Webcamer pillada

Se cumple el peor miedo de una webcamer cuando la reconocen y le cuentan su oscuro secreto a su novio quien decide por ella.

Los hechos aquí contados solo sucedieron en mi mente, nada es real.

Me llamo Sofia y tengo 18 años, vengo de una familia de pocos recursos, pero quise entrar a estudiar maquillaje, para costear los gastos decidí hacerme webcamer. Siempre me han halagado por mi cuerpo, soy una mujer con mucha cintura, un culo grande y respingón y unas tetas medianas. Mi trabajo como webcamer iba bien, tenía bloqueado mi país así me aseguraba de que nadie me reconociera, me aterraba que mi familia se enterara o mi novio que era muy celoso. Pero valía la pena el esfuerzo, tenía dinero para mi maquillaje y para el curso con una de las mejores maquilladoras del país.

Un día decidí mudarme con mi novio, pero para eso debía contarle de donde sacaría el dinero así que lo invité a comer a un restaurante cerca, allí le diría toda la verdad esperando que el me comprendiera. Al llegar allí nos sentamos y en la mesa de al lado había un grupo de hombres, uno de ellos al verme me sonrío de manera cómplice, sonrisa que le devolví pensando que solo coqueteaba, estaba acostumbrada a ese tipo de caras, mas aun cuando iba vestida sexy: un vestido strapless negro corto que me llegaba justo debajo de la nalga, y unos tacones de infarto, sin bra y con uno colaless de encaje.

Me senté mirando a los hombres de la mesa de enfrente cuando me doy cuenta que el primero saca su celular y le muestra algo a los otros que al instante me miran con cara de pervertidos, yo me pongo nerviosa pensando lo peor y mientras mi novio ve la carta yo me disculpo y voy al baño.

Al volver veo a mi novio sentado con los 4 hombres, todos mirando un celular y mi novio con la cara desencajada.

Luis: así que de aquí sacas tanta plata, puta infiel.

Hombre 1: y mira lo bien que lo hace se nota que chupa como las diosas.

Hombre 2: Tú eres Sofia, no? Hija de Lucia

Yo: (nerviosa) si, esa soy yo, por favor no le digan nada.

Hombre 3 a mi novio Luis: te ofrezco un trato, no le decimos nada a nadie si nos prestas a tu putita un rato.

Luis: a mi qué me importa, ofrézcanme algo y les digo que sí

Yo no lo podía creer, mi novio de verdad iba a pasarme a esos hombres (que porqué no decirlo no tenían muy buena pinta). Se reunieron los 4 hombres a hablar y le ofrecieron 50 mil pesos a mi novio por una noche conmigo, mi novio aceptó con la condición de que el también participaría.

Luis me agarró de la mano fuerte y me dijo “sonríe que esto te lo tienes merecido por zorra” y me llevó al furgón de los hombres que al parecer andaban trabajando, allí dentro uno se subió manejando y los otros atrás conmigo, en cuanto se subieron se bajaron la bragueta y sacaron unas grandes vergas, alguno parecía que no se había bañado, mi novio me agarró del pelo y me empujó al pene del primero de ellos, haciendo que me metiera todo a la boca hasta atragantarme, hizo lo mismo con cada uno de ellos , mientras tanto mi vestido ya parecía cinturón y la braga estaba rota en el bolsillo de uno de los hombres. Mi novio parecía disfrutarlo, con cada arcada se reía y me tiraba fuerte del pelo cada vez, me hizo sentarme encima de el y me metió su pene de una vez mientras los otros me tocaban, uno me comía las tetas con afán.

Llegamos a una casa abandonada que por único mueble tenia un colchón, allí me lanzaron y así como caí el primero en penetrarme fue el conductor “ya llevaba tiempo queriendo esto zorrita” me decía mientras me nalgueaba duro y me rasjuñaba la espalda, los otros 4 se masturbaban de pie mientras miraban la escena, mi novio incluso me lanzó un escupitajo “así me gusta verte como la perra que eres” cuando el que estaba adentro mío se corrió vino el siguiente que se acostó en el colchón y me hizo saltar encima de su verga mientras me pegaba bofetadas, a esa altura yo ya me estaba empezando a calentar, cuando mi novio se posicionó para penetrarme por el culo yo me puse a gritar que por ahí no, el sabia que yo era virgen por ahí y siempre quiso probar pero nunca se lo permití, desde atrás me puso la mano en la boca y me susurró que me callara, que las putas no debían de hacer escándalos porque el dueño se podía enojar… y me metió toda su verga en el culo mientras tenía su brazo alrededor de mi cuello dejándome apenas respirar, cuando me soltó tuve el orgasmo más grande de mi vida, entre convulsiones escuchaba que el resto se reía de mi “miren la cerda lo está disfrutando” y mi novio orgulloso “es que tengo bien entrenada a la puta”.

Estuvieron un buen rato turnándose mis agujeros, yo tuve 5 orgasmos, pero ya no podía más y parecía una muñeca en sus manos, me nalgueaban, em golpeaban y me rajuñaban, me penetraban con sus dedos y me lamían, cuando ya se aburrieron me dejaron tirada en el colchón, se tomaron unas cervezas y le dieron el dinero a mi novio, quien lo aceptó con una sonrisa en la cara y dijo que lo habría hecho por menos. Cuando se terminaron las cervezas se pusieron alrededor mío y se corrieron todos encima de mi cuerpo mientras yo dormitaba de cansancio.

Desde entonces mi novio me prostituye cuando quiere siempre con la condición de el participar y la verdad ambos lo disfrutamos

Espero les haya gustado, es mi primer relato, pero la verdad hay muchos como estos en mi imaginación, déjenme sus comentarios! Besitos.

Carolina/ Mala Sumisa