ritmo, les metía un dedo en el culo, les sobaba las tetas a todas, se retorcían de placer, me corrí en dos de ellas y lo celebraron como si les hubiese tocado la lotería.

Aquella noche, los ocho perdimos la virginidad y me pidieron que por favor, todo aquello quedara entre nosotros. No me lo podía creer, el día que pierdo la virginidad de verdad y la pierdo siete veces seguidas….

Después de aquella fiesta, vinieron bastantes más, pero como iban mejorando sus técnica y cada vez follaban más y mejor, cada vez eran más insaciables y cada vez querían más, a mí me dejaban seco y hecho polvo y con la polla destrozada, porque alguna incluso repetía, con lo que llegó un momento que les propuse invitar a otro chico que pudiera darles placer igual que yo.

Estuvimos comentándolo y yo les hablé de Thom, un chico negro muy amigo mío del equipo de futbol, les comenté que era un chico fantástico, majo, agradable y divertido, que les iba a gustar mucho y que lógicamente podía dar la talla ente tanta fémina igual que yo, porque una cosa es jugar un poco y la otra es follar tanto, tan en serio y tan seguido como lo estábamos haciendo ya.

Vero dijo que si al instante mordiéndose el labio inferior, las otras dijeron que primero querían conocerlo. Fantástico, organizar una fiesta y yo lo traigo, si os gusta a todas, follamos, si no os gusta, me lo llevo y tan amigos.

Dicho y hecho, en el primer entreno, le comenté el plan a Thom, que aceptó de inmediato sin ni siquiera parpadear, él ya tenía experiencia porque en las vacaciones había estado follando con una prima suya, que por lo que me contó, es una guarra de cuidado. Esa misma semana, me lo llevé a casa de Vero, donde quedábamos siempre con las chicas, porque los viernes sus padres no estaban nunca.

Thom era un chico corpulento como yo, algo más alto y algo más delgado, pero era un chico negro mulato muy guapo de cara, con unos brazos, unas piernas y unos pectorales que eran la envidia de los otros compañeros de equipo. Lógicamente a las chicas les encantó y la primera en fallárselo fue Varo, como no, la más lanzada y la más guarra de todas, últimamente se había soltado más que las demás y se estaba volviendo una zorrita de mucho cuidado, le encantaban la pollas y cada vez era más insaciable, de hecho, era casi la única que seguía chupándomela en el lavabo en los recreos, decía que necesitaba mi leche en su boca dos o tres veces por semana,  pero yo sabía que también se la chupaba a otros chicos y que casi cada día se comía la leche de más de uno y de dos, en el instituto ya se hablaba de ella con el sobre nombre de Vero el putón o la guarra del lavabo, pero bueno, eso es otra historia.

Ese día fue demasiado, las chicas estaban que se salían, la polla negra y de 20cm de Thom, fue toda una atracción para ellas, se la comían hasta la garganta, le chupaban los huevos grandotes que tiene, se ponían a cuatro para que las fuéramos clavando uno detrás de otro, nos las fallábamos un rato y cambiábamos, nos sentaron en el sofá y de iban clavando de polla en polla, una tras otra, parecía que el tiempo se detuviera, nadie tenía ninguna prisa y todos gozábamos de nuestros sexo, hasta que a Thom se le ocurrió poner a Vero en cuatro y comerle el culo, bbuuufffff…..   que perra que se puso, tanto que nos pidió que nos la falláramos por el culo, con lo que Thom, sin pensarlo dos veces, se la empezó a meter poco a poco hasta que se la había ensartado toda, Vero se retorcía de dolor, pero Thom, se la follaba sin miramientos. Evidentemente, nos tocó hacer lo mismo con las demás, hasta que les llenamos el culo de leche a todas.

Las siguientes veces se apuntó una chica más, se llamaba Inma y era la prima de Vero. Era algo mayor que ellas y por lo que pudimos comprobar, tenía más experiencia, la chupaba de maravilla, no solamente entraba y sacaba la polla de su boca, sino que la saboreaba, la mimaba, sin prisa y con cara de zorra…  me encantaba que me mirara a los ojos con cara de putón cuando me la comía. Como las otras veces, les comimos los coños, las masturbábamos metiéndoles los dedos, les sobábamos los pechos y como no, nos las íbamos follando por turnos, tanto sus coños como sus culos. Nos corríamos dos y tres veces cada uno. Eso era como un edén.

En un momento dado, yo tenía a Vero encima de mí, con mi polla insertada hasta el fondo de su coño, cuando Thom vio su culo totalmente expuesto, “A Thom le flipa muchísimo el culo de Vero”, y no pudo resistir la tentación de clavársela en el culo, con lo cual ya nos tenías fallándonosla los dos a vez y ella gozando y jadeando a gritos.

Fue entonces cuando Inma, hizo ver a todos que aquello estaba muy desproporcionado, decía que no podía ser que hubiera ocho coños y ocho culos y solo dos pollas. Veis que pasa cuando una de nosotras quiere las dos pollas, que las demás tenemos que esperar. Alguien conoce a algún chico que le gustase apuntarse a estas fiestecitas?

Continuara………