Welcome to my life

Historia de amor gay entre dos chicos, que pronto se verán en mágicas aventuras, donde con la ayuda de sus amigos lograran completar su cometido. Will es un joven estudiante de quince años que pronto descubre que es un mago y junto a el chico de sus sueños se adentrara a este maravilloso mundo.

Welcome to my life

Capítulo I

-Despierta, wilmer! Despierta de una vez que vamos a llegar tarde a clases flojo de mierda- oía a mi hermana gritarme desde el closet.

-Ya! Estoy despierto!-  Era el primer día de clases y me sentía animado, pero a la vez un poco mal por tener que cursar otra vez e mismo año, ya que el año anterior hice de mi año escolar un desastre, que termino con un curso perdido.

-Will-

Soy Wilmer, pero mis amigos me dicen Will, tengo 15 años, soy un poco alto, bueno lo normal, mido 1.73, moreno, cuerpo un poco atlético, cabello castaño y bueno soy gay y mis padres, hermanas, compañeros del liceo, amigos y algunos primos lo saben.

Mi hermana Andrea ya tenía listo el desayuno, aunque aún se estaba peinando, en cambio yo acabando de levantarme, me vestí me arregle rápido y estube listo rapidamente.

-¡Tu si eres arrecha! Aun te estas peinando y yo ya estoy listo- le decía mientras me tomaba mis cosas, mi desayuno para  irme al liceo.

No le di importancia, así que tome mis cosas yéndome solo a tomar carro para ir al colegio, ya que donde vivimos es un poco difícil conseguir.

Al llegar al liceo, solo podía ver una gran cantidad de pre-púberos con hormonas a millón corriendo de allá para acá sin más, si no se tratasen de niños, juraría que habían tomado una droga. Entre a él gran colegio, fijándome detalladamente en las deterioradas instalaciones, pero no pude  dar mayor importancia por la insistente llamada de los profesores para cantar el himno antes de entrar a clases.

Al terminar el tedioso protocolo del primer día,  entre al aula viendo a mis compañeros de clase, creo que todos me parecieron muy comunes y supe desde u principio que iba a estar solo en todo el año...

Como de costumbre, los profesores se presentaban, haciéndonos parar a cada uno para decir nuestros nombres, sabiendo que era un poco pérdida de tiempo, ya que mi hermana, yo, y un par de chicos más éramos los únicos nuevos de ese curso.

Cuando por fin término el día de clases vi a la amiga de mi hermana, María, en los grandes pasillos, era de los pocos que me caían bien, así que me dispuse a saludarla.

-hoola María ¿como estas?- la salude de una manera eufórica.

-hola Will, me estas ahogando- me saludo con un tono de voz, casi inaudible por el abrazo que le di

  • recuerda que mañana vamos a la playa- me dijo a penas soltándola.

-"que fastidio, yo odio ir a la playa"- pensé, mientras sonreía y saludaba.

-no te da vergüenza, que te vean con él?-  pregunto Andrea, mientras me miraba con cara de haber visto a un indigente.

-¿que paso? ¿te masturbaste con el dedo equivocado mientras estabas en el baño?- le dije mientras me despedía de   María.

Nos fuimos juntos a la parada de bus para irnos a casa. Nosotros vivíamos a cuarenta minutos del colegio, así que pasamos todo el camino peleando entre nosotros o viendo a cuanta persona rara se montaba en el bus para divertirnos con alguno de sus defectos.

Al llegar a casa el resto de la  tarde me parecía una monotonía, no tenía nada que hacer, más que solo tomar mi celular para escribirle a algún amigo, ya que no tenía ni internet.

Mi mama como de costumbre llego en la noche a la casa, solo hablamos un rato acerca de como la habíamos pasado en el nuevo colegio, o de cuantas personas habíamos visto en el trayecto a casa, hasta que se hizo la hora de ir a dormir.

Cuando desperté al otro día en la mañana, llego María lista para ir a la playa y se abalanza encima de mí

-¡despierta!- Exclamo eufóricamente

-¡cooño! Ya estoy despierto, solo deja que me cepille- le dije mientras me la quitaba de encima.

-¿ustedes no van a clases hoy?- escuche la voz de mi mama

-noo, los primeros días son solo para presentarse- dijo María, ya sentada en la mesa de mi pc

-ahh ok, y se puede saber para donde van tan arreglados?- pregunta mi mama

-vamos a la playa, señora Natasha, mire al frente- señala María al frente de la casa - ves que la playa se ve buenísima, ya que desde el frente de mi casa se ve “playa el agua”

-ok, pero no vengan tarde- dijo mi mama y todos asentimos.

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Cuando llegamos a la playa, María y Andrea no hacían más que tomarse cien  fotos de las cuales eliminarían noventa y ocho y subirían una a las redes.

-will, ven tómanos una foto frente a esta piedra-  me pidió María

-solo les tomare una foto y déjenme tranquilo acá en la arena ¿si?- les dije con fastidio

-ok, una nada más y te dejamos solo, porque claro, no tienes ni perro que te ladre, jaja, ni amigos- me dijo Andrea

-listo ya tienen su foto, ahora vállense a la mierda- les dije en un tono serio.

Me dolió su comentario, porque acá no tengo amigos. Me senté en la arena y cruce mis brazos encima de mis rodillas para recostar mi cabeza por unos minutos, hasta que me sentí estúpido y levante mi cabeza y cruce la mirada con un chico que está sentado bajo un toldo con los que parecían ser su familia, el chico era súper guapo, estaba sin camisa y con solo un short de playa, pero tan solo sus ojos lograron hacerme estremecer, aunque  esa cabellera rubia un poco alborotada y un cuerpo muy bien formado también tenían mucho que ver

-wow que guapo es-  dije en voz baja para mí mismo, el noto mi interés y me sonrió, tenía una sonrisa perfecta.  Me puse rojo, me levante y me fui a una parte de la playa más alejada. Cuando estube un poco más tranquilo vi a Andrea y María acercarse con dos chicos que eran muy guapos, señalaron a donde yo estaba y se acercaron.

-hola- dijeron ambas al unísono

-que zorras, no pierden el tiempo- les dije serio

-ajajaja, deja la envidia y toma las cosas que vamos a llevarlas a un lugar más cerca de el toldo de los chamos, que están esperando- dijo María

-no jodan ahora yo tengo que irme de arrocero con ustedes- les dije molesto

-cállate y ven para que los conozcas-  dijo María, mientras les hacía señas para que se acercaran, pero para mi asombro, no iban dos  sino tres chicos, el tercero era el chico con el que había cruzado miradas. Quería que me tragara la tierra, no sabía cómo huir, aunque debía enfrentarlo con mi cara más “normal” -hola soy Ian- dijo el primer chamo, con una media sonrisa  y me dio la mano

-will, mucho gusto- respondí  con una media sonrisa, me inspiraba confianza

-hola soy Demian- dijo el segundo  un poco apenado y con la mano en alto. Cuando llego el tercero, se me acelero el corazón, sentía mi respiración entrecortada, - Ho-hola, soy Parker, digo Royer, Royer Parker!- dijo en un tono... ¿Apenado? - Hola soy Wilmer, pero mis amigos me dicen will- y le extendí mi mano, me dio un poco de risa, porque se notaba  tenso y su mano le temblaba.

Royer:

Soy Royer Parker, tengo 15 años, vivo acá en Venezuela, pero soy londinense a diferencia de mis hermanos  mido 1.76, soy rubio, tengo ojos dorados, por una operación que tuve en los ojos, en fin, casi pierdo la vista y soy gay, mi familia más cercana lo sabe y me apoyan.

Soy el típico chico de casa que no le gusta salir mucho a diferencia de mis hermanos; mis padres me insistieron en ir a la playa junto a mis hermanos, no tenía ganas de ir, pero al final desistí.

Estaba aburrido en la playa con mi familia, vi en una parte de la playa dos chicas muy lindas, fácil podrían ser modelos, pero me llamo la atención el chico tenía un cuerpo un poco formado, no era el más guapo, pero tenía algo que me llamaba mucho la atención, era raro, pero me inspiraba confianza, aun sin conocerlo. Vi cómo le tomaba una foto a las chicas, luego  los vi discutir un minuto, después ambas chicas se fueron a caminar; al verlo ahí solo y en la posición que estaba me hizo conmover, pero a la vez sentirme mal por él, vi como levanto la cara y me miro a los ojos, quizás fue solo un segundo, pero en ese segundo me sentí raro, una sensación que recorría desde mi cuello hasta mi estómago, su mirada era triste, así que le sonreí, aunque al parecer lo arruine todo, porque se levantó rápidamente y se fue a otra parte de la playa

-MALDICION! Eres un idiota Royer!- pensé en voz alta.

-Oyeee, Royer! Ven acá- me llamaron Ian y Demian

– Si? Díganme-  les respondí

– Ven  para que conozcas a estas chamas- me dijo Ian

– No vale, no estoy de ánimos- les dije, por lo que paso con el chico de hace un momento – Ok, si te animas, estaremos por las piedras- me insistió Demian – Ok- respondí seco.

Después de unos minutos, vi que las chicas que Ian y Demian querían presentarme, eran las mismas que me estaban con el chamo, ellas me llevarían con ese chamo tarde o temprano – Sii!- dije en voz alta

– Que?- me preguntaron mis padres al unísono

– No! Nada, es solo que si voy a ir a ver cómo están Ian y Demian, ya saben, para ver que no se porten mal- respondí rápidamente

– Claro y no tiene nada que ver con ese chico que no parabas de mirar hace un rato verdad ?- dijo mi papa, mientras  mi mama solo reía

– Deja a Royer tranquilo Robert- dijo mi mama en mi defensa

– Bueno, chao!- dije rápido  me fui a donde estaban mis hermanos

  • Hola chicos- dije un poco apresurados – Hola Royer, pensábamos que te ibas a quedar calentando los asientos – dijo Ian, mientras Demian reía

– Claro y las chicas?- les pregunte mientras miraba a los lados

– Están allá buscando a su hermano- dijo Demian señalando en dirección a ellas.

– Ok- respondí nervioso

Los chicos se presentaron ante él, hasta que llego mi turno, al verlo de frente y darle la mano, se me hizo un nudo en la garganta. Me está tocando la mano!! Me sentía estúpido, feliz, nervioso al mismo tiempo

– Ho-hola, soy Parker, digo Royer, Royer Parker!- dije nervioso, soy un estúpido, no puedo ni presentarme ante él. Will, se llama Will, me encanta su nombre, ahora tengo que conseguir su número, jaja que apresurado soy, una cosa a la vez.

-Bueno, nos vamos bañar?- dijo Demian

– Claro- dijo Andrea  seria

– Rápido ps- dijo Maria con una gran sonrisa.

  • Claro, vamos?- dije refiriéndome a Will

– No, prefiero quedarme acá- dijo Will – Entonces nos sentamos aquí o allá?-  le pregunte con una sonrisa.

-Will-

Me senté en la arena con Royer – oye, te gustaría ir esta noche a una disco con nosotros?- me pregunta Royer un poco nervioso

-No sé, mi mama no me permite ir a la disco, pero me gustaría- le digo sonriéndole un poco, por la vergüenza

  • Pero intenta convencerla, la pasaríamos súper- me insiste con su mano encima de la mía

– Bu- bueno- trago saliva – Déjame preguntar a lo que llegue a mi casa, si?- le dije con una gran sonrisa nerviosa.

-Bueno, pero has lo que puedas- me mira directo a los ojos  – Dile a tu mama que no te pasara nada, porque- me toma de la mano con fuerza y mi corazón se pone a mil – Yo te cuidare- se acercaba lentamente a mí y casi podía sentir su respiración en mi boca.

-WILMER!  Ya nos vamos- La molesta voz de Andrea nos había pateado de nuestro trance.

Royer y yo brincamos por  la voz de Andrea que nos hizo regresar a la tierra.

Nos levantamos y Royer corrió  hacia el toldo de sus padres, mientras nos despedíamos cada uno.

-Adios will- me dio la mano Demian

-Estamos hablando - Dijo Ian con una gran sonrisa y me dio la mano. Después de que se despidieron de mis hermanas, Royer no regreso, no se despidió de mí.

-Royer-

Corrí a buscar mi celular para pedirle su número, pero no lo encontraba en ninguna parte.

-Donde está mi celular!?- pregunte a mis padres exaltado.

– Yo estaba jugando con él, pero se quedó sin batería– respondió valentina, mi hermana menor

– Queee? Papa, dame un papel y un lápiz- le dije casi gritando

– Toma, pero no tengo lápiz- dijo mi papa.

Vi a aun mesonero y le quite el lapicero de su mano -préstemelo- le dije mientras se lo quitaba se las manos

–oye, dame eso!- me grito, mientras yo seguía corriendo.

-Donde esta will?- le grite a Ian y Demian – se fueron a agarrar carro- mientras me señalaba la dirección a la que se fueron con el dedo.

-WILL!!, WILL!!-

-Will-

-Will. Will!!- Escuche que me llamaban y se puso una sonrisa en mi Cara al voltear, vi que era María llamándome, porque se le había caído la toalla en un charco

-Ya voy, ya voy- dije regresando a ayudarla.

Royer:

Cuando lo volteo para hablarle -Disculpa pana, yo no me llamo Will, yo me llamo Luis- dijo el chamo a quien había confundido

-ok pana, disculpa-

Seguí corriendo hasta llegar a la parada, donde  vi cuando estaban a punto de montarse en un carro; corrí  rápidamente a él justo antes de montarse.

-will, hasta luego- le di un abrazo y le di la mano

-Ya pues, nos tenemos que ir- dijo el conductor un poco molesto.

-“que tipo tan corta nota.”- Pensé mientras regresaba a la playa.

-Will-

-que vaina llevas allí en la mano? Qué bien la sobas- me pregunto Andrea, abrí la mano y se lo mostré, era su número de teléfono.