Wharmington Academy, El paraíso de las pollas.
Mis inicios en Wharmington... no me van a creer como son los internados para chicos, puro sexo.
Anteriormente en El secreto del árbol III
Luego de haber sido el centro de atención de la orgia en el establo, con Tom, David, José, Tomas y Manuel, luego de que me usaran como un juguete sexual, luego de que me cogieran contra mi voluntad, violándome con sus grandes pollas, me dejaron en el suelo del establo, como una muñeca sexual usada, no sabía que habían echo conmigo en el tiempo que estuve inconsciente, solo se lo que sucedió después de despertar...
Continuación
Desperté muy adolorido, sentía que mi ano estaba irritado hasta el fondo y las comisuras de mis labios dolían, mi frágil y delgado cuerpo había sido usado por esos chicos, me habían llevado al mejor orgasmo de mi corta vida sexual, de hecho me desmaye cuando David me inserto con su gorda polla… Probablemente por eso me duele tanto el ano… ¿Qué hora es? Son las 3:45 am, se supone que debería estar despierto para las 5:00 para ir a la escuela, así que haciendo todo el silencio posible entre a mi casa, subí hasta mi habitación, me cambie las ropas llenas de semen y tierra y con mis orificios doliendo me tire en la cama.
-¡Hijo despierta, el desayuno se enfría!
Así comencé el día, me aliste y baje a desayunar, sonara un cliché pero no podía caminar bien, no podía mantener mis piernas juntas como están naturalmente, o si no me dolía el ano con el roce de mis nalgas, era doloroso y penoso, tuve que mentir diciendo que fue “una mala cabalgada” (literalmente). Al llegar al colegio lo primero que vi fue a David, Tom y Manuel, Manuel estaba hablando con algunas chicas, que como cosa natural, estaban enamoradas de él, ¿Y quién la culpa?, pero si me pude percatar que los tres me miraron en el instante que yo baje de la camioneta, estaban esperándome. Manuel les dijo algo a las chicas y estas entraron, era inevitable no pasar cerca de ellos, estaban literalmente en la entrada de la escuela.
-Hey, ven aquí pequeña. –Dijo Manuel.
-¿Qué quieren de mi?
--David me agarro del hombro y jalándome me llevo a un lado de la escuela donde nadie nos escuchaba- Bueno, pequeña puta, ya que estamos aquí, solos, otra vez –se ríe- tenemos algo que decirte.
-Pero cuidado y te desmayas perra. —Dice Tom dándome una nalgada tan fuerte que casi me derriba al suelo.
-Solo quería decirte que … si le llegas a decir a alguien sobre lo que paso ayer … Tu vida estará acabada.
-Le mostraremos a todos estas fotos –Dice Manuel mostrándome unas fotos mías inconsciente con mi cara entre sus piernas y sus pollas en mi boca- a todos los que tú conoces y quieres.
-¿Dime a quien le van a creer? –Dice David- ¿A ti pequeña marica, o a nosotros que “fuimos víctimas de tus amenazas contra los trabajos de nuestros padres”?
-¡YO NO LOS AMENACE, USTEDES ME HICIERON ESTO!—En ese momento Tom puso su manaza en mi boca impidiéndome hablar.
-Lo sabemos idiota, pero estas fotos demuestran que tu nos amenazaste porque querías tener un desahogo sexual, y si no te dejábamos hacer tus “cosas extrañas” nuestros padres se quedarían sin trabajo. –Dice David en un tono fingido de melodrama y tristeza. Serás nuestra puta de ahora en adelante, y nos dejaras hacerte lo que queramos cuando queramos, ya sabes cómo es cuando tu novia te calienta la polla y no te deja hacerle nada.
-¡No perdón, el no sabe nada de eso!—Dice Manuel mofándose estúpidamente.
-Ya sabes puta, cuando nosotros queramos esa boquita te llamaremos, y sin quejas, porque estas, estarán en todas las redes sociales.
-Hasta luego—Dice Tom lanzándome al piso.
Se fueron, ya no había más nadie aquí afuera, todos estaban ya en clases, quería huir, correr de esta pesadilla hasta dejarla en el olvido. Tenía que irme de este estúpido pueblo.
Corrí hasta mi casa, y encontré a mamá y a las ayudantes de cocina preparando el desayuno para todos los trabajadores de la hacienda.
-¡¿Qué paso Martin?! ¿Por qué no estás en la escuela?
A mi realmente no me gustaba mentirle a mi mamá, porque ella siempre sabia cuando estaba mintiendo, pero no lo hice… solo oculte información. Le dije que estaba harto de esta vida, que no quería vivir escondido de mi padre y de los chicos que me hacían bulling a diario, quería largarme e ir a estudiar donde mi hermano Jr. Había estudiado, quería irme de aquí.
Mi mamá hablo con mi papá y ambos accedieron a mandarme a Gran Bretaña a estudiar, pasaría lo que queda del periodo con ella y luego entraría para el segundo periodo en la academia Wharmington, una prestigiosa academia de “caballeros” en las afueras de York, el típico internado ingles.
A las pocas semanas ya estaba con mi tía Marie, ella era muy cariñosa y vivía con mi tío Halbert, ya mis primos se habían casado y mudado así que éramos solo nosotros en casa, solía salir con ellos de vez en cuando a hacer recados, y a veces me dejaban salir solo, yo todo lo que podía hacer era deleitarme con los hermosos Britanicos, todos eran perfectos, su cabello dorado, algunos con rulos, otros lizos, ojos claros, piel pálida y pecosa, altos y esbeltos, pequeños y esbeltos. Era como el paraíso para mí, no podía esperar a conocer a mis compañeros.
Los meses pasaron rápidamente y antes de lo que esperaba estaba tomando el avión hasta York, al llegar seria un viaje de unas 3 horas hasta la academia. Las tres horas más largas de mi vida. Pero cuando estábamos llegando a los terrenos de la academia no podía dejar de ver por la ventana, esto era increíble, los chicos se sentaban en grupos debajo de los arboles, en las colinas, en los bancos, en las plazas, algunos con sus computadoras, otros leyendo y algunos simplemente hablando. La academia estaba casi vacía porque la mayoría de los alumnos estaban en casa por las tres semanas libres antes de clases, el tiempo perfecto para acomodarme y empezar las clases.
Al bajarme del taxi sentí todas las miradas sobre mí, supongo que no era normal que un latino llegara a mediados de la tarde en un taxi con sus valijas. Era el centro de atención de todos los que estaban en la entrada del edificio central. O sea, la mayoría de los alumnos. El director, un hombre de unos 40 años, dientes amarillentos, ojos color miel y cabello dorado corto fue a recibirme con la mano extendida y una sonrisa.
-Lo estábamos esperando señor Estrada, venga el comité de bienvenida le mostrara donde está su habitación y lo ayudaran a instalarse.
En eso los vi, 3 chicos, todos de una edad cercana a la mía 14-15, uno era alto, como de 1,80, cabello largo y alborotado, un chico rubio y de piel extremadamente blanca y un pelirrojo con rulos y muchas pecas, eran los únicos con el uniforme rojo y beige de la academia y tenían una insignia que decía “Hello, my name is:” con cada uno de sus nombres, el alto, Brandon, el rubio, Damian y el pelirrojo Edward.
-Hola, bienvenido Mertin —Dijo el pelirrojo Edward que tenía muchas pecas y unos ojos marrones casi avellana, su vello facial era rojizo, casi escaso, tenía una belleza tosca en sus rasgos.
-Somos tus compañeros de cuarto, así que te ayudaremos en todo lo que necesitas.—Dice Damián, el rubio, que tenía unos ojos verde, con el centro casi color amarillo y unas largas pestañas, nariz pequeña y labios delgados.
-Ven yo te ayudo con eso, adelante entra, estamos en el piso 3—Dice Brandon, de cerca se ve mucho más alto, tenía una espalda ancha y sus mangas quedaban un poco ceñidas en sus bíceps su cabello era marrón, casi rubio, tenia algunos rulos y estos estaban despeinados, su cara era un espectáculo, rasgos fuertes, cejas pobladas, nariz grande y delineada y unos pómulos fuertes, sin embargo tenía una boca pequeña. Todo un espectáculo, empecé a sentir cosquillas en mi estomago.
Cuando llegamos a la habitación, Brandon dejo las maletas al lado de la cama del fondo, era un cuarto sencillo, con dos ventanas grandes que dejaban entrar mucha luz, cuatro camas, dos a cada lado, un escritorio pequeño adosado a cada una de las camas, y unos baúles grandes delante de cada cama, el mío tenia las sabanas y la almohada encima y el colchón parado en la pared.
-Como odio este uniforme, no me deja mover los brazos. —Dice Brandon quitándose su pullover rojo y quedándose así en su camisa de botones blanca, ceñida a todo su cuerpo, me dejaba ver su increíble figura y su gran espalda musculosa, se aflojo la corbata roja oscura a rayas y se abrió dos botones de su camisa y se tiro en su cama, la que estaba al lado de la mía, al lado de la ventana.
-No empieces con tu desorden, ya no puedes usar el escritorio de Mertin como un vertedero de basura. —Dijo Edward que también se había quitado el pullover y se dio aire al igual que Damián-Bueno, vamos a ayudarte con esto.
-Yo lo tomo por arriba ustedes por debajo, dice Damián. –Y en ese momento Brandon dice- Claro, tú siempre estas debajo. –Todos reímos.
Brandon se levanto y con la ayuda de los tres, colocamos el colchón en la cama sin mayor esfuerzo, y los tres se colocaron en sus respectivas camas, Damián se había quitado hasta la camisa de botones ya que se iba a poner una camiseta más ligera, Damián era delgado pero tenía unos abdominales definidos y bello rubio bajo los brazos y muchos lunares en la espalda.
-Así que cuéntanos ¿Por qué estás aquí?
-Pues porque odiaba vivir en un pequeño pueblo, y decidí venir a un internado alejado de todo con británicos, no es eso obvio. –Todos ríen y empezamos a hablar, fastidiar al uno al otro, burlarnos de los demás, intentaron aprender a decir mi nombre pero solo lograban decir “Mertin”, fue divertido.
Fuimos a la cafetería a buscar la cena y decidimos ir a nuestra habitación porque no había nadie en el comedor ni ningún profesor que nos impidiera comer en la habitación. De camino a la habitación pasamos por la sala de trofeos y decidí entrar y buscar los trofeos de mi hermano, cuando lo encontré se los señale y Damián dijo:
-Wow era muy alto, mira como resalta entre todos esos enclenques, es bien parecido. –Ese comentario me dejo un poco aturdido, pero luego los demás asintieron así que lo deje pasar.
Luego de comer ellos se quitaron el uniforme sin ninguna clase de pudor, todos andaban por ahí en bóxers buscando sus ropas, cuando se agachaban me dejaban ver su trasero mientras buscaban su pijama, sus bultos bamboleaban mientras caminaban y se lo rascaban, Edward era un poco más esbelto que Damián, con brazos más grandes y un camino de bellos rojos que iban desde su ombligo al interior de su bóxer negro, pero ninguno de los dos era más esbelto que Brandon, que tenía unos bíceps bien marcados, un abdomen entablado y una espalda de muerte, con sus grandes lunares y su piel blanca, Brandon tenía unos calzoncillos cortos negros que dejaban ver su culo también en forma y su musculo pélvico bien definido y marcado, tenía sus calzoncillos extremadamente abajo, podía ver el comienzo de su culo y su raya, al igual que unos pocos bellos apareciendo debajo de la tela. Gracias a dios yo me había puesto mis pantalones de pijama antes, y estos eran lo suficientemente holgado para tapar mi erección, así que nadie el noto. Pero Damián quería hacer lo contrario que yo, quería hacerla visible, de hecho el mismo se metía la mano debajo de sus bóxers acariciándosela y se la acomodo a un lado cuando llego a la erección, tenía una risa malévola y caliente en su rostro. Se lanzo en su cama y se empezó a acariciar sobre la tela, Edward al ver esto paso pestillo a la puerta y riéndose le dijo a Damián que tuviera cuidado.
-¿Cuidado de qué? ¿Quién me va a ver? Lo hemos hecho antes, ¿o no? Que importa. –Un rubor llego a mis mejillas cuando escuche eso, al igual que en las de Edward que dijo en un tono casi apenado.
-Sí pero tenemos un nuevo compañero y no sabemos si…
-¿Qué? No hay problema por mi… todos lo hacemos ¿no? De hecho tengo también un poco de ganas…
-De acuerdo, tenía miedo que no estuvieras en nuestro bando, pudo ser incomodo. --¿Bando? … pero qué demonios. ¡MI SUEÑO ESTA HECHO REALIDAD!
En ese momento Brandon se puso su bata de baño, blanca reglamentaria, tomo su muda y dijo- Yo huelo a mono y no dormiré así, iré a bañarme y los dejare solos, cerdos. Cuidado que voy a salir.
Y así como así, Brandon salió y se fue directo a las duchas, quería seguirlo, fue un impulso, pero preferí quedarme con Damián y Edward para ver qué es lo que tenían… Damián siguió con su tarea y tomo su tablet y puso a reproducir un video porno, un tío y una tía, que empiezan acariciándose un poco, Edward se acerca y me llama para unírmeles.
Damián estaba acostado con las piernas abiertas acariciándose, puso la tablet en el escritorio para que los tres pudiéramos ver. Se bajo sus bóxers y dejo ver una polla nada despreciable, un tamaño común de unos 16cm, sin circundar, tenía muchas venas y bello rubio casi escaso, empezó a casqueársela lentamente, yo miraba su polla cuando él se dio cuenta y me dijo en tono retorico: ¿Qué? ¿Estas conociéndola?—Dijo y la meneo un poco hacia mí para verla.
Yo baje mis bóxers y me quede en espera de algún comentario, frente a ellos esperando aprobación, y Edward dijo: Es hermosa, me gustan tus huevos, son peluditos, dijo tocando mis huevos con sus manos frías, di un pequeño sobresalto, no esperaba eso, pero para ellos parecía normal.
-Uy y que dura la tienes, es como una roca, mira esto Damián.
-Si, es bastante dura, ¿apuntas hacia el cielo siempre? Debe ser difícil ocultarla, por ser tan dura.
En ese momento Edward se levanto y dejo caer sus bóxers holgados y me dio la primera impresión de su polla, era muy peluda, y era corta, como de 14cm, no muy gruesa y era circundada, era muy bonita porque casi no tenia venas y la piel era liza y tenía algunas pecas.
-Bueno, para ver que tienes aquí… --Dijo Edward que se arrodillo justo después de bajarse lo bóxers y empezó a lamerla, le dio tímidos lametazos y besitos. Yo estaba en shock, no me esperaba eso, el simplemente se abalanzo y lo hizo, daba lametazos y comento que tenia buen sabor, que sabia a macho, fue como un cumplido. Y luego inmediatamente engullo, se la metió completa pero tenía un pequeño problema, le daban pequeñas arcadas, y cuando se la saco dijo: Buen pedazo de polla ¿Todos los latinos son así? Porque quiero conocerlos a todoooos. Y se la volvió a engullir.
Yo estaba en la gloria, esto era el cielo, a mí nadie me había dado tanto placer, de hecho, ninguno se molesto en dármelo, yo era su muñeca de trapo, así que disfrute de las caricias y me deje querer.
Su boca era tan buena que termine acabando dentro de su boca en un gran orgasmo, el se trago todo y me la limpio un poco. Esto era increíble, me hizo un buen trabajo y tan solo el primer día. Luego Damián comento: -Ven Edwin, que la tengo lista para ti. –Le dijo ofreciéndole la polla y meneándola, Edward se levanto y se casto en la cama para mamársela.
Yo en plan devolverle el favor, le hice mover sus caderas de modo de tener su polla a mi disposición y tímidamente empecé a mamársela, no a hacer engullidas como me obligaron en el establo, si no pequeñas caricias con mi lengua y los labios. Su polla sabía bien, por alguna extraña razón la sentía como dulce, era extraño, Edward comenzó a gemir y dijo: Que bien lo haces, tan deli-delicado.
Damián movía su pelvis un poco para hacer a Edward engullirse todo, pero luego se levanto y se agacho en la cama, Edward se puso en posición de perrito con las piernas abiertas para yo poder chupársela, me coloque debajo de él y seguí con mi trabajo, mientras veía como Damián se cogía la boca de Edward, Edward hacia todo lo que podía para engullir, recibía arcadas, lo sentía en su cuerpo, Damián agarraba el cuello de Edward y se lo cogía rápidamente por la boca, hasta terminar en un orgasmo de gemidos apagados muy varoniles y justo en ese momento Edward termino, era la segunda vez que terminaban en mi boca, me trague su semen que al igual que su polla era como dulce y se la limpie, ambos terminaron y yo ya estaba exhausto, Edward tenia semen en la cara y se quedo dormido desnudo en la parte baja de la cama de Damián, este también estaba desnudo y como él estaba arriba de la cama, su polla estaba casi en la cara de Edward, casi la tocaba, yo los arrope porque hacia frio y así se quedaron dormidos, yo aun no estaba bien acostumbrado al horario de York así que me tarde un rato más en dormir, como una hora, una hora en la que Brandon no había entrado a la habitación ¿Qué estaría haciendo? …
Esos fueron mis últimos pensamientos, luego me quede profundamente dormido, feliz, mi bienvenida había sido bastante placentera, no podía esperar por saber que mas me tendría preparado esta academia.